martes, 25 de febrero de 2014

Trusting Lover - Capítulo 20


Lohrena lo empujó un poco, consciente de que estaban en la consulta del médico. La mirada de Rhage era intensa cuando se separó de ella y el doctor se aclaró la garganta.

- Si, es un poco pronto para decirlo con total seguridad, pero yo diría que es niño. Ya puedes vestirte Lohrena, te espero en la consulta.

Lohrena se aclaró la garganta, emocionada. Se vistió y paso a la consulta sin mirar a Rhage.

- ¿Estaba usted hablando de una doctora? No es que no me fie de usted, pero...

Miró a Rhage de reojo y el doctor asintió, entendiendo.

- Si, es una buena compañera, tiene consulta aquí los martes y jueves. Se llama Nabilah y con ella vas a estar en buenas manos. Le pasare tu historial y el mes que viene la veras a ella, ¿de acuerdo?


Havers miró a Rhage al decir esto y este asintió.

- Perfecto. Mientras tanto, tienes que alimentarte bien, al menos una vez a la semana. Puedes comer normal, aunque nada demasiado graso. Intenta descansar bien durante el día y procura hacer algo de ejercicio, aunque nada intenso. Y por supuesto procura tener relaciones siempre que puedas, aunque nada demasiado salvaje.

El médico miro a Rhage por encima de sus gafas al decir esto último. Lohrena lo miraba atónita.

- ¿Disculpe?
- Si, es algo que hemos descubierto en estos últimos años. Relaja los músculos y prepara mejor a las hembras para tener un parto más fácil y menos doloroso.
- ¿Y si no lo hago?
- Es un riesgo que no deberías asumir. Puede ser peligroso para ti y para el feto. Con esta técnica los partos exitosos han crecido considerablemente.

Lohrena suspiró.

- Bien. ¿Algo más?
- Nada más. Cuídate mucho, deja que te mimen y espero que vaya todo bien. Mi asistenta te dará cita con la doctora Nabilah.

Rhage no pudo borrar su enorme sonrisa de su cara. Estaba fuera de sí de contento. Iba a tener un hijo. Lohrena tenía que alimentarse de él con frecuencia. Y lo mejor, tenía que hacerle el amor siempre que pudiera, por recomendación médica, manteniendo así tranquila a la bestia. ¿Qué más podía pedir?
Salió con Lohrena a la recepción y pidieron la cita para el mes siguiente. La asistenta les sonreía amable.

- Ah señorita, antes de que se me olvide, creo que esto es para usted.

La hembra le dio una nota y Rhage olio el ácido del miedo que salió de Lohrena. Se había puesto pálida, su cuerpo estaba tenso, y sus manos temblaban al intentar coger la nota. Rhage se le adelanto y la leyó.

"Siempre se dónde estás. No puedes huir de mi"

El dragón amenazó con salir y Rhage respiró profundo, intentando tranquilizarse. Lohrena lo necesitaba ahora más que nunca y no podía perder el control. Se dirigió hacia la asistenta.

- ¿De dónde ha salido esto?
- No... No lo sé. Creo que llego con el correo de esta mañana.

Rhage entrecerró los ojos, la hembra no mentía. Miro a su alrededor buscando posibles amenazas.

- Vámonos Lohrena.

Ella le siguió y Rhage quiso borrarle el miedo con sus labios. Besarla hasta que se olvidara de todo, pero primero se tenía que asegurar de que ella estaba a salvo. Se metieron en el GTO y Rhage se dirigió a la mansión de la Hermandad, como loco. Tenía que avisarles cuanto antes. Habría reconocido la letra de la nota en cualquier lugar. 
Muhrder había vuelto. 

1 comentario:

  1. Capitulazo!! Paso de lo tierno a la acción.. me encanta esta historia!

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