miércoles, 14 de agosto de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 19


Al día siguiente y después de haberse agotado mutuamente, y de haber recuperado fuerzas con comida y sueño. Blay y Qhuinn se prepararon para la audiencia que habían pedido con el rey. Blay estaba tan feliz que temía despertar en cualquier momento. Qhuinn lo abrazó por detrás, besándole el cuello, como solían hacer los Hellren con sus Shellan. Había visto el gesto miles de veces entre John y Kihara y sentir los labios de Qhuinn así…Cerró los ojos y apoyó en el cuerpo de Qhuinn, notando su erección a través de la ropa. Se apretó contra él.

- No, no. Esta audiencia es demasiado importante para dejarme distraer por ti.
- Pero dime al menos de que se trata
- Nop. Aunque ya lo sabes. Venga vámonos.

Una hora después salieron de la oficina de Wrath. Qhuinn estaba satisfecho. El rey había aceptado su petición, dándoles su bendición. Y había accedido a hacer los honores de anunciarlo ante toda la hermandad, en la cena de esta noche. Apretó la mano de Blay, que aún seguía emocionado. Sus ojos estaban brillantes y cada poco tiempo, sacudía la cabeza, como si no se lo pudiera creer aun. Qhuinn sonrió. Ya se acostumbraría. Se sintió raro al darse cuenta de que se sentía muy fuerte, y eso que hacía ya algún tiempo desde que se alimentó de una elegida. Sonrió. Sería que Blay le daba fuerzas hasta para subsistir.


Esa misma noche, estaban ya todos reunidos cuando Qhuinn y Blay entraron, cogidos de la mano, recibiendo miradas de aprobación de los hermanos. Se sentaron, y el rey se levantó.

- Hermanos. Esta noche, es noche de celebración. El soldado Qhuinn ha hecho una petición a la cual yo he accedido sin dudar. Por primera vez en la historia de la hermandad, vamos a celebrar una ceremonia de emparejamiento entre estos dos machos de valía. Los soldados de la Hermandad, Qhuinn, y Blaylock.

Los hermanos aplaudieron y vitorearon a la pareja. Wrath les mando a callar.

- Puesto que hemos celebrado una ceremonia hace poco, los preparativos no tardaran en estar listos. Qhuinn, Blay, ¿Cuándo queréis hacer esto?

Qhuinn fue el primero en hablar.

- ¿Esta noche seria pedir demasiado?

Varios días después, estaba todo preparado para celebrar la ceremonia y Qhuinn esperaba a Blay en el pasillo. Obviamente no habían podido hacerlo antes, como Qhuinn había sugerido, puesto que los Doggen necesitaban algún tiempo para las preparaciones. También había que invitar a los padres de Blay a la ceremonia. Wrath le había preguntado a Qhuinn si quería invitar a los suyos. Ya claro, como si fueran a venir. No gracias. No quería saber nada de ellos. Ahora la hermandad era su familia. Blay era su familia. Y después de esta noche, eso sería para siempre.

La noche antes, habían llamado a una elegida por si acaso, aunque no lo habían necesitado realmente, ya que ambos se sentían fuertes y saciados. La elegida Belindah era encantadora, y aunque no había pasado nada sexual, alimentarse era algo muy íntimo, y los dos se habían sentido bastante incomodos y hasta celosos. Pero no les quedaba otra que acostumbrarse si querían estar juntos, se tenían que alimentar de esta manera. Se lo habían explicado todo a la Elegida que había aceptado encantada, alimentarles cuando lo necesitaran.

Qhuinn miró la puerta de Blay. Este le había dicho que estaba casi listo, pero Qhuinn se estaba impacientando. Llevaba el atuendo tradicional de emparejamiento, igual que el que había llevado John en su día. Sabía que Blay vestiría igual. Puesto que ambos eran machos, irían los dos juntos al encuentro de Wrath, que oficiaría la ceremonia en el vestíbulo de la mansión.

Blay abrió la puerta y se encontró a Qhuinn esperándole. Sin palabras, se acercó a él y le dio un fuerte abrazo. Entrelazaron sus manos y Qhuinn le sonrió. En sus ojos, uno verde y el otro azul, se notaba un brillo de felicidad.

- ¿Bajamos, nallum?

Blay asintió. Estaba nervioso pero feliz, y mientras bajaron, los hermanos comenzaron a aplaudir. Sus padres estaban entre ellos, mirándolos con orgullo. Se detuvieron justo delante del Rey que les sonrió antes de comenzar.

- Escuchad, todos los reunidos ante mí. Estamos aquí reunidos para ser testigos del emparejamiento entre estos machos.

Blay no dejó de mirar a Qhuinn durante toda la ceremonia, hablando cuando tenía que hablar pero sin desviar la mirada. Cuando el Rey por fin pronuncio las palabras Que así sea, dando paso a la siguiente parte de la ceremonia, se suponía que debía besar a Qhuinn y que podrían comenzar con las grabaciones en la espalda. Sin embargo, el rey continúo hablando.

- Antes de oficiar la ceremonia de hoy, me he reunido con la Virgen Escriba. Ella aprueba esta unión puesto que lo ve como un buen emparejamiento, y os desea felicidad. Ella no ha podido oficiar la ceremonia, puesto que ninguno de los dos es un Hermano, pero me ha comentado que os ha hecho un regalo para mostrar su bendición.

Wrath carraspeó y Qhuinn miro a Blay, igual que confuso que él.

- De ahora en adelante y como única excepción en nuestra raza, no necesitareis a una hembra para alimentaros. Vuestra sangre será lo suficientemente fuerte para daros mutuamente los nutrientes y la energía que necesitáis. Quiere que sepáis que ella ya ha hablado con la Elegida que os alimento anoche, ya que no vais a necesitar sus servicios, ni ahora ni en el futuro.

Blay y Qhuinn se miraron, emocionados y ambos se arrodillaron a la vez, para mostrar su gratitud.

- ¡Gracias Virgen Escriba!

 Wrath asintió, frotándose las manos.
 
- Ahora, ¿quién va a ser el primero en grabarse un nombre en la espalda?

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