John entró en la cueva 9 minutos después, durante
el cual nadie movió ni un músculo ni dijo una palabra. Estaba cubierto de
tierra y llevaba una pequeña caja que Layla conocía demasiado bien.
Hubo un tiempo en el que había pensado que las
cenizas de su hija estaban en su interior. Habían realizado una hermosa
ceremonia del Fade y Qhuinn se había marcado el nombre Jhade en la espalda con
un hierro candente, como era tradición durante la Ceremonia, para mostrar que
su ser querido ya no estaba entre ellos. Habían tardado años en descubrir que
realmente no la habían perdido.
¿Qué estaba haciendo John con esas cenizas?
Miró a Layla y movió los labios, formando la
palabra "favor".
Ella no entendía muy bien que quería decir.
John se arrodilló delante de la Virgen Escriba y
ofreció la cajita.
La Virgen Escriba lo miró perpleja.
- ¿Cuál es tu intención guerrero?
Dejó la caja en el suelo con cuidado y habló con
señas, algo que Layla no podía ver.
- Esto no es tuyo para regalar.
La Virgen Escriba frunció el ceño, John hizo más
señas.
Entonces ella le sonrió con indulgencia.
- Parece que no puedo negarte nada, porque has
demostrado tu valía una y mil veces mi princeps.
Ella miró a Layla.
- Ven aquí, caída.
Layla obedeció.
- John parece creer que le debes un favor. ¿Es
así?
Layla asintió.
- Le hice un juramento.
- Muy bien. John, habla con ella. Si ella está de
acuerdo con que este es el favor que te debe, lo aceptaré.
*-*-*
John miró a Layla, pidiendo perdón con la mirada.
- Pensé...
Podríamos ofrecer a la niña como una especie de pago. No es exactamente una vida
y ella ya nos ha perdonado la deuda, pero creo que necesitamos caerle bien de
nuevo. En realidad esto no nos pertenece, ahora que sabemos que no es... quién
pensábamos que era.
John vio caer una lágrima de sus ojos, y su
corazón se rompió.
Odiaba lastimar las mujeres, especialmente una
tan amable como Layla. Pero por Jhade y su hijo no nacido, estaba dispuesto a
hacer cualquier cosa.
- ¿Qué favor me pides?
- Que me permitas
hacer esto. Esto no es mío para regalar, por lo que te pido, no, te ruego, que
me permitas darle esto a la Madre de la Raza como un regalo, para garantizar
que Jhade esté protegida.
Layla cerró los ojos.
Iba a decir que no.
Pero entonces, ella asintió con la cabeza.
- Sí, tienes razón. No es nuestro. Ya no.
Él asintió, aliviado y cogió la cajita con
cuidado, ofreciéndoselo a la Virgen Escriba. En cuanto ella la tocó toda la
tierra se desvaneció como si nunca hubiera estado allí, como si la caja no hubiera
estado enterrada durante casi 30 años.
Abrió la tapa y John no pudo mirar. Podía manejar
lessers enormes y rabiosos cualquier día. Pero ver los restos de una niña pequeña, ¿aunque fueran las cenizas?
Nop, no podía hacerlo.
La Virgen Escriba movió su mano sobre el
contenido de la caja, su resplandor brillando en todas las direcciones, cada
vez más y más intenso. De repente, la risa de un bebé lleno la cueva y la caja
se hizo polvo en sus manos.
John levantó la vista para encontrarse con la
visión más surrealista que jamás había visto.
La Virgen Escriba tenía un bebé fantasma en sus
brazos.
OMFG!!!! NO me lo esperaba en lo más mínimo!!!! Me sorprendió bastante
ResponderEliminarhe siempre pensado q el preferido de la VE era darius:)) creo q hubiera sido un excelente rey.me encanta:))
ResponderEliminarhoooooo
ResponderEliminarya ven niñas todo tiene un porque
felicidades sigue adelante escribes muy bien
mi hisiste llorar.
cuidate