Él la envolvió en una toalla
antes de llevarla a la cama. Había traído comida y cambiado las sábanas antes
de sentir otra de sus olas de necesidad como si fuera un golpe físico. Estaba
más que feliz de ayudarla de nuevo y se sintió honrado, bendecido incluso, de
que Qhuinn le hubiese llamado.
Tal vez esto significaba que
podía volver a su antigua vida, a pesar de que se tendría que tomar las cosas
con mucha, mucha calma.
Y tendría que hablar con Qhuinn
antes que nada. Realmente necesitaba hablar con su amigo, aunque sabía que
Qhuinn ni siquiera consideraría escucharle al menos que él hiciera una
ceremonia de emparejamiento con Jhade.
¿Podría hacerlo?
Él la miró mientras la dejaba
en la cama con cuidado.
Joder, si que podía.
Es más, lo haría.
Ella sería suya.
Él sabía que ella lo volvería
necesitar pronto, pero le daría de comer primero.
Se acercó a donde había dejado
la bandeja y miró rápidamente su teléfono. 17 mensajes de Qhuinn. Le envió un
mensaje.
Ella
está bien. Hablamos pronto.
Sonrió para sus adentros. Había
estado escribiendo los mensajes completos desde que había conocido a Jhade.
Se dió la vuelta y vio que ella
se lo comía con los ojos, mirando con puro deleite femenino. O tal vez eso sólo
era la necesidad.
- Bonita obra de arte.
Oh mierda. Pillado.
Ella debía haber estado mirando
el par de ojos que se había hecho en la parte baja de su espalda. Los ojos de ella...
Uno
verde, otro azul.
Él decidió ignorarla y se sentó
en la cama con la bandeja.
Había cortado los sándwiches de
pavo y la fruta en trocitos pequeños y llevó un trozo a su boca. Ella solita se comió dos
sándwiches, una manzana, un plátano y un bol de uvas en un santiamén.
Rápidamente, él se comió el sándwich y la fruta que quedaba. Se sentía como un
macho, de los mejores que había porque su tripa estaba llena gracias a él. Ella
lo había dejado alimentarla.
Puso la bandeja a un lado y la
miró. Sus ojos estaban cerrados y parecía saciada, pero pronto empezó a
sacudirse y emitir más calor de la que él podía soportar. Con rapidez se tumbó
a su lado.
- Está empezando otra vez…
Jhade estaba gimoteando de
dolor.
- Dios, ¿cuándo va a parar?
Se arrancó la toalla, la piel
demasiado sensible para soportar la tela, y quedando desnuda ante él. La miró
arriba y abajo, apreciando su precioso cuerpo.
Era tan bonita que dolía, y se
prometió a si mismo que algún día, se tomaría su tiempo para devorar cada
centímetro de su delicioso cuerpo. Le haría el amor lentamente, tomándose su
tiempo para prepararla para él. Tal y como siempre había deseado.
Interrumpiendo sus
pensamientos, ella se subió encima de él, clavándose en su dura polla y
moviéndose arriba y abajo con fuerza.
Sonrió para sí, obviamente, hoy no era ese día.
¿Pero quién se estaba quejando?
Ella se inclinó hacia delante y él ladeó la cabeza, pensando que ella quería alimentarse otra vez. En vez de
ello, lo sorprendió cuando su mano se enredó en su pelo y ella inclinó su
cabeza hacia atrás y apretó los labios sobre los suyos. Sus lenguas se movieron
al mismo ritmo que sus caderas y ella seguía clavándose en él una y otra vez.
Su clímax le llego hasta lo más
profundo del alma y tomo el control, bombeando una y otra vez, vaciándose
dentro de ella, llenándola y causándole su propio orgasmo.
Aun así, no paró. John siguió
moviéndose dentro de ella, dentro, fuera, dentro, fuera, bombeando a un ritmo
demoledor y haciendo que se corrieran otras 3 veces antes de ralentizar sus
movimientos hasta detenerse. Ella se dejó caer sobre su pecho, completamente
exhausta.
*Aplausos*
ResponderEliminarUn capi genial!!!!... Me voy a seguir leyendo ;)