sábado, 31 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 24

Jhade iba a morir. 
El placer era demasiado. 
Demasiado intenso. 
Podía sentir las manos de John por todo su cuerpo, acariciándola. Sus labios bajando un camino por su piel… se sentía fébril.
Su consciencia hizo una aparición, haciéndola pensar que quizás debería decirle que con él sería su primera vez, pero tenía la sensación de que él se detendría, siendo el caballero que era. Y ella no quería que se detuviera. Nunca.
Bajó entre sus piernas, encajando sus anchos hombros entre sus muslos. Durante un raro, no hizo nada y ella empezó a ponerse nerviosa. Pero entonces sintió su aliento cálido. El primer lametazo de su lengua la hizo gritar. Un placer agonizante lleno su cuerpo entero y arqueó la espalda, movió las caderas, incapaz de quedarse quieta. Una de las manos de John, se poso sobre su bajo vientre, empujando hacia abajo, ejerciendo solo un poco de presión para evitar que se moviera.
Su lengua endemoniada la atacó de nuevo y casi se olvidó de respirar.
- ¡John! ¡Oh dios John!
Su otra mano se movió a su centro y despacio metió dos dedos en su interior. Eso fue todo. Continuo lamiéndola mientras ella explotaba a su alrededor, viendo las estrellas, mientras el seguía con su asalto, alargando su primer orgasmo real, y probablemente el mejor que tendría en su vida.
- Oh dios, John… eso ha sido…
Se inclinó sobre ella y la besó intensamente, haciéndola gemir. Quería más de él.
- Te necesito. Dentro de mí.
Y así era. A pesar del orgasmo devastador que acababa de tener, tenía que tener más. Lo necesitaba todo de él.
John gruñó al aguantar su peso con esos brazos musculosos. Jhade podía sentir la dura punta de su polla moviéndose entre sus pliegues, lubricándose con su humedad resbaladiza. Lentamente, casi como una tortura, iba moviéndose, moviendo las caderas. Adelante, atrás. Arriba, abajo. Hasta que por fin, gracias a los cielos, entró en ella.
Había sabido que dolería un poco e intentó aguantar un grito de dolor.
Pero era demasiado tarde. Estaba dentro de ella, paralizado encima de ella con una mirada de absoluto horror y pánico en su rostro.


*-*-*

John estaba instantáneamente sobrio.
No podía ser.
Ella no podía ser…
Una newling. Una virgen… Ni de coña.
Pero lo había sentido. Había oído su grito disimulado. Podía ver su mueca de dolor al salir lentamente de su interior. Gruñó, a pesar de todo, sintiendo más placer del que jamás había sentido.
Qhuinn lo iba a matar. Muy lentamente. Y con toda la razón del mundo.
Dulce Virgen en el Fade, ¿que había hecho?
- ¿John?
Cerró los ojos cuando ella puso la mano en su mejilla.
- John por favor no te pares. Por favor.
Tenía que irse. Marcharse. Irse.
- Por favor.
Ella apretó sus músculos interiores y él jadeó. No podía luchar contra esto. No quería luchar contra esto. Era demasiado bueno. No podría detenerse ni aunque lo intentara. La llenó de nuevo, lentamente, dejando que ella se acostumbrara a su tamaño. No quería hacerle daño. Pero ella movió sus manos por su espalda, hasta llegar a su trasero, y le pellizcó, haciendo que el empujara hacia delante, llenándola por completo.
- Dios sí. Otra vez John. Haz eso otra vez.
Como siguiendo una orden, John obedeció, moviendo las caderas. Follándola con movimientos cada vez más rápidos. Cuando los dientes de ella se clavaron en la sensible piel de su cuello, perdió toda razón. Soltando un grito silencioso, la llenó con su semilla, los gritos de placer de ella amortiguados contra su piel.
Solo pudo detenerse 10 minutos después, y solo porque ella le había clavado las uñas en el culo y susurrado un estrangulado –me-estas-matando.
Él podía haber seguido durante horas. 
Días. 
Meses.

Podía haber seguido para siempre.

Lover Submissive - Capítulo 2

V inhalo lentamente mientras veía a Butch desaparecer en el vestuario. A pesar de lo que había estado pensando el poli, no le había estado mirando el trasero, sino su ancha espalda. Imaginando como quedaría su nombre grabada en ella. Ay las fantasías de un amor prohibido…
Se giro para irse de ahí antes de estar tentado de acompañar a Butch en la ducha cuando el ruido de unas losas partiéndose lo detuvo. Butch sentía más por el de lo que se atrevía admitir, pero no lo suficiente para arriesgarlo todo por él. Aun.

Apago el cigarrillo en su bota y lo guardo en su bolsillo. Volvería al Pit para ponerse un rato con sus Cuatro Juguetes. En momentos como este, le gustaría poder hablar con alguien, desahogarse. Pero él no era de esos. Era un hijodeputa antisocial. Él no valía para sentarse a tomar un jodido te y hablar de sus putos problemas. El único con el que hablaba era Butch. E incluso a él no se lo contaba todo.
Cuando llego al Pit se encontró a una Kihara enfurruñada sentada delante de los ordenadores. Lo vio y su cara se ilumino con una sonrisa.

- ¡Papa!

Abrió los brazos para darle un abrazo. Hablo en el lenguaje antiguo sabiendo que ella no le entendería.

- Mi querida hija.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

- Algún día me enterare de qué significa eso. Ahora ven, no puedo entrar en este programa. No tengo la contraseña. Vishous tecleo algo rápidamente y el programa se abrió como por arte de magia.

- Eres un genio, gracias.
- ¿Que estas buscando?
- No lo sé.

En ese momento Butch entro con cara de pocos amigos y sin decir nada se metió en su habitación. Kihara lo miro sorprendida.

- ¿Os habéis vuelto a pelear?
- Nop. ¿Cómo que no sabes lo que buscas?
- Puedes hablar conmigo ¿sabes?
- Nada de qué hablar. Como que no sabes lo que estas buscando Kihara.

Kihara suspiro frustrada, poniendo los ojos en blanco.

- Tú sabrás. Que sepas que aquí me tienes.

Volvió su atención a la pantalla.

- En la casa de Stan, encontramos montones de papeles que parecen ser de carácter legal. Pero como no me sé el lenguaje antiguo, me cuesta descifrarlos. JM me ayuda a traducir pero necesito enterarme de las antiguas leyes para entender lo que está pasando. Sé que hay algo, lo sé. Pero no sé que es, ni cómo encontrarlo, así que pensé que leyendo tus traducciones de las leyes, podría encontrar algo. Lo que sea.

Vishous se quedo callado un momento mientras procesaba la visión que le vino sin avisar.

- Lo encontraras.
- Eso lo dices porque eres familia.
- No. Lo digo porque lo sé.

El tono serio en su voz la hizo mirarlo.

- Ahm vale.
- Tienes que aprender el lenguaje antiguo.
- Si lo sé. Y estoy en ello, JM me ayuda, pero me cuesta.
- Tienes que ser más rápida. No hay mucho tiempo.

Kihara entrecerró los ojos.

- ¿Que sabes?
- Nada que te pueda decir.

Vishous miro la puerta cerrada de su amigo y Kihara carraspeo.

- De acuerdo. Pues me voy a estudiar.
- Bien. Te preparare un portátil con todo lo que necesitas ¿verdad?

Kihara asintió y se acerco a él. Parecía que iba a decirle algo pero en ese mismo momento, Butch salió de su habitación, aparentemente más calmado.

- Hola Kihara. ¿Cómo tu por aquí?
- Hola Butch. Necesitaba los 4J, pero ya me iba.

Miro entre uno y otro y sonrió, la tensión sexual se podía palpar en el ambiente.

- Os dejo solos.

V se quedo donde estaba mientras Butch volvía a desviar la mirada y mascullaba algo que ni siquiera él podía escuchar. Después lo miro, y le pregunto.


- Me voy al Iron Mask. ¿Te vienes?


jueves, 29 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 23

Jhade entró a su habitación cansada pero feliz, sin molestarse en encender las luces. Por fin conocía a todo el mundo, y las shellans que no había visto antes, se habían quedado realmente sorprendidas al verla. El vestido había impresionado a todo el mundo, especialmente porque resaltaba sus ojos. Se lo quitó y tiró sobre una silla.
La inhalación profunda la sorprendió y casi gritó.
Hasta que reconoció quien era.
Su corazón se saltó un latido al sentir como se acercaba.
- ¿Que estas…?
- Shhh…
Puso un dedo sobre sus labios y se inclinó para besar su mejilla. Inmediatamente notó el olor a alcohol.
- Estas borracho.
- Shhh…
La callo de la manera más efectiva. Con sus labios.
Oh dulce Fade, como había echado esto en falta. Lo había echado de menos a él.
Pero sabía que él se arrepentiría por la mañana.
Así que lo empujó.
- Vete a tu habitación John. Estas borracho. No quieres esto.
La beso de nuevo. Un suave beso en los labios.
- John no me tortures. Por favor, no me tortures así.
Profundizo el besó y ella estaba ardiendo. Sintió como el sacaba el móvil de su bolsillo y le enseño algo que había escrito en la pantalla.
- Esta noche. Solo esta noche. Después, no podré volver a estar contigo nunca más.
Con la tenue luz del móvil podía ver su cara y supo que iba en serio.
Así que, que iba a hacer.
Podía echarlo, y perder esta oportunidad única de estar con él.
O, podía perder su virginidad con la única persona que la hacía sentir.
Fácil elección.
Él dejó el móvil sobre la mesa y acarició sus labios con el pulgar.
- Si.
Su pulgar dejó de moverse y sus labios cubrieron los de ella otra vez. Se podía enganchar a su sabor con tanta facilidad.
Si tan solo él la dejara…


*-*-*-*


John sabía que debería de escucharla.
Sabía que tenía que largarse.
Pero no se podía obligar a hacerlo.
Estaba loco por ella. Hambriento por ella, aunque sabía que realmente no podía alimentarse de ella.
La atrajo hacia él, sintiendo su piel desnuda debajo de las manos. Su polla estaba durísima y latía con la necesidad de estar dentro de ella, pero necesitaba prepararla. Él era demasiado grande y no quería hacerle daño.
El olor de su excitación llenaba la habitación y supo que tenía que saborearla. Soltó sus labios y sonrió al oír su gemido desesperado. Muy lentamente bajo por su mandíbula y cuello, sabiendo que podía sentir el leve arañazo de sus colmillos.
Pero no tenía miedo. Tenía la piel de gallina y estaba ardiendo. Ardiendo por él.
Mordió a través de su sujetador y la oyó jadear al sentir el aire acariciando sus sensibles pezones. Su lengua pronto hizo lo mismo y su pequeño gemido erótico infló su ego como nada más podía hacerlo.
Necesitaba tocarla pero ya, así que su mano desapareció dentro de sus braguitas. Se las arrancaría en un minuto.
Joder.
Estaba rasurada.
¿Los pretrans no se suponían que tenían pelo?
- Me depilo.
Le susurró en la oscuridad como si hubiese adivinado sus pensamientos. Le dio un mordisquito aprobador. Ahora realmente tenía que saborearla.
Estaba empapada.
Empapaba sus dedos cuando la penetró con uno, luego dos dedos. Sus uñas le arañaron los brazos y se puso aun más duro.
- ¡John!
Sus dedos acariciaron sus labios íntimos, sintiendo lo preparada que estaba ya para él. La empujo con cuidado hacia la cama y le arrancó las braguitas a cachos antes de tumbarla. La besó de nuevo, queriendo devorar esos labios carnosos antes de saborearla. Se movió debajo de él, buscando desesperadamente algo de contacto, y el gruñó.
Su mente estaba fija en una sola cosa. Darle tanto placer que jamás desearía a ningún otro macho como lo deseaba a él.

¡Mía!

Lover Submissive - Capítulo 1

- ¡Joder!

Butch, alias Dhestroyer dio más fuerte al saco de arena que llevaba machacando unas dos horas. Tan fuerte que los nudillos le dolían, pero aun así no podía sacarse la frustración que sentía desde hacía meses. Y todo por un macho… ¿Quién lo hubiera dicho? Él desde luego que no.
¡Bang! Otro puñetazo.
¡Pong! Una patada.
Él y su colega estaban bien. Lo habían hablado todo y volvían a ser amigos. Como antes. ¿V sentía algo por él? Sin problema.
Pero de ahí a algo más… A él le gustaban las mujeres, de siempre.
Entonces… ¿era raro que el mejor beso de su vida hubiese sido con un macho? Joder sí. Era raro.
¡Pam! Patada.
¡Bang! Puñetazo.
¡Plaf! Cabezazo.

Agarrándose al saco de arena por pura fuerza de voluntad, apoyo la cabeza  e intento recuperar el aliento.
El olor a tabaco le lleno las fosas nasales y miro el espejo que tenía en frente.

- Hey V.

Su amigo inclino la cabeza mientras inhalaba con fuerza y Butch bajo la mirada, incomodo. Sabía que V le podía leer la mente a veces y no quería que supiera lo incomodo que le hacía sentir toda esta mierda.

- Quieres que me vaya.

Demasiado tarde.

- Nop. He terminado. Voy a ducharme.

Se dirigió hacia los vestidores sintiendo la mirada de Vishous en su espalda. O más abajo, no lo quería pensar demasiado.
La suave risa de su amigo le llego y supo que V sabía exactamente lo que había estado pensando.

- Todavía no estamos saliendo, poli.

A pesar de todo, Butch sonrió. Esa frase era suya, una broma intima entre amigos. Se metió bajo el espray de la ducha apoyando una mano en la pared, dejando que el agua caliente se ocupara de sus músculos doloridos. El no tenia ningún problema con la orientación sexual de su amigo, todo lo contrario, que cada uno se lo montara con quien quisiera, pero él no… a él no le iban los tíos. Y punto. Su mente volvió a recordar aquel beso. Había sido distinto a cualquier otro beso. Menos dulce, menos delicado. La perilla de V le había rozado su barbilla y V había tomado el control por completo, dominando la situación, por breve que hubiera sido el beso. Dio un puñetazo a las losetas partiendo varias y abriéndose la piel. Jamás había tenido problema con el lado dominante de V, más que nada, porque no iba con él la cosa. Pero… ¿y si V quería hacerle a él esas cosas? Atarle, asfixiarle, azotarle…
Miro sorprendido hacia abajo cuando noto que su polla se estaba endureciendo.

- Que demonios…

A él no le iba el rollo BDSM, para nada. Él era creyente, y para él no había nada más bonito que mirar a alguien a los ojos mientras le hacías el amor, lentamente, disfrutando del momento. Los polvos anónimos no contaban. Él estaba pensando en amor verdadero, con una hembra de valía. Alguien a quien poder amar y respetar, alguien que pudiera ser tu amante y mejor amigo. 
Amiga.
Joder…

Se froto la cara con las manos, ignorando la sangre que salía de su mano herida. Unos ojos blancos invadieron su mente y maldijo de nuevo. Si estaba tan seguro de que él deseaba a las mujeres, ¿porque estaba tan confundido?

miércoles, 28 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 22

Qhuinn observó como Jhade se movía entre su gente. Parecía estar en su salsa. Ya conocía a todo el mundo, había hablado un poco con todos y todos la adoraban. Casi siempre estaba con Nalla y Mariah y se alegraba de que hubiera hecho amigos con tanta rapidez.
Había hablado con ella antes, pidiéndole perdón por no haber estado a su lado y ella simplemente lo había abrazado y dicho que no pasaba nada.
Que lo entendía.
Era absolutamente increíble.
No tenía ni idea de como había resultado ser así, habiendo pasado por todo lo que había pasado, pero realmente era increíble.
Alguien le dio una bebida y sonrió al ver que era su hellren.
- Lo está haciendo genial.
- Si. Aun no me lo puedo creer.
- Lo sé. Has tenido tanta suerte al encontrarla.
- Y justo a tiempo, antes de su transición. Por cierto, ¿dónde esta John? necesito hablar con él.
- No sé, probablemente tomándose otra copa.
Qhuinn frunció el ceño.
- ¿Qué le pasa?
- Ni idea.
- Necesito pedirle que se encargue de ella durante su transición. No quiero ninguno cabron de la Glymera cerca de ella.
Blay se puso tenso.
- No creo que sea una buena idea.
- ¿Y por qué coño no? Le confiaría mi vida. Ella es mi vida. Además, yo y Layla estaremos allí. Aunque no importara. John es como su tío, o hermano mayor. Jamás se aprovecharía de ella. Además, él aun no ha olvidado a Xhex.
Qhuinn observo la expresión de Blay. ¿Qué demonios había pasado entre ellos? John y Blay se habían estado comportando de manera extraña toda la semana.
- Hellren, ¿hay algo que yo debería de saber?
- No creo que sea una buena idea, eso es todo.
- Es el hijo de Darius. Su sangre es casi tan pura como la de Wrath. Se lo pediría al rey pero no creo que a Beth le guste la idea, ¿me entiendes?
- Si, te entiendo.
Si voz se había vuelto más ronca y Blay lo observaba con una mirada que él conocía bien. Su Hellren tenía sed.
- Vamos a darle las buenas noches a Jhade. Necesito estar dentro de ti.


*-*-*-*-*-*-*

Jhade rió y movió la cabeza con las cosas de Mariah. La chica era tímida pero cuando hablaba… ¡madre mía lo que salía de esa boquita!
Miro de nuevo a su alrededor, esperando ver a John de nuevo. Estaba tan sexy esta noche, pero tan serio, que su cara mostraba una mueca constante. ¿Estaba enfadado con ella? ¿Por qué? O igual le molestaba otra cosa…
- Hey, ¿estás con nosotras?
- Lo siento. Yo eh, necesito más chow... o sea, comida.
Dios, ya sonaba como los hermanos, y eso que solo llevaba una noche en su presencia.  Se alejo de sus amigas, acercándose a las mesas con la comida. Rhage le sonrió, su 5º plato de la noche lleno hasta arriba. ¡Madre mía este vampiro sí que tenia apetito!
Y entonces se quedó sola en la mesa.
Pilló un plato y una servilleta y miró el bufet que tenía delante, intentando decidir que quería.
De repente se vio envuelta en calor, su piel se erizó. Su cuerpo se preparó para el, para su tacto.
John estaba cerca.
Podía distinguir su olor claramente de entre todos los demás.
Se le cayó la servilleta, más torpe que nunca, y se agachó para cogerlo.
Él se le adelanto.
Jadeó cuando sus manos se rozaron y levantó la vista.
Gran. Error.
Esos enormes ojos azules prometían el cielo, y desviar la mirada era un infierno.
- Eh, gracias.
Era tan caballeroso, y a ella eso le encantaba.
Siempre estaba pendiente de todo el mundo.
Suponía que antes de convertirse en tan… oscuro… él era dulce. Había algo en él… Era un guerrero feroz, muy fuerte y viril, eso lo había visto ella misma, pero podía sentir su necesidad de… amar.
Podía imaginar cómo sería ser su shellan, siempre siendo mimada.
Siempre siendo protegida.
Siempre siendo cuidada.
Abrazada por esos brazos fuertes.

El asintió, se dio la vuelta y se marchó. 
Jamás conocería la sensación de ser abrazada por él.

Lover Submissive - Sinopsis



A Vishous y Butch, ambos hermanos de la Hermandad de la Daga Negra, les une una amistad que todo lo puede. No tienen secretos el uno con el otro y Butch sabe que V siente algo más que simple amistad por él, pero no quiere que haya nada más entre ellos…
¿O sí?

Sin saber porque, se mete en el mundo del BDSM de Vishous, descubriendo cosas sobre sí mismo que jamás hubiera pensado. Una nueva enemiga les unirá más de lo que hubiesen creído posible…

domingo, 25 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 21

Jhade llevaba aquí ya una semana. Una semana entera. Y no había visto ni a su padre ni a su madre desde aquellos primeros días. Ni siquiera a Blay. O John Matthew. Así que, oye, se sentía como en casa. Se le daba bien esto de ser ignorada.
Pero a quien intentaba engañar.
Se sentía dolida.
Se sentía decepcionada. Nalla y Mariah no la habían dejado sola ni un solo momento, quedándose a dormir y ayudándola a comprar ropa online. Hasta un vestido para la fiesta de esta noche habían conseguido.
Resopló.
¿Para qué iban a hacer una fiesta cuando claramente ella les importaba una mierda?
Se quería marchar.
Volver a St. Mary’s y pretender que esto nunca había ocurrido.
Solo que Nalla había adivinado por donde iban sus pensamientos y la había avisado de que si pasaba por su transición y no tenía sangre de un macho vampiro para alimentarse, moriría.
Y eso no era simplemente una opinión.
Un golpe en la puerta la sobresalto.
- Entra.
- Hola hija mía.
- Layla.
Dolía, aunque no quería que fuese así... Intentaría fingir que no le importaba. No se podía permitir dejar que le importara.
- Siento tanto no haber estado aquí estos últimos días. Yo eh…  pase por mi necesidad.
La última palabra la dijo en un susurro y acompañada de un bonito sonrojo.
Ah. Ahhhh.
- Vaaaaale.
Sonrió, y unas lágrimas amenazaron con aparecer.
- Casi pensé que tu…
- ¿Qué?
- Que no te caía bien o algo. Que está bien, no pasa nada si es así. Estoy acostumbrada, es que me había parecido que…
- No podrías estar más equivocada. La única razón por la que no he venido es por lo de mi necesidad.
Layla se acercó y la abrazó con fuerza.
- Te quiero. Eres lo mejor que me ha pasado. Lo mejor que nos ha pasado a mí y a Qhuinn.
- A él tampoco lo he visto en toda la semana.
- Ay mi niña. Él ha estado liado con cosas de la Hermandad. A veces pasa. Pero sé que él te quiere tanto como yo. De eso puedes estar segura.
Otro golpe las interrumpió y Layla le abrió la puerta a Nalla y Mariah.
- Hey chica, ¡vamos a prepararte para esta fiesta!


*-*-*-*

John tomo otro trago de su Jack Daniels. Solo estaba aquí porque no tenía ninguna excusa lo suficientemente buena para no estar. No la había visto en una semana, aunque había estado en su mente día y noche. No podía dejar de pensar en aquel beso. Y Blay lo sabía, ya que no dejaba de dedicarle miradas desaprobadoras.
Hasta había ido al Iron Mask, esperando que si se tiraba a alguien, se olvidaría de ella.
Ya.
Y una mierda.
Ni siquiera se ponía duro.
Joder, y se suponía que estaba de luto recordando a su shellan.
Una conmoción en el vestíbulo hizo que levantara la mirada.
- Ahí está...
Erección instantánea.

Verla bajar las escaleras debería de haberle recordado a la ceremonia de emparejamiento con Xhex. Pero Jhade era tan distinta que no podía comparar.
Xhex había tenido el pelo corto, el de Jhade era largo.
Xhex había tenido la piel pálida, la piel de Jhade era bronceada, casi brillaba.
Xhex había sido puro musculo, un cuerpo casi masculino. Jhade era la hembra más sensual y femenina que había visto jamás, con unas curvas preciosas.
Curvas cubiertas por un vestido verde y azul.
Un vestido a juego con sus ojos.
Jo-der.
Iba a matarlo.
Ella miro a su alrededor como buscando a alguien y cuando su mirada se fijo en él, se quedó ahí, realmente pensó que su corazón dejaría de latir.
Alguien le puso un brazo alrededor de los hombros y lo medio empujó medio arrastró hacia la habitación de juegos.
- Tienes que parar eso John.
- No estoy haciendo nada.
- Estas comiéndotela con los ojos. Y si yo lo puedo ver, otros también pueden.
- No puedo remediarlo vale. Y no voy a hacer nada al respecto.
- Aun.
- Jamás.
- John.
- No pienso arriesgar mi amistad con Qhuinn. Y ella no puede reemplazar a Xhex.
- Me da a mí que ya lo ha hecho.
- Que te den.
Qhuinn entró impidiendo que Blay respondiera.
- Aquí estáis. Tíos, ¿por qué os escondéis aquí? Venga, que es la fiesta de mi pequeña! Tenemos que olvidarnos de la mierda de Havers durante unas horas y darle la bienvenida que se merece.


Lover Reconciled - Epilogo

Qhuinn despertó con una lluvia de besos sobre su pecho.

- Buenos días hellren mío.

Qhuinn solo pudo gruñir. Blay estaba recorriendo su nueva cicatriz, la marca de la hermandad sobre su pecho, con su lengua. Su olor de vinculación llenaba la habitación, haciendo que Qhuinn se pusiera más duro de lo que ya estaba.

- Tenemos una hora antes de la reunión con los hermanos.

Qhuinn volvió a gruñir y atrapó los labios de Blay, profundizando el beso.

- Necesito saborearte.
- Y yo a ti

Blay bajó por su cuerpo, tomando su polla en la boca. Qhuinn arqueó el cuerpo automáticamente, como siempre ocurría cuando sentía los labios de Blay a su alrededor.

- Date la vuelta. Ahora.

Blay lo soltó arrastrando los colmillos a lo largo de su polla, causándole escalofríos. Cuando por fin lo soltó, Qhuinn aprovechó y le dio la vuelta para posicionarlo en una postura que habían descubierto, les volvía loco a los dos. Blay lo volvió a envolver en su boca y Qhuinn le hizo lo mismo a Blay, arrancándole un gemido. Después de poco tiempo, los dos estallaron a la misma vez en un clímax enloquecedor.

Blay se tiró al lado de Qhuinn, respirando agitadamente. Le encantaba despertarse así, y le encantaba despertar a Qhuinn de esta manera. ¿Quién le hubiese dicho, que algún día sería tan feliz? Hacia tan solo unas semanas, se había escapado buscando una lucha con los antis para acabar con su sufrimiento. Y así había sido, pero no de la manera que pensaba. Qhuinn había cambiado tanto, que parecía otro. Pero la verdad era que ahora era el mismo. Había madurado y más importante, por fin se había aceptado a si mismo tal y como era.

- ¿En qué piensas nallum?
- En lo mucho que te quiero hellren.

Qhuinn le dio un beso.

- Yo también te quiero.
- Lo sé. Vamos a ducharnos. Wrath nos espera y seguro que esta noche salimos a luchar de nuevo.

Qhuinn cerró los ojos. Ahora que eran hermanos, la lucha era aún más personal y habían descubierto que con la muerte de Stan, no había acabado aun la guerra. Alguien había tomado su lugar en la creación y dirección de los antis y eso quería decir que todavía quedaba mucha lucha por delante. Una lucha que afrontarían juntos, como hermanos, como Ahstrux Nohtrum, y como pareja. Ahora y hasta que el Fade los reclamara.



sábado, 24 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 20

Al bajar las persianas para el día, Qhuinn no quitó el ojo de la pantalla. Habían sacado el cuerpo de Havers de la clínica, lo habían metido en el Hummer y lo habían vuelto a sacar para depositarlo sobre la hierba quemada, todo con una creciente sensación de inquietud.
Las cosas iban demasiado bien.
Todo era demasiado fácil.
Podía ver a Lassiter caminando alrededor del cuerpo, sin quitarle la vista, esperando a que los primeros rayos de sol hicieran su trabajo.
- Empieza el espectáculo.
Lo tenían en manos libres para poder comunicarse y Qhuinn rezaba por que saliera el sol ya para quemar al bastardo y reducirlo a cenizas. A Havers, no al ángel caído.
- Aquí viene el primer rayo, deberías de poder oír un buen chisporroteo en cualquier momen… ¿qué demonios?
- ¡Lassiter! ¿Qué coño acaba de pasar? ¿Dónde está Havers?
- ¡Y yo qué coño se!
- Lassiter, estaba muerto, no se puede haber movido. Dónde. Esta.
En la pantalla podía ver al ángel caído tocar el césped quemado donde había estado el cuerpo. Estaba negando con la cabeza.
- No hay nada aquí tío. Ni cenizas, ni nada.
- Eso no es posible.
- Es lo que veo, y lo que siento.
- Qhuinn, es como aquel forelesser en el bosque, ¿te acuerdas? Justo antes de que encontráramos a tu hermano.
Como no iba a acordarse. Aquel hijodeputa simplemente desapareció cuando lo tenían acorralado.
- Eso era un lesser. Esto es Havers.
Negó con la cabeza.
- Joder. Mierda. ¡Me cago en la puta!
- Lassiter, ¿qué crees que puede haber pasado?

- No tengo ni puñetera idea Blay, es como si el tipo simplemente se hubiese… evaporado. Y aun sin las cenizas, que sepas que los dos me debéis esos 5 programas.

Lover Reconciled - Capítulo 26

Joder. ¿Hermanos? ¿Ellos?

- Estamos esperando respuesta, soldados.

Se miraron y respondieron a la vez.

- Sí. Queremos.

Wrath sonrió ferozmente.

- Eso pensaba. Ahora poneros las capuchas y mantened la vista hacia el suelo. Las manos en la espalda.

Qhuinn sintió dos fuertes manos guiándole y se dejó llevar.

El viaje en coche fue relativamente corto. Estaba tan nervioso que su mente estaba un poco distraída. Sabía que Blay iría en otro coche y esperaba que el estuviera más tranquilo. Bajaron del coche y entraron en un espacio abierto. ¿Una cueva? Siguieron caminando y la presencia de Blay a su lado, lo tranquilizo. Una mano en el cuello lo detuvo.

- Sois indignos de entrar aquí como estáis ahora. Asentid.

Qhuinn asintió y supuso que Blay hizo lo mismo.

- Decid que sois indignos.
- Somos indignos.

Aclamaciones y protestas de los hermanos en el lenguaje antiguo, llenaron la cueva.

- Aunque ahora no sois dignos, deseáis convertiros en tal, esta noche. 

Asentid.
De nuevo obedecieron.

- Decid que queréis ser dignos.
- Queremos ser dignos.

El lenguaje antiguo volvió a escucharse, esta vez en señal de apoyo.

- Hay solo una forma correcta y apropiada de convertirse en digno. Carne de nuestra carne. Asentid. Ahora decid que deseáis volveros carne de nuestra carne.
- Deseamos volvernos carne de vuestra carne.

Un leve apretón en el cuello hizo que Qhuinn respirara de nuevo, después de haber estado conteniendo el aliento. Comenzó un cantico y sintió como Blay era conducido hacia delante. No se atrevió a levantar la vista. Nop, él se quedó quieto donde estaba.

- ¿Quien propone a este macho?

Blay no se lo podía creer, ¡era la voz de la Virgen Escriba!

- Yo Wrath, hijo de Wrath, Rey de la raza, lo hago.
- ¿Quién rechaza a este macho?

Nadie hablo y Blay suspiro aliviado.

- En base al testimonio y la propuesta de Wrath, hijo de Wrath, encuentro a este macho ante mí, Blaylock, hijo de Rocke, una nominación apropiada para la Hermandad de la Daga Negra. Pueden seguir con la ceremonia.

Blay completo la ceremonia orgulloso. Todos los hermanos bebieron de él, y él bebió lo que habían vertido en la calavera. Los ocho golpes con el guante de púas fueron dolorosos, pero tenía que aguantar si quería formar parte de la hermandad. Solo esperaba que fueran un poco más suaves con Qhuinn.

Qhuinn no paraba de morderse los labios. Escuchaba golpes, gruñidos, el fluir de sangre. El olor intenso de la sangre de Blay le lleno la nariz y tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para no levantar la vista y defender a su hellren. No le están haciendo daño, lo están convirtiendo en hermano. Se repitió la frase como un mantra, hasta que todo quedo en silencio. Trago con fuerza y noto una mano en la espalda, empujándolo hacia un altar. Escucho como Wrath lo propuso ante la Virgen Escriba y de repente Wrath le indico que levantara la vista. Busco a Blay con la mirada pero Wrath se lo impidió.

- Agárrate a las clavijas hijo. Esto va a doler.

Qhuinn parpadeó y vio a la Hermandad al completo delante de él. Ocho machos enormes, todos mirándolo con respeto. Y el formaría parte de ellos. Hermanos. Ellos lo aceptaban así, tal y como era. A pesar de sus ojos distintos, a pesar de ser gay, y a pesar de todo lo que había hecho en el pasado. Lo aceptaban. A él. Parpadeo rápidamente y la ceremonia se le paso volando. Las palabras “Mi carne” y Tu carne se repetían mucho, y notó como los hermanos le mordían y le golpeaban con un guante de púas. Bebió la sangre de la calavera y sintió una fuerte ola de energía atravesándole. La emoción de ser aceptado por fin, de pertenecer a algo, a alguien, hizo que apenas se diera cuenta del dolor. Su cuerpo comenzó a convulsionar y no se dio cuenta de nada más.

Blay recobró la consciencia al lado de Qhuinn, que parecía despertar a la vez que él. Miró a su alrededor y vio que estaban delante de un muro enorme, lleno de nombres ¿de hermanos? Sí. Sus hermanos. Carne de su carne. Los aplausos llenaron la cueva, que ahora reconoció como la Tumba, y Wrath se acercó a ellos, pasándole un brazo por el hombro a cada uno.


- ¿Veis esos nombres al final? Sois vosotros. Blay, serás llamado guerrero de la Hermandad de la Daga Negra Irhe. Y tu Qhuinn, serás llamado guerrero de la Hermandad de la Daga Negra Angher. Y aunque para nosotros seguiréis siendo Blay y Qhuinn, ahora realmente sois Hermanos de nuestra Hermandad.

jueves, 22 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 19


- Bueno, ¿y tú de quién te alimentaste durante tu transición?
Nalla frunció el ceño.
- Creo que se llamaba Thompe o algo así. Creo que pertenece a la Glymera, una de las mejores familias. Rehv los conoce. Probablemente lo usaran para la tuya y la de Mariah.
- Ah.
Jhade no pudo ocultar su decepción.
- ¿Tienes a alguien en mente verdad? ¿A quién? ¡Cuenta!
- No tengo nada que decir. Acuérdate de que aun no sé cómo funciona este mundo.
- Espera que ya lo averiguo yo. No puede ser Qhuinn, ya que es tu padre. Tampoco Blay porque es como tu… padrastro. Al igual que Xcor. El rey… ni de coña. Es demasiado viejo para ti.
Le sacó la lengua y Jhade puso los ojos en blanco.
- Aun no conoces a los hermanos lo suficientemente bien y aunque si fuese así, están todos emparejados así que solo queda… el buenorro de John Matthew.
Jhade se sonrojó y tanto Nalla como Mariah se miraron con compasión.
- Ay cariño, eso no va a pasar.
- Ya lo sé.
Vio como las chicas intercambiaban de nuevo las miradas y estuvo a punto de contarles lo del beso. En realidad lo estaba deseando. Pero no sabía si realmente podía confiar en ellas. Nunca antes había tenido amigas de verdad, así que simplemente, no sabía.
- Mira Jhade, el… está roto por dentro. Perdió a su shellan hace como 23 años. Y por lo que sabemos él ya no es el mismo. Es un tipo genial, probablemente uno de los más amables en la casa, pero no… para eso. Él no quiere nada con nadie en ese sentido.
- Él la... ¿él la quería mucho?
- Estaban vinculados. En nuestro mundo, eso es sagrado.
- Ah, vale. ¿Los vampiros no pueden… volver a vincularse?
- Si, supongo que sí, es decir, Tohr y Autumn están completamente vinculados y él también perdió a su primer shellan así que… Pero no te ilusiones. Xhex lo era todo para John. Él no quiere estar con nadie más. Nunca.
Jhade se mordió el labio, incapaz de callarse por más tiempo.
- Si eso es cierto, entonces ¿por qué demonios me ha besado a mi?

Lover Reconciled - Capítulo 25

Qhuinn había logrado matar a los tres antis, pero estos lo habían acribillado con los dardos antes de morir. Blay se los quito uno a uno, aterrado ya que no sabían lo que contenían. Los hermanos estaban intentando llamar su atención, pero el solo tenía ojos para Qhuinn.

- ¡Blaylock! Busca la maldita llave de esta jaula y sácanos de aquí. V puede curar a tu chico.

La voz del rey hizo que reaccionara. Si los hermanos estaban bien, Qhuinn también se pondría bien. No podía pensar en otra opción.

- La llave esta alrededor del cuello de Stan.

Blay se acercó al cuerpo y fue a coger la llave. No estuvo preparado para el ataque de Stan. El pesado cuerpo del jefe de los antis se abalanzo sobre él, aplastándolo. Sus manos se cerraron alrededor de su cuello, cortándole la respiración. Desde la jaula se escucharon gruñidos y Blay sintió desesperación al notar como sus fuerzas lo abandonaban.

Qhuinn estaba lacio, sentía el veneno de los dardos en su sangre, pero también sentía que Blay estaba en peligro. Parpadeo varias veces, intentando enfocar la vista y le pareció ver a Stan asfixiando a Blay. El macho vinculado en él, rugió. Joder, si tan solo pudiera hacer que sus piernas colaborasen Por fin logró incorporarse, sacando fuerzas sin saber de dónde. Su macho estaba en peligro y eso era lo único que lo lograba mantener consciente. Puso un dedo delante de sus labios, indicando a los hermanos que estuvieran callados para que no lo delataran. Se arrastró como pudo hacia donde sentía a Blay y saco su daga. Stan estaba tan concentrado asfixiando a Blay, que nunca lo vio venir. Qhuinn hundió su daga en las costillas de Stan una y otra vez, hasta que este soltó a Blay y pudo escuchar como este tomaba grandes bocanadas de aire. Le clavo la daga en el cuello, asegurándose de que el golpe era mortal, antes de que la oscuridad se cerniera sobre él.

Blay intento recuperar el aliento mientas buscaba desesperado la llave de la jaula en el cuerpo sin vida de Stan. Tenía que sacar a los hermanos, ya que ni él ni Qhuinn  estaban en condiciones de defenderse si llegaban más antis. Acercándose a Qhuinn para asegurarse de que este respiraba bien, se levantó y fue hacia la jaula, sintiéndose mareado por la falta de oxígeno. La hermandad al completo estaba en pie, con los brazos cruzados sobre el pecho y todos a la vez, inclinaron la cabeza en señal de respeto y gratitud. Blay abrió la puerta y los hermanos salieron aliviados.

- V, quémalo todo. No quiero que quede ni un ladrillo, ¿me entiendes?
- Sip. Pero voy a empezar con él. No queremos que vuelva de entre los muertos otra vez ¿verdad?

Qhuinn despertó con un dolor de cabeza atroz. Acordándose de todo, se incorporó rápidamente, pero dos manos fuertes le empujaron de nuevo hacia la almohada. Abrió los ojos y lo mejor de su vida apareció ante él. Blay

- Cuando donde
- Shhh todo ha terminado. Estamos en la mansión, todos los hermanos están bien y Stan ya es historia. Gracias a ti.
- Yo no me siento muy bien.
- Es normal. Te envenenaron con 7 dardos de un somnífero. Los demás solo recibieron uno. V cree que esta noche estarás bien. Ya han pasado más de dos días.

Qhuinn asintió y cerró los ojos, agotado.

- ¿Quieres necesitas alimentarte?

Los colmillos de Qhuinn aparecieron solos y bajo las sabanas su excitación se hizo notar.

- Tomare eso como un sí.

Blay fue a acercarse a Qhuinn pero se detuvo justo fuera de su alcance.

- Antes de que se me olvide, cuando estés bien, Wrath quiere vernos a los dos.
- De acuerdo. Ahora ven aquí nallum que aún no estoy recuperado y te necesito.

Cuando Qhuinn volvió a despertar, ya se sentía mucho mejor, casi recuperado. Blay estaba al pie de la cama, vestido con una túnica negra, de las que usaban los hermanos en las ceremonias y rituales de la hermandad. ¿Qué demonios hacia Blay vestido así?

- Dúchate y ponte esto.
- ¿Blay?
- Hazlo rápido. Wrath nos está esperando.

Qhuinn se duchó en tiempo record y se vistió con la túnica, haciendo que se sintiera estúpido. Juntos fueron hacia la oficina de Wrath.
En la oficina, los hermanos esperaban en semicírculo, con el rey en el centro.

- Qhuinn, Blay. Nos alegramos de que estéis recuperados. Ahora, escuchad bien y pensad bien vuestra respuesta ya que esta pregunta se os hará una sola vez y nunca más.

Qhuinn trago con fuerza y busco la mano de Blay que le dio un leve apretón.

- ¿Queréis formar parte de la Hermandad de la Daga Negra, como Hermanos nuestros, de ahora en adelante hasta que sea vuestra hora de entrar en el Fade?