Un mes más tarde…
- ¿Tahlly?
Lohrena salió del cuarto baño comiéndose a Rhage con
la mirada.
- Joder tahlly…
Sabía que le gustaría el conjunto sexy que se había
comprado online.
Rhage estaba sudado de haber estado entrenando con
los hermanos, justo como a ella le gustaba. El olor a especies oscuras se hizo
más intenso.
- ¿Adivina qué?
- ¿Qué?
- Nabilah me ha dado el visto bueno para hacer… lo
que yo quiera. Ya no estoy en cuarentena.
- Hmmm ¿de verdad?
- De verdad.
Caminó hacia ella como un depredador, quitándose la
ropa mientras le recorría el cuerpo con la mirada, lamiéndose los labios y los
colmillos clavándose en ellos.
- ¿Y Dhraco?
- Con Kihara y John.
- ¿Así que te tengo todita para mí?
Lohrena se lamió el labio, sus propios colmillos
creciendo al ver a Rhage delante de ella, desnudo y muy, muy duro.
- Amor mío, llevas demasiada ropa.
Lohrena rió.
- Pues quítamela.
Los ojos de Rhage brillaron blancos cuando la agarró
e hizo eso mismo.
La beso con ganas, deleitándose con su sabor y
mostrando su posesividad. Pasaba tanto tiempo con su hijo, que casi se sentía
abandonado.
- Espero que le hayas dicho a Kihara que vamos a
tardar porque tahlly, tengo que recuperar todo un mes entero de amor
acumulado.
La cogió en brazos, penetrándola con un fluido
movimiento.
*-*-*
Rhage gruñó al sentirse envuelto en el abrazo de
Lohrena.
La había echado mucho de menos y pensaba disfrutar
de este momento a solas con ella.
- Rhageee… ¡Muévete!
La desesperación en su voz lo hizo sonreír.
Muy lentamente, comenzó a moverse, haciéndola
jadear.
- Maldito seas Rhage, muévete o te juro que…
Se detuvo en seco, arqueando una ceja al mirarla.
- ¿Que, qué?
- Que te escondo las piruletas. O algo… Ay por lo
que tu más quieras Rhage, te necesito… ¡fóllame! ¡Me vas a volver loca!
Rhage caminó hacia la cama con ella en brazos y la
tumbó con cuidado, haciendo que gimoteara al sentirlo tan dentro.
- Que sepas, tahlly, que lo que más quiero, eres tú,
eso lo sabes. Segundo, yo no follo, a ti te hago el amor de manera salvaje.
Le sonrió como un depredador.
- Y tercero… loca ya estas, por mí.
Lohrena gruñó y su sonrisa se hizo más grande al
sentir su frustración y decidió terminar con esta dulce tortura.
Agarró sus muñecas por encima de su cabeza, elevando
sus pechos. Sabía que aun los tenia sensibles por lo que lamio con cuidado,
saboreándola, a la vez que embestía con fuerza.
- ¡Rhage!
Volvió a repetir el movimiento.
- Por favor nallum, más. Necesito… ¡más!
Su Shellan pedía, su Shellan recibía.
Incrementó el ritmo de sus embestidas y sin poder
remediarlo le clavó los colmillos para poder beber de ella, haciendo que ambos
alcanzaran el primer orgasmo de la noche.
Pero Rhage aún no había terminado, ni de coña. Para
cuando acabara el día, su Lohrena no se podría ni mover.
Después de todo, tenía un mes entero que recuperar…
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