viernes, 11 de octubre de 2013

Lover Embraced - Capítulo 49

Jhade se despertó rodeada de calor y gruñó.
Otra vez este sueño, ¡no!
De vez en cuando soñaba que John la había elegido a ella aquella noche. Que se habían emparejado y que estaban locamente enamorados, tanto, que ella se despertaba todas las mañanas en su abrazo, embriagada por ese delicioso olor a especies oscuras que era tan suyo.
Intento estirarse, despertarse de este sueño, solo para encontrarse con que no podía. Parpadeó para abrir los ojos y jadeó en silencio cuando se encontró aplastada contra el enorme pecho de John, sus fuertes brazos a su alrededor, manteniéndola cerca de él.
Justo como en sus sueños.
Estaba profundamente dormido.
O eso parecía.
En cuanto movió la mano para acariciar su cara, abrió los ojos, su mirada más azul que nunca.
Inhaló con fuerza.
Después de dos días de sexo intenso y enloquecedor, no debería desearlo otra vez tan pronto. Pero pudo sentir como su cuerpo se preparaba para él. Empapándose para poder recibirlo en su interior otra vez.
Solo que esta vez, nada tenía que ver con su periodo de necesidad.
Se quedaron así, mirándose durante lo que pareció una eternidad. Su olor pareció intensificarse, pero… no podía ser el olor de vinculación.
Él no se había vinculado con ella así que… ¿que era ese delicioso olor?
El aroma embriagador estaba haciéndola más atrevida porque paso sus uñas afiladas por los pectorales de John, haciéndole sisear. No estaba sacando sangre, pero casi. Lo suficiente para dejar una marca.
Odiaba a toda mujer que hubiese estado con él en estos últimos 5 años, y se dio cuenta de que quiera marcarlo.
Quería que cada mujer, hembra, humana o vampira, supiera que él era suyo. Las chicas habían jurado que había vivido como un monje, completamente célibe, desde la muerte de su Shellan, pero ella se sentía extremadamente celosa y posesiva por él.
Solo que… él no era suyo realmente.
John agarró su muñeca y con gentileza casi con reverencia, le besó la mano.
Su respiración se agitó.
¿Esta era su manera de despedirse o…?
El sonido chirriante de su teléfono cortó la magia, especialmente cuando él se lo pasó a ella y vio quien era.
Qhuinn.

-*-*-*-*

John la vio sonrojarse y luego palidecer antes de mirarlo a él.
- ¿Él sabe que estás aquí?
John asintió.
- Ah… vale.
Tomo una gran bocanada de aire antes de responder.
- Hola. Hey, si, soy yo.
Podía oír la preocupación en la voz de su amigo al preguntarle a ella si estaba bien.
- Sí, estoy bien ya. Si, aun esta aquí. Aha, si. Vale.
Lo miró y le pasó el móvil.
- Quiere hablar contigo.
Frunció el ceño y silbó un tono interrogante. Las siguientes palabras de Qhuinn, lo helaron hasta los huesos.
- Tienes que venir ya. Y tráete a Jhade. La Virgen Escriba nos ha convocado a todos.
La sangre se convirtió a hielo dentro de sus venas.
¿Por qué ahora?
¿Por qué la Virgen Escriba los había convocado ahora?
Oh dios.
Una vida por otra, había dicho hacia algunos años. Si pensaba quedarse con la vida de Jhade… él se volvería loco. Completa y absolutamente loco de remate.
Colgó y salió de la cama.
- Vamos. Tenemos que irnos.
- ¿Por qué? ¿Qué ha dicho? Juro que si intenta hacerte daño por esto…
- Nada de eso. Hemos sido… convocados.
- ¿Convocados? ¿Por quién? ¿El rey?
John negó con la cabeza.
- La Virgen Escriba.
Jhade parpadeo varias veces.
- La Virgen… Escriba. ¿La madre de la raza?
John asintió.
- Sabia… sabía que ella trata con la Hermandad, ¿pero yo? ¿Por qué yo?

- No lo sé. Vamos, tenemos que desmaterializarnos de vuelta a la mansión y ver a los hermanos. Venga, vamos a vestirnos.

1 comentario:

  1. Ooohhh!!!!... Noooo.... ¿Porque justo ahora aparece la Virgen Escriba?!.... Menos mal que puedo seguir leyendo ya mismo.... Me aterra saber que sigue...

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