Cuando Nabilah despertó unas horas después, espero
encontrarse sola.
No fue así.
Zsadist la miraba con una intensidad que la derretía
por dentro.
- ¿Zsadist?
El macho parecía estar sufriendo.
- Z, ¿qué ocurre? Háblame.
- Necesito…
- ¿El qué, que necesitas?
- A ti. Yo…
Inhalo, llenando sus pulmones y de nuevo gruño. Lo
hacía mucho y a Nabilah le encantaba su lado más salvaje.
- Puedo olerte. Lo mojada que estas.
Recordó el orgasmo que había tenido antes cuando él
se estaba alimentando y se sonrojo avergonzada.
- Dejaras que… que yo…
Lo miro, curiosa ante su vacilación.
- Zsadist.
Sus ojos negros la observaban detenidamente.
- Haz conmigo lo que quieras.
Con un gemido lleno de necesidad, se abalanzo sobre
ella, capturando sus labios. Colocándose encima de ella, se encajó entre sus
piernas, donde ella lo acogió gustosa. Profundizo el beso y Nabilah dejo que
sus manos fueran nuevamente hacia su trasero. Z se apoyó sobre los hombros para
no aplastarla, y ella acaricio toda su espalda, disfrutando de cómo los
músculos se movían bajo su tacto.
- Tengo que estar dentro de ti.
El jadeo de Zsadist la tenía empapada y solo pudo
asentir.
El macho desgarro su blusa y su falda, mirándola con
apreciación masculina al verla casi desnuda ante él. Sus colmillos extendidos
mostraban lo excitado que estaba. Como si la enorme tienda de campaña que había
en sus pantalones, no fuera suficientemente obvia. Nabilah se abrió el
sujetador, que tenía el cierre por delante, y la inhalación de Z al ver sus
pechos desnudos la hizo sentirse deseada.
Se quitó las deportivas y los pantalones en rápidos
movimientos desesperados y Nabilah se ondulo sobre la cama, deseosa de volver a
sentirlo encima. Jadeo al verlo completamente desnudo. Era magnifico. Enorme. Y
lo quería dentro ya.
*-*-*-*
Phury despertó sintiéndose casi recuperado. Estaba
solo en una habitación del túnel y se preguntó dónde estaría su doctora.
Con cuidado se quitó las vendas, y vio que las
heridas ahora eran cicatrices. Muy recientes, pero por lo menos podría salir de
la cama. Iría a darle las gracias a Nabilah. Si no hubiese sido por ella…
Tenía que hablar con Zsadist. Era obvio que los dos
sentían lo mismo por la hembra y no pensaba perder a su hermano por ella.
Seguro que si hacían un pacto de alejarse de ella, podrían protegerla sin tanta
tensión entre ellos.
Al llegar a su puerta se tensó… el pasillo olía a
especies oscuras, pero no pertenecía a ninguno de los hermanos vinculados.
Se olio a sí mismo y reconoció algo en el olor de vinculación que permeaba el
aire. Un gemido muy femenino le hizo congelarse.
No podía ser.
O Nabilah estaba ahí sola dándose placer – Querida
Virgen, que imagen – O había alguien con ella, arrancándole esos gemidos. Y
dado el nuevo olor de vinculación, apostaría sus huevos a que quien estaba en
la habitación con ella, no era otro que su querido Exhile Dhoble.
Cabron hijo de…
Otro gemido atravesó la puerta y no se pudo
controlar. Abrió la puerta un milímetro. Lo justo para poder observar y no ser
descubierto.
Lo que vio lo puso duro como el acero y se tuvo que
controlar para no entrar a la habitación y unirse a ellos.
¿Qué clase de pervertido seria si lo hiciera…?
AAAAAAA!!
ResponderEliminarMe encanta esta historia!!
Pobre phury! :(
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