Lohrena puso
los ojos en blanco mentalmente. Ella solo quería echar un polvo y dormir a
Brian para convertirlo en su anti más poderoso. Y el muy tonto se había
enamorado. Suspiró, haciendo que el corsé que llevaba se apretara los pechos.
La vista de Brian se dirigió a su escote. Lo necesitaba cachondo y por lo visto
estaba funcionando porque por un momento el no supo que decir. Y duro estaba,
eso lo había notado antes. Brian empezó a hablar de nuevo e hizo como si le
estuviera escuchando, intentando por todos los medios, no bostezar. Bla bla
bla, a tomar un café, bla bla bla, conocernos mejor, bla bla bla, volver a
vernos.
Le dirigió
una sonrisa coqueta.
- Brian,
podemos hacer lo que tú quieras, cariño.
*-*-*
Butch
sonrió. La tenía en el bote.
- Genial,
pues conozco un sitio...
-... porque
no lo compramos del Starbucks y nos vamos a un sitio más... ¿privado? Así
podemos hablar con más libertad.
- Me gusta
como piensas nena.
Hicieron eso
mismo y fueron hacia una de las colinas con vistas a la cuidad.
Lori se
acomodó en el asiento y lo miró con curiosidad.
- Bueno,
¿qué quieres saber de mí?
- Todo. Te
quiero conocer Lori. Quiero saber dónde creciste, como te criaste, de quien te
enamoraste... todo.
- ¿Por qué?
- Porque
quiero ser parte de ti y quiero formar parte de tu vida.
Butch no
echó la pota de milagro. No sabía cómo demonios se podía tragar Lori toda esta
mierda, porque tonta no era.
- Es un poco
pronto para contarte toda mi vida, ¿no crees?
- Si lo sé,
pero...
- Shhh...
Lori se
acercó a él para besarlo y él se dejó hacer. Por el bien de la Hermandad. Ella pasó
las manos por sus pectorales y de repente se tensó al pasar la mano por donde
tenía la marca de la Hermandad. Lo miró con asco.
- ¡Eres un
maldito Hermano!
Antes de que
Butch pudiera moverse, Lori salió del coche y se desmaterializó. Butch se quedó
mirando el asiento vacío del coche sin poder creérselo. ¿Qué demonios acababa
de pasar?
Buenísimo!!! Me encantó el capi de hoy!!!
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