jueves, 26 de febrero de 2015

Lover Defeated - Epilogo > Un vistazo hacia el futuro...

Hunter estaba en la cama cuando las visiones del futuro lo asaltaron.

Dentro de 30 años, Hope, por fin cedería a los deseos de Elvar y llevaría a su cría. Dos crías. Dos hermosas niñas que los volverían locos a todos. Mientras los manejaban a todos a su antojo, especialmente a cierto Hermano con perilla...
Hunter sería un tío orgulloso y las mimaría más que nadie. Aunque su tío V le haría la competencia.

El proyecto de Matt continuaría expandiéndose y él ya no ocultaría quién era. Su hellren TreziAm se aseguraría de ello. El amor que se tenían y se mostraban cada día, sería una inspiración para todos en el hogar. Habían tenido que luchar mucho y muy duro para llegar a donde estaban.

Los Hermanos originales y los bastardos permanecerían en la mansión, porque eso es lo que preferían, pero la mayoría de los jóvenes, tenían su propio lugar.

John, Jhade y su hijo Xhexon, que había crecido hasta convertirse en un macho alto y fuerte como su padre, después de su transición, compartían una casa, aunque el joven macho ya estaba haciendo planes para vivir con su mejor amiga, Rhemeny.

Darius, Nalla y Rhemeny, vivían juntos, y tenían una gran cantidad de visitas de Abuelo Z. Rhemeny todavía no estaba segura de si quería vivir con Xhexon. De alguna manera, parecía que él quería más de ella que simple amistad, y ella había comenzado a desarrollar sentimientos por cierto prisionero en silla de ruedas...

Ahgony y Mariah habían adoptado a dos pequeños humanos, que ahora eran adultos. Ellos se habían integrado en el estilo de vida de vampiros y quería convertirse en vampiros, aunque no era una tarea fácil...

Blaxton había conquistado a Janie y robado su corazón después de ayudarla a pasar por su transición y necesidad, pero ella ya no vivía en la mansión ni en los alrededores. Ella estaba apoyando a su hellren en la clínica, para consternación de Butch. Era más feliz de lo que jamás podría haber pensado. De vez en cuando, seguía cambiando su color de pelo, sólo para sorprender a su macho, y Blax la quería cada día más.

Todos sus amigos tenían una casa propia, y la Hermandad estaba más unida que nunca.
Por suerte, no habían sufrido pérdidas significativas en la Hermandad y Butch seguía inhalando lessers como si no hubiera un mañana. Pronto el Omega dejaría de ser la amenaza que todos sabían que era y su raza finalmente sería capaz de vivir en paz y conocer la verdadera felicidad.

En cuanto a él...
Hunter se vio a si mismo entrar en una de esas casas de campo, a solas, por supuesto.
Mientras fue hacia el dormitorio, se desnudó y se vio la marca de la Hermandad en el pectoral. Era un Hermano. Se detuvo en la puerta y observó. La vio esperándole en la cama, desnuda, mojada y dispuesta.
Su hembra.
Su shellan.
Su sumisa.
Su todo.


Santa mierda.
Hunter inhaló profundamente mientras que la visión del futuro se esfumó.
¿Tenía una shellan? No era posible.
Pero cuanto más pensaba en ello, más que quería hacer que sucediera. Tener una única sumisa... eso sí que era un futuro que esperaba con ganas.

martes, 24 de febrero de 2015

Lover Defeated - Capítulo 37

Hunter miró a sus amigos, la mayoría de ellos vinculados, emparejados y felices.
Estaba feliz por ellos, de verdad. Especialmente por su hermana, Hope. Estaban celebrando el emparejamiento de Elvar y Hope, por fin.
Pero esa mierda no era para él.
Por supuesto que no.
Le gustaba su libertad, muchas gracias.
- Hola hermano mío. ¿Ya estas con la cabeza en las nubes?
Sonrió a su gemela y la abrazó. Dio una palmada a su hellren Elvar en la espalda.
 - ¿Que pasa tío? Cuidando bien de mi hermana, estoy seguro.
 - Siempre.
 Elvar besó la sien de Hope y Hunter sintió una punzada de algo atravesarle... ¿era envidia?
 Sí, a la mierda con eso.
 No quería compromiso. Ni ahora, ni nunca. De ninguna manera.
Él era demasiado parecido a su tío para conformarse con una sola hembra.
Vishous había tenido la suerte de encontrar a Jane. Aunque los rumores decían que era ella la que hacía de domme ahora. Resopló. Hunter no podía imaginar que a un macho como V le gustara ser dominado... atado y amordazado mientras Jane... Whoa.
Vale. No necesitaba darle más vueltas a eso.
Él no era así.
Incluso si encontraba a una hembra digna. Él nunca se sometería. Nunca.
Su lado dominante era una parte demasiado grande de él, algo de lo que nunca se desharía. Y no pasaba nada. Se había aceptado a sí mismo hacía mucho tiempo. No iba a cambiar. No quería hacerlo tampoco. Tomó un trago de su Grey Goose y frunció el ceño.
Estaba al límite. Había pasado algún tiempo desde que se hubiera desahogado. Con tanto entrenamiento con la Hermandad y el estar pendiente de sus mejores amigos, no había tenido mucho tiempo.
Su mano tembló y supo que tenía que llamar a una de sus sumisas esta noche.
La única pregunta era, ¿cuál de ellas? Mientras lo pensaba, Sandra se acercó a ellos con sus típicos vaqueros y sudadera con capucha, su cabello largo atado en una cola de caballo.
Hunter frunció el ceño mientras la veía acercarse. Había algo en ella que siempre le hacía un nudo en el estómago. Y le ponía duro como una piedra.
Pero el qué podría ser, no tenía ni puta idea. Durante un tiempo había tenido miedo, miedo de vincularse con ella. Gracias a la Virgen Escriba que no había sucedido. No podía pasar con ella. Era imposible.
Era preciosa, sí. Pero él no se sentía atraído por ella. Ella era todo lo contrario de lo que lo excitaba. Sin embargo, su polla no estaba de acuerdo, levantándose pidiendo atención ante la mera visión de ella.
Su ropa normalmente cubrían cada centímetro de su piel, incluso en verano, y ella era una cosita tímida, siempre con su nariz en un libro ya fuera de papel o electrónico. Literalmente no podía recordar un momento en el que ella no tuviera su Kindle encima. Lo mantenía en el bolsillo delantero de sus sudaderas, para poder leer donde fuera, cuando fuera.
Sí, la hija de Tohrment y Autumn era como la más vainilla de todas. Una newling, completamente inocente y pura.
Las hembras con las que él solía estar eran como él, estaban metidas en el estilo de vida. Sabían exactamente qué hacer, lo que se esperaba de ellas. El único cuero que Sandra había visto era el material con el que él y los Hermanos se vestían cuando salían a pelear.
Resopló.
¿Y por qué demonios estaba pensando en ella toda cubierto de cuero...?

 * - * - *

Sandra sintió las mariposas volviéndose locas en el interior de su estómago y el corazón le dio un vuelco triple dentro de su pecho. Señales de que se estaba acercando a Hunter.
- Hola chicos. Hope, Payne te está buscando. ¿Algo sobre estar a punto de matar a Manny?
Hope se rió entre dientes.
- Estará de mala leche de nuevo. Vamos Elvar, tenemos que rescatar a papá.
- Muéstrame el camino, cara.
Se giró para irse cuando oyó la voz profunda de Hunter detrás de ella.
- Hey Wells.
Ella se estremeció.
Su nombre era Wellesandra, pero todo el mundo la llamaba Sandra. Él era el único que la llamaba así, y sólo cuando no había nadie alrededor para escucharlo. Supuso que era porque nadie quería recordar a la primera shellan de su padre.
- Hola.
- ¿Has leído algún buen libro últimamente?
Ella se sonrojó. Si supiera...
- Uhm, sí, claro. Algunos.
Él sonrió con indulgencia.
- Déjame adivinar, ¿chico conquista a chica y viven felices para siempre?
Sandra sonrió.
Claro, sí. Mucho de eso.
Lo que ni él, ni nadie sabían, era que en los libros que ella leía no era todo rosas y romance.
Nop.
Tenía un montón de secretos, y ese era sólo uno de ellos. Sonriéndole, se encogió de hombros.
- Ah... oye, ¿te apetece hacer algo juntos algún día?
Ella frunció el ceño cuando Hunter le tocó el brazo, moviendo su pulgar sobre la piel expuesta de su muñeca. Él nunca, nunca sugería que hicieran algo juntos. Y definitivamente nunca la había tocado así antes. ¿Qué estaba ocurriendo?
La pupila de su ojo izquierdo se expandió y su ojo se volvió completamente negro. Sandra jadeó suavemente. ¿Estaba teniendo una visión?
Miró a su alrededor, contenta de ver que nadie estaba prestando atención, tomo su mano, y tiró de él hasta que la siguió a la biblioteca.
- ¿Hunter?
Él se soltó de su mano como si le quemara y la forma en que la miraba era... diferente. Más intenso.
Ella retrocedió y él la siguió, caminando hacia ella lentamente. Deliberadamente.
Como un depredador.
- ¿Hunter?
Él la apoyó contra la pared y pensó por un momento que iba a besarla. Por supuesto que no.
No. En cambio, susurró contra sus labios.
- Yo. Te. Salvare.

 * - * - *

Hope se escabulló con Elvar hacia su dormitorio provisional.
Sí, era su fiesta, pero ya habían saludado a todos y ahora ella necesitaba a su hellren para sí misma. Colocó las dagas que Vishous les había hechoen su caja fuerteHabía sido su regaloy su manera de disculparseAhora cada uno tenía un conjunto de Dagas personalizadas, así como un conjunto para conmemorar su emparejamientoEran absolutamente impresionantes.
Wrath había anunciado el proyecto de Matt y pronto la mansión estaría rodeada de pequeñas casas de campo privadas, todas interconectadas a través del túnel. Era exactamente lo que necesitaba, y Vishous estaba a cargo de la seguridad, por lo que estarían a salvo y tendrían la intimidad que necesitaban.
Amaba a su familia, a todos ellos, pero a veces anhelaba la libertad poder ser follada por su hellren en cualquier otro lugar que no fuera su cama o el baño.
Aunque hasta que tuvieran su propia casa...
Ella lo empujó sobre la cama y se sentó a horcajadas, aplastándolo debajo de ella.
- Por fin solos.
Sonrió.
- ¿Qué tienes en mente, cara?
- Hmmm tantas cosas...
Tiro de los lados de su camisa, por lo que los botones volaron por todo el lugar.
- En primer lugar, quiero lamer cada centímetro de tu cuerpo. Cada centímetro.
Él gimió, moviendo sus caderas hacia arriba para poder rozar su sexo.
- Después, me quiero alimentar. Chupar con fuerza hasta que tu sangre me llene.
 - Jesús, cara. Joder. Nena...
Ella sonrió diabólicamente mientras se quitó la camiseta sobre su cabeza, dejando al descubierto un sujetador de encaje negro. Él gimió en agradecimiento. Sus manos pasearon sobre su propio cuerpo, sus largas uñas negras arañando la piel sensualmente mientras los ojos de Elvar seguían cada movimiento. Sus colmillos estaban completamente extendidos y ella podía notar que estaba perdiendo la paciencia. Más aún cuando él la agarró por las caderas y los giró, por lo que estaba encima y en control.
Rápidamente le quitó los pantalones y la miró, apreciando la tanga de encaje negro que llevaba. Obviamente le gustó lo que vio.
Deshaciéndose de sus propios pantalones, se subió de nuevo a la cama, su olor de vinculación espesó el aire. Ella se rió cuando le hizo cosquillas en el vientre.
Delirantemente feliz.
Eso era lo que sentía con él.
Nunca en un millón de años se podría haber imaginado que podía sentir esto. Ella era feliz, estaba enamorada, tenía todo lo que siempre había querido y tenía todo lo que ella nunca había sabido que necesitaba.
Ella estaría eternamente agradecida de que Elvar se había unido a esas clases. Si no lo hubiera hecho...
La palabra felicidad no sería parte de su vocabulario.
Y ahora mismo, eso era lo único que sentía. Pura felicidad. La vida simplemente no podía ser mucho mejor de lo que ya lo era.