- ¿Cómo… como que eres mi
Ahstrux Nohtrum?
- Pues lo que oyes. No
me mires así, lo ha decidido el Rey, no yo.
- Vishous. No le puedes
tatuar. Tengo que… espera a que hable con Wrath.
- Lo siento chico.
Tengo órdenes directas de Wrath de tatuaros a los dos. Esto ya es oficial.
Qhuinn se sentó donde
había estado Blay y Vishous repitió el proceso. Cuando termino y se miró al
espejo
—Me gusta.
—Pues qué bien —dijo Blay secamente mientras Vishous se le acercaba y aplicaba un poco
de ungüento transparente sobre la tinta.
Blay no se lo podía
creer. Ahora él y Qhuinn estaban más que unidos. Estaban atados el uno al otro
de por vida. Si hubiese sabido esto antes de salir a luchar, jamás se hubiera
ido. ¿Cómo iba a salir del círculo vicioso que era Qhuinn, cuando lo tendría a
su lado siempre? ¿Cómo iba a olvidarse de él, si tenían que estar juntos todo
el tiempo? Tenía que dárselas a Wrath. El rey sí que sabía dar castigos. Jamás
volvería a desobedecerle.
Qhuinn se miró el
tatuaje orgulloso. Esta pequeña lágrima representaba lo unidos que estaban él y
Blay a partir de ahora.
- Gracias V.
- De nada. Y ahora
moved el culo que Wrath os quiere en la oficina a los dos.
Caminaron juntos hacia
allí pero en el pasillo, justo delante de la puerta de Wrath, Qhuinn detuvo a
Blay.
- Hey. Háblame tío.
- ¿Para qué? ¿Acaso tú
hablaste conmigo para decirme esto?
- Te lo iba a decir,
pero… me distraje cuando…
- Ya claro. Típico de Qhuinn.
- ¿Qué quieres decir
con eso?
- Quiero decir que
siempre haces lo que te da la gana Qhuinn y si te distraes por el camino, te da
igual quien salga perjudicado. Me podrías haber avisado.
Antes de que Qhuinn
pudiera responder, las puertas de la oficina se abrieron.
- Dejad de discutir y
entrad aquí. Ahora.
Blay entró con Qhuinn
pisándole los talones. Estaba furioso, se sentía traicionado por su rey y por
su supuesto mejor amigo. Una cosa era que el fuera el guardián de Qhuinn, otra
muy distinta que Qhuinn fuera el suyo. Otra cosa que le estaba molestando, y
que se hacía más intensa en presencia del rey, era la sensación de olvido.
Había algo que le tenía que decir al rey, algo importante, ¿Pero que podría
ser?
- Sentaros.
La orden de Wrath lo
sacó de sus tribulaciones internas.
- Os diré lo que espero
de vosotros ahora que los dos sois Ahstrux Nohtrum. Ambos sabéis lo que
implica. Pero os lo recordaré… Un Ahstrux Nohtrum
puede ser comisionado sólo por decreto real, y es más o menos parecido al Servicio
Secreto de los Estados Unidos. El sujeto protegido debe ser una persona de
interés, y el guardia debe estar capacitado. Una persona de interés es alguien
cuya presencia es significativa a juicio del Rey. Es decir yo. Ahora bien… ya que sois los mejores
amigos de John, eso definitivamente cae dentro de la categoría de
persona-de-interés.
Por lo que respecta a
la parte de guardia-cualificado... Todos sabemos que sois de los mejores
luchadores que ha visto la hermandad en mucho tiempo. Se espera que los Ahstrux
Nohtrum sacrifiquen sus vidas por aquel al que protegen. Si la mierda llueve en
ese sentido, ellos tomarán el golpe mortal en su lugar. Oh, y es un compromiso
de por vida, a menos que yo disponga otra cosa. Yo soy el único que puede
emitir una carta de despido, ¿me captáis?
La boca de Qhuinn habló
por su propia cuenta.
—Por supuesto. Absolutamente.
Wrath sonrió y alcanzó
la caja que había sobre su mesa. Sacó dos gruesos fajos de papeles, al final de
los cuales había un sello dorado con cintas de satén rojas y negras.
—Vamos, echadle un vistazo a esto.
Unos documentos de
aspecto oficial confirmaban en la Antigua Lengua, los nuevos puestos de Blay y
Qhuinn. Esto era más que oficial. Esto era de por vida.
Vishous entró en la
habitación, traía en las manos una pesada cadena de la cual colgaba una fina
plaqueta y un par de alicates.
- Vamos.
Wrath señaló hacia el
sofá.
- Hora de ser
encadenados... esos colgantes tienen impresos el emblema de Blay y el de
Qhuinn. Así que aparte del tatuaje, llevareis esto de por vida.
Qhuinn se sentó sin
decir palabra, y V se ubicó detrás de él, colocando la pesada carga alrededor
de su garganta, y después cerró el eslabón abierto. El medallón quedó colgando
justo por debajo de la clavícula. Después repitió el mismo proceso con Blay.
- Se quita solo si
mueres o te despiden.
V golpeó a Blay en el
hombro.
- Por cierto, si os
despide, según las antiguas leyes, su carta de despido es una guillotina,
¿sabes? Así es como te quitaríamos la cadena. Sin embargo si te mueres naturalmente,
solo rompemos uno de los eslabones. Por respeto y esa mierda.
Qhuinn sabía que Blay
no estaba contento. Wrath les había contado básicamente lo que ya sabían. Se
tenían que cubrir las espaldas mutuamente. No se podían perder de vista y de
ahora en adelante lo tenían que hacer todo juntos. Por eso Wrath les había dado
los dos meses sin luchar, para que pudieran acostumbrar el uno al otro de nuevo
y pudieran llegar a algún acuerdo de que hacer y a donde ir.
- Me voy al gimnasio.
Blay ya iba encaminado
pero él no estaba de acuerdo. Necesitaban planear las cosas juntos y hacer
algún tipo de horario si querían que esto funcionara. Sacudió la cabeza,
normalmente era Blay quien sugería que lo tuvieran todo planeado hasta el
último detalle…
- Espera Blay. Tengo
hambre. Vamos a comer algo y luego vamos juntos.
- No.
- ¿No?
- No. Te aguantas. Yo
no tengo hambre.
- Blay, Wrath lo ha
dicho, hasta cuando estemos en la mansión…
- Pues ya está. Eres mi
Ahstrux Nohtrum, así que venga, sígueme y protégeme con tu vida.
Qhuinn agarró a Blay en
mitad de la escalera.
- Tío, ¿Cuál es tu
problema?
- Tú. Tu eres mi
problema. Se supone que yo iba a ser tu Ahstrux Nohtrum, no que tu fueras el
mío también.
- ¿Y eso qué más da? De
todas formas ibas a estar pegado a mi culo. De esta manera simplemente yo
también estoy pegado al tuyo.
Blay arqueó una ceja y
luego cerró los ojos suspirando. Joder, que bien le quedaba el tatuaje de la
lágrima.
- Esta bien. Ya que no
tengo más remedio que aguantarte, vamos a comer. Pero después de eso, vamos al
gimnasio.
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