jueves, 20 de febrero de 2014

Trusting Lover - Capítulo 18

Vas a ser papa...Vasaserpapa...Vas.A.Ser.Papa.

Las palabras de Lohrena resonaban en su cabeza y podía ver el leve bulto en su vientre. ¡Mía!

- ¿Cómo es posible? Me mentiste.

Lohrena arqueó una ceja.

- En esto no te mentí.

¿En esto? ¿O sea que sí que le había mentido en otra cosa?

- ¿Desde hace cuánto lo sabes?
- Solo unos días. Vine en busca tuya en cuanto llame a Havers y me explico que había una pequeña posibilidad de que si estuviera embarazada.
- ¿Te ha examinado?
- Aun no. Quería decírtelo a ti primero. Claro que si llego a saber que interrumpo en tu vida de esta manera...
- Me has visto en el Iron Mask. 

No era una pregunta y su corazón se partió al verla luchar contra las lágrimas. Su Lohrena era tan fuerte, tan orgullosa. Levanto la barbilla y cruzo los brazos, desviando la mirada.

- Te fuiste sin decirme nada.
- No estaba dispuesta a esperar que terminaras de follarte a esa... esa... humana.

El desprecio en su voz era evidente, y con cuidado, el comenzó a andar hacia ella.

- Te fuiste sin decirme que estas esperando a mi hijo.
- Hubiese encontrado otra manera de hacértelo saber.

Rhage entrecerró los ojos, pero podía oler la verdad en sus palabras. Se acercó hasta estar completamente pegado a ella y la besó.

Lohrena gimió al notar los labios de Rhage sobre los suyos. Era el cielo en la tierra, era como volver a casa después de un largo viaje, era perfecto. Lo había echado tanto de menos que no podía ni pensar con claridad. Rhage la moldeo contra su cuerpo y en cuando el bulto de sus pantalones rozo su barriga fue como un jarro de agua fría, recordándole porque había vuelto a Caldwell. Rhage debió pensar lo mismo porque se separó, arrodillándose delante de ella y poniendo sus enormes manos de guerrero sobre su vientre. Estaba visiblemente emocionado y Lohrena se quedó sin palabras al verlo.

- Vendrás conmigo a la mansión.
- No.
- Lohrena... La chica esa no significaba nada. No es nadie y te lo puedo explicar todo pero por favor vuelve conmigo a la mansión. Cuidaremos de ti.

Había dicho cuidaremos, no cuidaré. Se refería a la Hermandad, no a sí mismo. Ya no la quería como su Shellan. Las cosas habían cambiado desde la última vez que se habían visto.

- Me voy a quedar aquí.
- No puedes separarme de mi hijo.
- No pensaba hacerlo, aún queda mucho para que nazca. Y no sabes si es niño.
- Aquí no puedo protegerte igual que en la mansión.
- No necesito protección.

No pensaba contarle lo de las notas. Aun no había recibido ninguna desde que había vuelto, así que igual su acosador se había quedado en Europa buscando a otra víctima.

- Quizás no, pero necesitas que te cuiden. El embarazo para las hembras...

Su voz se resquebrajó y ella ahogo el estúpido impulso de abrazarlo y tranquilizarlo.

- Sé que existe un riesgo pero tengo cita con Havers mañana para asegurarme de que todo va bien.
- De puta madre. ¿A qué hora tenemos la cita? 

3 comentarios: