Unos años después.
Lohrena miraba a su hijo y su hellren, embelesada.
Los amaba tanto.
Dhraco tenía locos a los hermanos, cada uno de ellos
pasando los ratos libres para jugar con él.
Había crecido muchísimo y ya se veía que tenía el
mismo apetito que su padre.
- ¡Mahmen!
El pequeño corrió hacia ella al verla, escondiéndose
detrás de sus piernas al verse perseguido por Vishous y Butch, pero Rhage lo
aupó y se lo coloco en los hombros, haciendo que el pequeño riera a carcajadas,
como hacia siempre que se veía más alto que los hermanos.
Lohrena miró a su alrededor.
Estaba tan agradecida a Wrath por haberle permitido
quedarse con Rhage y así recuperar la confianza en la hermandad y los hermanos.
Su lucha contra los antis y si líder seguía como
siempre, pero ella tenía a su hellren y a todos los hermanos para protegerlos y
se sentía bendecida por ello.
Ahora tenía una familia entera que la quería y a
quien querer.
Sabía que pese a todo lo que había ocurrido en el
pasado, siempre estaría protegida. En eso, tenía plena confianza.
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