John envolvió a Kihara con la toalla y la agarró por la cintura, guiándola
lentamente hacia la cama.
Antes de tumbarla, él se inclinó hacia
delante acariciándole el cuello con los labios, y ella sintió un suave arañazo.
Sus colmillos, pensó. Subió por su garganta. Deseó que la mordiera.
John respiró
profundamente.
- Tu piel me vuelve
loco. Tienes un olor que me provoca una erección instantánea. Todo lo que tengo
que hacer es acercarme a ti y olerte.
Ella se arqueó en los
brazos de el, frotándose contra su pecho y dejando escapar un pequeño gemido.
- Dios, adoro ese
sonido - dijo él, subiendo la mano hasta la base de su garganta.- Hazlo de
nuevo Kihara.
Lamió delicadamente
su cuello. Ella gimió de nuevo.
- Eso es - gimió él.
- Santo cielo, eso es.
Sus dedos empezaron a
desplazarse hasta el borde de su toalla, que soltó con facilidad.
Inhaló profundamente
al ver su precioso cuerpo desnudo, a pesar de que hacia solo unos minutos que
el mismo la había enjabonado de pies a cabeza.La besó profundamente y ella volvió a apretarse contra el. Inclinando la cabeza hacia atrás, Kihara dejó que John le lamiera y besara el cuello.
- JM, yo... yo soy
virgen.
El se detuvo
inmediatamente.
- Lo sé, pequeña.
Tendré cuidado ¿vale? Confía en mí.
Kihara se retorcía
inquieta, se sentía febril, necesitaba a JM con desesperación. Sabía que la
primera vez le dolería, pero no le importaba. Sabia que después de eso JM la
haría sentir bien y que juntos vivirían ese momento tan importante para ella.
Sentía sus colmillos raspándole la piel y deseaba sentir como bebía de ella.
Sin dejar de besarla
JM la tumbó en la cama y se subió encima de ella. Sus labios hicieron un camino
hacia su pecho y Kihara no pudo contener el gemido que salió de su boca al
sentir como JM le lamía un pezón erecto, mientas que con una mano, pellizcaba
el otro pezón suavemente. Su mano siguió bajando por su cuerpo, hasta llegar a
su punto más sensible, y con cuidado, como para comprobar lo preparada que
estaba, le introdujo un dedo. Kihara jadeó, sabía que estaba más que preparada
y no quería esperar más. Ondulando las caderas Kihara suplicó.
- Por favor JM,
quiero sentirte. Te necesito dentro de mí. ¡No puedo esperar más!
No pudo parar de
rozarse contra sus caderas, intentando acercarse más a él.
Y entonces sucedió. Se movió un poco hacia la izquierda y ella sintió la
erección en su centro, dura y lisa. Sintió una profunda caricia satinada y la
presión entre sus piernas se intensificó, causándole un fuerte jadeo.
- ¿Te estoy haciendo daño?
Kihara negó con la cabeza y JM siguió presionando, hasta que de una
embestida la penetro por completo. Su cuerpo se tenso involuntariamente y se
agarró a el fuertemente. JM se había detenido y la miraba con preocupación
mientras que su cuerpo lo acomodaba en su interior y se acostumbraba a la
invasión. Ella podía sentir las
contracciones involuntarias de su excitación y Kihara ya se sentía mucho mejor. El dolor se estaba convirtiendo
rápidamente en placer y movió las caderas para indicarle a JM que estaba preparada
para más. Él meció sus caderas
con cuidado contra ella, retirando su pelo hacia atrás con sus grandes palmas.
- ¿Estas bien?
Kihara no podía hablar así que asintió.
- No podré aguantar este fuego mucho más
tiempo. Me estás volviendo loco. Te he deseado durante tanto tiempo.
Kihara movió la cabeza hacia un lado,
ofreciéndole a JM su cuello.
- Muérdeme.
Él la ignoró y puso una mano entre sus cuerpos para poder tocar el calor de
su centro, acariciándola. Mientras ella dejaba escapar un loco gemido, con la
otra mano se apoyaba y seguía moviendo sus caderas arriba y abajo, saliendo,
deslizándose. Ella se derritió con sus caricias y pronto sintió algo que jamás
había sentido.
Inhaló profundamente y atrapó ese olor
encantador, erótico. Oscuro, picante, sazonado con especias. Entre sus piernas
ella sintió una rápida contestación húmeda, como si la fragancia fuera un toque
o un beso.
- Me encanta ese maravilloso olor.
-Soy yo. - Murmuró él contra su boca. - Es lo
que pasa cuando un hombre se vincula. No lo puedo evitar. Si me dejas
continuar, estará por toda tu piel, en tu pelo. También dentro de ti.- Pues no te pares. No te pares nunca.
Con esto, él empujó profundamente. Ella se
arqueó hasta sentir el placer intenso por todas las partes de su cuerpo. Por
fin un delicioso orgasmo se apodero de ella, y gritando, repitió el nombre de
JM sin parar. Lo sintió acercarse al borde con ella, su cuerpo estremeciéndose
con el suyo, su liberación tan poderosa como lo habían sido sus embestidas,
llenándola con su semilla.
John giró para
ponerse de lado, atrayéndola para poder abrazarla. Esta noche había sido la
mejor de su vida, había sido perfecto. Se quiso levantar para coger una toalla
y limpiarla pero, siguiendo la tradición de su raza, descendió por su cuerpo y
se inclino hacia ella, pasándole la lengua por el interior del muslo en un
cálido toque, deshaciéndose de la prueba de su virginidad, provocándole un
jadeo.
Kihara seguramente no lo sabía pero este era un momento sagrado entre
compañeros y para el era un honor que ella le hubiese dejado hacerlo. Los
colmillos le palpitaban en la boca, y solo el temor a hacerle daño, le
controlaba el fuerte impulso de poseerla también de esa manera. Ella le había
pedido que le mordiera así que tarde o temprano le tendría que explicar porque
no podía hacerlo.
Vishous se paseaba de un lado a otro en la oficina de Wrath, revisando
todos los papeles que se habían traído del piso de Kihara.
- ¡Hijo de puta! ¿Cómo no he encontrado yo esto antes?
- Tranquilo V, la chica es lista y sabe encontrar las cosas. Va a ser una
buena adición a la Hermandad.
Vishous se detuvo y miró a Wrath.
- Vas a dejar que se quede ¿verdad?
- No me queda otra. ¿Has visto a John? Demonios, seguro que hasta lo has
olido. Ahora mismo estará marcándola. ¿Cómo los voy a separar ya?- Pero es humana.
- Lo sé.
- Como van a…
- No lo sé V. Te juro que no lo sé. Pero dejemos que John se encargue de su hembra, y a ver qué pasa.
Vishous soltó una carcajada y Wrath lo miró como si se hubiera vuelto loco.
- ¿Quieres compartir la gracia, hermano?
Vishous miró a su rey con un brillo travieso en los ojos.
- A Fritz le va a encantar tener una hembra en casa ¿verdad?
Kihara estaba completamente feliz. Ya casi no se acordaba de lo ocurrido la
semana anterior con los antis esos, y todo gracias a este hombre… macho,
que tenía al lado. JM estaba dormido pero la tenía agarrada por la cintura,
como si ella se le fuera a escapar o algo, y a Kihara eso le encantaba.
Llevaban ya varios días aquí y todavía no la había mordido, aunque le había
explicado el porque, y en cierta medida Kihara lo podía entender. Aunque eso no
quería decir que ella lo aceptaba así como así. Tarde o temprano, JM perdería
el control, y ella estaría ahí para perderlo con el. Adoraba el hecho de que el
delicioso olor tan característico de él, ahora también era parte de ella.
Aparte de todas las veces que habían hecho el amor, también habían hablado
mucho y JM le había contado todo sobre la organización de los Antivamps,
la difícil relación entre sus amigos Blay y Qhuinn y hasta le había contado que
lo habían tenido que encerrar para que no la fuera a buscar como un
desesperado.
Kihara sonrió, de verdad no estaba loca, y cuando se había despertado en
mitad de la noche oliéndolo, era por que verdaderamente el había estado allí.
Se acurrucó más contra él. Ella le había contado lo de los sueños continuos que
había tenido con él y como le había ido en estos años que habían estado
separados. Un señor encantador llamado Fritz, les traía comida y se aseguraba
de que estuvieran bien y tuvieran todo lo que necesitaban. Kihara sabía que la
hermandad había recogido toda la documentación y cosas personales de su piso,
así que asumía que querían que se quedara. Se preguntó qué pasaría con sus
padres y esperaba que Wrath la dejara verlos de vez en cuando, cuando pasara un
poco el peligro. Miró a JM, así dormido era un dulce, pero Kihara pensó que ya
era hora de espabilarlo y salir de la habitación para averiguar que pensaba
hacer la Hermandad con ella. Sonrió para sí, pasándole la mano por el pecho y
hacia abajo. Tenía la manera perfecta para despertarlo.
- Buenos días, nullum.
Sonrió y sin darle tiempo a responder, se metió su dura polla en la boca.
John echó la cabeza hacia atrás, el golpe de
electricidad que le recorrió la espina dorsal era tan grande que apenas pudo
mantener el control. Los labios de Kihara se separaron de el y se volvieron a
mover a lo largo de su pecho, su lengua juguetona dejaba una huella que hacia
hormiguear cada nervio de su cuerpo… especialmente los de la punta de su polla.
John dejó escapar un gemido largo cuando la
ardiente y húmeda boca de Kihara volvió a encontrar ese lugar caliente y duro,
deslizándose sobre el, tomándolo por completo, rodeándolo con calor y
succionando. La succión era lenta y firme, hasta que la punta salió de su boca
con un sonido suave… y después deslizo la lengua alrededor.
Mientras ella seguía volviéndole loco, el la
miraba con los ojos entrecerrados, y adoraba esta imagen traviesa de Kihara;
desnuda, a horcajadas entre sus piernas, con sus pechos balanceándose y sus
pezones erectos, mientras su cabeza iba yendo hacia adelante y atrás, hacia
adelante y atrás, haciendo que de vez en cuando tuviera que cerrar los ojos
para controlarse un poco y no abalanzarse sobre ella y chuparle la sangre. Los
colmillos le latían dentro de la boca con el deseo de morder mientras Kihara le
daba placer y John estaba ardiendo. Las llamas
se volvieron mas calientes cuando Kihara empujó su erección hacia arriba contra
su bajo vientre y le paso la lengua hacia abajo hasta que llego a los pesados
sacos que había bajo su polla. Uno por uno se los metió en la boca y luego
volvió hacia atrás para chupar su erección. Kihara encontró un ritmo y el no
duraría mucho tiempo mas. Caricia y succión, caricia y succión, caricia…
- Ki…ha...ra...
John intentó avisarla pero ya era demasiado
tarde. Arqueó el cuerpo y sus manos se hicieron puños sobre las sabanas
mientras se corría dentro de su boca, no dejando escapar ni una sola gota.
- Dios...
Sonriendo, Kihara se levantó para ir a darse
una ducha. John se levantó y la rodeó por detrás, apretando su dureza contra
ella, dejándole saber que aun no habían terminado. Mordiéndole el lóbulo de la
oreja suavemente, la guío de nuevo hacia la cama.
- Ah no pequeña, ahora me toca a mí.
- Hemos investigado la nave y no encontramos nada.
Phury y Zsadist habían ido a la nave donde Kihara había visto a Steve
Edwards y los antis pero parecía que allí no había nada.
- Tenemos que volver.
Vishous lo encontraba todo muy sospechoso y quería seguir investigando en
la nave.
- Quizás os habéis equivocado de sitio. Podríamos ir con Kihara y…
- ¡No!
La reacción de John fue inmediata, al igual que la ola de aire frío que
salió de él.
- No pienso poner a mi mujer en peligro, así que olvidaos de eso. Había
dejado a Kihara saciada en la habitación cuando lo habían avisado para venir a
esta reunión. Ahora se arrepentía de no haberse quedado en la cama con ella.
- John, hay algo más ahí. Tu chica es muy lista y quizás pueda ver algo que
se les haya pasado por alto a Phury y Z.
John negaba con la cabeza.
- ¿No crees que ella querrá opinar en esto, hijo?
Antes de que John pudiera responder, Wrath siguió.
- Ella ha sido una gran ayuda para la Hermandad y estaremos allí para
protegerla en todo momento. La necesitamos en esto John.
John miró a Wrath, todavía estaba enfadado con él por haber ocultado a
Kihara en estos meses pero entendía que la Hermandad la pudiera necesitar. Todo
lo que sabían hasta ahora era gracias a ella.
- Quiero al menos seis de nosotros con ella.
Wrath asintió.
- De acuerdo. Llévate a tus chicos y a V, Rhage y Butch.
- Pero si le pasa algo…
- No le pasará nada John. La cuidaremos bien.
John asintió.
- Se lo preguntaré. Pero si ella no quiere. No. Va.
Wrath dudó un momento antes de asentir.
- Me parece justo.
- ¡Claro que iré! Quiero ayudar a la Hermandad en lo que pueda.
- Puede ser peligroso.
Kihara se levantó y lo rodeo con sus brazos.
- Para eso te tengo a ti.
- Siempre. - Y a Qhuinn, y a Blay, y a...
Kihara sonrió con el gruñido celoso que JM soltó. La beso posesivamente
pero un golpe impaciente en la puerta los interrumpió antes de que el beso
pudiera llegar a más. El humo del tabaco
de Vishous les llego incluso antes de abrir la puerta.
- ¿Has hablado con tu chica?
Kihara se acercó más a la puerta.
- Sip. Voy con ustedes.
Vishous sonrió enseñando los colmillos.
- Muy valiente chica. Muy valiente. Vale pues estamos todos abajo, listos
para irnos ya, así que cuando queráis, nos vamos.
- ¿Estas segura de que estamos en la nave correcta?
- Déjame en paz, vampiro.
Kihara respondió a Vishous en tono burlón. En la hora y media que llevaban
investigando la nave, le había resultado muy fácil hablar con el vampiro de la
perilla. John los observaba de cerca pero no decía nada, aunque no hacía falta
ya que el olor especiado del ambiente, hablaba por él. Kihara siguió mirando a
su alrededor. Estaba segura de que esta era la nave donde había visto a Steve y
todos esos hombres… ¿Que se estaba perdiendo? Faltaba algo, pero no podía decir
el que.
- No sé qué ha pasado, era aquí, de eso estoy segura.
El chirrido de las ruedas de varios coches fuera de la nave los pillo a
todos desprevenidos e inmediatamente los hermanos se pusieron en alerta.
- ¡Kihara escóndete!
La urgencia en la voz de JM la preocupó y más cuando vio que en vez de ir
con ella, sacó el arma y se posicionó hacia la entrada de la nave, listo para
disparar.
Frenéticamente miró a su alrededor pero no había sitio donde esconderse.
Corriendo hacia una de las esquinas de la nave, se arrodillo e intento hacerse
lo más pequeña posible, mientras veía como decenas de Antivamps entraban
en la nave y JM abría fuego contra ellos.
Los disparos resonaban por toda la nave, pero Vishous la había rodeado de
mhis, por lo que nadie se daría cuenta de lo que ocurría en el interior.
Parecía que los antis no paraban de entrar y algunos de los hermanos
habían dejado las armas para sacar las dagas o usar los puños directamente.
Estaban tan metidos en la lucha que ninguno tenía tiempo de avisar a los
Hermanos que se habían quedado en la mansión, para así hacer la lucha más
justa. John vio como un anti se abalanzaba sobre Rhage por detrás y
sacando su daga se acercó y degolló al anti, liberando al Hermano que
inmediatamente se encaró con dos antis más que aparecieron delante de
ellos.
Kihara miraba fascinada como los Hermanos luchaban contra esos tipos que
llamaban antis. Estaba asustada por John pero veía que sabía defenderse
y dentro del miedo surgió un fuerte sentimiento de orgullo por su macho. Poco a
poco los Hermanos iban controlando la situación y cada vez había menos antis
contra los que luchar. Kihara deseo poder ayudar pero no quería distraer a
nadie así que se quedó quieta donde estaba. El hedor a sangre era casi
insoportable, pero no parecía el típico olor metálico de la sangre humana,
había algo más que Kihara no supo definir.
Los Hermanos parecían estar muy cansados y se les veía magullados por la
lucha, pero ya solo quedaban 3 antis y Kihara vio como Vishous se
separaba del grupo, seguramente para avisar a Wrath de lo sucedido. De pronto,
un movimiento inesperado capto su atención y el mismo miedo la hizo reaccionar
de inmediato.
Vishous estaba de espaldas a la puerta, hablando por teléfono. En la misma
puerta un anti apuntaba a Vishous con un arma. Kihara se había levantado
de su esquina. Los segundos que siguieron, se le hicieron eternos. Con los
brazos extendidos hacia delante, Kihara corría hacia Vishous empujando con
fuerza. Y en ese mismo instante, sonó el disparo.
- ¡NOOOOOOOO!
El rugido fue ensordecedor. Casi sin ser consciente de lo que hacía, sacó
su arma y disparo al anti sin piedad, corriendo hacia Kihara mientras lo
hacía.
- ¿JM?
Vaya, ¿esa era su voz?
- Estoy aquí pequeña, estoy aquí.
Notó como la levantaba con mucho cuidado, aunque la acción hizo que soltara
un gruñido de dolor.
Vaya, ya era la segunda vez en poco más de una semana
que JM la tenía que coger en brazos por culpa de los antis. Si no le
doliera tanto, se podría acostumbrar a esto. Kihara quiso sonreír pero hasta el
pensamiento le dolió, así que decidió confortarse con su calor corporal. Notó
como algo presionaba su hombro dolorido y los brazos de JM la abrazaban con más
fuerza, aunque sin hacerle daño. JM no dejaba de susurrar que lo sentía, pero
no pudo hacer nada para decirle que estaba bien. Una agradable sensación de
calor le rodeaba el hombro y una profunda sensación de paz se apodero de ella
antes de que la oscuridad la reclamara.
:OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO AHHHHHHHHHH no quiero que muera T_T
ResponderEliminarjajaja espero el proximo capi
un saludo
Srta.Morena