domingo, 23 de febrero de 2014

Trusting Lover - Capítulo 19

La noche siguiente Rhage estaba pegada a ella como una lapa. Había pasado un mal día, el volver a ver a Rhage, verlo con otra, descubrir que ya no la quería como su Shellan, le estaba pagando factura. El quería hablar, le había estado preguntado cosas sobre donde había estado pero ella estaba demasiado dolida como para responderle. Cuando comenzaron las náuseas, Rhage palideció, aunque la ayudo aguantándole el pelo y acariciándole la espalda. Ahora se sentía mucho mejor aunque estaba nerviosa por lo que le podía decir Havers. Lohrena se emocionó al entrar en la clínica, ya que la última vez que había estado era poco después de haber tenido a su primer hijo.

- Hola Lohrena, que bien volver a verte. ¿Qué tal estas? Hola Rhage.
- Doctor.

El médico se veía claramente incomodo pero les indico que se sentaran.

- Doctor Havers, solo quiero asegurarme de que va todo bien. Esto ha sido muy inesperado y no sé bien que debo hacer.
- Si claro, después de la operación, es algo extraño que haya pasado, pero no eres, ni serás la última. Nuestra raza tiende a buscar maneras misteriosas para procrear. Veamos cómo va todo, por favor, desnúdate y...

El rugido de Rhage, seguido por una ola de frio lleno la oficina, detuvo al médico.

- Ah... disculpe guerrero, no sabía que era su Shellan, pero es imperativo que le haga un examen físico para determinar que todo va bien con el feto.

Lohrena habló alto y claro para que no quedara duda.

- No soy su Shellan. El solo es el padre de mi bebe. Puede examinarme sin problema.

La mirada asesina que Rhage le dirigió le dijo que esto no quedaría así, y ella arqueó una ceja a la vez que se quitaba el abrigo para seguir a Havers a la habitación donde la examinaría.

Rhage la siguió y contuvo la ola de deseo que lo recorrió al verla desnuda. Su cuerpo aun la recordaba con detalle y estaba igual de sexy que hacía 4 meses, aunque su cuerpo mostraba leves cambios a mejor. La barriguita levemente abultada, los senos más hinchados... Sintió curiosidad por saber si estarían más sensibles como había escuchado alguna vez y se moría por comprobarlo de primera mano. Lohrena se tumbó en la camilla y Rhage se colocó a su lado, cogiéndole la mano. Ella se soltó, mirándolo ofendida. Aun no había olvidado lo que vio en el Iron Mask y Rhage supo que le costaría mucho tiempo para que ella le perdonara y le dejara acercarse. Intentando no sentirse herido, observó como ella abría las piernas y el doctor se acercaba para comenzar el examen. No pudo contener los gruñidos. Los machos vinculados eran extremadamente posesivos y territoriales y cuando otro macho se acercaba, aunque fuera un afeminado aristócrata como el doctor, se volvían locos. Sabía que era necesario que la examinara pero saber que estaba tan cerca de lo que era suyo, hacía que quisiera arrancarle la cabeza. A bocados. Respiró hondo, tratando de calmarse, y miró hacia la pared. Estaba intentando no perder el control, pero sabía que la bestia estaba justo en la superficie, lista para salir. Notó la mano de Lohrena sobre su espalda y fue como un bálsamo, calmándolo a él y a la bestia.

- Todo parece perfectamente en orden Lohrena. Estas de unos 4 meses ¿verdad?

Los dos asintieron.

- Bien, pues los próximos 14 meses vas a crecer bastante, especialmente considerando que llevas al hijo de un guerrero. Quiero verte al menos una vez al mes. Por cierto, tengo una compañera que se está especializando en ginecología, ¿prefieres verla a ella?

Lohrena miraba al médico boquiabierta.

- ¿Un hijo? ¿Voy a tener un niño?

Rhage abrió mucho los ojos, no se había dado ni cuenta de lo que había dicho el médico, hasta que Lohrena lo susurro. Un hijo. Un niño. Su hijo. Se volvió hacia Lohrena y la besó. 

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