domingo, 21 de septiembre de 2014

Lover Divided - Capítulo 5

Zsadist se tensó y se separó de ella de inmediato.
- ¿Qué haces?
- Besarte.
Nabilah se acercó de nuevo a él y antes de que pudiera profundizar el beso, Zsadist se separó de ella de nuevo, con la mirada llena de sospecha.
- ¿Porque?
- Porque quiero. Ahora cállate y bésame.
Zsadist se quedó pasmado. Nadie le hablaba así. Nunca.
Pero en cuanto volvió a sentir sus labios sobre los de él, la separo de la puerta para rodearle la cintura con los brazos. Nabilah gimió y bajo las manos a su trasero, clavándole las uñas.
- Tranquila gatita.
Su polla, ya dura, se endureció aun más y la apretó contra él, profundizando el beso y disfrutando de su sabor.
Un pensamiento lo atravesó, dejándolo aturdido.
Phury ha probado su sangre.
Supo que se volvería loco si no la saboreaba de la misma manera. Sus colmillos, ya extendidos, crecieron aún más. Beso su mandíbula y bajo hasta su cuello, donde podía sentir el latido de la vena que iba directa hacia su corazón.
Necesitaba marcarla… dejar su huella. Hacerla suya.
Sin tan siquiera pensar en pedir permiso, sus colmillos penetraron su piel y chupo con fuerza, deleitándose con su sabor.

*-*-*-*

Nabilah sintió como Zsadist la mordió y se alimentaba de ella. No le importo lo mas mínimo. Al contrario. Le pareció justo que después de haber alimentado a un hermano, hiciera lo mismo con el otro…
De hecho se excito y mucho al saber que ella los había alimentado a los dos, aunque no hubiese sido a la vez.
Gimió suavemente.
Ese pensamiento formaba parte de sus pensamientos más prohibidos. Era una fantasía recurrente y más desde que conocía a Z y Phury. Aunque sabía que jamás podría pasar nada por el estilo, debido a la naturaleza posesiva de los machos de su raza.
Podía sentir la polla de Zsadist, dura y gruesa, apretando contra su vientre. Lo deseaba con una intensidad desconocida, pero se contuvo.  No debía hacer nada, por lo menos hasta hablar con los dos y aclarar esto que sentía.
Zsadist chupo con más fuerza y metió la mano debajo de su blusa para pellizcar su pezón endurecido. No le dio tiempo a decirle lo sensible que era, ya que el orgasmo la pillo completamente desprevenida. Sorprendido, Zsadist cerró las heridas y la miro. Tenía los ojos cerrados y la respiración agitada.
De repente sintió una ola de mareo.
- Mierda. He tomado demasiado. Necesitas alimentarte.
Asintió.
- Dame tu vena.
La cogió en brazos.
- Vamos a buscar a alguien que te pueda…
- Zsadist, tu vena.
- No puedes… No puedo…
- ¿Porque no?
- Porque… nadie… desde que salí del infierno de mi esclavitud, nadie se ha alimentado de mí.
- Ah. Vale, si claro. Lo entiendo.
Sintió como Zsadist la llevaba a su habitación y la tumbaba sobre la cama. Seguro que si dormía un poco, se sentiría mejor… Escucho un gruñido y luego una orden.
- Abre la boca.
Se lamio los labios antes de obedecer y pronto, el espeso liquido bajo por su garganta, dándole vida.


4 comentarios: