El rugido de Rhage fue ensordecedor y a Nabilah se
le volvió a partir el corazón. Ese macho realmente amaba a su hembra y acababa
de perderla, junto a su hijito. Sus ojos brillaron con locura y lo vio morderse
la muñeca antes de levantarse y acercarse al cuerpo de su shellan.
Lágrimas y sangre recorrían el hermoso rostro del
Hermano al poner su muñeca sobre los labios de ella.
- Vamos tahlly, vuelve a mí. Te necesito. Por
favor, vuelve.
Nabilah rezó a la Virgen Escriba al oír las palabras
susurradas del guerrero, pero no ocurrió nada.
Rhage se frotó la cara, su dolor y desesperación
claramente visibles. Se levantó y fue hacia ella, con los brazos extendidos,
pidiendo sin palabras que le diera lo que llevaba en brazos.
*-*-*
Él miro a su hijo con adoración, y le dio un beso
suave sobre la frente.
En ese mismo instante, el llanto del niño sonó por
todo el almacén y Rhage lo miró sobrecogido.
El sonido debió hacer algo porque Muhrder se levantó
aun debilitado como estaba.
- Mi… hijo…
Rhage lo miró, ladeó la cabeza y decidió dejar que saliera la
bestia. Sin Lohrena, no le quedaba nada, pero tenía que proteger a su hijo. Por
alguna razón desconocida, este había sobrevivido, y Rhage lo iba a querer y
cuidar con todo su ser.
¿Y el bastardo este lo quería reclamar?
Antes muerto.
Le dio un beso a su pequeño milagro y se lo volvió a
dar a la doctora.
- Protégelo. Con. Tú. Vida.
Antes de que ella pudiera asentir, sintió como la
bestia tomaba el control de su cuerpo.
*-*-*
Lohrena jadeó y tosió cuando por fin logró tragarse
la sangre de Rhage. Tenía la garganta cerrada de haber gritado tanto y no podía
ni moverse de lo agotada que estaba. Oyó un rugido y el llanto de un niño.
¿Mi bebe?
Noto un destello de luz que la recordó a Rhage, y
sintió ganas de llorar. Se estaba volviendo loca. Lo había perdido todo y ahora
estaba en el Fade, volviéndose loca.
- ¡Lohrena! ¡¿Estas viva?!
¿Doctora?
Como pudo, abrió los ojos y la miró. Había estado
llorando.
- Lohrena, mira.
Oh dulce virgen en el Fade.
Con cuidado Nabilah le dio a su bebe, que se calmó
en cuanto estuvo en sus brazos.
Lohrena jadeó y comenzó a llorar al verlo.
- Pensé que…
Fue entonces cuando noto el enorme dragón, su Rhage,
enfrentado a Muhrder.
Santa Virgen Escriba…
Estaba debilitado, era obvio, y agarrando la mano de
Nabilah, miro como la bestia luchaba contra su peor enemigo.
Justo en ese momento, comenzaron a desmaterializarse
hermano tras hermano, dentro del almacén. Estaban heridos y debilitados, pero
al verla, varios de ellos corrieron hacia ella y se colocaron formando una
barrera protectora a su alrededor. Y más cuando empezaron a entrar antis en el almacén.
Pero ni ellos ni Muhrder jamás llegarían a ella o a
su hijo.
Por primera vez en su vida, supo que pasara lo que
pasara, tenía una familia que la quería y la protegería a ella y a su peque.
Ya me daba algo al pensar en el dolor de rhage!!
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