Los días se convirtieron en semanas, las semanas en
meses y antes de poder darse cuenta, estaba un año más cerca de su
emparejamiento.
Darius incrementó la velocidad de la cinta de
correr, sus húmedos shorts golpeando contra sus piernas.
Tenía que parar esto.
Ir a su padre y decir las palabras.
'Papá, quiero a Nalla. No quiero emparejarme con Penehlope'.
A su padre le daría un ataque, y en el fondo él
podía entender por qué.
Su raza había estado en guerra con los lessers desde
siempre.
Su abuelo había sido el primero en enviar los
Symphaths a la colonia en el norte.
La Hermandad no podía permitirse el lujo de estar en
guerra con la Glymera también. La raza tenía que estar unida y mantenerse
unida, aunque la mayoría de ellos eran unos snobs tipo llevo-un-palo-en-el-culo-y-me-creo-mejor-que-todos.
Aumentó la velocidad un poco más.
Lo entendía, realmente lo hacía. Pero él no se fiaba
de la Glymera ni un pelo.
Tener que emparejarse con uno de ellos... Tener que
acostarse con uno de ellos...
¿Cómo podía confiar en que ellos no lo apuñalarían
por la espalda?
¿Cómo lo hacia su padre?
¿Después de todo lo que habían hecho?
Corrió más rápido al recordar la transición de
Penehlope.
Justo antes de la ceremonia de emparejamiento de su
tío y Jhade, habían solicitado su presencia urgente y él había tenido que ir,
así que fue con sus guardaespaldas... Vishous, Butch, Rhage y Tohr.
Todos ellos habían estado
allí, presenciando cómo ella se había alimentado durante la transición. Habían
visto como lo miraba con lujuria y él había deseado con todo su ser, hasta había rezado a la Virgen Escriba, sin
importarle lo horrible que fuera la idea, que ella no lo lograra. Que no pasara
la transición.
Pero lo había hecho.
Y todos los meses tenía que volver a ella, junto a
los hermanos y tenía que dejar que pusiera sus labios sobre su muñeca para
beber de él, mientras ella lo miraba con esos ojos hambrientos.
Como si eso no fuera suficiente, él tenía que beber
de ella.
Y aunque siempre cerraba los ojos, porque no quería ver,
aún podía oler su excitación, su deseo por él.
Y siempre le entraban arcadas.
Apretó el botón para detener la cinta, saltó de ella
y vomito en el cubo de basura que tenía más cercano.
Cuando estuvo seguro de que
no le quedaba nada en el estómago, se enderezó, y respiro profundamente. Un paño húmedo apareció delante de su cara.
- Gracias.
- ¿Estás tratando de matarte, hijo?
- Nop.
- ¿Tengo que hablar con tu padre?
- No Z, sólo me he pasado un poco corriendo.
- Ya. Tal vez deberías ir a la piscina un rato.
Soltar todos esos músculos, antes de que te empiecen a doler.
- Sí. Igual lo hago. Gracias tío.
No se atrevió a mirar a Zsadist mientras salía del
gimnasio. Se ducho rápidamente, se cepilló los dientes y se dirigió hacia el
túnel.
Iba a pasar por delante de la puerta de la piscina,
ya que había sobrevivido a los músculos doloridos antes, pero algo le hizo
detenerse.
Con su corazón latiendo con fuerza en su pecho, él
entró, sintiendo el aire húmedo a su alrededor.
Y allí estaba ella.
Nalla.
Ooo momento z sabia que su hija estaba en la piscina?? Jeje que padre historia ya quiero saber que pasa!!
ResponderEliminarpobre Darius lo amo no quiero que sufra :-(
ResponderEliminarDios pobre D que lindis Z
ResponderEliminarJajajajjajaja obio segire leyendo
Espero con ansias el proximo capi
-CT
POR FISSSSS PUBLICA RAPIDOO
Eliminar-CT
Que buen capi!!!!!! Z sabia que Nalla estaba en la piscina???? Acaso sabe lo que siente D por su hija?. que emocionante se está poniendo
ResponderEliminar