El último día de esa semana, tal y como había dicho
Rhage, Lohrena estaba nerviosa. Inquieta. Kihara terminó de cerrarle el
vestido.
- Lista. Oh dios mío, Lohrena estas preciosa.
- No entiendo por qué he accedido a esto. Ni por qué
tenemos que hacer esta ceremonia. Grabarse mi nombre, delante de todos los
Hermanos...
- Es un macho de valía, quiere hacer lo correcto.
Ser un buen padre para vuestro peque, ser un buen Hellren para ti.
Lohrena bufó.
- Dime una cosa. Tú sientes algo por él, ¿no es así?
Lohrena levantó un hombro fingiendo indiferencia,
pero suspiró.
- Sí. Está bien. Lo confieso, siento... algo.
- ¿Entonces por qué no le das una oportunidad?
- No puedo. La imagen de él con esa chica en el
club... No lo logro olvidar. Todas las noches me pregunto si... si en vez de
luchar, esta allí con otra.
- Pero cuando vuelve, compruebas que no es así,
¿verdad? Es que ahora que te tiene a ti,
ya no le hace falta.
- Él no... No me ha tocado aun. Y eso que Havers le
dijo que ahm... que lo hiciéramos siempre que pudiésemos. Pero el no... No me
toca.
- Seguro que hay otra razón. Él te desea. Eso es
obvio.
- Ya no le sale el olor del marcaje. Cuando
estuvimos juntos, cuando paso su necesidad, sí que le salía. Pero ahora, nada.
No, ya no está vinculado conmigo.
- Lohrena mírame. Eso es imposible. Una vez
vinculado, los machos no se desvinculan. Se estará controlando por alguna
razón. Eso cambiara. Esta tarde cuando ya estaréis emparejados, todo cambiara.
Ya lo verás.
*-*-*-*-*-*-*-*
A Rhage se le paró el corazón en el pecho cuando la
vio bajar las escaleras del vestíbulo. Era tan hermosa... Y seria toda suya. El
leve bulto que se adivinaba bajo el vestido, le lleno el pecho de orgullo. Ahí
dentro estaba creciendo su hijo. Estaba rodeado por los hermanos y se sentía
bien. Sabía que Lohrena no quería esto, que tenía sus dudas, pero era lo mejor,
y le haría cambiar de opinión. Le mostraría que la podía hacer feliz y cuidar
de ella. Le sonrió cuando llego a su altura y ambos se giraron hacia el rey.
Una figura diminuta envuelta en una túnica negra, apareció de la nada. La
Virgen Escriba. Lohrena se inclinó en una reverencia y los hermanos rápidamente
hicieron lo mismo. La Virgen soltó una risita de esas que sonaba a cientos de
pajaritos cantando.
- Me gustan tus modales, Lohrena hija de Thrym.
Levantaos y miradme.
Con la capucha bajada, la Virgen Escriba parecía un
ángel de belleza extraordinaria. Espectacular, como de otro mundo.
- Dadme vuestras manos.
Los dos obedecieron, ofreciendo sus manos con la
palma hacia arriba como era costumbre. Los toco a los dos y su hermoso rostro
se contrajo cuando frunció el ceño.
- Estas encinta.
Lohrena asintió.
- Este es un emparejamiento por obligación, no por
amor.
Ambos quedaron callados y ella los observó
detenidamente.
- Es un buen emparejamiento. Puede funcionar,
Lohrena, hija de Thrym y Rhage hijo de...
La Virgen Escriba miró a Lohrena pero no pronuncio
el nombre de su padre.
OMG!! Rhage jamas tomaria a otra... o si? nooooooo!!!!
ResponderEliminarJusto.Por tonta.
ResponderEliminarPor la virgen!!!!!!!!! Estoy Qué mató a esa Lorena.
ResponderEliminar