jueves, 30 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 42

Capítulo 42

Ahgony se despertó con un grito torturado en la habitación de al lado.
¡Darius!
Arma en mano, irrumpió en la habitación de su amigo, sólo para encontrarlo gritando y llorando en la cama. ¡Estaba soñando!
- ¡Tío! Darius, ¡despierta!
Su amigo se movió y se retorció en la cama, sin responder a Ahgony en absoluto. Así que hizo lo que cualquier amigo haría. Cogió un vaso de agua y se la echó a la cara.
- ¿Qué cojones..?.
Darius estaba instantáneamente despierto y alerta.
- D, ¿estás bien tío?
- Estoy bien.
Darius se secó la cara con la sábana y suspiró.
- ¿Quieres hablar de ello?
- Nop.
- De acuerdo. Todavía tenemos un par de horas hasta la puesta del sol. Me voy a la cama.
- Genial. Voy a estar en el gimnasio.
- No te excedas.
- Lo que tú digas.
Ahgony volvió a su habitación y sonrió al ver una forma familiar acostada en la cama. Sonriendo, se acercó y se acostó a su lado.
- Hola leelan.
Ella abrió los brazos y lo acogió en su abrazo.
- Hola cari.
Sus labios encontraron los de ella y él la abrazó más fuerte cuando metió la lengua en su boca para saborearla. Sus suaves gemidos lo estaban volviendo loco.
- ¿Sabes que si tu padre se entera, soy papilla verdad? Literalmente.
Ella se río en voz baja.
- No se enterará. Y él no te hará daño. No mucho.
- ¿Es una broma? ¡Ese tipo se come a los lessers por diversión! Yo no sería más que un aperitivo. Tienes que volver a tu habitación Mariah.
- Mmm dentro de un ratito.
Él suspiró, incapaz de negarle nada.
Su mano bajó por su estómago, y la metió dentro de sus bragas donde encontró que ya estaba mojada por él. No podía estar con ella de la manera que él quería, aun no. Pero sí que podía darle placer, aunque ello le diera un severo caso de huevos duros.

* - * - *

Darius estaba dándole fuerte al saco de boxeo, dando una vía de escape a todas sus frustraciones. Tendría que ir a alimentarse pronto, apenas en un par de horas. La última vez antes de ser emparejado a ella.
Dejó escapar un grito frustrado mientras sacaba su daga y abría el saco de arena de arriba a abajo, dejando que toda la arena cayera en el suelo.
- Eso mismo lo hice yo una vez.
Levantó la vista para encontrar Zsadist observándolo. Sus hombros se hundieron.
- ¿Estás bien, hijo?
- Supongo.
- Tendrás tu venganza. Puede que tardes un par de siglos, pero... la tendrás.
Darius asintió.
- Y si me dejas, yo te ayudaré. Con mucho gusto.
Los ojos de Z brillaron negro por un momento y Darius asintió de nuevo.
- Si esta mierda no hubiera ocurrido, ¿te hubieras emparejado con ella? ¿Con mi Nalla?
- Sí Z. El segundo después de pasar por mi transición.
- ¿A pesar de que tu padre tiene esa regla de no salir con las hijas de los hermanos?
Él soltó un bufido.
- Nada me hubiera detenido Z. Na-da.
Zsadist asintió.
- Es bueno saberlo.
Darius quiso decir más. Para que Zsadist supiera lo mucho que amaba a Nalla.
Pero para que mierda iba a hacer eso.
No cambiaría nada.
Zsadist asintió con la cabeza como si hubiera leído su mente y sabía lo que Darius sentía. Qué era de agradecer.
Una oleada de náuseas lo golpeó de repente y cayó de rodillas.
- Whoa. ¿Estás bien, hijo?
- Mareado.
Cada hueso de su cuerpo le dolía como mil demonios. Él no había hecho tanto ejercicio...
- Creo que necesito alimentarme. No llegue a hacerlo la última vez.
Sin embargo su estómago no le dolía como lo haría si estuviera hambriento.
- Queda sólo una hora hasta la puesta del sol. Voy a buscar a Ahgony. ¿Quieres que llame a alguien más?
Sacudió la cabeza, tratando de ignorar las ganas de vomitar que tenía.

¿Qué demonios le estaba pasando?

Trusting Lover - Capítulo 10

Rhage solo comió cuando estuvo seguro de que Lohrena estaba llena y saciada. Se estaba comportando como un macho vinculado, aunque no había soltado el olor de marcaje. No podía evitarlo, si hasta le había llamado tahlly... Lohrena se levantó y desapareció en el baño. Oyó el agua de la ducha y se levantó, necesitándola de nuevo.

- Tahlly, ¿que...?
- Ven, vamos a ducharnos.

Lohrena lo miraba con expresión traviesa y Rhage la adoraba. Su cuerpo comenzó a vibrar de nuevo por la necesidad de volver a estar enterrado en ella. Por alguna razón pensó que no se debía del todo a su periodo de necesidad y que aunque no la estuviera pasando, la desearía igual. La ducha era enorme y los dos cabían con facilidad. Lohrena estaba debajo del agua y Rhage gruñó al verla.

- Ven aquí, mujer.

La atrajo hacia sí, pegando sus cuerpos desnudos, aplastando sus pechos contra su torso y apretando su erección contra su barriga. Tomo posesión de su boca besándola con intensidad, disfrutando de su olor y su sabor. Lohrena gimió pero se separó un poco de él.

- Anda déjame que te enjabone, tenemos que volver a la cama.

Rhage ronroneó.

- Yo primero.

Cogió la esponja y el gel e hizo exactamente eso, moviendo su mano por todo su cuerpo, creando muchísima espuma una y otra vez.

- ¡Rhage!

Lohrena reía a carcajadas y a Rhage le pareció el mejor sonido del mundo.

- Rhage ¡me estás haciendo cosquillas!

Siguió pasando la esponja por su cuerpo, mientras ella se reía y se retorcía.

- Rhage, por favor... Rhage, ¡para!

Lohrena dejo de reír al ver como Rhage se había quedado completamente quieto, sin mover ni un solo musculo.

- ¿Rhage?
- Tahlly, tú me dices que pare y yo me paro. Es así de simple.

Lohrena se sintió culpable al ver la expresión herida de Rhage. No había querido que se detuviera, solo había sido una expresión. Su comportamiento de antes, con la comida y ahora, era la de un macho vinculado, cosa que era absurda porque Rhage no se estaba vinculando a ella. Si fuera si, lo podría oler. Le quito la esponja para distraerlo.

- Me toca.

Empezó enjabonando su pecho y Rhage se relajó, cerrando los ojos y ronroneando de nuevo. Inspiró con fuerza, sorprendiéndose al notar que Rhage no olía al gel que estaban usando si no a algo mucho mejor. Más intenso y especiado. Sacudió la cabeza. Rhage no se estaba vinculando con ella. 
Nop. 
No era posible. 
Solo estaban aquí juntos por su necesidad. Después de esto cada uno seguiría su camino y no se volverían a ver jamás.  Ignoró el dolor que ese pensamiento le causo y siguió deslizando la esponja por el cuerpo de Rhage. Se colocó detrás de el para seguir con su espalda y jadeo al ver el enorme tatuaje de un dragón, que parecía mirarla directamente. Con cuidado paso la esponja por encima y el ronroneo de Rhage se intensifico, para luego convertirse en un gemido.

- Lohrena... te necesito...

Se colocó de nuevo delante de él, poniéndose de puntillas para besarlo y dejando que la esponja se cayera al suelo.

- Estoy aquí mismo.

Él la cogió en brazos, penetrándola con facilidad a la vez que la besaba hasta dejarla sin aliento. Cuando la miró, sus ojos estaban completamente blancos.

- Rhage... tus ojos...


Rhage incremento el ritmo de sus embestidas, haciendo que se olvidase de lo que acababa de volver a ver.

lunes, 27 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 41


- Entonces, ¿cómo te sientes?
- Bien. Un poco mareada a veces, pero aparte de eso, igual que siempre.
- Muy bien, sólo necesito un poco de sangre, para hacer algunas pruebas más.
Nalla frunció el ceño, pero extendió su brazo para que Doc Jane pudiera tomar su sangre.
- ¿Qué tal emocionalmente? ¿Te sientes triste, deprimida, feliz?
- Tengo mis momentos. Un poco de todo, supongo.
-  De acuerdo. Es muy importante que mantengas la calma y estés libre de estrés. Tanto como sea posible, por supuesto.
- Sí, estoy tratando de mantenerme ocupada y distraída, para no pensar en lo que ocurrirá en tan sólo un mes, pero a veces me abruma, ya sabes.
- Es absolutamente normal que tus hormonas te vuelvan un poco loca, pero trata de no pensar demasiado en las cosas. Tienes una pequeña vida dentro que depende de ti.
- Lo sé. Y estoy intentando, lo prometo.
- Perfecto. Volveré el mes que viene para tu próximo chequeo. Llámame si me necesitas antes de eso, ¿vale?
- Lo haré. Gracias Jane.
Abrazó la forma fantasmal de su médico y la vio desaparecer ante sus ojos. Cogió el teléfono y decidió llamar a su amiga Mariah.
- Hey chica.
- ¡Nalla! Oh, Dios mío, ¿cómo estás? ¡Ay te hecho tanto de menos! ¿Dónde estás, puedo ir a verte? Hay tantas de las que tenemos que hablar, ¡tenemos que ponernos al día!
Nalla sonrió mientras su amiga divagaba y seguía parloteando. La verdad era que necesitaba una noche de chicas con Mariah, Jhade y Hope. Eran sus mejores amigas. Claro que ellas podrían mantener su dirección y lo más importante, su estado, en secreto…
- Lo sé, os echo de menos a todas también.
- ¿Cuándo podemos vernos? Sabes, Jhade ha pasado a ser una ermitaña, encerrada en su habitación con John durante todo el día. Hope se ha inscrito para la clase de lucha con los alumnos y hermanos, te lo puedes creer, pfff ¿en serio? Estoy empezando a pasar el rato con Janie y Sandra ultimamente.
- ¿Ah sí?
Nalla se sorprendió. Janie era la hija de Butch y Marissa y Sandra, también conocida como Wellesandra, era la hija de Tohr y Autumn. Habían sido pretrans cuando ella se había ido de la mansión.
- Sí, tenemos que permanecer juntas, ya sabes. Especialmente con toda la locura que ha estado pasando por aquí últimamente.
No preguntes. No preguntes. Se tuvo que recordar a si misma que era mejor no saber.
- ¿Puedes, quiero decir, podemos confiar en ellas? La pequeña Janie era una chivata cuando era una niña. De una manera adorable, pero aun así...
- Oh, no te preocupes, ella salió de esa fase. Ahora es ella la que tiene algunos secretos.
Mariah se rio.
- Sandra no va a decir nada, sigue siendo una ratoncita tímida y callada.
- ¿Crees que ...
- ¿Sí?
- ¿... crees que tus padres te dejaran salir de casa durante unas horas? ¿A ti y a las demás?
- Supongo que sí, siempre y cuando llevemos al menos a un hermano como escolta. ¿Por qué?
- Creo que os necesito. A todas.

* - * - *

Nalla mordisqueó juguetonamente su cadera, lo que hizo que empujara sus caderas hacia arriba. Ella se río y a él le encantaba el sonido. Aquí era exactamente donde debía estar. Con él. En su cama.
Ella se sentó a horcajadas sobre él, aceptándolo en su interior fácilmente.
Dios, le encantaba estar dentro de ella.
Amaba su calor, y lo resbaladiza y mojada que estaba para él.
Ella lo montó lentamente, prolongando el momento, saboreando cada minuto.
Nalla lo miró  a los ojos con sus colmillos completamente extendidos. Él  le acarició la cara y ella acaricio su mano con la mejilla.
Nalla se inclinó, sin dejar de mover  sus caderas y podía sentir el amor que les rodeaba. Ella era su todo. Su pyrocant. Su rahlman.
Él siseó cuando Nalla lamio su cuello y...
¡No! No podía dejar que lo mordiera! Estaba enfermo. Ella se enfermaría. ¡No podía dejar que se infectara!
Pero de alguna manera ella era más fuerte que él y sintió como ella gemía mientras bebía de él.
Finalmente lo soltó y le sonrió.
Suspiró con alivio. Ella estaba bien, estaba bien.

Excepto, que no lo estaba. Ella frunció el ceño mientras lo miro y así como así, se desintegró en polvo, justo delante de sus ojos.

Trusting Lover - Capítulo 9



Lohrena gimió al notar la lengua de Rhage lamiéndola tan íntimamente. Era increíblemente depravado, pero le encantaba. Su mente le susurró que se suponía que estaba aquí para ayudar a Rhage en su necesidad, no para que él le diera placer, pero las sensaciones que le recorrían el cuerpo le robaban el sentido común. Se sentía demasiado bien como para pedirle que se detuviera. Jamás había sentido nada igual. Con nadie.
Rhage gruñó al penetrarla con dos dedos, haciendo que ella levantara las caderas de la mesa.

- Estate quieta. Aún no he terminado.

Su lengua volvió a lamerla y cada vez estaba más cerca de volverse loca.

- Joder Tahlly, sabes mejor que mis piruletas. Voy a terminar siendo adicto a ti...

Sus dedos rozaron su punto g y la lengua de Rhage se movía sobre su clitoris haciendo que viera las estrellas. El clímax fue tan intenso que la dejó momentáneamente sin aliento, y cuando Rhage mordió el interior de su muslo, cerca de donde estaban sus dedos, tuvo otro igual de devastador. Rhage chupó hasta que Lohrena ya no pudo soportarlo más, y se dejó caer hacia atrás. Aprovechando la postura de Lohrena sobre la mesa, Rhage se incorporó y la penetro en un fluido movimiento, follandosela así, sobre la superficie lisa. No tardó mucho en provocarle otro orgasmo a Lohrena y se dejó llevar, vaciándose en su interior con un jadeo. Seguía duro pero Lohrena se incorporó y le beso la mejilla con dulzura.

- Ven, vamos a arriba a comer algo antes de seguir.

Rhage se quedó dónde estaba, mirándola maravillado.

- Gracias.
- De nada.

Se dieron un beso lento y Lohrena lo deseaba de nuevo. Tanto como el a ella. Se incorporaron y juntos subieron las cosas, antes de acomodarse en la cama. Lohrena le pasó el móvil.

- Deberías avisarles para que sepan donde estas.
- ¿Eh? ¿A quién?
- A tus Hermanos...
- Ah, sí. Claro.

Rhage mandó un mensaje y apagó el móvil, agradeciendo que ella se hubiese acordado. Lohrena estaba cortando la comida en piezas pequeñas y fue a coger un trocito cuando él la detuvo.


- Déjame a mí por favor, tahlly.

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Tahlly (n.) Un término cariñoso, flexiblemente traducido como querida.

sábado, 25 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 40


- Beth, leelan... por favor.
- ¡No puedo creer que me hayas ocultado esto! ¡Algo tan importante!
Beth estaba desconsolada mientras miraba a su macho. Después de la confesión y la petición tan impactante de su hijo, le había pedido a Wrath desde hacía cuánto tiempo había estado guardando esto de ella. Su respuesta... años. ¡Años!
- Pensé que los secretos entre nosotros terminaron cuando me dijiste que habías estado luchando y escondiéndolo de mí.
- Leelan...
- Todo este tiempo... Yo sólo pensé que eran las amenazas habituales a la corona. Que los de la glymera sólo estaban siendo los idiotas de siempre que son. Pensé que era por eso que Darius y Nalla no podrían emparejarse. Me hiciste creer que si Darius se emparejaba a esa chica, las amenazas se detendrían. Y todo este tiempo, ¡estabas haciendo esto para salvar la vida de mi hijo!
- ¡Él también es mi hijo!
- ¡Pues no lo parece! El Wrath del que me enamoré le habría arrancado la garganta a Feron primero y después haría las malditas preguntas y buscaría soluciones.
- ¿Y arriesgar la vida de Darius?
- Yo no... ¡No lo sé!
No quería llorar, pero toda esta situación era tan irreal.
- Está enamorado de Nalla.
- Lo sé.
- Nalla está enamorada de él.
- Lo sé.
- Y no pueden estar juntos...
Ella negó con la cabeza.
- ¿Por qué no me lo dijiste?
- Yo no quería que te preocuparas. He tenido a Doc Jane y a Manny investigando esto desde el primer día y...
- ¿Y qué pasa con la Virgen Escriba?
- He hablado con ella. Ella no va a ayudar.
- ¿No lo hará? ¿Pero porque no quiere?
- Leelan, cálmate. La única pista que nos dio fue "la respuesta está en la sangre".
- ¿Qué significa eso?
- Todavía no lo sabemos. Pero como he dicho, Doc Jane y Manny están en ello.
- No me gusta que él tenga que sacrificar toda su vida, sólo para poder vivirla. ¿Qué clase de vida es esa? Y esta... chica. Penehlope. No me gusta nada. Toda su actitud y su comportamiento...
- Créeme, lo sé.
- Creo que podría sentir la necesidad de estrangularla una vez que se mude a la mansión.
Wrath río entre dientes.
- Desearía que fuera así de simple leelan. Si fuera así, hasta te dejaría hacerlo.

*- * - * - * - *

Se quedaron callados durante un momento y Beth se abrazó a sí misma. Wrath siempre podía sentir cuando ella hacia eso. Cómo deseaba que ella envolviera los brazos alrededor de él. Podía sentir como la tristeza salía de ella en oleadas. De repente sintió sus brazos a su alrededor y su cuerpo se fundió en contra del suyo. Suspiró, abrazándola.
- Yo sólo estaba tratando de evitar lastimarte. Lamento haberte ocultado esto durante tanto tiempo.
- Entiendo por qué lo hiciste. Quieres a Darius. Harías cualquier cosa por él y Matt. Sólo... no vuelvas a ocultar algo así de mí de nuevo Wrath. Jamás. Lo digo en serio.
Él la abrazó aún más fuerte.
- No lo haré. Te lo prometo.
Wrath sentía como si un enorme peso había sido levantado de sus hombros.
Su Shellan lo sabía.
Sus hermanos lo sabían.
Ya no tenía que seguir fingiendo. Claro que los hermanos odiaban su culo ahora mismo, pero podía vivir con eso. Perder a su Beth, a Darius o a Matt, no podría con eso.
Beth lo soltó y sollozó delicadamente.
- Necesito ver a Bella. Y a Jhade. Oh dios Jhade. La cantidad de veces que me ha tratado de abrir los ojos...

Wrath la besó. La besó como no lo había hecho en mucho tiempo. Sólo necesitaba hacer que ella dejara de pensar en esto. Y él mismo necesitaba dejar de pensar en todo lo que estaba pasando. Aunque sólo fuera por un rato.

Trusting Lover - Capítulo 8

- ¡Lohrena!

Rhage bajo las escaleras de tres en tres, ignorando el dolor que le recorría el cuerpo. Tendría que estar en la cama con Lohrena debajo de él, o encima de él, o donde fuera, pero alrededor de él. No tenía que estar descubriendo que Lohrena le había engañado, usado y robado. ¡Maldita mujer! No tenía teléfono, ni coche ni podía desmaterializarse porque los temblores de la necesidad eran cada vez más intensos… Que hijadeputa mentirosa…

- ¿Si?

Rhage se detuvo de golpe cuando Lohrena salió de lo que debía de ser la cocina con una bandeja enorme de comida y una sonrisa de satisfacción en la cara. Sonrisa que se desvaneció al verle.

- Rhage, ¿Qué ocurre?
- Mi coche ha desaparecido.
- Lo he metido en el garaje, las llaves están ahí en la mesa. Las iba a subir ahora, junto a tus cosas.

Rhage miró hacia la mesa y efectivamente ahí estaban las llaves, su móvil, su ropa perfectamente doblada. Y sus piruletas.

- Pensaste que me había ido. Con tu coche.
- Yo… ah…
- Solo estaba preparándote algo de comer. Ya sabes, para que recuperes energías.

La había ofendido, pero no tuvo tiempo de disculparse. Su cuerpo demandaba otra cosa y Rhage se tambaleó. Lohrena dejo la bandeja en la mesa y lo cogió de la mano.

- Ven, me necesitas. La comida puede esperar.

Lohrena lo ayudó a sentarse en una de las sillas y se sentó a horcajadas sobre él, aceptándolo en su interior una vez más.

Solo al tenerla así, se dio cuenta de que llevaba un vestidito de verano sin nada debajo. Había muerto y estaba en el Fade. No había otra explicación para lo que estaba sintiendo. Jamás había sentido esto. Cuando estaba con Lohrena, se sentía bien. Mejor que bien. Se sentía completo.
Lohrena se apoyaba en sus hombros, moviéndose arriba y abajo y el la ayudaba, agarrándola con fuerza por las caderas. Demasiado pronto sus pelotas se tensaron y su polla se preparó para llenarla otra vez con su semen, uniéndose para siempre a ella con la creación de una vida en su interior. Fue el último pensamiento coherente que tuvo antes de sentir como Lohrena le clavaba los colmillos, provocándole otro clímax increíblemente intenso.

- Joder...

Rhage apoyó la cabeza en su hombro, recuperando el aliento. Lohrena se enderezó para mirarlo con dulzura.

- No te dejaría solo en un momento así.
- Si lo sé. Es solo que...

Lohrena le puso un dedo en los labios.

- Shhh. Tienes que comer algo.

Rhage la miró detenidamente, lamiéndose los labios al mirar sus pechos hinchados.

- Estoy de acuerdo.

Bajó la cabeza, chupando un pezón con fuerza.

- Rhage...


Rhage se levantó sin soltarla y la sentó sobre la esquina de la mesa, empujando las cosas hacia un lado. Lohrena estaba excitada, podía olerlo y verlo. Rhage gruñó satisfecho. Estaba más que preparado para penetrarla de nuevo, pero quería saborearla primero. Cogió su vestido y con un movimiento rápido, lo desgarró, abriéndolo por la mitad, desvelando su precioso cuerpo desnudo. Pasó sus enormes manos de guerrero por su suave piel y le abrió las piernas, encajando sus enormes hombros entre ellas. Se lamió los labios. Oh si, tenía que comer, y estaba más que hambriento.

miércoles, 22 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 39



Darius había pedido a su padre que congregara a todos los que vivían en la mansión, en el vestíbulo. Esto afectaba a todos. Así que era justo que todo el mundo tuviera un voto. No le importaba lo mucho que le molestara a su padre.
Desde lo alto de las escaleras, vio como todo el mundo se reunía y se dio cuenta de que amaba cada una de esas personas. Sacrificaría su vida con gusto si eso significaba que ninguno de ellos tuviera que aguantar a la Glymera nunca más.
- Papá, por favor, explica la situación.
Wrath sacudió la cabeza, pero hizo lo que le pidió. El asombro en la cara de todos, excepto Doc Jane y Manny, era obvio.
- ¡Vamos a arrancarles las cabezas!
La hermandad se volvió loca, la sed de venganza espesa en el aire. Hasta que Wrath explicó el pequeño detalle del antídoto.
- Joder.
- ¡Bastardos!
- ¡Deberíamos traer a Havers de vuelta y matarlo de nuevo!
- ¿Qué pasó con tu regla de "Yo no negocio con terroristas"?
- V, estamos hablando de mi hijo. Como le dije a él, me uniría al mismo Omega para mantenerlo a salvo.
- Entonces, ¿qué hacemos? No podemos quedarnos sentados y cruzados de brazos sin hacer nada, ¿verdad?
Wrath suspiró.
- Van a emparejarse. D tendrá su antídoto y una vez que sepa que está a salvo y bien, y sobre todo vivo, entonces podemos empezar a pensar en... algo.
- Por qué diablos no nos lo dijiste antes.
Rhage sonaba realmente herido.
- Eso es lo que me gustaría saber a mí.
Darius se encogió ante el tono helado en la voz de su mahmen. Tenía que intervenir antes de que las cosas salieran de control y todo el mundo dejara de prestar atención. Silbó con fuerza.
- Hay una alternativa. Significaría que ninguno de vosotros tendría que hacer frente a la Glymera, no tendríais que aguantarlos aquí. Y demostraría que realmente no negociamos con terroristas.
- ¡Darius no!
- Papá. Sólo... deja que elijan ellos, ¿vale? Déjame hacer esto.
Su padre maldijo entre dientes mientras su mahmen simplemente parecía estar a punto de vomitar.
- La alternativa sería cancelar el emparejamiento. Ni antídoto, ni nada. Simplemente dejar que todo lo que me hicieron, suceda.
- Pero eso significaría...
- Sé exactamente lo que significa Bella. Y no me importa nada.
Ella sonrió con tristeza.
- Eres un macho de valía Darius. Pero no estoy tan segura de que a Nalla no le importaría.
- No quiero que ella lo sepa. Jamás. Hacer esto significaría que tengo un par de años con ella. Hasta que este virus, o lo que sea, haga lo que tiene que hacer.
- Eso es un sacrificio muy grande, ¿verdad?
- Lo sé V. Pero prefiero sacrificar mi vida que dejar que alguno de vosotros tenga que aguantar las ratas de la Glymera. Sin ánimo de ofender Rehv.
- No te preocupes.
- No podemos confiar en ellos. Lo han demostrado una y otra vez. Pero ya que estamos todos juntos en esto y todos vosotros sois mi familia, quería que vosotrs estuviérais al tanto de lo que está pasando. Y quería que todos vosotris tuviérais un voto en lo que sucederá ahora.
Beth empezó a sollozar suavemente.
- Darius, por favor, no lo hagas.
Se acercó a ella y la besó en la frente.
- Está bien mahmen. Sé lo que estoy haciendo.
Se dirigió a la multitud de nuevo.
- Todo mundo que esté de acuerdo en que detenga la ceremonia de emparejamiento, que levante la mano.
Nadie se movió.
- Vamos chicos. Pensadlo. ¿Realmente preferiríais vivir con alguien de la glymera aquí? ¿Dejar que entren en nuestra casa?
Todo el mundo, todos los machos, hembras, e incluso pretrans y doggens levantaron sus manos.
Como si fueran un solo ser, todos los hermanos se arrodillaron y clavaron sus puños en el suelo, algo que siempre había visto hacer por respeto y lealtad hacia su padre.
- Supongo que la decisión ha sido tomada, hijo.
Wrath sonaba orgulloso y aliviado.
Darius no se sentía aliviado en absoluto.

- Sí, supongo que sí.

Trusting Lover - Capítulo 7

Lohrena recuperó la consciencia al notar como Rhage salía y entraba de su interior. Pero ya no estaba apoyada en la pared, sino entre sus brazos, subiendo las enormes escaleras de la mansión. El olor a sexo, sudor y especias oscuras que emanaba de su cuerpo la volvían loca. Sabía que nunca se cansaría de olerlo. Cuando llegaron a lo alto de la escalera, Rhage le dio un suave beso en la frente.

- ¿A qué habitación vamos, princesa?

Lohrena señaló la habitación al fondo del pasillo y jadeó cuando el volvió a moverse, creando una fricción deliciosa. Era casi imposible pero Lohrena estaba a punto de correrse otra vez. Con Muhrder jamás había sido así, el la había usado una y otra vez sin miramientos, haciéndole daño aunque ella lo deseaba. O eso había creído. Sin embargo con Rhage era algo tan diferente, era tan natural que podría tomarla las veces que quisiera, que seguro no le haría el daño que le había hecho su ex. Entraron en la habitación y Lohrena perdió el hilo de sus pensamientos cuando Rhage la tumbó en la cama con cuidado y sin salir de ella. Tenía los ojos cerrados y soltó un gruñido de lo más erótico.

- Por la Virgen Escriba… tengo que tenerte otra vez.

Sus caderas se movieron solas, guiadas por la necesidad.

- Lo siento Lohrena, no quiero hacerte daño pero…

Su gruñido reboto por toda la habitación mientras incrementaba e ritmo de sus embestidas.

- No me estás haciendo daño Rhage… todo lo contrario. No te pares por favor…

Rhage se volvió loco al oír las palabras de Lohrena. La besó enloquecido, hambriento de su sabor. Su dragón estaba ahí con él, justo bajo la superficie, disfrutando tanto como él. Esperaba que las palabras de Lohrena fueran verdad porque no podía detenerse. Necesitaba correrse dentro de ella una y otra vez.

Lohrena arañó su espalda y el gesto fue como una caricia para la bestia.

- No estoy hecha de cristal Rhage… Más fuerte, por favor… Dame. Más. Fuerte.

Rhage estaba más que dispuesto a obedecer y con dos fuertes embestidas más, Lohrena se deshizo debajo de él, gritando su nombre una y otra vez al correrse. Rhage la observó en esos momentos de pasión y algo dentro de él, cambió. Y no, por una vez no era la bestia. Ver a Lohrena deshecha debajo de él, sonrojada, satisfecha y con los colmillos extendidos, hacia que se sintiera muy posesivo. ¡Mía!

Rhage inclinó la cabeza, exponiendo su cuello, sin dejar de moverse.


- Muérdeme Lohrena, toma de mi vena. Aliméntate.

Noto los colmillos de Lohrena penetrando su piel y la suave succión al extraerle la sangre. Era una sensación increíble y Rhage no aguantó más, incrementando la velocidad de sus embestidas, vaciándose dentro de ella, con un grito ronco, por tercera vez desde que habían entrado en la mansión.

Despertó poco después, avergonzado por haber perdido la consciencia de esa manera a y se giro, esperando encontrar a Lohrena a su lado. Se dio cuenta de que estaba solo en la cama, la polla dura como si no acabara de tener los orgasmos más intensos de su vida. Necesitaba a Lohrena otra vez, pero ¿dónde estaba? Se levantó de la cama desnudo y miro por la ventana. Su GTO había desaparecido.

lunes, 20 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 38

- Entonces, ¿qué va a pasar, voy a ponerme enfermo y moriré? ¿Sabemos siquiera si existe ese antídoto? ¿Es real?
- Es real y funciona. Doc. Jane ha estado investigando esto desde hace años. Ella y Manny han hecho todo lo posible para intentar recrearlo. Pero no hay manera. Los bastardos me han atado las manos, pero bien.
- Joder.
- Sí. Y ódiame todo lo que quieras, pero si tengo que unirme al puto Omega para salvarte la vida, pues joder, eso es exactamente lo que haré.
Darius frunció el ceño tratando de pensar en algo, cualquier cosa que pudiera sacarlo de esto, pero no sabía cómo... de repente un pensamiento lo invadió, cortándole la respiración.
- Oh, Dios, oh mierda. ¡Joder!
- Darius, todo irá bien, serás emparejado, conseguiremos el antídoto. Ya se nos ocurrirá algo y...
- ¡No! ¡No lo entiendes! ¡Ella se alimentó de mí!
- Hijo, Penehlope está bien...
- ¡No me refiero a ella! ¡Nalla! ¡Nalla se alimentó de mí! Oh querida Virgen Escriba, ella no puede estar infectada! Estoy... Tengo que…
- Darius. Darius! Ella está bien.
- ¿Cómo puedes saberlo?
- Porque lo que te metieron, no es contagioso. Feron no se arriesgaría a infectar a su hija o al futuro heredero, ya que estamos. Pero, sólo para asegurarnos, voy a pedir que Doc Jane haga algunas pruebas con discreción.
Darius se desplomó en una silla. Estaba tan cansado de todo esto.
- ¿Qué me dirías si...
- No.
- Papá...
- No. Sé lo que estás pensando y no voy a permitirlo. Ni lo pienses.
- Así que vas a atar a toda la hermandad, a todos los que viven aquí, a la glymera? Eso no está bien, papá. Y no lo digo sólo porque prefiero vivir mis últimos años feliz con Nalla, que el resto de mi vida con cualquier otra hembra. Si lo piensas, si te paras un momento y realmente piensas en ello... Mi vida no importa. Sólo sería un daño colateral. Podríamos evitar que tengan un vínculo con nosotros, con todos, y no le dejaríamos ganar.
- No D.
- Si fuera cualquier otra persona, lo harías.
- Pero tú no eres cualquier otra persona. Eres mi hijo. Así que el suicidio. No. Es. Una. Opción.
- Bueno, tal vez lo debería ser.

* - * - *

Nalla se sentó en su nuevo sofá color marrón chocolate.
- Kat, ¡ven siéntate! Es muy cómodo.
La doggen negó con la cabeza mientras sonreía con indulgencia. Se habían llevado bien de inmediato, a pesar de Katya se negaba a sentarse con ella en el sofá, o sentarse en la mesa o hacer otra cosa que no fuera cuidar de ella y cocinarle y mantenerlo todo limpio... Razón por la cual le había dado la vía libre a la doggen para decorar la habitación del bebé. Que obviamente no quería hacer todavía. "A la Virgen Escriba no le gustara si asumimos que el peque va a nacer sano. Mejor esperar hasta después del nacimiento", le había dicho varias veces. A Nalla le parecía bien. Aun le quedaba más de un año para dar a luz... Y ya se sentía tan sola. Deseaba poder llamar a sus mahmen y pedirle que la visitara.

Claro que... ni siquiera le había dicho que había salido de la cabaña en el campamento de Rehv, todavía.
Bueno... llego la hora de madurar y enfrentarse a la ira de sus padres. Cogió su móvil y llamo.
- Hola mahmen.
- Hola cariño. ¿Qué pasa?
- Me ah... necesito hablar contigo.
- Vale.
- Por favor, no te enfades vale, pero tú y papá... no tenéis que venir a visitarme la próxima semana.
Su madre se quedó en silencio un rato.
- ¿Por qué?
- He encontrado un lugar. Un nuevo sitio donde quedarme. Y ah, he decidido que me voy a quedar aquí de ahora en adelante. No volveré a la cabaña.
- ¿Dónde estás? ¿Estás a salvo? Nalla...
- Mahmen, estoy bien. Estoy en un lugar seguro. Estoy a salvo e incluso tengo un doggen para cuidar de mí.
- ¿Tu tío te ayudo con esto?
- No.
- Él lo hizo, yo lo sé. Quien más podría ser. Está bien porque al menos sé que estás a salvo. Bien, dime dónde estás y...
- Mamá, yo... Realmente necesito estar sola un tiempo. ¿De acuerdo?
- ¿Qué me ocultas? Pensé que confiabas en mí lo suficiente. Sabes que puedes confiar en mí, que me lo puedes decir todo.
- Y lo haré. Algún día, pronto, lo prometo. Sólo... No en este momento.
- No lo entiendo, Nalla cariño.
- Lo sé mahmen. Pero necesito que confíes en mí en este caso. Estoy a salvo. Estoy bien cuidada y no estoy sola. Sólo necesito tu ayuda con un minúsculo pequeño problemita de nada.
Su madre suspiró.
- No te preocupes, me aseguraré de que tu padre no pierda la cabeza por esto.

Trusting Lover - Capítulo 6

Lohrena lo ayudó a entrar en la mansión y en cuanto la puerta se cerró detrás de ellos, Rhage tomo posesión de su boca. La besó como nunca antes la habían besado y su olor puramente masculino, mas su sabor dulce, a piruletas, la volvió loca. Sus manos estaban en su cuello, acariciando su yugular y Rhage se separó para apoyar su frente en la suya. Estaba temblando.

- Lohrena necesito estar dentro de ti.
- Si...

Ella misma se quitó el top y el sujetador sin despegar sus labios de los de Rhage. Este gimió al tocar sus pechos desnudos. Se separó un poco y sus ojos volvían a brillar blancos. Ella paso un dedo por su mejilla.

- Tus ojos...
- No te preocupes, no te hare daño.
- Lo sé.

Rhage se quitó la ropa con rapidez y a Lohrena se le hizo la boca agua al ver ese cuerpo musculoso. Muhrder había estado en forma pero Rhage... Rhage era de otro mundo. Toco la marca de la hermandad, esa por la que había sentido autentica repulsión. Por un breve instante, su mente volvió al pasado.

- Hey mírame.

Obedeció.

- Yo no soy él. Podemos parar esto ahora mismo.

Lohrena le sonrió. Era adorable como intentaba tranquilizarla, sabiendo la razón por la que estaba inquieta. Ofreciéndose a parar cuando ambos sabían que no le sería posible por mucho que quisiera. Se desabrochó el pantalón y Rhage la miraba hambriento, con los colmillos completamente extendidos. Se bajó el pantalón y las braguitas, quedando completamente desnuda ante él. Vio cómo su enorme cuerpo temblaba y Lohrena se acercó para besarlo. Rhage la cogió en brazos, apretando su dureza contra su humedad, pero sin penetrarla.

- ¿Estas lista para mí? Una vez que empiece, no sé si podré parar.
- Estoy más que lista Rhage. Te deseo... mucho.

Rhage la penetro sin avisar, comprobando que realmente lo deseaba. Gruñó contra sus labios.

- No voy a aguantar mucho, pero prometo que la próxima vez durare un poco más. Me asegurare de darte placer...

Rhage jadeaba al hablar ya que la había apoyado contra la puerta y se movía rítmicamente. Lohrena no pudo decirle que ya se lo estaba dando.

Rhage dio gracias porque por fin la Virgen Escriba había interferido y calmado a su bestia, como solía hacer en sus periodos de necesidad, para asegurarse de que no le hacía daño a nadie. Besó a Lohrena y ya estaba a punto de estallar. No lo podía remediar, ella era preciosa, y su feminidad lo envolvía por completo.

Lo mejor era que sabía que después de estos dos o tres días, ella quedaría embarazada, su vientre crecería con un hijo suyo, ya que esa era al fin y al cabo la función del periodo de necesidad. Saber que por fin tendría una familia propia... un hijo o hija al que cuidar y una Shellan... tener el nombre de Lohrena grabado en su espalda...

Rhage incrementó el ritmo de sus embestidas corriéndose con fuerza dentro de Lohrena. Notar como ella se contraía a su alrededor le hizo tener otro seguidamente. Era uno de los orgasmos más largos e intensos que había tenido en su vida, y apoyo la cabeza en el hombro de ella, tratando de recuperar el aliento.

Ella acariciaba su espalda, calmando sin saberlo aún más a su dragón. Rhage lamió su cuello, notando como su vena latía contra su lengua. Ronroneó y Lohrena soltó una risita.

Rhage no esperó a que se lo dijera dos veces y penetró la delicada piel a la vez que volvía a moverse en su interior. Cuando chupó con fuerza, notó como Lohrena estallaba a su alrededor, provocándole otro orgasmo igual de intenso a él. 

sábado, 18 de enero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 37


- ¿Estás segura de esto?
Nalla asintió con entusiasmo y Rehvenge le dio una pequeña llave dorada.
- Bienvenida a tu nuevo hogar. Vamos, entra.
Todavía no podía creer que su tío le estaba dando a su apartamento en el Commodore. Entraron y ella frunció el ceño. Estaba vacío. Casi completamente vacío. Excepto por una silla y un iPad de última generación.
- Ven aquí. Siéntate. Esta cosa es la clave para decorar este lugar como tú quieras. Esta página web...
Pulsó unas cuantas teclas y apareció página web de una conocida tienda de muebles y decoración.
- Pide todo lo que quieras o necesites. Todo será entregado por la mañana.
- Pero, ah...
- Ah Katya, aquí estás. Nalla, ella es Katya, tu doggen. Katya, esta es Nalla, mi sobrina. Todo lo que ella quiera, se lo das.
- Por supuesto. Bienvenida mi señora.
Katya hizo una reverencia.
- ¡Oh, no, no, no! Nada de eso. No quiero reverencias y no me digas señora. Llámame Nalla, por favor.
- Muy bien.
Katya le sonrió y ella ya le gustaba la doggen regordeta de mediana edad.
- El dormitorio de Katya ya está listo, al igual que el cuarto de huéspedes, que puedes utilizar hasta que hayas pedido todo lo que necesitas para tu propio dormitorio.
- Gracias tío Rehv. Esto es justo lo que necesitaba.
- Sabes... tarde o temprano se lo vamos a tener que decir a tus padres. Tienen derecho a saber que van a ser abuelos.
- Lo sé.
- Y tu mahmen va a estar destrozada cuando sepa que no has confiado en ella lo suficiente...
- Lo sé. Pero en este momento, sólo necesito algo de tiempo para mí. Esperemos que, cuando esté preparada para decírselo, Darius ya este emparejado, completamente enamorado, y a punto de ser un padre con cómo-se-llame, para que no le importe nada, si alguna vez se entera de lo mío.
Rehvenge se limitó a sacudir la cabeza.
- Eso nunca va a pasar, pero como tú quieras, es tu vida, eres un adulta, así que ... sólo piénsatelo vale?
Ella asintió.
- Recuerda, si necesitas salir del edificio, por la razón que sea, llámame. Me aseguraré de que tengas algunas Sombras para garantizar tu seguridad, y antes de que preguntes, sí, sabré exactamente cuando salgas del apartamento, ¿entendido?
- Entendido. Gracias tito.
- De nada. Tengo que irme. ¿Necesitas algo más antes de que me vaya?
- No. Tengo todo lo que necesito por ahora.
La besó en la frente.
- Que te diviertas comprando. Y cuida mucho de ti misma y de esa niñita que está creciendo dentro de ti. Me aseguraré de que Doc Jane viene a verte, y yo vendré siempre que pueda. Llámame si necesitas algo.
Nalla se tocó el vientre maravillada. Las habilidades Sympath de su tío siempre la dejaban asombrada.

* - * - * - *

Darius frunció el ceño mientras veía todas las cartas que su padre y Saxton le mostraron.
Excepto que en realidad no eran cartas, si no, más bien amenazas.
Volvió a mirar a su padre como se pellizcó el puente de su nariz.
- Vale, a ver si lo entiendo. Este tipo, Havers se asoció con Feron, el padre de Penehlope.
Wrath asintió.
- Y este tipo, Havers, me infectó la sangre con algo.
- Sepsis mieloproliferativo crónico. O así lo llama el.
- Ya, eso. Pero tú no sabías que Havers estaba involucrado hasta que murió. O lo matamos, lo que sea.
Wrath suspiró profundamente.
- Feron envió otra carta cuando se confirmó la muerte de Havers y esto se hizo público. Cuando eras un niño, enfermaste una vez. Te pusiste malísimo. Doc Jane y Manny no tenían ni idea de lo que era y Ehlena no estaba segura, así que no tuvimos más remedio que llevarlo a Havers, el único médico de la raza por aquel entonces. Él te inyecto con lo que pensábamos era medicación, pero al parecer era este virus. Comencé a recibir amenazas y aunque sabemos que Feron está involucrado, sólo él sabe dónde está el antídoto, él sólo está dispuesto a proporcionar un poco cada vez, para mantener esto bajo control. Si no lo tomas....
- ¿Cómo podemos siquiera saber que esto es real? ¿Qué realmente tengo este virus? Me siento perfectamente.

- Doc Jane y Manny ambos lo han investigado y confirmaron la mutación en la sangre. Comenzó justo después de tu transición, como dijo Feron. Y se supone que te matara 15 años después, así que dentro de unos pocos de años. Darius, hijo mío, sin el antídoto eres, literalmente, una bomba de relojería andante.