Lover Embraced - Capítulo 34

Jhade vio como John cerraba los ojos extasiado. Sus caderas se levantaron de la cama, haciendo que entrara más profundamente en su boca. Dios, sabía bien. Gimió al notar el sabor salado y especiado, único de él, estaba segura, y empezó a moverse arriba y abajo, con cuidado de no arañarlo con sus nuevos colmillos. Aun no estaba acostumbrada y no quería hacerle daño.

A él no parecía importarle demasiado, y pronto estableció un ritmo que ella podía aguantar bien y disfrutar.

Sus manos estaban sobre su cabeza, no empujando, solo apoyadas, casi guiándola.

Incremento el ritmo instintivamente, queriendo probar su sabor, todo lo que tenía que dar, pero de repente parecía que él quería empujarla, separarla de él.

Que te lo has creído.

Uso su nueva fuerza vampírica para agarrar sus caderas y chupó con fuerza, usando su lengua para incrementar las sensaciones. Eso fue lo que le hizo estallar. Enterró las manos en su pelo y a ella le encantó.

Estaba completamente fuera de control, sus caderas bombeando, vaciándose dentro de su boca, dándoselo todo. Tragó con ganas, disfrutando de su sabor, hasta que el cayó hacia atrás, respirando agitadamente y soltándole el pelo, mirándola con placer y preocupación a partes iguales.

Ella se puso de pie y le dedico una enorme sonrisa, transformado su preocupación en una sonrisa de puro placer.

John movió los labios. Me toca.

Se sentó para poder besar su barriga.

Estaba empapada, lo sabía, y sabía que él podía olerlo y verlo.

La toco con solo un dedo y ella gimoteo, necesitando mucho más.

- John por favor. Dentro, te necesito dentro. Ahora.

Se puso de pie y la levantó, posicionándola justo encima de su polla.

Con un fluido movimiento, la penetro, estrechándola y silenciando su grito con sus labios.

Aguantándola con facilidad, empezó a moverse dentro de ella.

Dios, que placer. Podría morir ahora y le importaría un bledo. Mientras que estaba con John, no era capaz de obligarse a que le importara nada más.

Noto como sus músculos se contraían a su alrededor, a punto de correrse. John estaba ahí con ella, tragándose todos sus gritos, intensificando su placer. Y entonces explotó, su orgasmo tan intenso que pensó que perdería la consciencia. John incrementó el ritmo, bombeando más fuerte, más rápido, más profundo, llevándola al borde de otro más intenso mientras él se corría dentro de ella, llenándola mientras la silenciaba con sus besos.

*-*-*-*

Whoa.

Eso había sido demasiado intenso.

Y aun quería más. Su polla dura dentro de ella, como si no acabara de tener el orgasmo más intenso, increíble y arrollador de su vida.

¿La mejor parte?

Que ella le seguía el ritmo, mordisqueando su hombro de manera juguetona.

La tumbó en la cama sin separarse de ella.

- ¿Me toca?

Le preguntó con una sonrisa.

El negó con la cabeza a la vez que empezó a moverse de nuevo.

- Te toca, definitivamente te toca a ti. Oh dios…

Gimió y el la besó de nuevo para mantenerla callada. Si, las paredes estaban insonorizadas pero joder ella era ruidosa. Cosa que le encantaba ya que quería decir que estaba haciendo un buen trabajo. Además, no se cansaba de su sabor. Jamás se cansaría. Ese hecho le llego al alma.

Ella inclino la cabeza.

- Bebe.

Negó con la cabeza. Ella estaba demasiado débil, recién salida de su transición. No debía.

Pero sus colmillos latían y podía sentir que ella realmente quería que el bebiera. Sus músculos interiores se contraían a su alrededor y no pudo resistirse más. Mordió, penetrando la delicada piel con sus colmillos, probando la mejor sangre que había bebido jamás. Podía sentirla correrse a su alrededor provocando su propio orgasmo, más intenso que el anterior.

- Oh dios. Después… de esto… mi turno… otra vez.

Le lamió la herida y negó de nuevo, incapaz de borrarse la sonrisa de la cara ya que su cuerpo estaba saturado de placer, la sangre de ella fortaleciéndole.

Ignoró el dolor que sintió al pensar que la tendría que mandar de vuelta a su habitación pronto, antes de que fueran a ver como estaba y la encontraran en su habitación. Pero hasta entonces, le mostraría que era su turno durante las próximas horas que estuvieran juntos.