Lohrena podía oír los sonidos de una especie de
celebración en algún lugar de la casa y se preguntó que estaría pasando.
¿Estaban celebrando que se marchaba? Suspiro, paseando de un lado a otro en la
jaula. Estaba llena de energía después de haberse alimentado y descansado, pero
aquí dentro, poco podía hacer. Se había duchado y puesto la ropa que le había
traído Kihara. Estaba deseando volver a ver a Rhage y le daba hasta pena tener
que marcharse de la habitación que ya consideraba casi suya a pesar de los
barrotes. La puerta se abrió y el corazón le dio un vuelco al ver ese pelo
rubio, esos ojos azules y esa sonrisa traviesa.
- Hola princesa, vengo a sacarte de tu cárcel.
Lohrena le sonrió, casi tímida. ¿Pero que le estaba
pasando? ¡Es un Hermano!
- Hola Rhage.
Inhaló. Le encantaba como olía este macho, su olor
llenaba toda la habitación.
- Me temo que tengo que vendarte los ojos. Órdenes
del rey.
- ¿De verdad?
- Si, lo siento. En cuanto nos hayamos alejado un
poco de la... de aquí, te la quito, ¿vale?
Lohrena asintió. Que más daba, si jamás tendría que
volver a aquí...
- Esta bien.
Rhage abrió la jaula y se acercó a ella. Por un
segundo se sintió tentada de escapar ella sola, aun sabiendo que en una casa
llena de hermanos, no llegaría demasiado lejos.
- No lo hagas, Lohrena.
Se mordió el labio y lo miró. Oír su nombre de sus
labios... pero como sabia... ¿Podía oír sus pensamientos?
- No sé de qué hablas.
- Mentirosa. Ven date la vuelta para que pueda
ponerte la venda.
Lohrena obedeció, dejando que Rhage le tapara los
ojos, sintiendo escalofríos cuando sus dedos rozaron brevemente su cara.
*-*-*-*-*
Rhage contuvo un jadeo cuando le rozo la mejilla sin
querer. El contacto con su suave piel hizo que se pusiera duro al instante.
¿Que tenía esta hembra que le hacía reaccionar así? Se sentía inquieto pero
normalmente tenía bastante más control sobre su propio cuerpo.
- ¿Como quieres hacer esto? Te guio hacia la salida
o... o ehm... ¿te cojo en brazos? Te aviso que hay que bajar escaleras.
La vio morderse de nuevo el labio y su polla se
endureció aún más.
- Creo que será más seguro si me coges en brazos, no
quiero caerme.
No quiso decirle que él jamás dejaría que eso
pasara, por si cambiaba de opinión.
- De acuerdo, vamos.
Rhage la cogió con facilidad y Lohrena rodeó su
cuello con los brazos, pegándose a él. A duras penas contuvo un gemido.
Salieron al pasillo y bajo por las escaleras, agradecido porque la fiesta se
había movido a la sala de juegos y no hubiera nadie en el vestíbulo. Obviamente
Lohrena podía oír los ruidos que hacían los hermanos.
- ¿Celebrando que me voy?
Rhage soltó una carcajada.
- Nah, es solo la celebración de una ceremonia de
emparejamiento entre V y Butch.
- ¿Dos hermanos?
Lohrena se sorprendió mucho, no pensaba que eso
estuviera permitido. Podía oír la risa en la voz de Rhage.
- Sí. Creo que tú los conoces como Víctor y Brian.
- ¡No! ¿En serio?
Lohrena rió.
- Vaya, ahora sí que me siento ridícula. Debería
haberlo imaginado con ese beso que se dieron delante de mí... además, Brian y
Víctor no son exactamente nombres de guerrero. Que tonta...
Lohrena noto el frio en la cara cuando salieron al
exterior y Rhage la apretó mas contra su amplio pecho, dándole su calor.
- Te voy a dejar en el suelo y ayudarte a meterte en
el coche ¿vale?
La soltó reacio, porque tenerla en sus brazos era la
mejor sensación que había tenido en mucho tiempo. Suspiró.
- Dime Lohrena, ¿a dónde te llevo?
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