Por fin, había llegado la noche.
Esta noche se convertiría oficialmente en la Shellan de John.
Se miró en el espejo. Su vestido era de color
blanco roto, como sería el de cualquier novia humana. Aunque... no eran
exactamente humanos, y ella definitivamente no era una newling.
Se sentía nerviosa, a pesar de que sólo habían
pasado unos pocos días desde que John le había ayudado a pasar por su
necesidad.
Ella ya había sangrado, prueba irrefutable de que
no estaba embarazada, pero no importaba. Ella había hablado en serio cuando le dijo a John que
quería disfrutar solo de él durante unos años.
Un golpe en la puerta la sobresaltó.
- Pasa.
Qhuinn entró, mirándola con orgullo.
- Estás jodidamente increíble. Vas a hacer que mi
yerno se caiga de culo.
Ella soltó una carcajada ante su brusquedad.
- Me encantaría ver eso.
Sonrió.
- Yo ah... Estoy aquí para acompañarte a abajo.
- Lo sé.
Qhuinn suspiró.
- Yo ehm, no soy muy bueno con esta mierda, pero
yo sólo quería disculparme de nuevo. Yo simplemente no quería que te lastimaran
y...
- Está bien, papá. No pasa nada. De verdad.
- Es que, te quiero tantísimo y...
Ella se quedó sin aliento.
Él nunca había dicho esas palabras. Ella sabía
que era cierto, él lo había dado a entender más de una vez, Blay y Layla había
lo habían dicho en su nombre, pero realmente él nunca había pronunciado las
palabras él mismo.
- Ah, no me mires así peque, que vas a romper el
corazón de tu viejo.
Se acercó a él y quedó envuelta en su abrazo.
- Te quiero muchísimo papá.
Su abrazo se hizo más fuerte y luego la soltó. Se
aclaró la garganta, sacó una pequeña caja de un bolsillo.
- Tengo algo para ti. Lo encargue cuando naciste,
y ahora he tenido que mandarlo a ajustar.
Ella abrió la caja para encontrar una preciosa
pulsera dentro. Era de plata, con pequeños amuletos de jade.
- Es precioso papá, me encanta.
- Bueno. Eso es bueno. Ahora vamos, no podemos
dejar a tu macho esperando.
*-*-*-*
John se paseó por el patio.
Estaban haciendo la ceremonia fuera, bajo la luz
de la luna, pero estaba empezando a impacientarse.
¿Y si ella se estaba arrepintiendo?
¿Y si cancelaba la ceremonia?
Unos minutos más tarde, su corazón dejó de latir
al verla.
Era preciosa, tan hermosa, tan femenina. Y ella
lo amaba a él.
¡A él!
Su vestido era impresionante y le quedaba como
anillo al dedo, a pesar de que estaba deseando ayudarla a salir de él. Su
sonrisa mientras lo miraba, era todo lo que siempre había querido.
Qhuinn sonreía mientras llevaba a Jhade hacia él
y John estaba jodidamente contento de que hubiesen tenido la oportunidad de
hablar las cosas y que ahora todo estaba bien entre ellos.
John la besó en la mejilla y abrazó a Qhuinn
antes de tomar la mano de Jhade y ponerse frente al Rey y la Virgen Escriba.
- Mis guerreros, nos volvemos a ver. Y en tan
felices circunstancias. Venid aquí hijos míos.
John y Jhade se acercaron sin soltarse.
- Dadme las manos.
Ambos ofrecieron sus manos libres, con las palmas
hacia arriba. La Virgen Escriba los tocó.
- ¡Oh, que emparejamiento tan perfecto! Sí, los
dos vais a ser muy felices, puedo sentirlo. Y sabiendo lo que sé, puedo decir
que los dos os lo merecéis.
Miró al rey.
- Wrath, hijo de Wrath, puedes proceder con la
ceremonia.
John sonrió, esta era la parte que había estado
esperando.
El nombre de ella.
En la espalda de él.
Para siempre.
*aplausos*
ResponderEliminarQue capitulo tan perfecto!!!!..... Que emoción!, por fin John y Jhade juntos :D