domingo, 28 de julio de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 7


- Vaya. Yo también me alegro de verte.
- ¿Tu sabes lo preocupado que yo he que todos hemos estado?

Blay lo miró impasible. Estaba claro que Qhuinn necesitaba desahogarse. Havers le había contado que Qhuinn no se había movido de su lado en toda la semana. Debía sentirse muy culpable para sacrificar sus noches en el ZeroSum para quedarse con él.

- ¿No vas a responderme?

Blay desvió la mirada.

- Me duele la cabeza.
- Y una mierda.

Blay lo miró sorprendido.

- Havers ha dicho que estas de puta madre así que no me vengas con excusas.
- ¿En serio? ¿Havers ha dicho de puta madre?
- Blay
- Mira Qhuinn. No es de tu incumbencia el por qué salí, ¿vale?

Qhuinn apretó los labios.

- Podías haber muerto.
- Pero no ha sido así. Ya vendrá Wrath a
- ¿Wrath? ¿Tú sabes lo enfadado que esta Wrath contigo?
- Se le pasara. Le pediré disculpas y ya está…
- ¿Y ya está? ¿Pero tú sabes? ¿Pero cómo puedes? ¿Y ya está, me vas a decir?
 
Blay miró a Qhuinn casi divertido, parecía no tener palabras, cosa que era rara en él, ya que siempre tenía respuesta a todo.

- Qhuinn, en serio, que no pasa nada
- ¿Qué no pasa nada? Blay. Sí que pasa. Wrath te quiere echar de la hermandad. Quiere que dejes de ser soldado.

Blay miró a Qhuinn, pensando que era una broma, pero al ver su cara, supo que era verdad. Por un instante, solo sintió… alivio. Pero pronto, la idea de no volver a ver a John, a Kihara, a los Hermanos a Qhuinn, ya no le parecía tan atractiva. Dios, si Wrath lo echaba, jamás podría ser un hermano. Cerró los ojos. ¿Cómo podría hacer que Wrath cambiara de idea?

- ¿Sigues sin querer responderme?
- ¿Qué quieres que te diga? Tendré que hablar con Wrath y dejar que el decida.
- Quiero que me digas porque te fuiste Blay. ¿Por qué arriesgaste tu vida así?

Blay se encogió de hombros.

- ¿Te da igual? ¿Te da igual que haya estado que hayamos estado preocupados por ti todos estos días?
- No es para tanto. Ya estoy bien.
- ¿Qué ya estás bien?

Blay tuvo que reprimir una sonrisa, se notaba que Qhuinn estaba nervioso, ya que repetía todo lo que él decía.

- ¿Pero tú te estas escuchando Blay? ¿Sabes lo que sentí cuando te encontré? ¡Pensé que ibas a morir! Si hubieras muerto yo Yo no sé… no puedo. No me puedo imaginar un mundo sin ti Blay. No puedo vivir sin ti.

 
Whoa. Lo había dicho. Realmente lo había dicho. Era lo más cercano que podía llegar a la verdad sin decir las dos palabras que Blay necesitaba oír. Y si era necesario, el las diría sin dudarlo. Pero esperaba que Blay captara el significado de sus palabras. Jamás le había dicho nada así y eso debía significar algo. En el tiempo que Blay había estado en coma, se había dado cuenta de muchas cosas. Los padres de Blay habían estado a su lado, pero manteniéndose al margen, como dejando que el fuera el que estaba pendiente de su hijo. Cuando al cabo de unos días les pregunto porque lo hacían, su madre se abrazó fuertemente a él.

- Cariño, sabemos lo mucho que lo quieres y lo bien que lo vas a cuidar, incluso aunque nosotros faltemos algún día. Él te necesita a su lado y tú lo necesitas a él.
- Pero yo mis ojos soy una vergüenza
- Qhuinn, no tienes nada de qué avergonzarte. No somos como los de la Glymera. No somos como tus padres. Te queremos tal y como eres. Y Blay también. Ya formas parte de nuestra familia, aunque tú y Blay no estéis juntos.

En ese momento, Qhuinn supo que podría ser feliz. Que no humillaría a Blay ante nadie estando con él. Su familia lo aceptaría, los hermanos también, al igual que sus amigos. Podría estar con Blay y hacerle feliz. Podría quererle.

 
Blay rió sin ganas, interrumpiendo sus pensamientos.

- Venga ya Qhuinn. Si me pasara algo, irías al ZeroSum, te buscarías a cualquiera y te olvidarías a mí en menos de media hora.

Las palabras de Qhuinn le habían dado esperanza y su corazón latía más rápido que nunca, pero no podía dejarse engañar otra vez. Con Qhuinn nunca se sabía. Un día le daba un beso de película y al día siguiente, ni se acordaba de él. Si hoy le decía que no podía vivir sin él, a saber lo que le diría mañana para pasar de él. No podía caer en ese círculo vicioso otra vez. Se había prometido a si mismo que si sobrevivía, que intentaría ser feliz. Sin Qhuinn. Y eso era lo que tenía que hacer.

- Blay eso no es así. Déjame explicarte. Yo te

Se te acabo el tiempo chico.

Havers interrumpió a Qhuinn antes de que pudiera terminar la frase. Por un momento Blay pensó que Qhuinn realmente iba a decirle que lo quería. Pero eso no era posible. Ya se lo había demostrado muchas veces.

- Qhuinn, tienes que salir ya. El rey quiere hablar con Blay. Ahora.

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