jueves, 6 de febrero de 2014

Lover Sacrificed - Capítulo 45


Un mes más tarde...

Nalla se vistió cuando Doc Jane finalizo sus comprobaciones.
- Así que aun estás sintiendo náuseas, eso es normal. ¿Sigues comiendo bien?
- Sí y me alimento bien también.
- Buena chica. Bueno, hoy quiero que te tomes un largo baño relajante. Haz los ejercicios de respiración que te enseñé y mantente distraída, ¿vale?
Ella asintió.
Era más fácil decirlo que hacerlo.
Porque... hoy era el día.
- Si no te sientes muy bien o me necesitas...
- Solo estas a una llamada telefónica de distancia. Lo sé. Gracias Jane, realmente aprecio todo lo que haces por mí.
Doc. Jane asintió y se fue a la vez que el teléfono de Nalla comenzó a sonar.
Probablemente su Mahmen otra vez. Había estado llamando sin parar últimamente, sólo para asegurarse de que Nalla estaba bien.
- ¿Hola?
Silencio.
- ¿Mahmen? ¿Eres tú?
Frunció el ceño. Quizás algún humano había marcado accidentalmente su número. Las únicas personas que tenían su número estaban casi todos en la mansión y...
Bajó la mirada a su móvil. Número oculto.
- D... ¿Darius?
- Hola mi amor.
Ella cerró los ojos cuando oyó el sexy sonido de su voz profunda.
- No deberías haber llamado. Quiero decir...
- Solo necesitaba oír tu voz. Sólo una última vez antes de...
Darius dejó escapar un suspiro tembloroso.
- Te echo de menos. Te hecho tan jodidamente mucho de menos.
Nalla se tragó la necesidad de llorar mientras escuchaba sus palabras. Se negó a hacerle las cosas más difíciles, descomponiéndose emocionalmente. Así que no dijo nada. Se limitó a escuchar.
- Ojala pudiera estar allí contigo. Ojala pudiera hacerte el amor. Sólo una noche más, pasarla juntos.
Nalla reprimió un gemido, sus hormonas volviéndola loca de deseo.
- Me gustaría desnudarte. Despacio. Muy lentamente, besando cada parte de esa piel suave que tienes. ¿Dejarías que lo hiciera, nena?
Oh dulce Virgen en el Fade. Ella gimió al oír sus palabras.
Había oído hablar de la gente que tenía sexo por teléfono, pero nunca le había visto el atractivo.
Hasta ahora.
- ¿Me dejarías hacerlo, mi amor?
- Sí...
Ella susurró mientras fue a su habitación y cerró la puerta. Respiraba con dificultad y podía sentir sus bragas  humedeciéndose más por segundos.
- ¿Puedes ir a tu cama para mí, y tumbarte?
- Eso es lo que estoy haciendo ahora mismo.
Ella podía oír la sonrisa en su voz.
- Bien, nena, eso es bueno. ¿Puedes desnudarte para mí?
- Aja.
Rápidamente hizo lo dicho, dejando sólo sus bragas puestas y se tumbó en la cama.
- Hecho. ¿Tu estas…?
No estaba segura de cómo hacer esto, pero quería que el disfrutara también de esto.
- ¿Estás desnudo?
- Si, mi amor.
- ¿Estas...?
Ella suspiró, repentinamente tímida. ¿Qué le pasaba? Este era Darius. ¡Su Darius! Siempre habían sido capaces de hablar de cualquier cosa. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo.
- ¿Te estas... tocando?
- Ahora sí.
Sonaba divertido con todo esto, pero ella quería volverlo loco de deseo, ¡como estaba ella!
- ¿Estas... duro?
- Por ti, siempre. Dime, ¿estás mojada?
Ella gimió cuando se tocó a sí misma, sabiendo la respuesta, pero comprobándolo de todos modos.
-  Lo estoy.
- ¿Te puedes tocar para mí? Quiero oír cómo te das placer a ti misma, Nalla... por favor.
Ella jadeó y gimió mientras hizo lo que le pedía.
- Joder nena, podría correrme sólo con escuchar tus gemidos.
- Darius...
- Si yo estuviera allí, te besaría. Mordisquearía esos gruesos labios tuyos hasta que estuvieran hinchados y rojos de mi atención. Entonces, lamería un camino hasta esos hermosos pezones y jugaría con esos piercings que  me vuelven absolutamente loco de deseo. Los chuparía hasta que me pidieras que parara y entonces, chuparía un poco más fuerte.
Ella gimió en voz alta y le oyó hacer lo mismo.
Deseó poder verlo.
Se podía imaginar su gran puño alrededor de su polla dura, la mano moviéndose hacia arriba y hacia abajo, arriba y abajo... Su orgasmo le llego de manera inesperada y gritó el nombre de Darius una y otra vez.

Mientras trataba de recuperar el aliento de su nombre se convirtió en un susurro reverente en sus labios. Oh lo que daría por tenerlo a su lado ahora mismo...

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