Lover Sacrificed - Capítulo 56

Nalla lamió las heridas de Blax para cerrarlas, sintiéndose deliciosamente saciada.

- Gracias por tu vena.

- No hay de qué preciosa.

Vaciló por un momento.

- ¿Estás bien Nalla?

Nop. Ella todavía no había recibido ningún texto de su mahmen o de cualquier otra persona y ella sentía seriamente que estaba a punto de enloquecer. Pero ella pego una enorme sonrisa en su rostro.

- Estoy muy bien Blax.

- No me mientas Nalla. Somos amigos. Por lo menos, me gustaría pensar que lo somos. Puedes ser sincera conmigo, puedes desahogarte y no guardártelo todo dentro.

- Oh, yo lo sé, gracias. Y sí, somos amigos, pero yo no puedo dar voz a las cosas que tengo en mi cabeza, porque entonces me pondré a llorar y créeme, amigos o no, no quieres estar alrededor de una yo embarazada, hormonal y llorica.

El acarició suavemente su cara.

- Eso es lo que tú te crees. Si solo me dejaras intentarlo...

Sus labios estaban cada vez más cerca y Nalla cerró los ojos.

¿Y si ella lo intentaba? Sólo una vez...

- ¡Nalla!

Ella se apartó de él sintiéndose culpable, aunque no hubieran hecho nada. Pudo oír la voz de Darius en su cabeza como si fuera una jodida alarma.

Unos fuertes golpes en la puerta, seguidos de su nombre hicieron que su respiración se hiciera más difícil. No podía ser.

- ¿Darius?

Ella corrió a abrir la puerta y abrió mucho los ojos al ver a quien tenía frente a ella. Darius, vestido con sus trajes de ceremonia, hecho todo un sueño.

- D... ¿Darius?

- Mi amor.

Le tocó la cara y la sostuvo sorprendido mientras las palabras salieron en un susurro.

- La ceremonia de emparejamiento se canceló. Ya no tengo que emparejarme con ella porque la Virgen Escriba de alguna manera sabía que ella había tratado de engañarme, a nosotros, a la hermandad y a mi padre y resulta que, el antídoto era ella. Siempre lo había sido por lo que lo único que tenía que hacer era beber de ella, dejarla seca, para curarme así que lo hice y ahora ya no tengo el virus. Estoy curado y podemos estar juntos y emparejarnos...

Ella no entendía ni una sola palabra de todo lo que estaba diciendo.

¿Antídoto? ¿Curado? ¿Virus?

Lo único que creía haber entendido era que no estaba emparejado!

Ella le sonrió y él se quedó quieto y callado, así, sin más.

¡Oh podría llorar!

De hecho, estaba llorando, si el goteo constante en su rostro era algún indicativo. Le había echado tanto de menos, más de lo que se había querido dado cuenta. Él la hacía sentirse entera. La completaba, solo estando.

Nalla aplastó sus labios contra los de él, necesitaba saborearlo, necesitaba sentirlo cerca. Piel con piel y aun así, nunca estaría lo suficientemente cerca.

Su lengua se adentró en su boca mientras que sus pulgares seguían acariciando su mandíbula. Ambos respiraban fuertemente por la nariz y Nalla supo el momento exacto en el que Darius se dio cuenta de que estaba embarazada.

Se tensó de pies a cabeza y poco a poco se retiró de su beso justo antes de empezar a temblar.

¿Por miedo? ¿Ira? ¿Felicidad?

No estaba segura. Pero él se apresuró a dejarlo claro. Incluso su voz sonaba temblorosa cuando él le habló en un tono cortante.

Oh, sí, sin duda estaba enfadado y estaba haciendo un esfuerzo para controlarse a sí mismo.

- Estás embarazada.

No era una pregunta. No se atrevió a hablar por lo que se limitó a asentir. Lo que era difícil porque su cabeza seguía entre sus grandes manos.

- Es mío.

Una vez más, no era una pregunta. Un hecho.

Pero ella volvió a asentir.

Darius cerró brevemente los ojos.

- ¿Por qué cojones no me lo has dicho?

Ella abrió la boca para decirle que no habría cambiado nada. Que el sólo hubiese sufrido más, pero alguien detrás de ella se aclaró la garganta.

- Le sugiero que cambie ese tono. No le hables de esa manera.

Darius levantó la vista y gruñó. Instantáneamente en modo animal.

A ella le pareció haber oído la palabra mía, pero el gruñido era tan intenso que no podía estar segura.

Darius se volvió hacia ella y en sus ojos vio todo el amor y la posesividad que sentía por ella, pero a la vez también vio el dolor y la traición.

- Quién. Cojones. Es. Él.