sábado, 10 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 8

Mariah se sintió bien cuando finalmente se le permitió volver a su habitación.
Había tenido que luchar contra Doc Jane que había querido mantenerla un día más en el túnel, pero ella necesitaba estar sola. En su propio espacio.
Físicamente se sentía bien. Genial.
¿Emocionalmente? No tanto.
Cerró la puerta detrás de ella y suspiró.
- Hola tahlly.
Ella dio un respingo, sorprendida.
- ¿Ahgony? ¿Qué estás...? ¿por qué estás aquí?
- Te he echado de menos.
- ¿Estás borracho?
Estaba recién duchado y aunque el olor de alcohol era débil en el aire, no lo podía decir a ciencia cierta. Él no respondió.
- He estado descuidándote. Y lo siento mucho. Yo simplemente no quiero que Rhage sospeche.
- ¿Sospeche de qué?
- Shhh. Déjame recobrar el tiempo perdido. Déjame hacerte el amor.
- Aaaaah ves, ahora sí que sé que estás borracho.
- Te quiero. Y sí, me hubiera gustado esperar hasta que fueras mía de todas las maneras posibles. Una hermosa ceremonia, tu nombre grabado en mi espalda y toda esa mierda. Pero me he dado cuenta de que eso no va a cambiar lo que siento por ti. Porque no es posible que pueda quererte más de lo que ya lo hago. No es posible. Y aunque no pude servirte durante tu necesidad, joder nena, sí que puedo hacerlo ahora.
Pues vaaaaaale.
Su feminidad floreció para él, preparándose para su posesión.
- ¿Estás seguro?
- Estoy seguro cariño. Quiero darte placer hasta que no puedas recordar ni tu propio nombre. Hasta que tus piernas tiemblen tanto que, literalmente, no puedas andar. Hasta que mi olor de vinculación esta tan dentro de ti que nadie sabrá dónde termino yo y empiezas tú.
Ella lo miró sorprendida.
- ¿Quieres vincularte conmigo?
- Joder, sí.
- ¿Y no tienes miedo de que la bestia interior de Rhage te vaya a comer?
Sonrió traviesa.
- Él me puede morder, ¿Qué te parece eso?
- ¡Ahgony!
- Estoy cansado de esta mierda tahlly. Cansado de esperar. Cansado de pensar en los sentimientos de todos, pero no los nuestros. Yo te amo, tú me amas. Los dos somos adultos. Entonces, ¿cuál es el maldito problema?
- Shhh cálmate. ¿Por qué no te vas a la cama?
- Ese es el plan.
Él se acercó a ella como un depredador, con una sonrisa pícara, haciendo que ella diera contra la puerta, y coloco las manos a ambos lados de su cabeza.
- Eres mía.
Ella asintió. No había ninguna duda al respecto.
- Toda mía.
La besó suavemente, luego profundizó el beso con un gemido masculino de apreciación. Sus manos bajaron hasta acariciar su cara e inclinándole la cabeza hacia atrás, él devoró su boca. La destrozo.
Y ella amaba cada segundo.
Sus colmillos rasparon la piel de su cuello suavemente y ella supo que tenía que alimentarse. Podía sentir su hambre. Moviendo su cabeza a un lado, ella le dio permiso, así como un mejor acceso a su vena.
Su nariz la acarició suavemente y luego ella lo sintió. El breve pero agudo dolor de la piel que se perforaba la recorrió y sintió como Ahgony chupaba y succionaba lo que salía de su vena. Le hacía cosquillas con la lengua, pero le daga igual. Le encantaba la sensación que le daba el alimentarle. No había nada que se le pareciera.
Cada terminación nerviosa se ​​sensibilizó mientras sus manos bajaron por su cuerpo. Partiendo su top por la mitad, desvelo sus pezones, que estaban ya duros y doloridos, necesitando sus caricias.
Con sus pechos en las manos, uso sus dedos para pellizcarla hasta que Mariah tuvo que morderse los labios para tragarse el grito de placer.
 *-*-*-*-*
Ahgony estaba ebrio de amor mientras seguía bebiendo de Mariah. Sus pequeños jadeos mientras él jugaba con sus pechos le estaban volviendo loco y de repente quería que se corriera así. Tal y como estaba.
Se soltó de su cuello, lamiendo las pequeñas marcas de punción para sellarlos.
- Córrete para mi tahlly.
Ella gimió.
- Vamos. Deja que te vea tahlly.
- Yo... no puedo. Necesito más...
Él inclinó la cabeza, indicando sin palabras que era su turno de alimentarse ahora y ella lo mordió con ganas, chupando y bebiendo en grandes tragos.
Movió sus dedos por sus pezones un poco más rápido, pellizcó un poco más, hasta que el cuerpo de ella finalmente se sacudió y tembló con la intensidad de su clímax.
Ella cerró sus heridas con varios lametazos y levantó la cabeza. Tenía los ojos vidriosos, sus labios todavía sangrientos y él la besó con fuerza, saboreándose a sí mismo en ella.
Estaba duro como una piedra, más de lo que había estado nunca y sabía que no podía esperar mucho más tiempo antes de enterrarse dentro de ella.
Pero su placer era lo primero. Siempre. Una y otra vez.
Se dejó caer sobre sus rodillas y le desabrochó el botón y bajo la cremallera de sus vaqueros. Tirando de ellos, él hizo que saliera de ellos y el olor de su excitación, sobre todo después de su reciente clímax, era embriagador. Le arrancó las bragas con los dientes y su fuerte inhalación le dijo lo lista que estaba para él.
Apoyó una de sus piernas en su hombro, abriéndola completamente para él. La quería empapada de excitación, quería estar seguro de que ella pudiera tomarlo en su interior y sabía exactamente cómo asegurarse de eso.
Ella se quedó sin aliento en cuanto su lengua tocó sus pliegues empapados. Había pasado demasiado tiempo desde que él la había tocado, le hubiera complació de esta manera y ella estaba demasiado sensible después de su reciente período de necesidad. En cuestión de minutos ella estaba jadeando, ya al borde de otro orgasmo.
- Ahgony, por favor…
- Por favor que, tahlly?
Él jugó con su clítoris usando los dedos y se ella empujo sus caderas hacia delante.
- Por favor. Por favor. Ahgggggg…
Casi se echó a reír. Su desesperación agudizaba su voz, pero él mismo estaba jadeando, la necesidad de hacerla finalmente suya, volviéndole loco.
Puso cuidadosamente dos dedos dentro de ella y se inclinó de nuevo usando su lengua. Chupó con fuerza, y eso fue todo. Todo su cuerpo tembló cuando nuevamente un orgasmo intenso la recorrió.
Cuando recuperó el aliento y lo miró, un hilo de sangre le caía por la barbilla, esta vez de donde ella se había mordido el labio para no gritar y alertar a toda la mansión sobre lo que estaba pasando en la habitación.
Quito con cuidado la pierna de su hombro y la puso de nuevo en el suelo. Ella se dejó caer contra la puerta mientras suspiraba de felicidad.
- Yo no he terminado contigo tahlly. De ninguna manera.
La besó de nuevo, haciendo que  ella pudiera saborearse a sí misma en él y lamio esa pequeña herida que ella misma se había hecho. Se sorprendió cuando ella tomó el control del beso. Despegándose de la puerta le metió las manos en su pelo y salto, enganchando sus piernas alrededor de su cintura.
Bueno jooooooooooder.
Poniendo sus manos en su culo para aguantarla, tuvo que apretarla bien para que dejara de rozarse contra sus pantalones de cuero.
- ¿Tahlly?
- ¿Hmm?
- Deja que te tumbe en la cama.
- No.
- ¿No?
- Uh uh. Así mismo. Quiero que me lo hagas así mismo.
Ahgony sonrió.
- De acuerdo. Podemos hacerlo de esta manera. Diablos, podemos hacerlo como te de la gana. Sólo hay un pequeño problema.
Ella frunció el ceño.
- ¿Qué problema?
- Me da a mí que antes de poder hacer nada, tengo que desnudarme primero.

2 comentarios:

  1. Ebrio de amor? No se, yo creo que es alcohol... :)

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  2. NO HOMBREEEEE,

    piensa para bien, EBRIO DE AMOR!!!

    ESTOY SEGURO QUE DESPUES NO SE ARREPENTIRÁ DE NADA NI UNO DE LOS DOS!!!!!

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