La siguiente noche, Lilly estaba caminando de un
lado a otro en su habitación esperando… bueno… no sabía bien el que. Había
estado deseando que John le llevara comida otra vez. O más ropa. O a él mismo.
Pero no había sido así. Le quería ver otra vez,
pero no se atrevía a salir de la habitación sola. Aun no.
Le había mandado varios mensajes, pero no había
recibido respuesta. Realmente la estaba evitando. ¿Él beso había sido realmente
tan horrible, o de verdad la esquivaba por el hecho de ser amigo de su padre? Su padre vampiro. Sonrió, cada momento que pasaba se acostumbraba más a esta
absurda situación.
Un suave golpe en la puerta hizo que su corazón
diera un brinco.
- Oh Layla, ¡hola!
- Hola hija mía, ¿como estás?
- Bien, un poco aburrida si te digo la verdad.
- Eso pensaba.
Su sonrisa era cálida.
- Me gustaría hacerte compañía. Si no es
molestia.
- ¿Molestia? ¿Estás loca? Tengo tantas preguntas,
y ¡me gustaría tanto conocerte!
Layla se aclaró un poco la garganta y parpadeó
varias veces.
- Nada de lágrimas por favor. Estoy aquí, y
parece ser que no voy a irme en algún tiempo, así que vamos a recuperar todos
esos años perdidos, ¿vale?
- Si, eso me gustaría.
- Genial, porque no empiezas enseñándome esta
casa, mansión, palacio. O lo que sea que sea esto.
- Me encantaría.
Lilly cerró la puerta detrás de ella y se colocó
al lado de su madre.
Era tan raro, solo parecía que hubiera una
diferencia de edad de 2 o 3 años como mucho. Sonrió y entrelazó su brazo con el
de Layla, sorprendiendo a la otra mujer.
- Bueno, he decidido anoche que voy a usar mi
verdadero nombre. Nunca me ha gustado Lilly Anna, de todas formas.
- ¿De verdad?
Layla parecía sorprendida.
- De verdad. Así que cuéntame, ¿cómo decidiste
que me querías llamar Jhade?
Unas horas después, la cabeza de Jhade daba
vueltas con toda la información que había obtenido. Era increíble cómo
funcionaba esta raza. Años de vida, ceremonias, Virgen Escriba, Primale,
Elegidas, Hermandad, transición, sympaths. Su madre le había explicado un poco
de todo.
Su vida había cambiado tanto en tan pocos días,
que parecía irreal.
- ¿Estás bien?
La elegida caída Layla, su madre, le preguntó
preocupada.
- Sí, sí que lo estoy. Un poco abrumada con tanta
información. Tenía mi vida, mi trabajo en el orfanato, otro nombre. Y ahora no
sé qué es lo que se supone que tengo que hacer o que es lo que va a pasar con
mi vida. La verdad es que no se bien quien soy ya.
La cara de Layla se iluminó.
- Lo averiguaras. Y sé exactamente como ayudarte.
¡Vente conmigo!
*-*-*-*
Pasaron por una puerta, entrando en un túnel
larguísimo.
- ¿Dónde estamos?
- ¡Ah! esta es la parte de entrenamiento y
medica. Ven.
Layla se detuvo delante de una de las puertas y
llamó con los nudillos.
- ¡Adelante!
Entraron en lo que parecía una clase, con 13
alumnos, cada uno de una edad diferente.
- Hola Layla. Oh vaya…
La clase pareció detenerse al completo al verla a
ella.
- Realmente eres tú. Jhade.
Se había acostumbrado a su verdadero nombre mas rápido de lo que había pensado.
- Sip.
Miró a Layla sonriendo.
- Deberíamos de hacer una fiesta o algo, o una
cena para que todos puedan quedar pasmados y sorprendidos a la misma vez.
La mujer que estaba dando las clases sonrió.
- Lo siento, es que hemos oído hablar tanto de
ti. Es un poco un shock. Y definitivamente deberíamos de tener una fiesta.
- Tranquila Nalla. La he traído porque es buena
con niños. He pensado que te podría echar una mano en clase.
- Si claro, entra, ponte cómoda y te presento a
todo el mundo. Después podemos charlar. Te puedo contar cotilleo sobre todo el
mundo en la mansión.
Le guiñó un ojo y Jhade decidió que ya le caía
bien. Miró alrededor y la clase realmente estaba llena de
vampiros-en-crecimiento de todas las edades y tamaños.
- ¿Estarás bien aquí? Tengo que irme.
- Si, estaré bien. Gracias.
Siguiendo un impulso, abrazó a Layla, que le
devolvió el abrazo sin dudar. Esto era lo que había echado en falta toda su
vida. Layla le dedicó una sonrisa llena de amor.
- Trátala bien Nalla. Os veré luego.
Layla se marchó y Jhade miró alrededor de nuevo.
Casi todos parecían tener 14, solo uno o dos parecían mayores, y había varios
pequeñines. Nalla se puso a su lado.
- Te presento a todos los pretrans de la casa de
la Hermandad. Yo soy Nalla, la más mayor. El grandote de la esquina es Ahgony,
acaba de pasar por su transición. Él es Darius, y el de al lado John Matthew,
aunque le llamamos Matt, para no confundirnos. Los dos son hijos de Wrath y
Beth. Los príncipes de la Hermandad.
- Cállate Nalla.
Darius sonrió a Nalla y Jhade juraría que esta se
sonrojó. Pero el chico tenía como 15 años. Qué raro.
- Aquí tenemos a Mariah, Wellsie, los gemelos
Hope y Hunter, Janie, Trezzie, o TreziAm, y todos los más pequeños. Mis
hermanos, son gemelos, Qhuinn y Rehv, y mis primos, también gemelas, Belle y
Baby. Algún día aprenderás quién es quién, quien está relacionado y porque
tenemos los nombres que tenemos. Haré una clase solo para enseñártelo.
Nalla le guiñó un ojo.
- Vaya. De acuerdo. ¡Hola!
Recibió algunas sonrisas tímidas y miradas
curiosas. Matt parecía el más travieso y le guiñó un ojo. ¡Pero si era un crio!
- Así que… ¡bienvenida a la familia!
me gusta me gusta muchooo espero que subas pronto capitulooo :D
ResponderEliminarSrta. Morena
Hola solo queria decirte que estoy leyendo tus dos historias y que me encantan sobre todo la de lover reconcilied ya que a mi mas de una vez me e imaginado lo que le ocurre a kihara pero con warth, ya que es mi favorito xd, y eso solo queria darte la enorabuena porque me encantan tus historias y que sigas escribiendo.
ResponderEliminarBesos de Airin
Gracias por vuestros comentarios!! :D
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