Phury entrenaba como enloquecido, soltando
adrenalina por los poros.
Lo necesitaba, sobre todo después de la pelea que
había tenido con Z. El muy cabron. Aunque no se había llegado a vincular con
ella, le había dejado muy claro a Phury que ella era suya.
Y. Una. Mierda.
Sabía que irían al cine más tarde así que él se
había prometido ir también. Y si a Z no le gustaba… se podía ir al infierno.
- No deberías de estar haciendo eso.
Detuvo el saco de arena rápidamente al escuchar su
voz.
¿Qué hacia ella aquí?
Aun recuperando la respiración se giró hacia ella,
sin tratar de esconder su pierna prostética. Si la vio, no lo mostro.
Lo miraba directamente, con un leve rubor en las
mejillas. Se endureció nada más pensar
en que había causado ese sonrojo.
- Estoy bien.
- Mira tus heridas. Vas a hacer que se abran.
- Da igual.
- No da igual.
- Sí, sí que…
- Phury!
Su tono no admitía argumentos.
- ¿Podemos hablar? Sobre… ya sabes.
Bufo.
- Quieres hablar, ¿pero no puedes decir sobre qué?
Nabilah lo miro y parpadeo varias veces antes de
mirarlo desafiante.
- Esta bien, hablemos sobre el hecho de que me
acosté con tu hermano mientras tu nos mirabas. Me mirabas.
Sonrió. Tenía garras la gatita. Porque
definitivamente le pegaba el mote que le había puesto Z. Nabilah era toda una
gata salvaje.
*-*-*-*-*
Nab estada volviéndose loca.
Pero de deseo. Phury estaba delante de ella, sudado
y totalmente masculino.
Por la Virgen Escriba, tanta perfección la iba a
matar. Si realmente tenía que elegir entre los dos… no sabría qué hacer. Porque
sabía que no podía estar con uno sin pensar en el otro.
El pelo multicolor de Phury, estaba suelto y le
llegaba por la mitad de la espalda. Deseaba pasar las manos y deleitarse con su
suavidad…
- Nabilah… como sigas mirándome así…
La hembra se mordió el labio inferior. Lo deseaba.
No sabía cómo era posible puesto que Z le había
hecho el amor hasta saciarla, pero ahora, viendo a Phury delante de ella,
vestido con unos pantalones cortos… Tenía el mismo cuerpo que Zsadist, pero Phury no tenía los
piercings en los pezones.
Ay dulce Virgen en el Fade, lo que daría por estar
con los dos.
A la vez.
Phury se acercó a ella y con un gruñido la atrajo
hacia el para besarla. Devorarla. Consumirla.
Su beso era distinto al de su hermano. Más dulce y
tierno.
Y su sabor… adictivo.
- Preciosa, será mejor que te marches de aquí.
- ¿Y si no lo hago?
La intensidad de la mirada de Phury la hacía
temblar.
- Entonces te haré mía.
Nabilah jadeo, pero no se lo pensó.
- Hazme tuya.
Phury apretó los ojos durante un instante.
- No sabes lo que dices.
- Lo sé perfectamente. No soy una cría Phury, se lo
que quiero. Te deseo.
Los colmillos de Phury se clavaron en su labio
inferior. Se sentó en una de las máquinas de ejercicios, su espalda hacia la
puerta, lo que quería decir que si entraba alguien, la vería a ella primero.
Solo había una persona a la que quería ver entrar por esa puerta…
Se acercó a Phury y se sentó a horcajadas sobre su
regazo. Llevaba una falda suelta por lo que le fue fácil levantarla. Pero Phury
aun llevaba puesto sus pantalones.
La mano de Nabilah bajo por su torso hasta llegar al
elástico de los shorts. Lleno su mano con la dura polla de Phury.
- Oh dios… te necesito dentro de mí.
Phury beso su mandíbula… su cuello… su hombro… hasta
bajarle el top que llevaba, y chupar uno de sus pezones.
Jadeo y cerró los ojos al notar como la penetraba de
una estocada. Cuando volvió a abrirlos, había alguien en la puerta.
Pero no era Zsadist.
OO!!
ResponderEliminaresta pobre mujer no puede estar a solas con uno de los hermanos nunca, pobrecilla.
jejeje...
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