El último mes había sido un completo borrón para Mariah.
Había pedido disculpas un millón de veces a su padre
pero él sólo asentía y volvía a ignorarla.
Mariah nunca lo había visto así, realmente estaba taciturno.
Callado, melancólico. Rhage no hacia eso. Nunca.
Estaba herido. Y ella no tenía ni idea de cómo curarlo.
Cuando Ahgony salía a luchar y ella no estaba con
las chicas, pasaba el tiempo buscando entre los documentos que Rhage le había
dado. Pero en realidad no había mucho para poder investigar y seguir adelante.
La habían encontrado en las calles siendo una niña
pequeña, vagueando por las calles sola. Nadie, que supieran, la había buscado.
Nadie la había reclamado.
Después de algunas pruebas de sangre había quedado
claro que era una mestiza. Y nadie, ya fuera vampiro o humano, la estaba
buscando.
A pesar de ser una mestiza y no saber si ella jamás
pasaría por la transición, que- gracias a la Virgen Escriba – sí que había
hecho- Rhage y Mary la habían acogido y
la adoptaron como suya. Y puesto que no sabían su fecha de nacimiento, su
cumpleaños se celebraba el día en el que había entrado en la mansión por
primera vez.
Ella sacudió la cabeza para aclarar sus
pensamientos.
Ahora mismo estaba en Safe Place para ayudar. Estas
hembras la necesitaban así que más le valía centrarse.
Marissa tenía a dos mujeres a punto de dar a luz y
ya que este era el trabajo ideal de Mariah, ella había aceptado encantada el
poder ayudar. Ehlena también estaba allí para echarle una mano con cualquier
cosa que pudieran necesitar.
Mariah había hablado extensamente acerca de lo que
Marissa recordaba, pero todo lo que la shellan
de Butch le había dicho, ella ya lo sabía.
Qué realmente era enfurecedor, pero no era su culpa.
Tal vez era el momento de renunciar a su búsqueda. Después de todo, si sus supuestos
padres no la habían buscado, ¿por qué debería seguir adelante y encontrarles? Era
evidente que no la querían. Era el momento de dejar de...
El timbre de la puerta sonó y ya que Marissa estaba con
algunas de las hembras, fue Mariah la que comprobó la cámara de la entrada. Podía ver a un hombre
y una mujer. O un macho y una hembra, no estaba del todo segura de sí eran de
su raza o seres humanos.
- Hola.
- Hola, soy yo, ¿puedes abrir la puerta, por favor?
- ¿Quién eres?
Ella no lo reconocía y el macho frunció el ceño.
- Soy Blaxton. ¿Esta Marissa? Tengo una hembra que
necesita refugio. Requiere protección. Preferiblemente antes del amanecer.
- Uhm, un minuto por favor.
¿Blaxton? Sin duda, un macho de su raza pero nunca
había escuchado ese nombre antes. ¿O sí?
Le sonaba familiar de alguna manera, pero... ¡oh, espera! ¿No era Blaxton el
macho del que Nalla se había alimentado? Oh oh...
- ¿Marissa? ¿Conoces a un macho llamado Blaxton?
- Oh, sí, es uno de los nuevos médicos de la raza.
Su rostro mostro tristeza, sin duda recordando el
médico anterior, Havers. El hermano de Marissa.
- Es un macho de valía. Puedes dejarle entrar. Y
mira, si alguna vez tienes dudas, aquí tienes una lista de nombres, con las fotos,
de personas permitidas dentro. Esto ha sido verificado, aprobado y autorizado
por Butch, Vishous y el propio Rey. ¿Ves? Blax está aquí.
- Oh, bien. Gracias.
Abrió la puerta.
- Por favor, pasad.
Abrió las puertas de seguridad para él y la hembra,
y preparó unos papeles de admisión justo cuando Ehlena apareció para ayudar.
- Hola, Bienvenidos a Safe Place.
- Hola. ¿Las dos sois nuevas por aquí?
- En realidad no. Soy Mariah y ella es Ehlena.
- Yo soy Blaxton, Blax. Y ella es Mehlanie. Como podéis
ver ella necesita protección.
La pobre mujer tenía un ojo negro.
- ¿Fue tu hellren?
La mujer negó con la cabeza.
- Mi herm... hermano.
- Vale, bueno, estás completamente a salvo aquí
Mehlanie. Él no puede entrar incluso si él nos encuentra. Que no va a pasar.
Así que ven, vamos a darte una habitación. Puedes ir con Ehlena, ella es
enfermera. Si consientes, ella te puede hacer un examen físico para que podamos
estar seguros de que no es necesario ningún otro tratamiento, ¿de acuerdo?
La mujer miró a Blaxton y él asintió, subiéndose las
mangas mientras lo hacía.
El movimiento llamó la atención de Ehlena, que lo
miraba con el ceño fruncido y luego miró a Mariah, ese mismo gesto todavía en
su lugar.
Vale... que comportamiento más raro.
Ehlena se fue con Mehlanie y se dio cuenta de que
ahora el que la miraba con el ceño fruncido, era Blaxton... ¿qué demonios le
pasaba a todo el mundo?
- ¿Nos hemos visto antes?
Ahora le tocaba a Mariah a fruncir el ceño.
- Nop.
- ¿Estás segura? Siento como si te hubiese visto
antes.
- Confía en mí, no me conoces. Aunque igual conoces
a una amiga mía...
Ehlena entró corriendo, acercándose al macho.
- El nombre de tu mahmen. ¿Es Tina?
Blaxton pareció sorprendido por un momento.
- Sí. Lo es. ¿Cómo...?
- Ella era humana, ¿no?
Whoa. Mariah quería decirle a Ehlena que se
tranquilizara. ¿Qué mosca le había picado? Los ojos de Ehlena estaban fijos en
el macho como si la respuesta fuera la cosa más importante jamás.
Él asintió dudoso como si no estuviera seguro de a qué
venia todo esto.
Ya somos dos, pensó.
- ¿Tienes una hermana?
- Yo eh... creo que sí. Se supone que tengo que
tener una, pero no la conozco, no sé dónde está. Lo siento, no entiendo a qué
viene todo esto.
- ¿Tu mahmen tiene tu nombre tatuado en el lenguaje
antiguo en la parte interna de su antebrazo?
- Así es. ¿Cómo sabes tú eso?
- Ella estuvo en la clínica de Havers, la original antes
de los ataques. Vino para dar a luz a una niña. Ella vino a nuestra clínica
porque el padre de la cría era vampiro y ella no quería que los seres humanos
le quitaran el bebé.
Blaxton negó con la cabeza.
- Esa es la última vez que la vi. Se fue a dar a luz
a mi hermana...
Ehlena miró a Mariah.
- Te pareces a ella. Nunca me di cuenta hasta este
momento, pero…
- Querida Virgen...
Blaxton la miró y con manos temblorosas saco su
cartera de su bolsillo.
Miró a algo dentro de él, volvió la vista a Mariah y
de nuevo a lo que fuera en su cartera.
- Te dije que te había visto antes...
Dio la vuelta a la cartera, mostrándoles una imagen
de una mujer que se parecía mucho a Mariah, sólo que mayor.
- ¡Es ella!
Ehlena exclamó nerviosamente.
- Me acuerdo de ella.
Mariah frunció el ceño. ¿Qué demonios significaba
esto?
*-*-*-*-*-*
Blaxton miró a la hembra mestiza delante de él.
Mestiza, igual que él. ¿Podría realmente ser su media hermana?
Trató de recordar cuando su madre le había dejado con
su abuelo - el vampiro. Le había dicho que iba a darle una hermanita pequeña,
pero que sólo regresaría cuando su hermana fuera más grande. Como regalo de
despedida, ella le había dejado un diario, que a día de hoy, él todavía no
había leído. Porque ella no había vuelto.
Él seguía esperando.
Nunca supo lo que le había sucedido a ella, o su
hermana. Sabía que su madre era humana, por supuesto, y era consciente de que
ella estaba cansada de vivir entre los vampiros. Su hellren, el padre de Blax, había sido asesinado por lessers cuando
él tenía solo 5 años de edad. Lo más lógico era que su madre hubiese hecho un
acto de desaparición con su hermana y haya estado viviendo en el mundo humano. Su
hermana seria humana después de todo y su mahmen lo había dejado todo para
mantenerla a salvo.
Pero si su hermana realmente había nacido mestiza y
su madre había decidido vivir en el mundo humano, no habría manera de que su
hermana hubiera sobrevivido a la transición.
Él negó con la cabeza. Nunca, ni en un millón de
años hubiera previsto reunirse alguna vez con su hermana, y mucho menos siendo
ella un vampiro. Sana y salva.
- ¿Cuál era tu nombre?
- Mariah.
- ¿Qué le pasó a tu madre? ¿Dónde está?
- Yo fui adoptada. No sé quién es mi madre biológica.
- Oh. Ya veo.
- Blaxton, hola.
- Marissa, ¿cómo estás?
- ¿Estás bien?
Marissa se fijó en la cartera abierta y vio la imagen en el
interior.
- ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?
Después de explicarlo rápidamente, Marissa los miró
desconcertada. Ehlena miró a Blax.
- Si me dejas sacarte una muestra de sangre, puedo llevársela
a Doc Jane y ella podría tener los resultados de las pruebas mañana. Nadie más
tiene porque saberlo y de esa manera estaríais seguros.
Extendió el brazo. No tenía ni idea de quién era
esta Doc Jane, pero si ella le podía decir si esta hembra era su hermana, le estaría
eternamente agradecido.
- Hazlo.
Tanto él y como la hembra hablaron a la vez.
Decidió en ese momento que incluso si esta hembra no
era su hermana de sangre, él la trataría como tal.
- Marissa, ven rápido. Ahdelina ha roto aguas.
Una doggen había venido a advertirles, y el médico
en él levantó la mano en plan oh-oh-yo-yo-déjame-ayudar-a-mi-a-mí.
- ¿Necesitáis ayuda?
La pregunta iba dirigida a Marissa. Pero Mariah fue
quien contestó.
- No es necesario.
Ella le dio la mano.
- Me llamo Mary Luce -Wood, y soy Ginecóloga
cualificada.
Él sonrió ampliamente.
- Encantado, yo soy el doctor Ton Braxen.
Sonrieron al presentarse con sus seudónimos humanos,
muy necesarios ya que habían estudiado y obtenido los títulos en el mundo
humano.
Ah, sí, le gustaba mucho esta hembra. Con suerte, él
sería capaz de decirles a sus amigos que había dos médicos de la familia.
Anda.
¿Quién lo hubiera pensado?