Lover Sacrificed - Capítulo 3

Darius sintió una rabia asesina al ver a su tío llevar a Nalla dentro de la mansión.

Tuvo que controlarse a sí mismo con toda la fuerza que tenía para no ir y quitársela de los brazos para ver si ella estaba bien.

Simplemente no podía hacerlo.

No cuando su padre, el Rey Wrath acababa de anunciar su compromiso con cómo-se-llame. Como siempre, sus palabras eran la ley y no podrían ser cambiadas.

A menos que él lo dijera.

Cosa que no haría.

Así que si Darius se acercaba a Nalla, surgirían un montón de preguntas.

Preguntas que no podían responder.

Se sentía enfermo.

Antes de la ceremonia de emparejamiento entre Jhade y John, había estado con su futura Shellan, alimentándola para que pasara su transición.

Y vaya día había elegido. La forma en la que lo había mirado a través de esos ojos hambrientos y febriles le había dado escalofríos.

Había rogado que no lo lograra. Que no sobreviviera.

Qué horrible pensamiento... Pero hubiera sido su única salida. Y ahora, incluso esa oportunidad se había ido.

Suspiró.

Siempre había odiado sus deberes como el príncipe heredero, pero ahora, se estaba empezando a sentir resentido por su linaje.

Y lo peor era que no había manera de salir de esto. Dentro de 5 años, se emparejaría con una hembra de la Glymera, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

Resopló, recordando la cláusula de la que su padre le había hablado. Podía tener tantas shellans como quisiera, siempre y cuando Penehlope fuera la primera y tuviera un heredero con ella.

Ni de coña.

Quería un vínculo como el que tenían sus padres. Un emparejamiento por amor. Igual que todos los hermanos en la casa, incluso su tío John, después de todos estos años. Y sólo había una hembra con la que podía verse a sí mismo emparejado de esa manera.

Pero cada vez que había insinuado esos sentimientos a su padre, este se encogía de hombros y decía que eran las hormonas. Nunca lo tomo en serio, y le recordaba su deber como el heredero y le repetía la principal norma de la casa de no enamorarse de nadie dentro de la casa.

Al final, se había dado por vencido.

Parecía que después de todo, su vida no era suya para vivirla.

* - * - *

Nalla aseguró a sus padres que estaba bien, y después de un montón de preguntas y preocupaciones, por fin la dejaron sola.

Pero la verdad era que estaba lejos de estar bien.

Tenía el corazón destrozado.

Dejó que las lágrimas cayeran libremente mientras ella gritaba en la almohada. ¡Era tan injusto!

¡Darius era suyo!

Claro, que sólo habían estado coqueteando, besándose y tonteando, sin hacer nada serio, pero siempre había pensado que con el tiempo, serían mucho más.

¿Darius quería esto?

¿Había estado jugando con ella?

Ella no podía creerlo. Aquí pasaba algo más.

Wrath y Beth siempre habían sido amables con ella y ella sabía que la querían mucho. Eran como otro tío y tía de ella. Al igual que todos los Hermanos y sus shellans.

Nunca hubiera pensado que estarían en contra de que ella y Darius estuvieran juntos. Claro que, por otra parte, todos los niños de la casa eran criados con la idea de que todos estaban relacionados, y eran primos, ya que la mayoría realmente lo eran, de un modo u otro, pero Darius no compartía su sangre. Ellos no estaban relacionados. Entonces, ¿por qué no podían estar juntos?

Estúpido Wrath con su estúpida guerra y esos tipos horribles de la Glymera. Lo habían echado todo a perder.

Ella jamás conocería la felicidad. Su vida había terminado.

Nunca encontraría a nadie como él, y no quería encontrarlo.

Moriría siendo una newling, sin conocer su cuerpo. Jamás volvería a sentir sus labios sobre los suyos...

Por favor Virgen Escriba, por favor, que no se empareje con ella. ¡Por favor, que se empareje a mí!

Ella lloró con más fuerza en la almohada mientras enviaba sus oraciones hacia arriba, con la esperanza de que fueran escuchadas. Sabía que estaba siendo un poco dramática, pero le dolía mucho, y no podía evitarlo.

De repente sintió dos fuertes brazos que la rodeaban.

- Shhh mi amor. Todo saldrá bien. Dime lo que te pasa para que pueda hacer que te sientas mejor.

Ella lo agarró con fuerza mientras él la levantó en sus brazos y uso su cálido hombro fuerte para llorar.