Phury se marchó en cuanto Zsadist se la llevo a la
ducha, sintiéndose asqueado consigo mismo. Qué tipo de marcho miraba mientras su
hermano se follaba a la hembra que le gustaba.
Joder.
Era demasiado retorcido para comprender. Pero ella
lo había visto. Nabilah lo había visto y no había desviado la mirada mientras
tenía orgasmo tras orgasmo alrededor de la polla de Z.
Se metió debajo de la ducha. Después de haber estado
mirando durante horas – gracias a la virgen nadie lo había descubierto siendo
un auténtico voyeur – estaba más que duro. Un solo roce lo tendría corriéndose
sin parar.
Dejo que el agua caliente lo relajara y apretó los
dientes al agarrarse. Que importaba si duraba solo dos minutos. Después podría
seguir y tener clímax tras clímax, pero mientras su hermano se había vaciado
dentro de Nabilah, él lo haría debajo de la ducha.
De alguna manera, no parecía del todo justo.
Gruño mientras bombeaba con fuerza echando la cabeza hacia atrás cuando
sintió que sus pelotas se tensaban y su polla disparaba ese espeso líquido
blanco. Su olor de vinculación saturaba el aire, pero no importaba. No tenía
nadie con quien vincularse. Eso ya lo había hecho Z.
*-*-*-*-*
Al día siguiente Nabilah estaba echa un lio. Hasta
nerviosa.
No estaba avergonzada, porque la noche anterior,
había sido mejor que increíble. Estar con Z mientras Phury la miraba… Ni sus más
traviesas fantasías habían podido conjurar algo tan… perfecto.
Sin embargo, los estaba evitando.
Después de ducharse juntos, Zsadist le había dicho
que tenía que ir a ver como estaba su hermano. No sabía cómo, pero Z sabía que
Phury los había estado observando.
Apenas había podido dormir. Los sueños eróticos que
normalmente la asaltaban, eran mucho más intensos ahora que había vivido lo de
anoche.
Y ahora estaba encerrada en su oficina, deseando que
viniera Rhage con Dhraco y alguna de sus tonterías, para por lo menos tener esa
distracción.
Claro que el único día que debía venir, no aparecía.
Necesitaba una amiga. Alguien que la entendiera pero
tanto Kihara como Lohrena eran hembras de un solo macho y no estaba segura de
cómo se podrían tomar sus… predilecciones.
Ay dios.
Casi se había olvidado de que tenía una cita con
Zsadist esta noche.
No debería de ir.
No.
Mejor se quedaría en su habitación y…
Suspiro.
La verdad era que quería ver a Phury, y no solo para
asegurarse que sus heridas estuvieran curadas. Necesitaba saber que no la
odiaba por haber estado con Z.
Se levantó decidida. Tocaba ser una adulta y
enfrentarse a sus miedos. Hablaría con Phury y por lo menos así sabría si la
odiaba o no. Salió por la puerta justo cuando entraba Rhage.
- Hola Doc.
- Hollywood.
- ¡Tiene hipo! Lleva ya como 10 minutos así.
- ¿10 minutos? ¿En serio? Vaya…
- ¿Es grave? ¿Qué podemos hacer?
- ¡Rhage! ¡Te juro que como no dejes en paz a
Nabilah de una vez, voy a pensar que quieres algo más con ella!
Lohrena le sonreía con fingida indignación.
- ¡Pero es que Dhraco tiene hipo!
El grito de su padre sobresalto al pequeño, que lo
miraba con los ojos muy abiertos. Pero… gracias al susto, el hipo había
desaparecido.
- Ay mi niño. Estas bien mi Dhraco?
El pequeño se reía a carcajadas cuando Rhage le empezó
a hacer cosquillas. Hollywood le sonrió agradecido.
- Gracias Doc.
- Anda, largo de aquí, que cierro la oficina por
hoy.
- ¿Vas a ir con Z al cine?
- ¿Cómo lo sabes?
- En esta casa no hay secretos. Z le pedio algo a V,
V se lo conto al poli, el poli hablo con Rhage… y así.
- Madre mía, como para tener un secreto.
Sintió como se ponía colorada y Lohrena la miro con
preocupación.
- ¿Estas bien?
- Sí. Sí. Voy a ver como esta Phury antes de ir al
cine.
- Vale. Oye, sé que no nos conocemos demasiado bien aún,
pero si necesitaras hablar o tienes preguntas sobre los hermanos y demás,
puedes hablar conmigo.
- Gracias. Lo agradezco. Sabes por casualidad donde
esta Phury?
*-*-*-*-*-*-*-*-*
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