miércoles, 31 de julio de 2013

Lover Embraced - Capítulo 3


Cuando por fin llegaron a Safe Place, John Matthew estaba jodidamente nervioso. La preciosa pretrans no podia ser hija de su mejor amigo. Simplemente no era posible. En cuanto se detuvo el coche, Qhuinn saltó y fue hacia la entrada, mientras el se quedó para ayudar a Lilly Anna a bajarse del coche. Realmente no le gustaba ese nombre, pero como ella había dicho, era obra de las monjas.
- ¿John?
Silbó, sin querer mirarla.
- ¿Realmente estoy a salvo aquí?
Su corazón se partió al oir la inseguridad en su voz y tuvo que mirarla.
Asintió.
- Mas que en cualquier otro sitio. Lo prometo.
- Yo ah… tengo un poco de miedo.
Lo miraba con esos ojos inocentes y su instinto para protegerla para cuidarla se intensificó dentro de el, mientras que su polla palpitaba dentro de sus pantalones, por segunda vez esa noche.
- ¿Lilly Anna?
Marissa se acercó a ellos y John juró por lo bajo. ¿Qué demonios tenia esta chica? Pretrans. Lo que fuera.
Era fruta prohibida por mil razones distintas, especialmente si era quien pensaban. Aun no lo había podido hablar con Qhuinn pero se conocían tan bien que sabia lo que su mejor amigo estaba pensando.
- Hola cariño, soy Marissa. ¿Por qué no entras conmigo y te enseño Safe Place?
Asintió y lo miró.
- Estas a salvo. Confia en mi.
- ¿Volveré a veros? A los dos?
- Puedes estar segura.
Asintió de nuevo, confiando en él completamente, por alguna extraña razón. Se giró hacia Marissa con una sonrisa.
Su corazón dio un vuelco
Joder, era preciosa.
La mano pesada de Qhuinn, apretó su hombro.
- Tenemos que ir a Havers.
- No hay tiempo. Queda menos de una hora para el amanecer.
- A la mierda. John, si…
La voz de su amigo se partio y sus ojos se humedecieron.
- Tu la has visto. Si realmente es mi pequeña… Mi hija… Si es ella… Significara que la abandoné. Significara que simplemente creí a Havers cuando dijo que… y…
- Volvamos a la mansión. Hablemos con Wrath. Igual es solo una coincidencia. Una muy retorcida coincidencia.
No lo pensaba realmente, pero Qhuinn era lo bastante impulsivo para ignorar el sol e ir detrás de ese estúpido médico, sin pruebas de nada.
Su amigo se paso las manos por la cara.
- Te importaría… eh, ¿puedes conducir tú? Siento que se me va a ir la pinza.
John asintió y ambos entraron en el Hummer.
Media hora después llegaron a la mansión de la Hermandad y en cuanto llegaron a la entrada, Qhuinn se arrodilló. Sus piernas simplemente se negaron a moverse mas, como si ya no pudieran soportar su propio peso.
- Oh dios mio. Oh diosmio. Ohdiosm…
Los sollozos entrecortaron su respiración y John no estaba seguro que podia hacer. No podia ni imaginar lo que debía de estar pasando el macho. Sin embargo, el amanecer estaba comenzando ya asi que tenían que mover el trasero.
- ¡Qhuinn!
Blay salió corriendo de la mansión y John pudo ver a la Hermandad al completo en el vestíbulo. Seguro que Blay se lo había contado.
Ahora como coño se suponía que podían explicar esto.

 

16 cuerpos enormes de macho y uno esbelto de hembra, casi no entraban en la oficina de Wrath. La Hermandad al completo había sido llamada para esto. Todo los Hermanos, mas los previamente conocidos como la Banda de Bastardos y por supuesto, la gemela de V; Payne.
Qhuinn les había explicado con todo detalle lo ocurrido y el rey parecía realmente cruel.
- A ver si te entiendo. Has encontrado a una hembra pretrans. Que no sabe que es una de nosotros. Y crees que es tu hija.
- Si mi señor.
- La misma hija que nació y fue declarada fallecida hace 24 años.
- Si mi señor.
Wrath se apretó el puente de la nariz, soltando un largo suspiro.
- Mira hijo, no tengas esperanzas…
- Tiene mis ojos. Pelo oscuro como el mio. Su cara es la de Layla. Labios gruesos, nariz redondeada. Las mismas expresiones. No me estoy inventando esto.
- No estoy diciendo eso, pero si lo que dices es verdad… Havers ha cometido alta traición. Otra vez.
- Havers. Va. A. Morir. Esta noche.
- Para el carro ahí hijo. Nosotros no actuamos sin pruebas. ¿Me has entendido?
Qhuinn apretó la mandíbula y Wrath se levantó, apoyando los puños sobre su mesa y mostrando sus colmillos
- He dicho. Me. Has. ¿Entendido? Asiente gilipollas.
- Esta bien.
Qhuinn habló entre dientes.
- Pero al segundo que tenga pruebas. Lo mato.
Wrath asintió.
- Con tus propias manos si te da la gana.
- Una cosa más mi señor.
- Lo que tu digas.
- Yo se lo digo a Layla.
El olor de vinculación de Xcor, lleno la habitación, a la vez que su gruñido posesivo.
- Layla es mi hembra.
- Y yo soy el padre del crio al que creyó haber perdido.
- No. Me. Lo. Recuerdes.
Xcor sacó sus colmillos, aunque ahora era un Hermano y felizmente emparejado con la elegida caída, aun odiaba a Qhuinn después de todos estos años por haber sido el primero de Layla y haber tenido una cria con ella. Y eso a pesar de que Qhuinn estaba felizmente emparejado y completamente vinculado con Blay.
Wrath interfirió en el enfrentamiento.
- Xcor, tu no te meterás en esto.
- Wrath…
- Si conseguimos pruebas de que la pretrans es hija de Qhuinn y Layla, el derecho de decírselo es suyo. Y unicamente suyo.
- Pero, mi señor…
- Eso, mi querido hermano bastardo, es una maldita orden.

Lover Reconciled - Capítulo 9


Qhuinn se había quedado en blanco. Él iba a ser y Blay seria su No tenía sentido. Era lo mejor que le podía pasar. El y Blay tendrían que estar las 24 horas del día juntos. Para siempre. Sonrió. Era perfecto. Ahora podía dedicarse a conquistar a Blay. A seducirlo. A hacer que creyera en él y en sus sentimientos y asegurarle de que lo que sentía era real y que estaba más que preparado para hacer de lo suyo algo permanente.

- Gracias Wrath.

El rey asintió,

- No la cagues Qhuinn. Os he dado esta oportunidad a ti y a Blay porque he visto que por fin has aceptado tus sentimientos hacia él y los dos os merecéis ser felices. Pero como le hagas daño haciendo de las tuyas
- No lo haré.
- Eso espero hijo. Eso espero.

 
Al día siguiente, Blay seguía dándole vueltas a la noticia. Después de haber recibido la visita de todos los hermanos, Qhuinn había entrado en su habitación con una sonrisa de satisfacción en la cara. El hijo de puta seguro que se alegraba de que Blay tuviera que cubrirle las espaldas para el resto de su vida. Había intentado ignorarle, pero con Qhuinn, eso era algo imposible.

- Bueno, supongo que Wrath te ha dado la buena noticia.
- Sip.
- Va a ser genial tío. Los dos juntos como en los viejos tiempos. Solos tú y yo.
- Cállate Qhuinn.
- ¿No te gusta la idea? Vamos a estar unidos para siempre.
- No me lo recuerdes.
- ¿Qué te pasa Blay tío? ¿No te gusta la idea de pasar tanto tiempo conmigo?
- Pues no.
- Hace poco no pensabas lo mismo.
- He cambiado de opinión.
- Mentiroso.

Blay no respondió a eso. ¿Para qué?

- ¿Y si te dijera que el que ha cambiado de opinión soy yo?

La voz de Qhuinn había cambiado, se había suavizado y estaba más serio. Blay puso los ojos en blanco.

- Pfff ya claro. ¿Y eso cuanto tiempo te va a durar? Espera, ya te lo digo yo. Hasta que estemos en presencia de alguien. O hasta que vayamos al ZeroSum y te busques alguna rubia a la que tirarte. O una morena, o castaña. O calva, ya que estamos.
- Ya no Blay. Te digo que he cambiado.
- Claro claro. Eso ya lo veremos.

Qhuinn le guiñó un ojo y lo miró, lleno de confianza.

- Pues sí, ya lo veremos.

Blay sacudió la cabeza. No podía confiar en Qhuinn. Había sido su mejor amigo y lo conocía mejor que nadie. La conversación del día anterior, le hacía dudar, pero no se podía permitir eso. Tenía que seguir adelante y olvidarse de Qhuinn. Le estaba empezando a doler la cabeza, aparte de todo el lio con Qhuinn llevaba unos días con la sensación de que se le estaba olvidando algo, y no lograba dar con que podría ser. Había hablado con Havers que decía que eso era una sensación normal después de salir de un coma, pero él pensaba que había algo más. Que realmente se olvidaba de algo.

Qhuinn entró en la habitación algún tiempo después, dándole una bolsa con ropa.

- Vamos Blay. Es hora de volver a casa.

 
Qhuinn le había pedido a John que le trajera el Hummer y algo de ropa. No quería que Blay se desmaterializara aún, por si no estaba recuperado del todo. Había mandado a todos los hermanos a la mansión. Quería estar a solas con Blay. Espero a que éste empezara a vestirse pero Blay no se movió.

- Blay tío. Que te han dado el alta. Vámonos.
- Uhmmm ¿podrías irte? Ehm, ¿dejarme solo?
- No es la primera vez que te veo en pelotas Blay. Hemos luchado y entrenado juntos demasiadas veces. ¿A estas alturas te va a dar vergüenza?

Blay se sonrojó, pero no dijo nada. Qhuinn sonrió.

- Además se supone que no me puedo separar de tu lado.

Blay lo miró extrañado.

- Te confundes. Es al revés.
- Bueno sí. También.
- ¿Como que también? Si yo soy tu Ahstrux Nohtrum, soy yo el que no me puedo mover de tu lado.

Qhuinn miró a su amigo. Era obvio que no sabía nada sobre la asignación que Wrath le había dado a él también. No sabía si decírselo, aunque suponía que tarde o temprano Una llamada en su móvil interrumpió sus pensamientos. No le diría nada. Por el momento

lunes, 29 de julio de 2013

Lover Embraced - Capítulo 2


Al reconocerla, Qhuinn sintió la necesidad de llorar. Sentarse sobre su trasero y llorar como una jodida nenaza. Porque no era posible de que estuviera mirando a su hija. No había ninguna jodida posibilidad. Su hijita no había sobrevivido al parto. Havers habia estado alli y lo habia confirmado. Si hasta habian hecho una ceremonia del Fade para la pequeña amada vida que jamas existiría. Asi que esta preciosa hembra pretrans que tenían delante no podia ser, de hecho, su hija. Excepto que la sangre no mentia. Reconocia su sangre dentro de ella, se reconcia a el mismo, dentro de ella.
Ademas, ¿cuantos pretrans tenían los ojos como el?
Uno, verde lima, exactamente como los de Layla.
El otro azul. Del mismo azul que el suyo.
Tenia que tratar esto con calma, pensó. Lo último que quería era asustarla.
Sacando fuerzas de no sabia donde, se enderezo, respiró hondo y camino hacia ella, extendiendo su mano derecha, la de la daga.
- Hola, soy Qhuinn. Y este es mi amigo John Matthew.
Lo observó durante un instante y tembló cuando sus palmas se tocaron.
- Yo… ¿te conozco? Siento como si te conociera.
Asintió.
- Dime una cosa. El nombre de Havers ¿te dice algo?
Frunció el ceño.
- No.
Volvió a asentir.
- Es un sitio extraño para un tatuaje.
La pretrans se toco debajo del ojo al hablar, obviamente refiriéndose a la lagrima purpura de Ahstrux Nohtrum.
- Si, uno comete muchas locuras de joven.
Sonrió.
- Oye, ¿te podemos llevar a alguna parte? Mi Hummer esta justo ahí.
Se mordió el labio y escuchó como John inhaló bruscamente y su olor se intensificó.
Oh ni se te ocurra hijo de-
- Por favor, si no os importa. Necesito volver a St. Mary’s.
- ¿El orfanato?
- Si.
- ¿Es donde vives?
- Por ahora. Doy clases a cambio de un techo y comida. No es mucho pero… si.
- Vamos.
A Qhuinn realmente le costaba respirar mientras andaban hasta su coche y estaba intentando por todos los medios que no se le notara. Su teléfono pito con un mensaje de John.
N sbe k s 1 d nstrs. Crca d cmbio.
No me digas, genio.
Necesitaba llevara a algún lugar seguro sin acojonarla y despues tenia que ir en busca de Havers para arrancarle la garganta. Con sus dientes. Que suerte que tuviera colmillos.
Su mente nublada cayó en algo que había dicho ella antes, al hablar con John.
- Oye, no es por entrometerme ni nada pero antes has mencionado algo de que… tus padres fueron asesinados por tipos como los que te estaban atacando?
- Eh, si.
- Tu… -se aclaro la garganta – ¿te habían atacado antes?
- De vez en cuando lo hacen. Pero mas que un ataque intentan asustarme para reírse un rato. Pero se defenderme. Parece que han averiguado donde vivo asi que me los encuentro mas que antes. Es bastante molesto.
Malditos lessers. Estaba deseando que llegara el dia en el que por fin acababan con ellos.
- Que me dices – Dios, estaba ronco.- Que me dices si te dijera que puedo llevarte a un lugar seguro. Un lugar donde jamas tuvieras que tratar con ellos otra vez.
Lo miró a través del retrovisor con el ceño fruncido y el le devolvió esa mirada.
- ¿Que me dices si te puedo llevar a un lugar seguro para vivir?
- Ya. No.
- Lo digo en serio. Es un lugar donde mujeres y niños están protegidos.
- De que.
- De todo. Hellr…maridos abusivos, tios palidos frikis.
- ¿De verdad?
- Sip.
- ¿Cuanto me va a costar?
- Nada. En Safe Place ayudan a hembras… mujeres necesitadas. Como he dicho, tienen niños y obviamente eres buena con ellos, asi que si quiseras hasta les podrias ayudar. Siempre necesitan a gente.

 

*-*-*-*-*

 

Su mente no paraba de dar vueltas. Deberia de volver a St. Mary’s, excepto que allí no la necesitaban realmente, y solo la dejaban quedarse porque sabían que no tenia a donde ir. Ojos Azules la miraba mientras ella miraba a Qhuinn, con esos ojos desiguales, que veía todos los días en su propio espejo. Se sentía segura.
Le habían prometido seguridad y ella les creía. Creia que realmente la podrian mantener a salvo. Por primera vez en su vida.
Tambien era la primera vez que sentía algo extraño… Por primera vez en su vida sentía como si estuviera en casa.
Cosa que era completamente absurda.
En el silencio del Hummer nadie dijo nada. No la estaban presionando y se dio cuenta de que iban conduciendo hacia el orfanato.
Tonta tonta tonta.
- ¿Qué pasa si digo que si, y luego decido que no me quiero quedar?
Qhuinn le dedicó otra de sus sonrisas despreocupadas.
- No eres una prisionera. Mira, nosotros luchamos contra esos tipos palidos. Asi que protegemos a quien corra algún riesgo con ellos. Con tu pasado y despues de lo que ha pasado y lo que nos has contado, solo queremos asegurarnos de que estas a salvo, eso es todo.
- Hmmm.
Abrió la boca. La volvió a cerrar. Habia algo mas, algo que no le estaban contando pero no lograba descifrarlo. Que hacer…
De todos modos, ¿qué podia perder? Se habia estado quedando con las monjas pero nunca se habia sentido a salvo, no como se sentía aquí, con estos dos extraños.
Miró a John que asintió casi imperceptiblemente y se sonrojó, agradecida por que aun fuera de noche. Suspiró.
- Está bien.
Qhuinn asintió y le pareció que suspiró aliviado. Cambió de sentido a la primera ocasión, como si el camino hacia donde fuera, ya estuviera calculado en su mente.
- Espera, tengo que recoger algunas cosas.
- Tendras todo lo que necesites, lo prometo.
Frunció el ceño. Todo esto era demasiado raro.
- Marissa, hey, soy Qhuinn. Si, eschucha, ¿puedes acoger a alguien?
Estaba al teléfono y de repente cambio a otro idioma que sonaba como eslavo. Hungaro, o Rumano quizás, pero no del todo.
- ¿Como te llamas, cielo?
- Lilly Anna.
Se lo repitió a Marissa y colgó, solo para hacer otra llamada, hablando en ese precioso idioma de nuevo. Le quería preguntar que era pero seguía hablando y John estaba mirando por las ventanas. Seguramente pendiente de cualquier peligro.
Tenía la sensación de que debería de tener miedo o algo, pero no podia obligarse a sentir ningún temor. Aunque si que se estaba preguntando en que demonios se estaba metiendo.

Lover Reconciled - Capítulo 8


Blay vio como Qhuinn abría la boca y la volvía a cerrar. Obviamente no se atrevía a decir nada delante de Havers y la curiosidad le hizo preguntarse qué era lo que Qhuinn había estado a punto de decir.

- Esto aún no ha terminado. Hablaremos más tarde.

Con esas palabras Qhuinn salió de la habitación, seguido de Havers. El rey entró varios minutos después y lo miró un largo rato sin decir nada. Blay respetaba mucho a Wrath y no podría mentirle con respecto a las razones que lo habían hecho desobedecer sus órdenes.

- Blaylock. Me has decepcionado. No me esperaba esto de ti. De Qhuinn, por supuesto. De Zsadist, quizás. Hasta de John me lo podía haber esperado. Pero no de ti. Jamás de ti.

- Mi rey yo

- No. He. Terminado.

Blay se encogió. Wrath no solo estaba enfadado. Estaba furioso.

- He tenido más de una semana para pensar que hacer contigo. Y lo he tenido que pensar mucho. Has puesto en peligro a los hermanos con tu actitud temeraria. Si hubiese sido cualquier otro, lo echaría a patadas de la mansión. Sin dudarlo. Y no tendría opción a ser hermano nunca más.

Blay se mordió el labio, nervioso.

- Sin embargo, sé que si te echo a ti, pierdo a Qhuinn. Y también haría que John estuviera dividido entre su lealtad hacia ti y su lealtad hacia la hermandad. Puesto que no quiero que eso ocurra, ya que la hermandad os necesita y sois buenos luchadores, voy a tener que aplicar un castigo menos severo. Vas a estar dos meses sin luchar.

Blay suspiró aliviado. Si eso era todo, había escapado bien. Mejor de lo que habría pensado. Wrath sonrió.

- Pero eso no es todo hijo. A partir de ahora, eres oficialmente el Ahstrux Nohtrum de Qhuinn.

Blay miró al rey estupefacto. Tenía que ser una broma. Él no podía

- Serás el guardián personal de Qhuinn, con licencia para matar. Estarás con él a todas horas. Donde él vaya, vas tú. Lo protegerás con tu vida. Para siempre.

Blay cerró los ojos. Hubiese preferido que Wrath lo echara de la Hermandad. Sería menos cruel. El rey realmente había dado en el clavo, puesto que no había mayor castigo para el que tener que seguir a Qhuinn todas las noches al ZeroSum y entrar con él al cuarto de baño mientas se follaba a cualquiera en uno de los baños.

- Blay.

Abrió los ojos y miró a Wrath.

- Confía en mí. Se lo que hago y por qué lo hago.

Blay asintió.

- Se por qué te fuiste. Hay cámaras por toda la mansión así que vi la discusión que tuvisteis. Y no quiero que esta situación se vuelva a repetir.

Volvió a asentir.

- Bueno, ya que todo ha quedado aclarado, cuéntame, ¿Cómo lograste matar a todos esos malditos antis?

 

Qhuinn esperaba fuera mientras Wrath hablaba con Blay. No sabía lo que estaba pasando ahí dentro, pero el ya se había decidido. Si Wrath echaba a Blay, Qhuinn también se iba.

Había llamado a los padres de Blay para que supieran que ya había despertado y llegaron poco después. Wrath salió, saludándoles antes de dejarles pasar a ver a su  hijo.

- Qhuinn, tenemos que hablar.

Qhuinn siguió a Wrath hacia la oficina de Havers que estaba vacía. Cruzó los brazos y espero a que el rey le dijera lo que tuviera que decir, aunque ya tenía una idea.

- No me mires así hijo. No he echado a Blay.

Qhuinn suspiró aliviado.

- Pero le he impuesto otro castigo.

Qhuinn arqueó una ceja, esperando escuchar lo que le esperaba a su amigo.

- Estará dos meses sin luchar.

Asintió. Eso le parecía justo.

- Lo que pasa, es que tú también vas a estar esos dos meses sin luchar.

Volvió a arquear la ceja.

- ¿Puedo preguntar por qué?

- Porque, aparte de esos dos meses sin luchar, le he asignado una tarea específica a Blay.

Qhuinn espero a que el rey terminara de hablar.
 
- A partir de hoy, Blay es tu Ahstrux Nohtrum. Y eso no es todo, a partir de hoy, tú serás el de Blay.

domingo, 28 de julio de 2013

Lover Embraced - Capítulo 1


- Joder J, tenemos que largarnos ya. ¡Vamos!

John silbó una nota ascendente mientras mandaba al lesser devuelta al Omega. Tío, estos lessers apestaban, en serio. Por un instante, el dolor paralizante de haber perdido a Xhex, amenazó con abrumarlo. A ella le hubiera encantado esto. Todo.
La lucha. La adrenalina. Hasta el olor rancio a sangre de lesser.
- John, muévete. ¡Ahora!
Qhuinn lo devolvió a la realidad y respiró a través del dolor, como había aprendido a hacer durante estos últimos 23 años.
Oh mierda. El aniversario de su muerte era dentro de poco.
Un grito femenino lleno el silencio de la noche y sus shitkickers se movieron solos.
Llegaron al lugar de donde provenía el sonido y se detuvieron de golpe. Tres lessers estaban rodeando a una mujer. No. Una mujer no. Una hembra. Una pretrans. Joder.
Los lessers andaban detrás de una hembra pretrans. Una preciosa y exquisita hembra pretrans. Al mirarla, su polla se endureció bajo los pantalones, sorprendiéndole.
Era la primera erección desde.. oh dios, ni se acordaba. Hacia años. Decadas. Y la cosa era demasiado inapropiada para el momento. Ademas de jodidamente incómoda al correr hacia donde...
- ¡Suéltame friki!
La hembra se defendia bien, usando spray de pimienta contra uno de sus atacantes.
- Ja, ¡que te parece eso bicho asqueroso!
Qhuinn atacó a uno de los lessers por detrás sin dudarlo. La hembra abrió los ojos con miedo y John sintió una extraña necesidad de ir hacia ella y confortarla. Asegurarla de que nada le iba a hacer daño.
Los lessers se fijaron en el, y no pudo decirle nada. Aunque claro, eso era difícil sin cuerdas vocales.
Se metió de lleno en la pelea y la vio retroceder hasta meterse en la parada de autobús, mirando en otra dirección. Chica lista. Seguro que sabia que estaban luchando contra su enemigo. La guerra era una cosa muy fea para los pobres civiles que eran el blanco de estos lessers continuamente.
Qhuinn se deshizo de los lessers y fue corriendo hacia John para echarle una mano con el que quedaba. En cuanto terminaron, quedaron en el suelo, cubiertos de sangre negra y respirando agitadamente, recuperándose de la lucha. La voz más dulce que había oído jamás, se escuchó entre sus respiraciones entrecortadas.
- ¿Se han marchado?
La pretrans salio a la luz de las farolas y cuando lo hizo pudieron ver su cara con claridad. Dejaron de respirar por completo.
La pretrans era absolutamente preciosa.
Tenía los ojos mas bonitos que había visto nunca.
Ojos, que solo había visto una vez antes en otra persona.
Uno verde. Uno azul.

*-*-*-*-*-*

Los dos tios enormes siguieron mirándola con asombroso silencio, y ella jugueteó con las tiras de su mochila. Realmente no le gustaba la atención, aunque debería de estar mas que acostumbrada.
- No puede ser.
Uno de ellos estaba susurrando.
- No es posible. Jhade murió. No puede ser ella. No es…
Levantó la vista y uno de los tios estaba arodillado, inclinado hacia delante, como si tuviera problemas para respirar. Su amigo lo miraba preocupado.
- ¿Está bien?
Whoa. La mirada azul que la observaba, era hipnótica. La miró extrañado pero asintió. Se enderezó y giro hacia ella muy despacio, como intentando no ahuyentarla. Le podia haber ahorrado la molestia, pero estaba demasiado anonadada para hablar.
El tio era espectacular. Como un modelo o algo.
Despues de haberla salvado de esos frikis asquerosos de pelo blanco, de alguna manera intuía que estaba a salvo con ellos. Ojos Azules saco su móvil, tecleó algo y le dio la vuelta para que ella pudiera ver la pantalla.
- ¿Quién eres?
Ehh, lo mismo te digo. ¿Y porque demonios estaba usando su telefono movil en vez de preguntarla directamente?
- Soy eh… Lilly Anna.
Sus ojos se abrieron solo un poco y ella levantó un hombro con indiferencia.
- Lo se, son nombres bíblicos. Me los pusieron las monjas porque no les gustaba mi nombre de verdad. Lo cambiaron.
Y ella habia odiado el nombre desde el principio. Aunque no lograba recordar su nombre original…
Frunció el ceño y con los labios formo la palabra monjas.
- Si, me llevaron al orfanato de St. Mary’s despues de que mis padres fueran asesinados por un grupo de estos bichos pálidos. Ahora trabajo allí. ¿Yyyyy porque te estoy contando yo esto?
El chaval casi sonrió, pero sin mostrar sus dientes y ella quedo fascinada. Volvio a teclear en el móvil mientras miraba a su amigo, que seguía de rodillas, intentando respirar y negando con la cabeza.
Ojos Azules estaba tardando un poco y ella no pudo reprimir su curiosidad.
- ¿Por qué estas tecleando?
La miró brevemente, negó con la cabeza y siguió con lo suyo.
- ¿No hablas para nada verdad?
Negó de nuevo, sin mirarla esta vez. Como si estuviera avergonzado.
- ¿El teléfono es la una manera que tienes para comunicarte?
Negó con la cabeza otra vez, agarró el móvil con una mano, mientras con la otra iba formando letras que ella conocía mejor que bien. Signo de Lenguas Americano.
Sonrio y comenzo a mover sus propias manos.
- Mira tu por donde, que bien que yo también conozca el ASL.
Sus ojos casi salieron de sus orbitas y comenzó a formar palabras en movimientos agiles y ensayados.
- ¿Sabes lo que eres?
Que pregunta mas rara, pensó.
Sus mirada fue hacia su amigo que habia empezado a levantarse. Al mirarla a la cara, se quedo helada. Era como si estuviera mirando en un espejo.
Sus ojos…
Uno verde. Uno azul.