domingo, 30 de junio de 2013

Lover Recalled - Capítulo 16


Kihara volvió en si varias horas después. La cabeza le latía con fuerza y las heridas de los brazos, que habían vuelto a encadenar, estaban en carne viva. Podía oír algunos murmullos, pero estaba tan débil que no entendía bien lo que se estaba diciendo. Intentó abrir los ojos pero el ver las heridas de los brazos le daba nauseas, y ya lo estaba pasando lo suficientemente mal teniendo que oler su propia sangre. Los volvió a cerrar con fuerza e intentó concentrarse en las voces. Sabía que uno era Tohrture pero, ¿y el otro? Había escuchado esa voz antes, estaba segura, pero no se acordaba dónde.

- Papa, te juro que no volverá a pasar. La vigilaré mejor.
- ¡Eres un inútil! No puedo fiarme de ti. Todo lo tengo que hacer yo mismo. ¿¡Y por qué demonios no has usado las máquinas de transfusiones!?
- Es más natural de esta manera. Su cuerpo aceptará mi sangre mejor.
- ¡Me da igual! ¡Con las maquinas es más rápido! Esa chica ya debería de estar a nuestro lado luchando contra esa hermandad de seres asquerosos!
- Si padre. 
- No te aguanto más. Yo me voy a casa. ¡Me da igual como lo hagas pero cúrala y mándala a matar algunos vampiros!

 

Wrath escuchó la historia de los chicos con atención.

- ¿Quién demonios es este señor Edwards? Se cambia el primer nombre, pero siempre empieza por la misma letra y el apellido no se lo cambia. O es idiota o ese nombre significa algo para él. V, ¿puedes investigarlo?
- Ahora mismo voy.

Vishous se dirigió a sus cuatro juguetes. Wrath sabía que V no pararía hasta encontrar algo de información sobre esa tal Lohrena y Stan ya que quizás eso los acercaba más al paradero de Kihara. 

- Nosotros vamos a Main Street. Quiero ir a todos los locales y almacenes de Stan.

John se dio la vuelta para marcharse, pero Wrath lo detuvo.

- John, hijo, quiero que vayas a descansar unas horas. Y Blay y Qhuinn también.
- No. Yo voy a ir a...
- John. Esto es una orden. Estáis exhaustos y necesitas descansar para cuando V haya terminado de investigar y sepamos algo más. Mientras mandare a Tohr y Rhage a investigar esa calle y los locales que hay en ella.

John quería negarse pero la verdad era que estaba agotado. Sabía que casi todos los hermanos estaban ahí fuera todavía buscando a Kihara y sabía que lo llamarían si encontraban algo. Miró a sus amigos y sus rostros reflejaban el mismo cansancio que el sentía.

- De acuerdo. Solo unas horas. Pero si...
- En cuanto sepa algo, te aviso de inmediato.

John asintió y salió para dirigirse a su habitación. Antes de entrar quedó con Qhuinn y Blay a la hora en la que volverían a la oficina de Wrath a por más información, si es que la había. Se despidió de sus amigos y se metió en la habitación, apoyándose en la puerta, deseando poder despertar ya de esta pesadilla.

 

Blay y Qhuinn se quedaron en el pasillo sin saber bien que hacer. Era la primera vez que se quedaban realmente solos después de lo que había pasado en la ducha y parecía que ninguno de los dos quería hablar del tema.

- ¿Vienes a mi habitación?  

Qhuinn solo dudó un instante antes de asentir. Entraron juntos y Qhuinn se volvió a sorprender de lo limpio y organizado que era su amigo. ¿O ahora era su amante? Bueno técnicamente no lo eran pero… Se metió las manos en los bolsillos y miró en todas las direcciones menos hacia donde estaba Blay. Mirando de reojo, vio que este lo observaba, apoyado en la puerta con los brazos cruzados sobre su amplio pecho. Qhuinn no quería que Blay lo pillara mirándolo, pero sin poder remediarlo, su vista volvía una y otra vez al cuerpo musculoso de Blay. Ese cuerpo que había enjabonado entero y… ¡joder! Tenía que dejar de pensar esas cosas. Los pantalones ya le apretaban y tenía que concentrarse en ayudar a John a encontrar a su chica. Sin embargo su cuerpo parecía tener otras ideas, al recordar todo lo que había pasado la última vez que estuvieron juntos en esta misma habitación.

Blay observó a Qhuinn, mientras aguantaba la risa. Reconocía cada una de las emociones que transformaban su rostro. Vergüenza, confusión, deseo, preocupación, enfado. Deseo. Después de verlo pasear inquieto por la habitación, Blay no pudo quedarse callado más tiempo.

- ¿Esto es real?

Eso detuvo a Qhuinn.

- ¿Qué quieres decir?
- Tú y yo. Esto que está pasando. ¿Es real?

Qhuinn se acercó a él sin sacar las manos de los bolsillos y simplemente lo miró.

- Pues… no lo sé.

Blay se quedó hipnotizado mirando los ojos de Qhuinn. Le encantaba que uno fuera verde y el otro azul. Aunque Qhuinn odiara sus ojos, Blay pensaba que era algo único, algo solamente de Qhuinn. Blay podía perderse en ellos y estar tan feliz.

- ¿Cómo que no sabes? ¿Esto va a durar o es solo por la intensidad del momento? Las peleas con los antis, la búsqueda de Kihara. Ahora no puedes ir al ZeroSum a por tu dosis diaria de sexo, pero cuando termine todo esto, ¿qué pasara?

Qhuinn no dijo nada y dejo que Blay siguiera.

- Necesito saber a dónde va esto Qhuinn, porque si no vas en serio, más vale que

Qhuinn lo calló acercándose a él. Tanto que Blay tuvo que quitar los brazos que tenía doblados delante de él. Qhuinn se pegó a él pecho contra pecho y a Blay se le aceleró la respiración. El olor de Qhuinn lo volvía loco y no quería dejar de olerlo nunca. Qhuinn apoyo las manos en la puerta que Blay tenia detrás, justo a la altura de su cabeza. Se acercó a él, casi rozándole los labios.

- ¿Te parece que esto no es serio?

Blay sintió el peso del cuerpo de Qhuinn presionándolo contra la puerta, atrapándolo entre sus brazos, antes de que los labios de este le dijeran sin palabras lo serio que esto era para él.


Vishous imprimió toda la información que había encontrado hasta el momento, para llevársela a Wrath. Los chicos tenían razón con respecto a Lohrena. Más conocida como Lohrena S. Edwards. Deseó tener a Kihara a su lado para investigar esto con ella. Seguro que ella encontraría muchas más cosas. Pero por ahora Vishous hacia lo que podía.

- Hey.

Vishous levantó la vista y vio a Butch apoyado en la puerta.

- ¿Que pasa Butch?
- ¿Cómo estás?

Vishous suspiró.

- ¿Cómo crees que estoy? Hace ya varios días desde que desapareció… no  se…  No sé si la vamos a encontrar con vida.

Butch se acercó a él y le apretó el hombro.

- La encontraremos V. Viva o muerta, la encontraremos.
- Más vale que este viva Butch. Porque si no es así, no sé qué va a pasar con John.

 

Qhuinn profundizó el beso mientras ondulaba las caderas contra las de Blay. Sabia que los dos necesitaban descansar pero le era imposible parar. Esta vez necesitaba algo más que cuando estuvieron en la ducha. Aquella vez Qhuinn no solo se había alimentado de su amigo, sino que los había llevado a los dos a un orgasmo interminable, con sus manos. Ahora quería que Blay tuviera un clímax igual de satisfactorio, pero esta vez, Qhuinn quería usar su boca para hacerlo llegar. Necesitaba saborearlo, demostrarle a Blay que si iba en serio, aunque no sabía durante cuánto tiempo. No se merecía a alguien como Blay a su lado y tarde o temprano se daría cuenta de que él no era todo lo bueno que Blay quería creer. No había más que verlo, aquí estaba deseando arrancarle la ropa a su mejor amigo, mientras John sufría por Kihara. Era un hijo de puta y solo el tiempo haría que Blay se diera cuenta de ello. Un leve dolor punzante en el cuello lo saco de sus pensamientos. Blay intentaba morderle, con las manos apoyadas en sus hombros. Qhuinn le agarró las manos con fuerza y se las apretó contra la puerta, inmovilizándolo. Le encantaba verle los colmillos a Blay, pero saco sus propios colmillos. Ya era hora de enseñarle quien iba a ser el macho dominante en esta relación.

Blay gimió al sentir a Qhuinn succionando la sangre de su cuello. Sonreiría si pudiera, pero lo que Qhuinn le hacía sentir, era demasiado intenso. Todavía no estaba del todo seguro de lo en serio que iba Qhuinn con esto, pero le gustaba la manera en la que este se lo quería demostrar. Sin embargo, conocía bien a su amigo y había visto la duda reflejada en su mirada cuando habían estado hablando. Blay lo dejaría jugar al macho dominante por ahora, y cuando por fin estuviera seguro de sus sentimientos, Blay le demostraría quien mandaba de verdad.

- Dios Qhuinn…

Las manos de Qhuinn habían soltado sus brazos y estaban recorriendo su cuerpo. Acaricio sus pectorales, apretando suavemente sus pezones y siguió bajando por sus abdominales, deteniéndose en su ombligo. A Blay le faltaba la respiración. Qhuinn había logrado quitarle la camisa sin que se diera cuenta y cuando los labios de Qhuinn siguieron el mismo camino que sus manos, Blay dejo de pensar.

 

Vishous siguió buscando mientras Butch paseaba de un lado a otro en la habitación. Quería encontrar más información sobre Stan. Si era un simple humano, ¿cómo había sobrevivido al ataque que le había provocado en el instituto, con su mano? Algo se le escapaba…

- Creo que tengo algo.

Butch se acercó a mirar rápidamente lo que había en las pantallas.

- He encontrado algo en los archivos de la Glymera. Aquí dice que Lohrena fue desheredada por estar con un humano llamado Charles Black.
- ¿Hay fotos? ¿Sabemos si es el mismo tipo?
- Si, aquí hay una foto de los dos juntos.

Y ahí, desde una foto antigua y bastante más joven, estaba el señor Edwards, sonriéndoles con descaro.

- Hijo de puta.
- Vamos a hablar con Wrath.

El teléfono de Vishous los sobresaltó, pero respondió rápidamente.

- Dime Rhage.
- Tenemos un rastro de sangre.
- ¿Dónde?
- Main Street. Cerca de uno de los almacenes de Stan.
- ¿Aviso a John?
- No se V. Hay mucha sangre y no sabemos con seguridad si es de ella. No parece sangre humana.
- Mierda. Estaremos allí cuanto antes.

Vishous miró a Butch que lo había escuchado todo.

- Vamos a por John. Creo que tenemos un rastro de Kihara.

Lover Embraced - Portada

Os traigo la portada de mi ultimo fanfic Lover Embraced (Amante abrazada) :)

Esta historia esta mas basada en las historias de JR Ward y se situa 25 años después de Lover at Last...

Muy pronto comenzare a actualizar esta historia en el Blog :D

Y aprovecho para recordaros que ya tengo pagina en Facebook!




sábado, 29 de junio de 2013

Lover Recalled - Capítulo 15


La ola de frío que lleno la oficina fue inmediata y todos miraron a John. Pero esta vez no había sido él y la sorpresa fue aún mayor cuando vieron que el frío provenía de Butch.

- ¿Tuviste un hijo?
- Una hija. Hace 252 años, tuve una hija, que a su vez tuvo una hija y así, hasta Kihara.

Vishous y Kihara eran familia, pensó John, eso quería decir que…

- ¿Puedes sentirla? Si desciende de ti, ¡tiene tu misma sangre! ¡puedes encontrarla!
- No puedo John. Hay demasiadas generaciones de por medio. Tiene muy poca sangre mía.

John quería partir algo de lo frustrado que estaba.

- ¡Joder!
- Si, a mí también me fastidia John, pero escúchame. Volverás a tener a tu chica aquí, eso te lo juro. No importa cuántos antis tengamos que matar. Ni cuantas noches y días tengamos que salir. Vamos a traer a Kihara a casa.

John asintió agradecido, entendiendo mejor que nunca los sentimientos de V por Kihara.

- Se están metiendo con mi familia. Han matado a mi sangre. Han secuestrado a tu shellan que también es parte de mí. Vamos a salir ahí fuera y vamos a traérnosla aquí, a su casa. Donde pertenece.

Todos los hermanos asistieron, preparados para salir y continuar la búsqueda, aunque miraban a Butch de reojo, con curiosidad. Se pusieron serios mientras Tohr los dirigía y los enviaba a sus respectivas zonas a investigar. Tenían que encontrar a Kihara. Antes de que fuera demasiado tarde.


Kihara ya no pensaba con claridad. Tohrture la había dejado sola y no la había alimentado. Se había llevado hasta las botellas de la nevera. Como si pudiera alcanzarla con las cadenas que llevaba puestas. Se estaba volviendo loca y no paraba de gruñir y rugir. Las cadenas estaban puestas en sus muñecas y tenía una silla para sentarse. Al principio le sorprendió que no la ataran mejor, pero claro, como iba a soltarse una frágil humana de estas cadenas pesadas de metal… De vez en cuando tiraba de ellas, por probar, y aunque no creía que se pudiera soltar, sentía que tenía más fuerza que antes. Notaba los cambios en su cuerpo, además de la fuerza, su visión y oído habían mejorado increíblemente y sentía una necesidad irracional de beber sangre. Notaba que ya no era ella. Ya no era humana. Volvió a rugir enloquecida, levantando los brazos y sintiendo sorprendida como las cadenas daban un poco de sí. Se miró las muñecas y escuchó por si venia alguien. Como no oyó nada, hizo fuerza con todo su cuerpo intentando no rugir mientras lo hacía. Después de un intenso esfuerzo, por fin Kihara escucho lo que estaba esperando, el ruido del metal al romperse. Volvió a mirarse las muñecas, ahora libres. Se había herido gravemente, pero tenía que salir de aquí cuanto antes. Necesitaba sangre y una voz en su interior también le decía que tenía que huir. No se podía dejar utilizar.

 
- ¿Cómo no sabías que tenías una hija?

Vishous suspiró, Butch llevaba haciéndole preguntas desde que salieron de la mansión.

- No lo sabía Butch. No he estado con demasiadas mujeres y nunca más de una noche.
- Excepto ella.

Vishous asintió.

- Solo fue un mes.
- Pues fue suficiente para dejarla embarazada.
- ¡No lo sabía!
- Y fue suficiente para que supiera que toda su descendencia tenía que tener una h en el nombre.
- Dios Butch. Nos hicimos amigos, Amelia sabía lo que yo era y me pregunto cosas. Podía confiar en ella y le respondí. Jamás pensé que… Después de unas semanas la cosa se puso demasiado seria y huí. No sabía lo del embarazo. Jamás la hubiese dejado si lo hubiese sabido.

Butch miraba por la ventana del Escalade, buscando un posible rastro que los llevara a Kihara.

- ¿Cómo se llamaba?
- VicTohria. Mi hija se llamaba VicTohria. Todas desde entonces han tenido un nombre significante. Desde Vichtoria, que significa vencedora en latín, y Tehresa, que significa cazadora, hasta Kihara, que viene de Chiara y significa luz o claridad.
- Que apropiado.
- Sip.
- Bueno, eso quiere decir que Kihara es tu tátara-tatara…
- Mi hija.

Miró a Butch de reojo.

- La considero como si fuera mi hija.

 
Kihara giró otra esquina y entró en otro pasillo interminable. Pero estaba más cerca de la salida. No sabía cómo, pero podía sentirlo. Las heridas de las muñecas le sangraban y sabía que estaba dejando un rastro, por lo que tenía que darse prisa en salir de allí. Llego a unas puertas dobles y con las pocas fuerzas que le quedaban, las abrió, saliendo de una especie de almacén. No conocía el barrio pero parecía estar lleno de tiendas y algunos bancos. Era de noche así que la calle estaba desierta, incluso la carretera que separaba una acera de la otra, estaba vacía. Necesitaba escapar y estaba a punto de girar hacia su derecha cuando vio y escucho un movimiento a su izquierda. Alguien se había acercando en un coche y estaba aparcando para bajarse y sacar dinero del cajero y Kihara no se pudo resistir. ¡Sangre!

 

Stan observó a la chica desde la oficina del almacén. Era igual que en el instituto, aunque ya hacía unos años desde que la vio por última vez. Era tan predecible toda la situación, que le fastidiaba. Su hijo no lo había creído pero ahí estaba, lista para huir. Vio al coche detenerse y se preparó para ver un espectáculo. Necesitaría sangre y ahí estaba, fresca del recipiente. Sonrió. Kihara estaba de cacería. Casi podía sentir el dolor de los colmillos penetrando su cuello y pensó en la última vez que lo había sentido directamente en su piel. Haría ya unos 40 años desde que vio a su querida. Desde que ese hijo suyo matara a su madre al nacer. Robándole el amor de su vida. Desde entonces había odiado a los vampiros y todo lo que tenía que ver con ellos. Por eso había creado un ejército anti vampírico - quería deshacerse de todos ellos, y su hijo era una gran ayuda.  Lo que este no sabía es que también llegaría su día. Se parecía tanto a su madre que a Stan le dolía cada vez que lo miraba y su odio era cada vez mayor. Pero todavía tenía mucho que hacer antes de poder terminar con todo. Como recuperar a esa chica.

 

Qhuinn conducía el Hummer mientras que John y Blay miraban las calles, intentando encontrar algo, una pista que los llevara a Kihara. Miró de reojo a John, y se le notaba triste y preocupado, pero a la vez determinado. Qhuinn admiraba la fuerza de su amigo. Él no sabía que haría si alguna vez le arrebataban a Blay de esta manera. Observó a este por el espejo retrovisor pero Blay estaba demasiado ocupado observando el exterior. Qhuinn suspiró, ojala encontraran a Kihara sana y salva para que John no tuviera que seguir sufriendo.

- Es esa la casa, ¿no?

John asintió.

- No encontraremos nada. Estuve aquí ayer con Tohr y no había nada raro excepto una nevera llena de sangre y una especie de altar dedicado a una tal Lohrena.
- Hmmm

Blay dio señales de vida por primera vez desde que salieron de la mansión.

- ¿Que?
- Nada. Mi madre conocía a una hembra llamada así.

Qhuinn los interrumpió.

- Venga vamos a entrar...

John lo detuvo, agarrándole el brazo.

- No vamos a encontrar nada.
- Ya pero podemos mirar.
- ¿Para qué Qhuinn? Mientras miramos aquí, Kihara está en otra parte y le están haciendo no sé qué cosas.

Qhuinn le puso la mano en el hombro, mientras Blay los observaba en silencio.

- Tío, confía en mi ¿vale? Igual yo y Blay vemos algo que se os paso a ti y Tohr.

John asintió resignado y los 3 entraron sigilosamente en la casa del señor Edwards.


Kihara estaba a punto de atacar cuando un brazo fuerte la agarro por el cuello, cortándole la respiración. Tohrture. Kihara debería haberlo sentido acercarse pero había estado demasiado concentrada en probar la sangre del chico que estaba en el cajero. Tohrture los había rodeado de mhis y la mantenía bien agarrada. La sangre de sus muñecas goteaba constantemente en el suelo, formando un charco cada vez más grande. Cuando el chico por fin se metió en el coche y se marchó Kihara se atrevió a moverse y se retorció de mil maneras intentando soltarse. Por un instante pensó que sería más fuerte que él pero este simplemente la agarraba dejando que se cansara y se abriera aún más las heridas de las muñecas, que ahora se habían extendido por los brazos. Cuando finalmente Kihara perdió sus fuerzas, Tohrture la llevó de nuevo hacia el almacén.

 
- Tío, te estoy diciendo que es ella, estoy seguro. Mi madre tiene una foto con ella de no se hace cuantos años. Eran amigas hasta que… algo paso… no me acuerdo bien.
- Y por qué este tío iba a tener un altar dedicado a ella, si odia a los vampiros.
- Espera que llamo a mi madre y le pregunto.

Mientras Blay hablaba por teléfono, Qhuinn ojeaba los papeles que estaban esparcidos sobre el escritorio.

- Esos no estaban ayer.

Qhuinn miró a John y luego a los papeles.

- Joder, este tío no solo trabaja en la uni. También tiene varias tiendas y almacenes en Main Street.
- Tenemos que ir allí.
- Tíos escuchad esto.

Blay había terminado de hablar por teléfono.

- Lohrena era una hembra de la Glymera, se enamoró de un humano y lo dejo todo por él. Estuvieron juntos varios años y…
- Que tiene que ver esto con…
- Calla y escucha Qhuinn. Sigue Blay.
- Pues ella se quedó embarazada del humano y murió en el parto. Después de eso, el humano desapareció con él bebe. ¿A que no sabéis como se llamaba el humano?

Qhuinn y John se miraron y respondieron a la vez.

- ¿Steve?
- ¿Stan?

Blay negó con la cabeza.

- Casi. El tipo se hacía llamar Sebastian Edwards.

jueves, 27 de junio de 2013

Lover Recalled - Capítulo 14


Kihara no entendía nada. Tohrture era ¿tortura? Pues vaya nombre… Parecía nombre de Hermano pero el macho que tenía delante, definitivamente no era un Hermano. Sus ojos eran rojos como la sangre y rezumaban pura malicia. La miró durante largo rato sin decir nada y Kihara intentaba mantener la calma lo mejor que podía después de todo lo que había pasado.

- ¿No vas a luchar, a patalear, a gritar? Que lastima… Tu madre sí que luchó… defendió a tu padre como solo puede hacerlo una autentica shellan.

Kihara intentaba ignorar la voz profunda y rasposa del vampiro, pero este siguió hablando.

- Si no hubiese luchado tanto contra mí, me la hubiese traído a ella. Su sangre era más pura que la tuya…

Sus palabras le dolían pero Kihara no entendía mucho, las cosas que decía no tenían sentido.

- Una autentica lástima. Pero ya que estas tú aquí, vamos a empezar con el proceso.

¿Qué proceso? ¿De qué estaba hablando? El vampiro abrió una pequeña nevera que había en la esquina de la habitación y sacó una botella con un líquido rojo y espeso. ¿Eso no podía ser…?

- Toma, bébete esto y luego hablamos un poquito más.

 

John estaba entre agotado y anonadado. Habían pasado ya 24 horas y no encontraban ni rastro de Kihara. Habían buscado en las naves del polígono, en la casa de Steve o Stan o cómo demonios se llamara el cabron ese. Habían ido al antiguo piso de Kihara y hasta a su antiguo instituto. Nada. Ni rastro. No la encontraban. Pensó en cada vez que había tenido la oportunidad de morderla y no lo hizo. Se odiaba a si mismo por ello ya que las dos únicas gotas de su sangre que le había lamido en su piso, no eran suficientes. Jamás la encontraría. Y todo por no hacerle daño… cuantas veces se lo había pedido ella, había expuesto ese delicado cuello para que el la probara, diciendo que no le importaba que le doliera y cuantas veces había rechazado su ofrecimiento. Wrath lo había mandado a casa con Blay y Qhuinn para descansar mientras algunos hermanos seguían la búsqueda y otros se encargaban de la casa y de los padres de Kihara. Pero no podía descansar, estaba demasiado ocupado odiándose a si mismo y deseando despertar de esta pesadilla.
 

Vishous miró los papeles que tenía en la mano, y los volvió a leer una y otra vez, incrédulo. No se lo podía creer, pero si esto era verdad, explicaba muchas cosas, sobre todo sus sentimientos hacia Kihara. Ahora, más que antes, estaba determinado en encontrar a Kihara y devolvérsela a John. Se guardó los papeles con cuidado y salió de la casa de Carlos y Tehresa Dhinoris. Junto con Butch había limpiado la casa entera, para que Kihara se lo encontrara todo tal y como recordaba. Había hablado con Wrath y habían acordado que ya que Kihara era parte de la hermandad, y para que pudiera tenerlos cerca y visitarlos cuando quisiera, sus padres serian enterrados en el pequeño cementerio de la mansión. Lo que Wrath no sabía aún era que los padres de Kihara, y sobre todo su madre, pertenecían allí por derecho propio al ser familia de un Hermano. Los papeles que se había encontrado, eran la prueba de ello. Los enterrarían y una vez que volviera Kihara, le harían una ceremonia en condiciones. Luego hablaría con Wrath para contarle todo, y volvería a la búsqueda de Kihara. Y que los antis que se encontrara, tuvieran cuidado. Ahora, esto era personal.

 
La oscuridad alrededor de Kihara era densa. Aun así podía ver las cosas en la habitación con sorprendente claridad. Eso la asustaba ya que eso significaba que lo que le estaban haciendo, estaba funcionando. Lo que no entendía era porque la hacían beber la sangre y se la inyectaban, en vez de usar máquinas de transfusión de sangre. En su mente, rondaba algún vago recuerdo de haber hablado esto con alguien, pero no lograba acordarse de mucho. Las primeras veces que Tohrture había intentado hacerla beber su sangre, ella la había escupido asqueada. Desde entonces se la había estado inyectando y ahora notaba que cada vez que le ofrecía la sangre para beber, se la bebía con más ansiedad. Cada vez pensaba menos en JM, ya que su cuerpo estaba cambiando y la necesidad de beber más sangre, la consumía. Estaba cambiando por dentro y aunque lo intentaba resistir, cada vez se sentía más… salvaje.

Calculaba que la inyectaba cada 2 horas y que la hacía beber cada 3, aunque no podía estar del todo segura. Mientras tanto, Tohrture no había dejado de hablarle, pero debía estar delirando ya que las cosas que decía no tenían sentido alguno.

- Kihara, mírame.

Levantó la cabeza y vio que llevaba otra de esas botellas en la mano. Kihara abrió la boca pero Tohrture no le dio la sangre.

- Eres mejor de lo que pensaba Kihara. Más fuerte. Pero aún es pronto… vamos a esperar unas horas para asegurarnos de que tu cuerpo acepta mi sangre.

Escuchó un gruñido y se preguntó porque le gruñía el vampiro. Cuando vio la mirada de satisfacción en su cara, entendió que no había sido él. Había sido ella.

 

- ¿Estás seguro de esto, V?
- Ahí tienes los papeles. Los encontré en la casa de los padres de Kihara ¿Por qué iban a tenerlos si no es verdad?
- ¿John sabe esto?
- Aun no.

Vishous miró por la ventana y vio a John dejando flores en las tumbas nuevas.

- ¿Crees que Kihara lo sabía?
- Lo dudo. Los papeles estaban guardados entre documentos oficiales de los padres. Testamentos, escrituras, seguros de vida, papeles del banco… en fin, todo lo que tiene una familia normal.
- Así que igual no lo sabían ni ellos.
- Es posible, tenían muy poca sangre vampírica dentro de ellos, así que nunca pasaron la transición. Creo que los papeles fueron guardados como parte de una herencia de familia, como un recuerdo o algo. Estaban ahí pero nadie les prestaba mucha atención. Kihara tiene un poco más de sangre nuestra ya que los dos padres tienen antepasados que eran o son vampiros. Así que si los antis la tienen retenida y le están haciendo lo que pensamos…
- Solo dios sabe lo que puede pasar...

Vishous asintió.

- No vamos a decir nada sobre las transfusiones a los demás. No quiero que John sepa lo que le pueden estar haciendo a su chica. Pero le diremos lo que has descubierto, V. Les contaremos que Kihara es nuestra familia.
 

John se levantó y se sacudió los pantalones, tenía tierra por haber estado de rodillas delante de la tumba de los padres de Kihara. No se permitía a si mismo llorar, tenía que ser fuerte para encontrar a Kihara. Aunque hacia poco que se había alimentado, había llamado a Lisette de nuevo para alimentarse y tener más fuerza. Necesitaba encontrar a Kihara y cuando lo hiciera y se asegurara de que estaba bien, la mordería. Bebería de su sangre sin dudarlo, para no tener que pasar por esto nunca más. Determinado se acercó a Qhuinn y Blay que lo habían estado esperando.

- ¿Estáis listos?

Los dos asintieron, igual de determinados que él. Los tres entraron en la mansión, listos para salir, pero Rhage los detuvo.

- Chicos, tenemos reunión urgente. Todos.

John parecía a punto de protestar pero Rhage le puso una mano en el hombro.

- Tiene que ver con tu chica. Vamos a escuchar a Wrath y luego salimos todos juntos otra vez a buscarla. No estás solo en esto, John.


Kihara estaba agonizando. Llevaba horas sin beber y Tohrture tampoco la había inyectado. Sentía como su cuerpo necesitaba alimentarse. Tohrture se acercó a ella maravillado.

- Ya estas cambiando ya estas formando parte de mí.

Le cogió la cara con las dos manos y la acarició.

- ¡Sí! Tus ojos… mi padre tenía razón. Tú puedes ayudarnos. Eres una de nosotros. Te harás pasar por uno de ellos y los destruiremos por fin. ¡Los tenemos que destruir a todos!

Kihara inclinó la cabeza hacia un lado, esforzándose por comprender. ¿Qué le pasaba a sus ojos? ¿Quién era el padre de este vampiro? ¿Quiénes eran ellos? ¿Y por qué no le daba la sangre?

Intentó hablar pero solo le salían gruñidos. ¿Por qué sonaba como un animal?

Lentamente, Kihara comprendió alunas cosas. La estaban utilizando, la estaban intentando convertir para usarla en la lucha contra… contra… no se acordaba contra quien, pero sabía que prefería morir antes que hacerle daño a… a alguien muy especial para ella. No sabía quién era esa persona y rugió de nuevo. Esta vez era un rugido agónico por el dolor de haber perdido algo… alguien… todo.

 
Estaban todos metidos en la oficina de Wrath. John estaba impaciente por volver a salir pero a la misma vez sabía que esto era importante y sentía curiosidad por lo que fuera que tuviera que decir Vishous.

- Ya sabéis todos que hemos estado en casa de los padres de Kihara y allí encontré algunos papeles que indican que los dos descienden de vampiros.

Las caras y murmullos de sorpresa en los hermanos eran evidentes. Vishous siguió hablando.

- Al parecer, el padre de Kihara, Carlos, desciende de una antigua familia que pertenecía a la Glymera, los Dhinoris, de los que ya no queda ninguno. Y la madre de Kihara desciende directamente de…

Vishous carraspeó.
- Bueno, desciende directamente de mí.