Lohrena pudo oler la rabia y el dolor saliendo de
Rhage en olas, aunque no entendía el porqué. ¿Él quería tener un hijo con ella?
No tenía sentido... si apenas se conocían. Rhage la agarró con fuerza por los
brazos.
- ¿Qué hiciste Lohrena?
- Nada que te incumba. ¿Porque te pones así? Has
pasado tu necesidad, me has follado y ya está. Se acabó Rhage. Tú vuelve con la
Hermandad que yo ya encontraré mi camino. No quiero volver a verte. No estoy
embarazada y no voy a ser tu Shellan.
Rhage se tambaleó hacia atrás como si le hubiese
propinado un golpe físico. Lohrena quiso disculparse, decirle que eso último
era mentira, que estaba deseando ser su Shellan aunque no pudiera darle
hijos. Pero no podía hacerle eso a Rhage. No le obligaría a unirse a ella solo
porque habían pasado unos días increíbles y ella le había ayudado cuando él
estaba más vulnerable. Ahora mismo el solo sentía algún tipo de obligación
hacia ella, pero no le condenaría a una vida sin hijos. Algún día Rhage sería
un padre estupendo y un Hellren increíble. Pero no sería con ella. Ella
se iría y seguiría su vida lejos de aquí, sola.
*-*-*-*-*
Las palabras de Lohrena eran como una daga en su
corazón y podía oler que había una mentira en lo que había dicho, aunque no
podía estar seguro de lo que era. No mintió en lo de tener hijos, eso olía a
verdad y lo único en lo que Rhage podía pensar era que Vishous se había
equivocado. No vería esa sonrisa, no habría pañales, ni ningún chupete ni nada
parecido. Su relación con Lohrena sí que acababa aquí y ahora. No estaba seguro
de querer saber porque eso le dolía tanto. Se inclinó en una reverencia hacia
ella y habló en el lenguaje antiguo.
- Gracias por ayudarme en mi necesidad y permitir
alimentarme de tu vena. Estaré eternamente agradecido.
Se incorporó y cogiendo las llaves de su GTO, se
marchó de la Mansión Stratford, saliendo de la vida de Lohrena para siempre.
Rhage condujo durante horas, reviviendo una y otra
vez lo vivido durante estos últimos días y sobre todo lo ocurrido antes de
marcharse. No se podía creer que no naciera un hijo de esa unión. Había sido
tan jodidamente perfecto... casi se había vinculado con Lohrena, dejando que su
olor de marcaje saliera y la marcara, pero se había controlado porque quería
darle a ella una elección. También quería que supiera lo de su maldición, antes
de unirla a él para siempre. Su bestia se sentía igual de inquieta y dolida que
él y la necesidad de salir y destrozar algo crecía cada vez más en su interior.
Se dio cuenta de que sin querer había conducido
hacia las montañas Adirondacks, y era bastante apropiado porque con el frio que
hacía, no habría ni un alma alrededor. Necesitaba estar solo ahora mismo. Salió
del coche y comenzó a andar sin importarle el gélido viento. Se adentró en el
espeso bosque sin saber a dónde se dirigía, intentando aclarar sus ideas.
Después de dar vueltas durante horas y de pensar en todo una y otra vez, Rhage
no pudo más. Se dejó caer de rodillas y rugió con todas sus fuerzas. Un
destello de luz blanca hizo que por un segundo la noche pareciera el día y
cuando la luz desapareció, ya no estaba Rhage. En su lugar, un enorme dragón
miró a su alrededor y soltó un rugido más fuerte aun, sintiendo el mismo dolor
que Rhage.
Me encanta esta historia! Lo único malo es el ansia por el siguiente capitulo :)
ResponderEliminarMe alegro que te guste!! :)
EliminarMe gustan mucho tus historias,en especial las dos actuales.. gracias x escribirlas! Angye
ResponderEliminarMe alegra mucho saber que te gustan! Gracias a ti por leerme! :D
EliminarPor favor sube el siguiente capitulo *-* .... es muy emocionante :)
ResponderEliminarYa tienes otro capitulo :) Espero que te guste!
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