- Dios sí.
Qhuinn no le dio tiempo
a más y se adueñó de su boca, jugando con su lengua y volviéndolo loco con su
sabor. El olor de macho vinculado se hizo más intenso y Blay supo que salía de
ambos, aunque el olor especiado de Qhuinn era mucho más fuerte. Las manos de
Qhuinn no estaban quietas y se movían de un lado a otro, como si quisiera
tocarlo por todo el cuerpo a la vez. El hizo lo mismo pero se detuvo en la
camisa de Qhuinn, soltándole los botones. Lo quería desnudo. Qhuinn,
impaciente, quitó las manos de Blay y se abrió la camisa de golpe, arrancando
los botones y haciendo que estos salieran volando por la habitación. Se la
quitó con movimientos bruscos y volvió a centrarse en Blay. Pero este se lamió
los labios y sus colmillos salieron de su escondite. Estaba mirando los pezones
de Qhuinn, que llevaban unos aros que esa misma mañana no habían estado ahí.
- Jo…der.
- ¿Te gustan? Le pedí
un favor a V esta tarde.
Blay no pudo contestar
así que agacho la cabeza y se metió un pezón en la boca, tirando suavemente del
piercing. Qhuinn gruñó y agarró la cabeza de Blay para que no se pudiera
separar. No había problema. Si pudiera, Blay se quedaría aquí, haciendo esto
para siempre.
- Blay.
Este no hizo caso y
siguió con lo que estaba haciendo.
- Blay para. Para.
Para.
Blay se detuvo y se
incorporó despacio, con la decepción y el dolor reflejados en su cara. Qhuinn
lo cogió por la barbilla y le dio un rápido beso.
- No pongas esa cara,
tonto. Solo quiero asegurarme de que te doy placer. Ahora mismo, solo estoy
recibiendo, y quiero hacer algo para que tú también te sientas bien.
Blay suspiró,
visiblemente aliviado y Qhuinn lo volvió a besar, más profundamente, aunque
dejando que Blay tomara el control. Parecía que así se sentía más cómodo, así
que Qhuinn lo dejó hacer. Sintió como los labios de Blay se movieron por su
mandíbula lentamente, bajando hacia su cuello. Ladeó la cabeza para darle mejor
acceso y pronto sintió las punzadas donde los colmillos de Blay le habían
penetrado la piel. La suave succión de sus labios casi hicieron que se
corriera, pero se controló como pudo y se agarró a la cintura de Blay.
La sangre de Qhuinn era
lo mejor que había probado nunca. Gimió, disfrutando de la proximidad de
Qhuinn. Estaban piel contra piel y las manos de Qhuinn apretaban su cintura.
Sabía que no podría sobrevivir solo de su sangre y que eventualmente ambos
tendrían que llamar a una elegida, pero por lo menos podía disfrutar de su
sabor. Le soltó el cuello y selló las dos pequeñas heridas con su lengua.
Qhuinn gruñó al sentir que lo soltaba, pero Blay necesitaba saborear otra parte
de su cuerpo. Volvió a lamer sus pezones y siguió bajando, alternando suaves
besos, con leves mordiscos. Se arrodillo delante de él, deseando poder hacer
por fin lo que había soñado tantas veces. Le soltó el pantalón a Qhuinn y su
polla salto libre de su prisión de cuero. El piercing que Qhuinn tenía ahí,
siempre le había fascinado y estaba deseando probar como sentiría en su lengua.
Inclinó la cabeza para mirarlo. Sus ojos estaban casi cerrados y su expresión
era de puro placer. Sonrió. Estaba deseando verlo cuando llegara al orgasmo.
- Blay… debería… Debería de ser yo el
que… yo tengo que arrodillarme ante ti.
- Shhh, déjame. Déjame
darte placer.
Sin darle tiempo a
Qhuinn a decir nada más, Blay cogió su polla y lamió.
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