- ¡Yo!
Sin levantarse del
suelo, Qhuinn se quitó el cinturón enjoyado y la camisa, desnudando su ancha
espalda. A su lado, Blay se levantó del suelo, mirándolo con amor. Qhuinn le
sonrió, y vio como Fritz se acercó con un cuenco lleno de sal, y otro de agua.
Wrath se posiciono detrás de él, daga en mano. Qhuinn sabía que esto iba a
doler, pero por Blay, estaba dispuesto a sufrir lo que fuera. Tener el nombre
de su Hellren en la espalda era un orgullo.
- ¿Cómo se llama tu Hellren?
- ¡Se llama Blaylock!
Wrath no tardó mucho en
grabar la B en el lenguaje antiguo, en su espalda. Todos los demás hermanos le
siguieron, y el ultimo, su mejor amigo, John
- ¿Cuál es el nombre de
tu Hellren?
- ¡Se llama Blaylock!
Qhuinn sonrió durante
todo el proceso, sabiendo que a pesar del dolor, al final su piel mostraría el
nombre de la persona más importante en su vida. ¿Cómo no se había dado cuenta
antes? ¡Mío!
Wrath mezclo la sal y
el agua y cubrió los cortes con la mezcla, haciendo que las heridas frescas
escocieran como mil demonios. Se mareó un poco, pero permaneció erguido sin
mostrar debilidad. Los hermanos soltaron un grito de guerra, mostrando su
aprobación y Vishous secó las marcas con un trozo de lino blanco. Como mandaba
la tradición, la coloco dentro de una caja negra y se la dio a Qhuinn. Lleno de
orgullo, quiso acercarse a Blay para ofrecérsela, pero Vishous lo detuvo.
- Primero grabamos la
espalda de tu chico, verdad.
Qhuinn asintió y vio
emocionado como Blay se arrodillaba justo donde había estado el hacia un
momento. Joder, se suponía que él era el tipo duro, y sin embargo sentía la
necesidad de ponerse a llorar como una nenaza.
- ¿Cuál es el nombre de
tu Hellren?
- ¡Se llama Qhuinn!
Blay sintió las marcas
que le estaban haciendo en la espalda y lo lleno una sensación de humildad. Se
sentía tan bendecido por este momento que no sentía ni el dolor. Cuando salió a
luchar solo aquella noche, solo había querido escapar y huir de Qhuinn, dejar
de sufrir. Y sin embargo, aquella estupidez era lo que les había unido al fin.
Estaba tan agradecido… Los hermanos terminaron de grabar el nombre de Qhuinn sin que apenas
se diera cuenta y contuvo un jadeo al sentir como la sal entraba en contacto
con las heridas abiertas. Levanto la vista hacia Qhuinn que tenía su caja apretada
contra el pecho y lo miraba con orgullo. Un grito de guerra idéntico al que los
hermanos habían soltado antes, resonó por toda la mansión. Las manos de Vishous
se movían con suavidad mientras secaba el nombre de Qhuinn de su espalda. Al
momento Vishous le entrego su caja negra y Blay se levantó. Fue hacia Qhuinn
que extendía su caja delante de él, ofreciéndosela para que el la aceptara o
rechazara. Por supuesto Blay acepto la caja, mostrando a todos, que así, lo
aceptaba a él.
Qhuinn suspiró aliviado
cuando Blay cogió su caja y aunque pudiera parecer una muestra de debilidad,
una lagrima rodo por su mejilla. A la mierda, que pensaran lo que quisieran.
Por fin alguien lo aceptaba tal y como era, con sus ojos diferentes y todo.
Tenía derecho a soltar una puta lágrima. O dos. Blay puso la caja de Qhuinn en
la mesa con cuidado, para poder ofrecerle la suya, que Qhuinn aceptó de
inmediato. Los hermanos comenzaron a aplaudir y silbar y Blay se acercó a él,
secándole las lágrimas de sus mejillas con los pulgares y atrayéndolo hacia el
para besarlo apasionadamente.
- Te quiero Hellren.
Qhuinn sonrió, por fin
Blay lo había llamado otra cosa que no era su nombre.
- Y yo a ti nallum.
Los padres de Blay se
acercaron para darles la enhorabuena y Wrath los invitó a quedarse para la cena
que Fritz había preparado para celebrar. Cenaron todos juntos y el ambiente era
tranquilo aunque festivo. Qhuinn estaba deseando llevarse a Blay a su
habitación, pero por respeto hacia sus padres, no podía hacerlo aun.
Varias horas después,
los padres de Blay se prepararon para marcharse, dándoles las gracias a Wrath y
los hermanos, por permitirles presenciar la ceremonia de emparejamiento de su
hijo. Emocionada, la madre de Blay se acercó a Qhuinn, abrazándolo con fuerza.
- Gracias Qhuinn, por
hacer tan feliz a nuestro hijo. Cuídalo bien, y deja que el cuide también de
ti.
Qhuinn asintió y vio
como el padre de Blay se acercaba, sorprendiéndole con un abrazo.
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