sábado, 14 de junio de 2014

Lover Adored - Capítulo 17

Mariah dio golpecitos en el suelo con su pie con nerviosismo mientras miraba alrededor en el Starbucks donde estaba.
Blaxton no había aparecido y ella estaba en el mundo humano. Sola.
Sólo las chicas sabían dónde estaba, pero eso no ayudaría mucho si era atacada por lessers.
O peor. Por estúpidos humanos.
Claro, conocía todas las claves de la auto defensa, al igual que todos los demás en la mansión de la Hermandad, pero aun así...
Miró su teléfono. Ahgony le había enviado un mensaje de texto anoche cuando ella no había ido a su habitación. No estaba preparada para enfrentarse a él. No después de su traición.
Ella le había respondido un poco grosera.

Mariah: Sé que se lo dijiste a mi padre. Te pedí que no lo hicieras. Me quedo en mi habitación hoy.

Su respuesta fue instantánea y confusa.

Ahgony: Vaya. Pensé que me conocías mejor que eso. Supongo que estaba equivocado.

¿Quién más podría haber sido? Había tenido que ser Ahgony. ¿Verdad?

Ella tomó un sorbo de su Frappuccino 0% grasa, 0% azucares, alto en fibras y no-sé-qué-más, pensando bien las cosas.
Siempre había confiado en Ahgony, nunca había dudado de él ni por un segundo, por lo que jamás habría pensado que sería capaz de hacer una cosa así.
Pero el estaba vinculado a ella ahora, lo que significaba que su seguridad venía antes que nada. Incluso sus deseos. Así que si él pensaba que diciéndoselo a Rhage era lo mejor para la seguridad de ella, él se lo diría. A pesar de que ella le había pedido que no lo hiciera.
O al menos eso pensaba. No era precisamente una experta en las reglas de vinculación y cómo funcionaban estas.
Tomando otro sorbo de su bebida, ella se estremeció cuando una oleada de náuseas le dio de golpe.
Empujó su vaso lejos, oh querida Virgen ¡sabía a rayos y truenos! ¡Qué asco!
Casi vomitó con solo olerlo. Hasta se estaba mareando. Y eso que ya se había tomado más de medio vaso.
Mariah se levantó.
Era hora de regresar a Safe Place antes de volver a casa.
Su camino fue bloqueado por dos machos humanos. Hombres.
Con sudaderas de NYCU. Universitarios de alguna fraternidad. Genial.
- Hey nena, ¿estás aquí sola?
- Nop, ¿me dejas pasar?
- Oh, vamos, no te vayas. Deja que te compremos...
- No, gracias.
- Vamos perra, no seas así. Sólo queremos divertirnos un poco y... ¡Au! ¿qué cojones…?
Ella levantó la vista cuando ambos gritaron.
Blaxton los tenía agarrados por sus gruesos cuellos, su rostro contorsionado en un gruñido, la punta de los colmillos asomándose por sus labios entre abiertos.
Sus palabras casi no eran comprensibles, cuando habló con los dientes apretados.
- Discúlpate. Ahora.
- P… perd... perdón... lo siento. Señora.
- Sí. Sí, lo siento, no era nuestra intención señorita…
Blaxton los empujó y ella rápidamente se hizo a un lado a ver que ellos tropezaban hacia delante. Ambos se apresuraron a levantarse y se marcharon del lugar, sin mirar hacia atrás.
- Gracias hermano mayor.
Ella le sonrió.
- ¿Estás bien Mariah?
Su mirada era intensa y llena de preocupación.
Oh, genial. Otro macho sobreprotector en su vida. Como si ella no estuviera rodeada de suficientes machos así.
- Estoy bien. Estaba a punto de irme. Pensé que no ibas a venir.
- Tuve una cirugía de emergencia. Te pido disculpas. Debería haber hecho que uno de los miembros de mi personal se comunicara contigo.
- Está bien, no pasa nada.
- ¿Te tienes que ir ya?
- No, no, puedo quedarme.
- Bien. Déjame ir a comprar algo. ¿Quieres otro eh... lo que sea eso?
Señaló su bebida y casi le entran arcadas de nuevo.
- No, gracias, sólo una botella de agua será suficiente.
Ella no estaba segura de poder soportar el olor de otro café.
- Ok, siéntate, ahora vuelvo.

* - * - * - *

Blax hizo el pedido a medida que su ira poco a poco se desvanecía. Joder, conocía a su hermana menos de 48 horas y ya estaba dispuesto a matar a cualquier ser que le hiciera daño.
Hombre de la valía.
Sip.
Cuando se sentó por fin la miró bien y se dio cuenta de su palidez.
- ¿Esos idiotas te hicieron daño?
- Ah no, llegaste justo a tiempo.
Ella sonrió.
- Estoy bien. En serio. Simplemente han sido un par de días intensos, ¿sabes?
- Si, lo sé.
Él le devolvió la sonrisa, aliviado de lo fácil que era hablar con ella y estar cerca de ella.
- Tengo algo para ti, pensé que podría gustarte.
Blaxton le entregó la caja mientras observaba su rostro. Mariah se quedó mirando la foto durante un rato sin decir una palabra.
- ¿Es ella?
Blax asintió.
- Esa es la última imagen que tengo de ella. Y ese es su diario. Ella me lo dejó a mí cuando se fue a dar a luz. Nunca he tenido huevos... eh... fuerzas, para leerlo, a pesar de que me dijo que lo hiciera.
- No puedo...
- Quiero que te lo quedes.
- Gracias.
Ella acarició ligeramente la tapa.
- ¿Me puedes decir cómo era ella?
- ¿No te acuerdas de ella en absoluto?
- No. Me encontraron siendo pequeña...
- Lo sé. Marissa me lo conto todo. Yo no... Es que no lo entiendo. Algo le debió haber ocurrido a ella porque no habría abandonado a su hija. Creo. Por otra parte, ella nunca volvió a por mí, así que...
Se aclaró la garganta.
- ¿Ella te abandonó?
- Se fue a dar a luz y nunca regresó. No sé si ella no sobrevivió al parto o desapareció para escapar de nuestro mundo. Quiero decir, ella era humana después de todo... Y tampoco es que me dejara solo, pero...
Mariah puso su mano sobre la suya.
- Lo siento.
- Está bien. Hace mucho de eso. Mi abuelo hizo un macho de valía de mí. Más o menos.
Sonrió.
- Dime algo sobre ti. ¿Cómo son tus padres? ¿Te tratan bien?
Ella asintió con la cabeza.
- Son increíbles. Los mejores padres que me podría haber pedido. Aunque la líe hace poco con mi padre.
Ella lo miró, vulnerabilidad brillando a través de sus ojos.
- Tuvimos un... desacuerdo y yo como que le dije que no era mi verdadero padre.
- Vaya.
- Sí. Todavía estoy tratando de conseguir que me perdone. Y no estoy segura de que valiera la pena.
- ¿Qué quieres decir?
- Yo estaba tratando de defender a mi pareja, pero ah... él me traiciono, así que...
Blaxton sintió ira pura atravesar su cuerpo. Nadie le hacía daño a su hermana. Nadie.
- ¿Él te fue infiel?
- ¿Eh? Oh, ¡no! No ese tipo de traición. El solo hizo algo cuando yo le pedí específicamente que no lo hiciera. Eso es todo.
- ¿Estás segura que lo hizo? Cuando un macho esta vinculado no creo que sea tan siquiera físicamente posible para él desobedecer...
- Sí, bueno...
Ella se encogió de hombros, indicando con claridad que no quería hablar de ello.
- ¿Así que estás vinculada eh?
- Sí. Y él me quiere.
- Igual que tú a él.
Ella asintió con la cabeza y tuvo que sonreír.
- Así que, lo perdonaras.
Sus ojos azules brillaban con picardía.
- Probablemente. Pero aún no. ¿Y tú, estás vinculado?
- Nop.
Lo dijo con una sonrisa.
- Supongo que no he encontrado la hembra adecuada todavía.
- Bueno, tengo un par de amigas solteras...
Él soltó una carcajada.
- Ah, no, no. Es demasiado pronto para empieces a jugar a hermana-barra-casamentera.
Miró el reloj.
- Mierda, tengo que volver.
- No pasa nada, yo debería regresar también.
Ella se levantó y lo abrazó con fuerza.
- Vamos a hacer esto otra vez pronto, ¿de acuerdo?
- Absolutamente hermanita, ya no vas a poder deshacerte de tu hermano mayor.


5 comentarios:

  1. Otro que acaba viviendo en la casa de la hermandad jajajaja
    Que bocazas esta hecho Darius... Pero seguro que lo arregla ;P
    Me encanta tu fic!!!

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    1. Tal vez, si Darius y Rhage lo dejan pasar de la puerta...

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    2. jajaja seguid leyendo que igual no hay nuevo inquilino...

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  2. De casualidad la siguió alguno de sus hombres ridículamente protectores???

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