sábado, 7 de diciembre de 2013

Lover Sacrificed - Capítulo 15

Nalla cerró la maleta y miró a su alrededor. Su habitación parecía tan vacía... Poco a poco se había ido llevando cosas a su nuevo hogar, pero aún así se estaba quedando a dormir en la mansión. Sin embargo ahora realmente tenía que irse. Antes de que llegara su necesidad.
Había hablado con sus padres y estaban de acuerdo. Con Darius vinculado a ella, tenía que estar lejos para que no pudiera sentir su necesidad. Sólo la Virgen Escriba podía decir lo que sucedería si lo descubría.
Aun no podía creerlo.
Se había vinculado a ella pero tomaría a otra como su shellan. Era tan injusto.
Ella respiró hondo y frunció el ceño cuando alguien llamó a su puerta.
La puerta se abrió antes de que pudiera decir una palabra y su corazón se detuvo cuando Darius entró.
- ¿Estás loco? ¿Qué estás...?
Corrió hacia ella con un dedo sobre sus labios, indicando que no dijera nada. Cuando quedo frente a ella, la besó a ambos lados de su cuello, como todas las parejas solían hacer en la casa en señal de respecto. Le acarició la mandíbula mientras la miraba y abrió la boca un par de veces, como si quisiera decir algo. Al final, parecía que no podía encontrar las palabras así que gruño y puso sus labios sobre los de ella.

- Mi amor...
Ella gimió ante su sabor decadente. Le encantaba la sensación de sus labios sobre los de ella, su lengua buscando la de ella mientras ponía sus brazos a su alrededor...
En un abrir y cerrar de ojos, desapareció y Nalla lo vio esconderse detrás de la puerta a la vez que entro su madre.
- ¿Necesitas una mano con... Nalla, ¿estás bien? Estas sonrojada, te ha llegado la ne...
- Estoy bien mahmen. Sólo tengo un poco de calor.
Su madre la miró de arriba abajo, entrecerrando los ojos.
- ¿Seguro que estás bien?
- Sip. ¿Me haces... las uñas? Ven, mis esmalte de uñas están en el baño.
Hizo un gesto a Darius para que saliera antes de que lo viera su madre, y él le guiñó un ojo antes de hacer precisamente eso.

* - * - *

- Tienes que dejar de hacer eso.
La voz de Jhade lo interrumpió cuando salió de la habitación de Nalla. Alzó los ojos hacia ella, todavía sorprendido por la similitud de sus ojos con los de Qhuinn.
- Lo sé.
- Es evidente que no es así. Si no, no estarías aquí.
- Yo...
- Mira, sé que te gusta...
- Es mucho más que gustar.
- De acuerdo. Lo que sea. Pero tienes obligaciones, así que hasta que no estés dispuesto a renunciar a todo por ella, deja de darle esperanza.
- Yo... no puedo mantenerme alejado Jhade. Es como si algo me atrajera hacia ella. Como si me fuera a volver loco si no estoy con ella. Tengo que abrazarla, olerla, oír su voz, ver su sonrisa... Es jodidamente difícil mantenerme alejado.
- Eso es la vinculación. Siempre sentirás eso y no hay nada que puedas hacer al respecto, a menos que...
- Yo... no puedo. Si no hago esto, la Glymera matará a mi padre, ya lo sabes. Y yo no lo puedo defraudar. Yo nací siendo esto. Un príncipe. No es que tenga elección. Si yo no soy el heredero, si no me emparejo, quién lo hará, Matt?
Jhade se estremeció mientras él resopló.
- Exacto. No quiero hacer esto. Pero tengo que hacerlo. No me queda otra.
- Lo entiendo, Darius. De verdad. Pero cuando entras a escondidas en su habitación para hacer lo que sea, le estás dando esperanzas. Y cuando ella recuerda que nunca será realmente tuya, eso la hiere. ¿Y qué vas a hacer una vez que te emparejes? Dejar tu cama  para colarte en la habitación de Nalla?
Agachó la cabeza, avergonzado. Él no haría eso. Incluso si él no amaba a su futura shellan, no le iba a ser infiel. Tenía honor.
- Si la amas, si realmente la amas como yo creo que lo haces, mantente alejado de ella.
Él sabía que ella tenía razón, pero su corazón gritó en señal de protesta.
¡Mía!
Respiro profundamente.
- Gracias Jhade. Eres una buena amiga. Por favor, cuídamela. Yo... yo haré lo que pueda para mantenerme alejado de ella. Para siempre.

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