Lover Sacrificed - Capítulo 8

Nalla se lamió los labios nerviosamente al ver la expresión en el rostro de Darius.

Salvaje. Hambriento. Feroz.

Él tocó el piercing de su clítoris y ella se quedó sin aliento.

- Quién. Hizo. Esto.

Su voz era un gruñido posesivo y aunque no debía, a ella le encantaba verlo así.

- Uhm... una mujer en Kinky Loops. Me lo hice hace unos años.

Él tiró suavemente del piercing haciéndola jadear. Darius levantó la vista para mirar sus pezones endurecidos y echo los triángulos de la parte superior de su bikini a un lado, dejando al descubierto sus amplios pechos. Él gruñó cuando vio que tenía los dos pezones perforados con dos pequeños aros, y se inclinó hacia adelante para tomar uno en su boca.

La suave succión y la manera de tirar de los pequeños piercings con sus dientes, la estaban volviendo loca y ya estaba a punto de otro orgasmo.

Oh, las cosas que le hacía sentir...

Sus colmillos le arañaron la piel sensible y ella echó la cabeza hacia atrás, apoyándose sobre sus codos.

- Joder nena... Eres tan jodidamente hermosa.

Se inclinó hacia delante para agarrar su cabeza y así poder volver a besarla, a la vez que jugueteaba con ambos pezones hinchados, y bajaba la mano para hacer lo mismo con su hinchado clítoris.

- ¿Estás húmeda para mí, mi amor?

Ella asintió y gimió cuando él la penetro con un solo dedo.

- Dulce Virgen, te deseo tanto...

Bajo por su cuerpo húmedo besándola, haciendo que se le pusiera la piel de gallina por todo el cuerpo.

Su lengua era como fuego y sus colmillos sólo ayudaban a subir más la temperatura. Cuando su boca finalmente llegó al centro de su cuerpo y él movió su lengua sobre su clítoris una y otra vez, chupando, lamiendo y jugueteando con su piercing, a la vez que movía su dedo dentro y fuera de su interior, ella estalló en el orgasmo más intenso jamás había tenido en su vida.

*-*-*-*

A Darius le encantaba verla estallar de placer debajo de él. Por él.

Le hizo sentirse jodidamente orgulloso. Si pudiera hacerla completamente suya...

Ella todavía estaba jadeando cuando se deslizó de nuevo en el agua, la parte inferior de su bikini flotando en el agua, y sus pechos desnudos apretados contra su propio pecho, volviendo loco.

- Me tengo que ir Nalla, mi amor.

Ella sacudió la cabeza con un brillo saciado y seductor en sus ojos.

- Dúchate conmigo.

- No creo que...

- ¿Por favor?

Él asintió y la siguió fuera de la piscina hacia la zona de las duchas.

- Nalla, mi amor...

Ella abrió el grifo de una de las duchas y lo empujó debajo del agua caliente. Fue a bajarle los pantalones, pero él agarro sus muñecas y la detuvo.

No podía evitar que viera el bulto enorme que llenaba los shorts, pero no se atrevía a quedar completamente desnudo delante de ella.

¿Quién sabía qué podría hacer?

Ella arqueó una ceja y él la dejo hacer lo que quisiera, incapaz de negarle nada. Ella tiró de los pantalones, bajando junto a ellos, hasta que quedo de rodillas ante él.

- Nalla, mi amor... no tienes que hacer... tal vez no deberías...

- Quiero hacerlo. Sólo una vez.

Su lengua salió de su boca y lamió la punta de su polla, haciéndole gemir.

Poco a poco, tímidamente, ella lo tomó en su boca por completo, sus colmillos raspándole un poco y volviéndole lo loco de deseo por ella. Su boca era celestial y tardo menos de un minuto en estar a punto.

- Mi amor, voy a...       

Ella chupo con más fuerza cuando él empezó a vaciarse dentro de su boca, sin dejar de mirarla a los ojos.