miércoles, 28 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 13

El último mes había sido un completo borrón para Mariah.
Había pedido disculpas un millón de veces a su padre pero él sólo asentía y volvía a ignorarla.
Mariah nunca lo había visto así, realmente estaba taciturno. Callado, melancólico. Rhage no hacia eso. Nunca.
Estaba herido. Y ella no tenía ni idea de cómo curarlo.
Cuando Ahgony salía a luchar y ella no estaba con las chicas, pasaba el tiempo buscando entre los documentos que Rhage le había dado. Pero en realidad no había mucho para poder investigar y seguir adelante.
La habían encontrado en las calles siendo una niña pequeña, vagueando por las calles sola. Nadie, que supieran, la había buscado. Nadie la había reclamado.
Después de algunas pruebas de sangre había quedado claro que era una mestiza. Y nadie, ya fuera vampiro o humano, la estaba buscando.
A pesar de ser una mestiza y no saber si ella jamás pasaría por la transición, que- gracias a la Virgen Escriba – sí que había hecho-  Rhage y Mary la habían acogido y la adoptaron como suya. Y puesto que no sabían su fecha de nacimiento, su cumpleaños se celebraba el día en el que había entrado en la mansión por primera vez.
Ella sacudió la cabeza para aclarar sus pensamientos.
Ahora mismo estaba en Safe Place para ayudar. Estas hembras la necesitaban así que más le valía centrarse.
Marissa tenía a dos mujeres a punto de dar a luz y ya que este era el trabajo ideal de Mariah, ella había aceptado encantada el poder ayudar. Ehlena también estaba allí para echarle una mano con cualquier cosa que pudieran necesitar.
Mariah había hablado extensamente acerca de lo que Marissa recordaba, pero todo lo que la shellan de Butch le había dicho, ella ya lo sabía.
Qué realmente era enfurecedor, pero no era su culpa. Tal vez era el momento de renunciar a su búsqueda. Después de todo, si sus supuestos padres no la habían buscado, ¿por qué debería seguir adelante y encontrarles? Era evidente que no la querían. Era el momento de dejar de...
El timbre de la puerta sonó y ya que Marissa estaba con algunas de las hembras, fue Mariah la que comprobó la cámara de la entrada. Podía ver a un hombre y una mujer. O un macho y una hembra, no estaba del todo segura de sí eran de su raza o seres humanos.
- Hola.
- Hola, soy yo, ¿puedes abrir la puerta, por favor?
- ¿Quién eres?
Ella no lo reconocía y el macho frunció el ceño.
- Soy Blaxton. ¿Esta Marissa? Tengo una hembra que necesita refugio. Requiere protección. Preferiblemente antes del amanecer.
- Uhm, un minuto por favor.
¿Blaxton? Sin duda, un macho de su raza pero nunca había escuchado ese nombre antes.  ¿O sí? Le sonaba familiar de alguna manera, pero... ¡oh, espera! ¿No era Blaxton el macho del que Nalla se había alimentado? Oh oh...
- ¿Marissa? ¿Conoces a un macho llamado Blaxton?
- Oh, sí, es uno de los nuevos médicos de la raza.
Su rostro mostro tristeza, sin duda recordando el médico anterior, Havers. El hermano de Marissa.
- Es un macho de valía. Puedes dejarle entrar. Y mira, si alguna vez tienes dudas, aquí tienes una lista de nombres, con las fotos, de personas permitidas dentro. Esto ha sido verificado, aprobado y autorizado por Butch, Vishous y el propio Rey. ¿Ves? Blax está aquí.
- Oh, bien. Gracias.
Abrió la puerta.
- Por favor, pasad.
Abrió las puertas de seguridad para él y la hembra, y preparó unos papeles de admisión justo cuando Ehlena apareció para ayudar.
- Hola, Bienvenidos a Safe Place.
- Hola. ¿Las dos sois nuevas por aquí?
- En realidad no. Soy Mariah y ella es Ehlena.
- Yo soy Blaxton, Blax. Y ella es Mehlanie. Como podéis ver ella necesita protección.
La pobre mujer tenía un ojo negro.
- ¿Fue tu hellren?
La mujer negó con la cabeza.
- Mi herm... hermano.
- Vale, bueno, estás completamente a salvo aquí Mehlanie. Él no puede entrar incluso si él nos encuentra. Que no va a pasar. Así que ven, vamos a darte una habitación. Puedes ir con Ehlena, ella es enfermera. Si consientes, ella te puede hacer un examen físico para que podamos estar seguros de que no es necesario ningún otro tratamiento, ¿de acuerdo?
La mujer miró a Blaxton y él asintió, subiéndose las mangas mientras lo hacía.
El movimiento llamó la atención de Ehlena, que lo miraba con el ceño fruncido y luego miró a Mariah, ese mismo gesto todavía en su lugar.
Vale... que comportamiento más raro.
Ehlena se fue con Mehlanie y se dio cuenta de que ahora el que la miraba con el ceño fruncido, era Blaxton... ¿qué demonios le pasaba a todo el mundo?
- ¿Nos hemos visto antes?
Ahora le tocaba a Mariah a fruncir el ceño.
- Nop.
- ¿Estás segura? Siento como si te hubiese visto antes.
- Confía en mí, no me conoces. Aunque igual conoces a una amiga mía...
Ehlena entró corriendo, acercándose al macho.
- El nombre de tu mahmen. ¿Es Tina?
Blaxton pareció sorprendido por un momento.
- Sí. Lo es. ¿Cómo...?
- Ella era humana, ¿no?
Whoa. Mariah quería decirle a Ehlena que se tranquilizara. ¿Qué mosca le había picado? Los ojos de Ehlena estaban fijos en el macho como si la respuesta fuera la cosa más importante jamás.
Él asintió dudoso como si no estuviera seguro de a qué venia todo esto.
Ya somos dos, pensó.
- ¿Tienes una hermana?
- Yo eh... creo que sí. Se supone que tengo que tener una, pero no la conozco, no sé dónde está. Lo siento, no entiendo a qué viene todo esto.
- ¿Tu mahmen tiene tu nombre tatuado en el lenguaje antiguo en la parte interna de su antebrazo?
- Así es. ¿Cómo sabes tú eso?
- Ella estuvo en la clínica de Havers, la original antes de los ataques. Vino para dar a luz a una niña. Ella vino a nuestra clínica porque el padre de la cría era vampiro y ella no quería que los seres humanos le quitaran el bebé.
Blaxton negó con la cabeza.
- Esa es la última vez que la vi. Se fue a dar a luz a mi hermana...
Ehlena miró a Mariah.
- Te pareces a ella. Nunca me di cuenta hasta este momento, pero…
- Querida Virgen...
Blaxton la miró y con manos temblorosas saco su cartera de su bolsillo.
Miró a algo dentro de él, volvió la vista a Mariah y de nuevo a lo que fuera en su cartera.
- Te dije que te había visto antes...
Dio la vuelta a la cartera, mostrándoles una imagen de una mujer que se parecía mucho a Mariah, sólo que mayor.
- ¡Es ella!
Ehlena exclamó nerviosamente.
- Me acuerdo de ella.
Mariah frunció el ceño. ¿Qué demonios significaba esto?

*-*-*-*-*-*

Blaxton miró a la hembra mestiza delante de él. Mestiza, igual que él. ¿Podría realmente ser su media hermana?
Trató de recordar cuando su madre le había dejado con su abuelo - el vampiro. Le había dicho que iba a darle una hermanita pequeña, pero que sólo regresaría cuando su hermana fuera más grande. Como regalo de despedida, ella le había dejado un diario, que a día de hoy, él todavía no había leído. Porque ella no había vuelto.
Él seguía esperando.
Nunca supo lo que le había sucedido a ella, o su hermana. Sabía que su madre era humana, por supuesto, y era consciente de que ella estaba cansada de vivir entre los vampiros. Su hellren, el padre de Blax, había sido asesinado por lessers cuando él tenía solo 5 años de edad. Lo más lógico era que su madre hubiese hecho un acto de desaparición con su hermana y haya estado viviendo en el mundo humano. Su hermana seria humana después de todo y su mahmen lo había dejado todo para mantenerla a salvo.
Pero si su hermana realmente había nacido mestiza y su madre había decidido vivir en el mundo humano, no habría manera de que su hermana hubiera sobrevivido a la transición.
Él negó con la cabeza. Nunca, ni en un millón de años hubiera previsto reunirse alguna vez con su hermana, y mucho menos siendo ella un vampiro. Sana y salva.
- ¿Cuál era tu nombre?
- Mariah.
- ¿Qué le pasó a tu madre? ¿Dónde está?
- Yo fui adoptada. No sé quién es mi madre biológica.
- Oh. Ya veo.
- Blaxton, hola.
- Marissa, ¿cómo estás?
- ¿Estás bien?
Marissa se ​​fijó en la cartera abierta y vio la imagen en el interior.
- ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?
Después de explicarlo rápidamente, Marissa los miró desconcertada. Ehlena miró a Blax.
- Si me dejas sacarte una muestra de sangre, puedo llevársela a Doc Jane y ella podría tener los resultados de las pruebas mañana. Nadie más tiene porque saberlo y de esa manera estaríais seguros.
Extendió el brazo. No tenía ni idea de quién era esta Doc Jane, pero si ella le podía decir si esta hembra era su hermana, le estaría eternamente agradecido.
- Hazlo.
Tanto él y como la hembra hablaron a la vez.
Decidió en ese momento que incluso si esta hembra no era su hermana de sangre, él la trataría como tal.
- Marissa, ven rápido. Ahdelina ha roto aguas.
Una doggen había venido a advertirles, y el médico en él levantó la mano en plan oh-oh-yo-yo-déjame-ayudar-a-mi-a-mí.
- ¿Necesitáis ayuda?
La pregunta iba dirigida a Marissa. Pero Mariah fue quien contestó.
- No es necesario.
Ella le dio la mano.
- Me llamo Mary Luce -Wood, y soy Ginecóloga cualificada.
Él sonrió ampliamente.
- Encantado, yo soy el doctor Ton Braxen.
Sonrieron al presentarse con sus seudónimos humanos, muy necesarios ya que habían estudiado y obtenido los títulos en el mundo humano.
Ah, sí, le gustaba mucho esta hembra. Con suerte, él sería capaz de decirles a sus amigos que había dos médicos de la familia.
Anda.
¿Quién lo hubiera pensado?


Trusting Lover - Capítulo 44

Vishous y sus malditas visiones.
Se había asomado ya por 7 ventanas, y nada.
Y no era tarea fácil, ya que la única manera que tenia de mirar por la ventana, era desmaterializarse 15 metros en el aire, y agarrarse como podía para echar un vistazo dentro de los almacenes.
Estaba agotado. Pero no podía parar. Tenía que seguir como fuera.
Con una piruleta en la boca, miró por 3 ventanas más. Nada.
Miró por dos más. Nada y nada.
Suspiró desesperado. Tenían que encontrarla antes del amanecer.
Se preparó para desmaterializarse en otra ventana cuando un grito desgarrador hizo que se le helara la sangre en las venas.
¡Lohrena!
Corrió hacia donde había sonado el grito y se detuvo al ver a 3 antis esperándole.
¡Joder!
¿Dónde estaban los demás hermanos?
No podía permitirse cambiar. Lohrena estaba justo en ese almacén, tenía que estarlo.
Aun no la podía sentir, y por mucho que lo intentara, no lograba desmaterializarse dentro. El almacén debía estar rodeado de hierro. Necesitaba llegar a la ventana para partirla.
Un golpe fuerte en la espalda, hizo que cayera hacia delante.
Santa mierda, otros 3 antis. ¡No tenía tiempo para esto! Su shellan y su hijo lo necesitaban!
Soltó un rugido esperando que los hermanos lo oyeran y vinieran hacia aquí.
Sacando sus glocks, disparó a dos antis, incapacitándolos antes de que otro le diera una patada, haciendo que las soltara.
Rugió de nuevo y atacó, daga en mano. El miedo por Lohrena le dio la adrenalina necesaria para seguir luchando a pesar de su agotamiento.
Recibió un fuerte golpe por encima del ojo, abriéndole la piel y haciendo que la sangre le impidiera ver con claridad.
Enfurecido, cogió al anti y lo tiró por los aires.
El sonido de unos cristales partiéndose, seguido de un intenso olor a sangre, lo hizo detenerse brevemente, recibiendo otro golpe en el costado.
Sintió como cambiaba su respiración y si visión se volvió borrosa, prueba de que estaban cambiando al color blanco que era de su dragón.
- ¡Hollywood! Ya estamos aquí. Son como cucarachas, hay antis por todo el polígono. ¿La has encontrado?
Señaló al almacén y dando gracias a la Virgen Escriba, aprovecho el agujero en la ventana rota para desmaterializarse dentro. El silencio sepulcral le dio escalofríos y tuvo que parpadear varias veces para poder enfocar la vista.
Lo que vio lo hizo caer de rodillas.
Muhrder estaba vivo, tirado en el suelo con una estaca clavada en el estómago y mirándolo con odio.
La doctora estaba sollozando en silencio, con un cuerpo pequeñito en brazos.

A Rhage le costaba respirar, pero cuando vio el cuerpo sin vida de Lohrena, tirado sobre un colchón sangriento, creyó morir.

domingo, 25 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 12

- Ahgony tío...
- Está bien D. No te preocupes. No voy a dejar que tu padre se aproveche de mi relación con Mariah para mantenerte encerrado. Ni de coña.
Desde su móvil, mando un mensaje de texto a Mariah para decirle que estaba bien, pero no iría a verla. No tenía fuerzas.
- No sé qué decir hermano. Tal vez los dos podemos hablar con Rhage, hacerle ver...
- No va a servir de nada. Vamos abajo, necesito un trago.
Habían estado hablando de pie frente a la oficina de Wrath después de que Phury les dejara y se dieron la vuelta para irse, cuando la puerta detrás de ellos se abrió.
- Meter vuestros culos aquí dentro.
Se miraron el uno al otro antes de obedecer.
- ¿Mi señor?
- Acabo de hablar por teléfono con Hollywood. Ha dado su permiso para que os podáis emparejar.
Ahgony frunció el ceño antes de sentir como la ira se apoderaba de él golpeándole como un muro de ladrillo.
- La. Ha. Repudiado?
- Nah, Hollywood no haría eso. Él sólo quiere que su niña sea feliz y, al parecer, estar emparejado a ti haría eso.
- Pero él no estaría allí, ¿verdad? No iría a la ceremonia.
- Nop.
- Entonces, no va a pasar. Conozco bien a mi chica. Ella necesita a sus padres allí. Así que hasta que la perdone y Rhage nos acepte... yo no puedo hacerlo. No me voy a emparejar a ella de esa manera.
Wrath suspiró.
- En ese caso, no hay nada que pueda hacer. Mariah la ha cagado, pero bien. Rhage va a recordar esto por un tiempo muy laaaaargo, ¿me pillas?
- Sí. Gracias por avisarme, Wrath. Voy a hablar con Mariah y...
- Otra cosa que debes saber.
Ahgony esperó, preguntándose qué pasaba ahora.
- Rhage le ha dado a Mariah algunos papeles, documentos y no sé qué mierda para que ella pueda encontrar a sus padres biológicos. Estoy seguro de que va a querer ir a investigar por ahí.
- Oh mierda.
- Sí. No tengo idea de lo que hay en esos papeles, pero no la quiero hurgando en los pasados de mis civiles o la Glymera para abrir viejas heridas.
- Yo me ocuparé de ello.
- Entendido. Y cuando estés listo para ser emparejados, házmelo saber.
Ahgony esbozó una sonrisa triste.
- Te diré una cosa; Voy a esperar hasta que él mismo Rhage te dé la feliz noticia. Si lo hace, Mariah puede estar segura que su padre aprueba lo nuestro.
Wrath asintió.
- Bien pensado, hijo.
Salieron de la oficina de Wrath por segunda vez esa noche.
- Pues jodeeeeeeer.
Darius silbó entre dientes.
- Necesito hablar con Rhage. Y Mariah.
- No esta noche, tío. Demasiado ha sucedido ya y las emociones están a flor de piel. Ve en busca de tu hembra, estoy seguro de que te necesita.
- Ya le dije que no iba a...
- Ella te necesita hermano.
Ahgony asintió.
Joder, este día había pasado de increíblemente perfecto a jodidamente horrible en nada de tiempo. Él llamó suavemente a la puerta de Mariah.
Hope fue la que abrió.
- Hey Ahgs. Acaba de quedarse dormida.
- Ah vale.
- ¿Te gustaría quedarte con ella? No quiero que se quede sola.
- Por favor, sí.
Se frotó la cara, sintiéndose de pronto agotado.
Hope se fue en silencio y él se sentó en el borde de la cama, simplemente viéndola dormir. Su olor de vinculación aún persistía y no deseaba nada más en el mundo que hacerlo algo permanente convirtiéndola en su shellan.
Quería tener el derecho de meterse en la cama con ella y abrazarla, consolarla. Sentir su respiración relajada, sentir el latido de su corazón contra el suyo. Acariciar su pelo.
Se frotó la cara otra vez. Tenía que dejar de pensar así, porque por ahora, eso no iba a pasar. Mierda, no había manera de que las cosas se pusieran peor.
Un suave golpe en la puerta le hizo tensar; podía oler el olor de vinculación de Rhage a través de la madera. Respiró hondo antes de abrir y se sorprendió al encontrar a Mary en el otro lado.

*-*-*-*-*-*

Mariah apenas registró la presencia de Ahgony a su lado, estaba emocionalmente agotada. Pero solo el tenerlo aquí la calmaba como nada más podía. Eso la consoló y le permitió relajarse un poco.
El golpe en la puerta era de su mahmen y ella se acurrucó más entre su manta, sintiéndose muy avergonzada de sí misma.
- Mary, hola, hey. Lo siento, no era mi intención... Te dejo, me voy a...
- No, no, está bien. Quédate. Sólo quería ver cómo estaba.
- Está durmiendo; ¿Quieres que la despierte? O ya sabes, despertarla tu misma.
- No, está bien.
Se quedaron en silencio durante un rato y Mariah tuvo que luchar contra el impulso de echarles un vistazo por encima de las sábanas.
- Ella no quería decir eso que dijo. ¿Lo sabes verdad?
- Lo se. Y Rhage también lo sabe, pero aun así duele. Todo lo que siempre hemos querido para ella era que fuera feliz, sentirse amada. Queríamos darle un hogar, un lugar donde sentirse segura, rodeada de su familia.
- Le disteis todo eso y más. Ella lo sabe y ella os ama, sois sus padres, sus verdaderos padres. Ella sólo esta...
- ¿La quieres?
Mariah contuvo el aliento, sabiendo la respuesta, pero queriendo escucharla de todos modos.
- Más que a nada. Ella es mi... todo.
- Rhage sólo intenta cuidarla, sabes. Me habló de la conversación que tuvisteis.
Whoa, espera. ¿Qué conversación? Mariah no sabía que Rhage y Ahgony habían hablado. ¿Cuándo había sucedido esto?
- Entiendes sus razones, ¿verdad?
- Lo hago Mary, pero me duele. Tengo que ser sincero contigo, no esperaba eso.
- Estoy tratando de hacerle cambiar de opinión pero...  Bueno ah... puede ser que nos vayamos en un par de días. Yo no quiero, pero Rhage... él está devastado y tal vez esa distancia le ayudará a ver las cosas de manera diferente. Tal vez allí lo pueda convencer, cuando se haya calmado. Tenemos algunos lugares en...
- Mahmen, ¡no!
María y Ahgony la miraron sorprendidos.
- No os podéis ir mamá. No podéis.
- Mariah...
- ¡No!
Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
- No podéis dejarme. He cometido un error  lo siento. No os vayáis.
Ahgony daba la impresión de querer consolarla y dejarla sola con su Mahmen, todo al mismo tiempo. Fue hacia ella y la besó en la frente, calmándola instantáneamente.
- Todo está bien; vas a estar bien. Os dejo para que podáis hablar.
Se fue y por primera vez desde que podía recordar, el silencio con sus Mahmen era incómodo. Mary se sentó en la silla de su escritorio.
- Sabes, yo nunca pensé que iba a ser madre. Debido a mi enfermedad, cuando yo era..., antes de que yo... Antes de Rhage. Yo había aceptado eso y estaba en paz con ello. Tu padr... Rhage también. Él me ama así como venía. Renuncio así como así a la posibilidad de ser padre, a pesar de que eso era lo que siempre ha querido. Y entonces llegaste tú.
Mary se levantó de la silla para sentarse en el borde de la cama.
- Entraste en nuestras vidas, así como así. Nuestro pequeño milagro. Una bendición.
Su mahmen le puso un mechón de pelo detrás de la oreja.
- Aun lo eres. Damos gracias a Dios y a la Virgen Escriba, y cualquier otra persona o ser que pueda escuchar, todos los días de nuestras vidas.
- Mamá...
Una gruesa lágrima salió de su ojo y Mary la limpió con el pulgar.
- No llores mi vida, no lo hagas.
Su madre abrió los brazos y Mariah lanzó contra ellos poniéndose a llorar como una cría. Mary se limitó a abrazarla, dejándola llorar todo lo que necesitaba, y acariciándole el pelo.
- Shh, está bien Tinsel, todo va a estar bien.
- No os vayáis mamá, por favor. Os quiero. A los dos.

- Ya lo sé, cariño, lo sé. Y las dos vamos a hacer que tu padre vea eso.

Trusting Lover - Capítulo 43

Rhage gruñó frustrado. Vishous les había guiado a unas naves industriales, las mismas donde Kihara le había salvado la vida hacia algunos años. El lugar estaba lleno de almacenes enormes y no podía sentir a Lohrena en ninguno de ellos.
Sabía que el cambio de macho a bestia estaba cerca ya que su respiración había cambiado de nuevo.
Tenía que calmarse.
Miró a su alrededor. ¿Pero estos malditos almacenes no tenían puertas o qué coño les pasaba?
Iba con casi todos los hermanos y supo que estaban acercándose, cuando un enorme grupo de antis apareció de la nada, bloqueándoles el camino.
Joder.
Genial.
De puta madre.
V, Butch y los gemelos aún estaban débiles de los golpes recibidos en la clínica y él tampoco estaba recuperado del todo, ya que cambio tan solo hacía unos días. Si volvía a cambiar ahora, después estaría demasiado débil para ayudar a su shellan. Tohr se le acerco.
- Sigue buscándola hermano, nosotros nos encargamos de estos hijos de puta.
- ¿Estás seguro? Son muchos y…
- Podemos con ellos. Ve y encuentra a tu hembra, Hollywood.
Asintió agradecido y se escabulló por un callejón.
Mirando hacia arriba, recordó algo que le había dicho V hacía tiempo.
Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.

*-*-*

Lohrena no pudo contener el grito de dolor.
- ¡Suéltala por favor Muhrder! Necesito a la doctora. Por favor te lo pido, por mi hijo, te lo ruegoooo…¡aaaahhh!
El dolor era atroz, nada como el parto que había tenido la primera vez. Estaba sudada, debilitada y por el olor, perdiendo muchísima sangre.
Nabilah pedía a gritos que la soltara pero Muhrder estaba delirando, probablemente por el olor tan intenso a sangre.
Lohrena sabía que iba a morir, y ni siquiera podría dejarle a Rhage a su hijo. Alguien a quien cuidar y que cuidara de él. Y todo por su estúpido miedo. Si no hubiese insistido en ir a la clínica, nada de esto hubiese pasado.
Ni siquiera le había dicho que lo amaba, que era el macho de su vida, que lo era todo para ella.
Y ahora, la que estaba delirando era ella.
Le pareció ver a la doctora forcejeando con Muhrder.
- Necesita ayuda, ¡imbécil!
Vio como le clavaba algo en el estómago y corría hacia ella, llena de sangre.
- Lohrena, quédate conmigo, vamos. Rhage te está buscando, estoy segura de ello. Ahora abre las piernas. Vamos a ver qué podemos hacer para salvar a tu hijo.
Lohrena intentó no mirar la cara de preocupación de Nabilah y se concentró en Muhrder que estaba tirado en el suelo.

- Venga respira Lohrena, tu sabes cómo. ¿Preparada? ¡Empuja!

miércoles, 21 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 11

Ahgony sabía que Mariah se arrepentiría de esas palabras en cuanto las espetó. Pero el daño ya estaba hecho.
Rhage atrajo a Mary hacia él y con una mirada de dolor hacia su hija, ambos subieron por las escaleras.
Rhage se apoyaba de manera pesada sobre Mary, lo que significaba que o bien no se había recuperado tan rápido como les había hecho creer o bien que estaba destrozado emocionalmente.
Mariah agarró la mano de Ahgony y los observó hasta que se perdieron de vista.
- Oh papá…
Su dolor ácido le llenó la nariz y nadie dijo una palabra durante un largo tiempo.
- Lo siento.
Ella lo dijo en voz alta, a nadie en particular.
- No fue mi intención...
- Lo sabemos.
Las palabras de Phury eran suaves y estaba agradecido a su padre por considerar sus sentimientos.
- Hablaré con él mañana. Ahgs, tú y yo tenemos que ir a ver a Wrath.
- Estoy aquí.
- En privado, ¿mi señor?
Wrath asintió.
- George, oficina.
El perro guío a Wrath de manera eficiente por las escaleras y Phury lo siguió, haciendo un gesto para que él hiciera lo mismo.
- Tahlly, ve a tu habitación, ¿vale? Todo saldrá bien. Sólo descansa un poco.
Ella miró al rey con suspicacia.
- ¿Tendrás problemas?
- No, no. Sólo hay unas cosas de las que tenemos que hablar. Nada de lo que preocuparte.
Su labio tembló ligeramente.
- ¿Vendrás a buscarme? ¿Después?
- Si puedo, sí. De lo contrario, te enviaré un mensaje. No hay necesidad de que te preocupes por nada.
- Vamos Mariah.
Hope puso un brazo alrededor de la cintura de su amiga y la ayudó a subir las escaleras, distrayéndola de todo lo que había sucedido.
Él y Darius hicieron lo mismo, y fueron directamente a la oficina de Wrath. Darius se colocó detrás de él y le dio una palmada en la espalda sin decir una palabra, ofreciendo su apoyo.
Cuando Wrath se sentó en su escritorio, casi gruñó.
- ¿Puede alguien decirme qué demonios ha pasado?
Phury abrió la boca para hablar, pero él se lo impidió. Su olor vinculación debería de ser obvio para el rey por lo que mejor debía ser honesto. Él no había sido criado como un cobarde.
- Me vinculé con Mariah.
Wrath maldijo.
- ¿Qué diablos pasa con los críos de esta casa vinculándose entre sí? Primero D, ahora tú. ¿Quién coño será el siguiente?
- Mi señor, deseo emparejarme con ella. Quiero hacerla mi shellan.
Wrath se pellizcó el puente de la nariz.
- Voy a tener que hablar con Hollywood sobre eso.
- He estado allí, he hecho eso. Él no nos quiere juntos.
- ¿Por qué demonios no?
- Por mi posición de Ahstrux Nohtrum...
- Ah Joder. Pero...
- Cree que voy a terminar muerto, tarde o temprano.
Phury maldijo.
- Él piensa que no tendré tiempo suficiente para dedicarlo a Mariah, ya que tengo que pegarme a D como una lapa.
- Sabes que no puedo autorizar un emparejamiento si su padre no lo aprueba. Legalmente, él es su ghardian por lo que necesita aprobar la ceremonia o renegar de ella, para que ella pueda hacer lo que quiera. Ahora bien, aunque biológicamente no lo es...
- Ella no quería decir eso.
- Yo soy consciente de ello, hijo.
Wrath suspiró.
- Oye papá...
- No vayas por ahí Darius. No va a ocurrir.
- Pero...
- Necesitas un Ahstrux Nohtrum. No lo voy a liberar de esa posición. Así que no me lo pidas.
- Yo puedo defenderme ahí fuera. Él estaría luchando conmigo de todos modos, lado a lado y haría todo lo que un Ahstrux hace, aunque no fuera oficial.
- Joder, absolutamente.
- Sin el título, Rhage dejaría que se emparejen papá. Vamos. Por favor, papá.
El rey sacudió la cabeza.
- No puedo hacerlo.
Ahgony suspiró en silencio; sabía que era mejor no tener esperanza. Pero entonces el rey sonrió como un HDP.
- Por supuesto, hay otra alternativa...
Ahgony frunció el ceño. A ver esto iba a ser interesante.
- Si Darius hiciera un juramento confirmando que no va a volver a salir a luchar de nuevo, o salir del perímetro de la mansión... tal vez,  quizás yo podría pensar en hacer algo acerca de esa posición Ahstrux Nohtrum.
Darius quedo sorprendido por un momento, sin habla, pero Ahgony negó con la cabeza.
De ninguna manera permitía que su amigo se convirtiera en un prisionero en su propia casa.
Nop.
No iba a ocurrir.
Encontraría otra manera.

*-*-*-*-*

Mariah tenía ganas de llorar cuando Hope se la llevó a su habitación y la dejó en la cama, dejando la puerta entreabierta. Ella había sido innecesariamente cruel con alguien a quien amaba. Había hecho daño a su padre y por extensión a su mahmen y eso no era propio de ella en absoluto.
Estaba tan cansada de todo.
- Hey, todo va a salir bien, Mariah. Solo estas demasiado emocional ahora mismo.
Joder si eso no era obvio...
- No debería haber dicho eso. Yo simplemente no pensé. No estaba pensando.
- Cariño, acabas de vincularte al macho de tu vida y Rhage ha arruinado ese momento para ti, poniéndose en plan Godzilla con ese macho, encima, literalmente. Es absolutamente normal sentirte cómo te sientes y reaccionar de la manera en la que lo has hecho. En unos días hablaras con ellos, limpiaras el ambiente y todo estará bien otra vez.
- Excepto que Ahgony todavía será el Ahstrux Nohtrum de Darius y papá aún no nos dejara estar juntos.
- Sólo está cuidando de ti. Es un peluchin grande en el interior, todos sabemos eso.
- Lo sé. Pero eso no debe significar que tiene que elegir con quién me emparejo, o de quien me enamoro. Él no puede escribir mi futuro en base a como él quiere que sea. Se me debería permitir cometer mis propios errores, vivir mi propia vida. Y si estoy dispuesta a estar con Ahgs incluso cuando es el guardaespaldas privado de Darius, esa debería de ser mi elección y únicamente mi elección.
- Tienes razón.
Rhage las sobresaltó, su voz sonaba completamente hueca, y no porque estaba cerca del cambio de nuevo. Estaba vacío por dentro. Y ella era la causa de eso.
- Papá...
- Esto es...
Se aclaró la garganta.
- Esto es algo que yo esperaba no tener que darte nunca. Pero ya que has dejado claros tus sentimientos esta noche, es todo tuyo.
- Papá, podemos hablar. ¿Por favor?
- No tienes por qué llamarme eso.
Dejó un gran fajo de papeles en su escritorio.
- Es todo lo que he sido capaz de encontrar cuando trate de encontrar a tu madre biológica y alguien de tu familia. No es mucho, ya que, como he dicho, esperaba que nunca tuvieras necesidad de ello o incluso lo quisieras. Pero ahí lo tienes. Si tienes alguna pregunta, puedes hablar con Marissa o Butch, ellos saben todos los detalles. Así que eh, cuídate Mariah.
- Papá, Rhage, por favor espera.
- A partir de este momento, eres libre de hacer lo que quieras Mariah. Quieres emparejarte a ese chico. Ve a por él. Espero que te haga feliz y voy a rezar a la Virgen Escriba que llegues a disfrutar de él durante al menos un par de años antes de convertirte en su viuda.
- ¡Papá!
- Adiós toots. Cuídate.
Ella observó en silencio mientras él marcho, sabiendo por el gesto obstinado en su rostro que no había manera de razonar con él ahora mismo. Hope cogió los papeles y se sentó con ella en la cama.
- Él cambiara de idea, se le pasara, sólo dale un poco de tiempo. ¿Quieres que te deje sola con los papeles?
- No, no. Necesito una amiga, ahora más que nunca.
Abrazo a Hope y juntas comenzaron a buscar entre los documentos.
Había fechas, direcciones, nombres. Recortes de periódicos de los días después de que ella fue encontrada. Teorías sobre con quien de la Glymera podía estar relacionada, algunas con pruebas de sangre y otras no...
Lo que más le llamó la atención fue recorte de un periódico, muy corto;

Mujer desconocida encontrada muerta
El cuerpo de una mujer, posiblemente en la treintena, fue encontrado ayer alrededor de las 3.47 de la madrugada en la calle 59, según fuentes policiales.
La policía local aún continúa investigando su identidad.
La mujer mide 1,67 cm, tiene el cabello castaño claro. Características de identidad adicionales incluyen tatuajes en la parte interior de los brazos. Se trata de símbolos desconocidos (7 en un lado, 9 en el otro), que se creen, por su naturaleza, son ritualistas.
Si usted cree que puede conocer a esta mujer o tiene algún tipo de información sobre el tiroteo que se produjo en la calle 59 alrededor de la hora mencionada, por favor llame a 555-12345.

¿Quién sería esa mujer? ¿Y porque le llamaba tanto la atención?

Sacudió la cabeza, su padre le había proporcionado muchas pistas sobre cómo encontrar a sus padres biológicos, o al menos poder intentarlo. Y había dado su consentimiento para emparejarse con Ahgony.
Ella debería de estar feliz.

En cambio, se sentia completamente miserable.

Trusting Lover - Capítulo 42

Nabilah miro a su alrededor disimuladamente. La hembra, Lohrena, estaba tumbada sobre un colchón mugriento y parecía estar inconsciente. Esperaba que no se despertara ya que el estrés de la situación en la que se encontraban, podía provocarle un parto prematuro. Algo que resultaba mortal en su raza.
Y puesto que a esta chica aun le quedaban 3 meses…
Mejor ni pensarlo.
El macho con pinta de loco, andaba de un lado a otro en lo que parecía un enorme almacén vacío. Estaba murmurando. Hablándose a sí mismo, pero Nab no podía entender bien lo que decía.
Respiró hondo, dándose cuenta de su postura. Estaba atada a una silla en una postura bastante incómoda.
Lohrena gimoteó y Muhrder se desmaterializó a su lado.
- ¿Estás bien nalla?
- ¿Qué estás haciendo Muhrder? Sabes que toda la hermandad va a venir por ti.
La sonrisa de Muhrder era distorsionada y realmente aterrorizadora. Lohrena se agarraba la barriga de manera protectora mientras el macho seguía hablando.
- ¿Pero no lo entiendes? Quiero que vengan nalla. Quiero que vean como tú y yo formamos nuestra familia, por fin.
- ¡Estás loco! Mi familia es Rhage, mi familia es la Hermandad, Rhage es el padre de mi hijo y él lo es todo para mí. ¡Tú te llevaste a nuestro hijo y lo volviste loco! ¡Tohrture está muerto por tu culpa!
Nab hizo una mueca al oír las palabras de Lohrena. Con lo inestable que estaba Muhrder, no debería de provocarle de esa manera. Solo esperaba que la Hermandad las encontrara pronto. Tenía muchas ganas de volver a ver a los gemelos.

*-*-*

Lohrena sabía que estaba empeorando las cosas, pero no podía callarse. Él no era el padre de su hijo, él no era nada de ella.
Rhage sin embargo… lo era todo para ella y había tardado demasiado en darse cuenta. Con o sin maldición, Rhage era el macho de su vida y sabía que jamás la haría daño. Y a su hijo, menos. Solo esperaba que la encontrara a tiempo, porque no había ninguna duda de que la estaría buscando.
Los ojos de Muhrder brillaron rojos.
- No me vas a quitar a mi hijo.
- No. Es. Tú. ¡Hijo!
La bofetada que Muhrder le dio, la tiro hacia atrás en el colchón y por un instante se quedó sin aire. La mejilla le ardía y podía notar la sangre deslizándose por su cara.
Vio como los colmillos de Muhrder se extendieron al oler la sangre y el miedo que había sentido al ver el dragón de Rhage, no era nada, comparado con el terror que sentía ahora. ¡No pensaba dejar que este macho bebiera de ella!
Sintió una gran punzada de dolor en el vientre y miro a Nabilah aterrorizada.
No era posible, ¡era demasiado pronto!
La cara de lastima de la doctora, lo decía todo.

Lohrena estaba de parto. 
Y ni ella ni su bebe, iban a sobrevivir.