jueves, 20 de febrero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 50

            
Nalla miró su anillo y frunció el ceño. Le daría Beth uno igual a la shellan de Darius?
Suspiro. No importaba.
De todas formas jamás lo sabría ¿verdad?
Miró el reloj de nuevo. Por lo que su mahmen le había dicho, debían estar emparejándose en este preciso instante.
Estarían de pie en frente de la Virgen Escriba. Conseguirían su bendición para un buen emparejamiento. A él le grabarían el nombre de otra hembra en la espalda...
Sintió una punzada de dolor en su vientre, y sabía que necesitaba calmarse de una puta vez. Doc Jane le había advertido que el exceso de estrés podía hacer daño a su cría y eso era lo último que quería. Como perdiera a este bebe…
Ella respiró hondo.
- Hey... pequeña. Soy yo, Nalla. Soy tu...
Oh querida Virgen Escriba. La realización la golpeó con fuerza. Por supuesto que lo había sabido, pero este momento, aquí mismo, en este mismo instante, fue cuando realmente se dio cuenta. Hablando con su pequeña orugita... ella iba a tener una cría. Ella iba a tener a la hija de Darius.
La emoción le hizo nudo en la garganta mientras seguía hablando.
- Soy tu mahmen. Y te quiero muchísimo. Y tu padre, Darius, él también te quiere. Más de lo que puedas imaginar. Incluso si él no sabe que existes.
Ella sabía que adoraría a esta cría, porque esa era la clase de macho que era. Un macho de valía. Aunque jamás supiera que tenía un hijo. O  una hija, por lo que había dicho su tío Rehv.
Ella inhaló profundamente y mantuvo su respiración constante.
- Tienes dos grandmahmen, Bella y Beth, y dos abuelos, Zsadist y Wrath. Y yo sé, que todos te van a querer con locura.
Sonrió mientras se imaginaba la reacción de su padre al enterarse de su embarazo. Se había desmayado con cada uno de los embarazos de su Mahmen. Sabiendo que su niña, su hijita linda, estaba encinta, Zsadist probablemente no sobreviviría el ataque que le entraría.
Nalla entró en la habitación vacía que Katya se negaba a decorar por ahora.
- Esta es tu habitación, pequeña. No te preocupes, todo estará bonito para cuando nazcas.
Suspiró.
- Es probable que nunca llegues a conocer a la abuela Beth o el abuelo Wrath, o incluso a tu papá, pero me aseguraré de que tú los conozcas, y algún día, cuando tengas la edad suficiente para entender, te lo  voy a explicar todo. Puedes estar segura de una cosa. Nunca estarás sola. Siempre estarás rodeada de gente que te quiere, y siempre estarás protegida y a salvo. Eso te lo prometo. Nunca nadie se atreverá a hacerte daño. Si alguien tan siquiera se atreve a intentarlo, los matare con mis propias manos.

* - * - *

Darius miró a la Virgen Escriba, tratando de averiguar si había incumplido cualquiera de esos términos sin intención. Sabía que su padre había exigido que eliminaran la cláusula que exigía la fidelidad de Darius hacia Penehlope, por lo que no era un problema. El haber estado con Nalla no era un factor decisivo en este caso.
¿Qué podría ser?
Se dio cuenta de Penehlope parecía un poco pálida, pero la hembra no cambiaba la actitud, sobre todo cuando ella trató de soltarse de las manos de la Virgen Escriba.
- ¡Suéltame!
- Oh niña, deja de intentarlo. Aquí todo el mundo merece saber lo que has hecho, ¿no te parece?
- ¡Yo no he hecho nada pequeña perra!
Todo el mundo jadeo audiblemente y esperaron a que la Virgen Escriba atacara. Excepto que ella no lo hizo. Ella se limitó a sonreír maliciosamente.
Darius quería pedir disculpas en nombre de Penehlope. Después de todo, él la necesitaba para seguir con vida, por razones obvias. Pero un ligero apretón de la Virgen Escriba le hizo morderse la lengua.
- Dejemos de pretender, ¿de acuerdo? Todos estamos aquí porque tu padre trató de jugar a ser Dios, como se dice. Le he permitido que esto continúe, sólo para ver cómo las cosas seguían su curso. Pero la codicia es una cosa horrible, ¿no es así? Y también lo es la lujuria. Como se puedes confirmar por ti misma, ¿verdad, pequeña?
- Pero...
- ¡No hables! He tenido suficiente de ti!
Darius casi hizo una mueca. La Virgen Escriba iba a matarla,  lo sabía. Nadie le faltaba el respeto a la madre de la raza así y salía con vida. Nadie.
Bueno, excepto tal vez V. Pero eso era normal.
¿Cómo diablos iba a conseguir el antídoto de Feron ahora?
La Virgen Escriba le sonrió con complicidad.
- Darius, hijo de Wrath, ¿confías en mí?
- Por supuesto Virgen Escriba.
No dudó. No podía permitirse dudar. Su vida estaba en las manos de ella.
- Bien. Wrath, hijo de Wrath?
- Sí, Virgen Escriba.

- Quiero que mates a Feron, hijo de Remok. Ahora. Mismo.

6 comentarios:

  1. ohhhhhhh FUUUUCKK
    porque nos dejas en este suplicio???
    que hermosa nalla ablandole a su bebe
    necesito mas soy como una adicta a la maldita cocaina
    -CT

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  2. Ja se lo merece! Pero y la.cura? Ansiosa por mas :)

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  3. ME HA ENCANTADO , LASTIMA QUE SEAN TAN CORTO . ESPERO CON ANSIAS EL SIGUIENTE , NO DEMORES POR FAVOR . BYE

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  4. ME HA ENCANTADO , LASTIMA QUE SEAN TAN CORTO . ESPERO CON ANSIAS EL SIGUIENTE , NO DEMORES POR FAVOR . BYE

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  5. QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE...QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE....QUE LO MATE.... QUE LO MATE..... QUE LO MATE.... QUE LO MATE....

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