sábado, 1 de febrero de 2014

Trusting Lover - Capítulo 11

Dos días después, Rhage se estaba duchando solo. 
Solo pero feliz. 
Su necesidad había pasado bien, gracias a Lohrena, y estaba deseando salir de aquí para volver a la mansión de la Hermandad con ella. No estaba seguro de como reaccionarían los Hermanos, aunque se lo podía imaginar. La verdad era que le daba igual. Lohrena sería su Shellan y el hijo o hija que naciera de este periodo de necesidad sería el más mimado del mundo. Después de todo, la visión de Vishous se cumpliría y él seria padre.

Él y Lohrena habían conectado de una manera extraordinaria en estos días, y no solo dentro de la cama, aunque hubiesen pasado ahí el mayor tiempo. Había descubierto que podían hablar de todo, y se habían alimentado mutuamente. Sonrió como un bobo, el olor del marcaje saturando el aire del cuarto de baño. Salió de la ducha y vio su reflejo en el espejo. Sus ojos brillaban más blancos y se le borró la sonrisa. La necesidad había acabado y con ello, la tregua que le daba la Virgen Escriba. Su bestia había vuelto.
Él y Lohrena habían hablado de todo. Menos de su maldición...
Ella le había preguntado por el tatuaje, y porque sus ojos cambiaban de color, pero él no quería asustarla así que había evitado las preguntas haciéndole el amor. Una y otra vez. Solo el pensar el ello le ponía duro de nuevo. Se secó con rapidez, vistiéndose con la ropa que ella le había lavado. Bajó las escaleras con rapidez y la encontró en la cocina con expresión ausente.

- ¿Lohrena?
- Hola Rhage.

Lo miró brevemente antes de bajar la mirada de nuevo, avergonzada.

- ¿Podemos hablar?
- Uhm... ¿de qué?
- De nosotros.
- ¿Qué nosotros Rhage? No existe ningún 'nosotros'.

Su voz sonaba apagada y a Rhage no le gustó nada. Quiso acercarse a ella, pero no estaba seguro de como reaccionaría, así que se quedó dónde estaba.

- Lohrena, después de todo lo que ha pasado estos días... Lo más seguro es que estés embarazada. Yo no soy como... como él.  Yo no pienso dejarte sola. Vamos a emparejarnos y serás mi Shellan y tendremos a nuestro bebe y...
- ¡Rhage! ¿Te estas escuchando? No me conoces de nada, ¿cómo puedo ser tu Shellan?
- Vas a tener a mi hijo, no pienso dejarte sola.
- ¿Y si no estoy embarazada?

Rhage la miró como si eso no fuera posible y luego dudó un instante.

- Pues nos emparejamos igualmente. Así el año que viene sí que te puedo dejar embarazada. Lohrena, nos llevamos bien, esto... esto puede funcionar.
- Lo que estás diciendo no tiene ningún sentido Rhage.
- Claro que sí.

Se acercó a ella y le acarició la mejilla, viendo que tenía lágrimas en los ojos.

- Princesa, ¿qué ocurre?

Lohrena sacudió la cabeza.

- Esto se acaba aquí Rhage.
- No, pero...
- No voy a ser tu Shellan porque no nos conocemos, ni estamos enamorados, ni nos queremos. No tiene sentido unirnos así. Te he ayudado a pasar tu necesidad, y ya está.

El cuerpo entero de Rhage vibro al oír esas palabras y apretó los dientes con fuerza, manteniendo su olor de marcaje dentro. ¡Mía!

- ¿Y si estas embarazada?
- No lo estoy.
- Eso no lo puedes saber aún.

- Si, Rhage. Sí que lo sé. Después de tener a Tohrture, hice algo... No puedo tener más hijos. Me aseguré de ello. 

1 comentario:

  1. Pobre lohrena! Que buena esta la historia!! Me encanta la pareja

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