miércoles, 7 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 7

Hope estaba furiosa cuando Zsadist terminó la clase. No habían tenido clase la noche anterior debido a la necesidad de Mariah, pero normalmente eso no la afectaba. No como hoy.
Trató de ocultar el dolor en el costado de la mejor manera que pudo, pero aun así se estremeció cuando fue hacia los vestuarios.
- ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?
Elvar la miró con una mezcla de molestia y preocupación.
- Estoy bien.
- No parece que estés muy bien.
- ¿De qué demonios estás hablando Elvy chico? El resto de nosotros la vemos mejor que bien...
Vix le dio un azote en el culo antes de poner su brazo alrededor de sus hombros.
Las fosas nasales de Elvar se ensancharon y Hope podría haber jurado que vio un atisbo de posesión en su mirada. Cosa que no tenía ningún sentido.
Trató de ignorar el dolor cuando Vix se apoyó en ella, y estuvo agradecida por la voz furiosa de Z a través del Gimnasio.
- Vix, quita tus malditas patas de ella. Ahora. Una vez más y estás fuera del programa de formación, ¿me captas?
Vix puso los ojos en blanco y resopló.
- Señor, sí señor.
- Hope, saca tu culo de aquí, ¡ahora!
Vix finalmente levantó su peso de ella y se alejó paseándose con toda la tranquilidad del mundo.
Elvar seguía mirándola fijamente y la mano de Hope fue a su dolorido costado, tratando de ignorarlo. Queridísima Virgen, parecía que se hubiera roto una costilla. Tendría que ir a ver a Doc Jane por esto. De ninguna manera podía ir a su padre.
Ya odiaba que ella fuera como su madre, una luchadora. ¿Si Manny se enteraba de que había sido herida durante el entrenamiento? Ella podría olvidar volver a entrenar o luchar nunca más.
La mirada astuta de Elvar le taladro y rápidamente se volvió para irse.
- Lo siento.
Sus palabras fueron dichas en voz baja para que ninguno de los otros estudiantes que abandonaban el gimnasio, pudieran oírle.
- No hagas eso. No te disculpes.
- ¿Por qué no?
- Porque no le pedirías disculpas a ninguno de los chicos, ¿verdad?
- Tú no eres un chico.
Ella arqueó una ceja.
- Qué bien que te hayas dado cuenta. Pero estoy en esta clase, lo que significa que soy un soldado. Así que más te vale empezar a tratarme como a uno.
Él se río y meneó la cabeza, girándose.
- Lo que tú digas.
Observo cómo sus anchos hombros se movían al irse, notando lo grande que era. Él realmente había crecido. Había empezado las clases más tarde que nadie y no había sido un pretrans como todo el mundo cuando habían empezado. De hecho, él hacía ya un par de años que había salido de su transición. Había empezado siendo muy delgado, con nada de músculo y confianza cero.
¿Ahora?
Él era puro musculo y cada día estaba más seguro de sí mismo.
Lo que no la excitaba para nada. Nop. Que va.
Se humedeció los labios y Elvar se dio la vuelta en ese momento, como si hubiera sentido sus ojos en él y Hope se metió en su vestidor con un gemido. Estaba sola, porque no había otra hembra en el programa. Cosa que no le importaba en lo más mínimo.
Se quitó el top con cuidado, jadeando por el dolor. Mirándose en el espejo, gimió de nuevo.
- Oh, mierda. Joder.
Un enorme moretón había comenzado a formarse en su lado. Mierda.
Necesitaba a Doc Jane, a la de ya.
- ¿Yo hice eso?
Ella se dio la vuelta demasiado rápido y se quedó sin aliento cuando el dolor la recorrió de arriba y abajo por todo el cuerpo, mientras Elvar miraba el moretón horrorizado.
- No es nada.
El agotamiento por mantenerse a sí misma erguida la estaba debilitando y empezó a balancearse. Él estaba ahí en un instante, asegurándose de que no se cayera. Su toque era gentil pero ardiente.
- Siéntate, déjame verlo.
- Iré a ver a Doc Jane...
- Siéntate.
Ese tono dominante no debería de excitarla. Y no lo hacía. Nop, para nada.
Sus dedos tocaron suavemente alrededor del moretón e hizo una mueca de dolor.
- Te voy a vendar esto.
- Doc Jane...
- Soy médico ¿vale? Estudié esto, sé lo que estoy haciendo. Te he lastimado la costilla. No está rota y sanarás bien en cuanto te alimentes pero tienes que dejarlo envuelto durante los próximos días.
Su cercanía la hizo temblar y fue sólo entonces que se dio cuenta de que sólo llevaba el sujetador deportivo. Él debió de darse cuenta al mismo tiempo porque su mirada se desvió brevemente hacia su escote y respiró hondo.
- Yo ah... necesito una ducha.
Él la miró a los ojos y ella juró que pudo ver su hambre por ella. Los colmillos de Hope palpitaban pero se negó a dejarlos bajar.
- Tengo que salir de aquí antes de que alguien me encuentre.
Ella asintió con la cabeza sin poder hablar, sintiéndose de repente tímida.
- Yo te puedo ayudar después de que... ah salgas de la eh... pero tal vez es mejor si ves a tu Doctora...
- ...Jane. Sí.
- Ok.
Se quedaron así, mirándose a los ojos, sus cuerpos cada vez más cerca sin que ninguno de los dos se diera cuenta.
- Realmente no quise hacerte daño.
- Lo sé.
El corazón de Hope latía con fuerza dentro de pecho, volviéndose loco dentro de ella al tenerlo tan cerca mientras podía oler su excitación y miró sus labios, tan cerca de los suyos.
Sus respiraciones se mezclaban y giro un poco la cabeza cuando sus labios tocaron los de él...
La puerta se abrió con un ruido fuerte y Elvar se desmaterializó a pocos metros de distancia.
- Oh ah... lo siento. ¿Estamos... interrumpiendo algo?
- ¡Janie! ¡Sandra! Hey. Hola.
Miró a Elvar que asintió y se desmaterializó fuera de la habitación.
- Oh. Dios. Mío.
- Janie...
- ¿Ese era Elvar? ¿O Vix?
- Elvar.
- ¡Esta buenorro! Estabas a punto de besarle, ¡a que sí!
Ella asintió con la cabeza. No le iba a ocultar algo tan obvio.
- Hope, tienes que ir a ver a un médico.
- Lo sé Sandra. Estaba a punto de ducharme antes de ir a ver a Doc Jane.
Janie sonrió.
- Ve y date una ducha de agua fría. Te esperamos y te informamos sobre los planes de Mariah.
Hope miro a sus amigas molesta.
No necesitaba una ducha fría. Para nada.

*-*-*-*-*-*

Ahgony paseaba por la biblioteca, mientras esperaba a que Darius bajara. Esta noche estaban de guardia para luchar y se estaba haciendo tarde.
Estaba tan enfadado, frustrado y nervioso que necesitaba matar a algunos lessers esta noche. Butch estaba libre esta noche lo que significaba que se les permitía matar a lessers a la antigua usanza, en lugar de sólo incapacitarles para que el poli los inhalara.
Lo cual le iba de perlas.
- Estas hecho una mierda.
- Gracias D, realmente lo intento.
- No, lo digo en serio. Te veo horrible. Estás pálido y tembloroso.
- Cumplidos, cumplidos. Sigue así que vas a hacer que me sonroje.
- ¿Tienes que alimentarte?
- Nop.
- ¿Necesitas comer?
- No.
Necesitaba a Mariah, pero él no iba a ofrecer esa información.
Darius lo miró de arriba abajo y debió haber decidido que esta noche no era una noche para seguir metiéndose con él.
Bien, porque no estaba de humor.
Subieron al coche y terminaron en Tenth Street. Con todas las calles y clubes nocturnos de dudosa reputación, siempre podían contar con que hubiera lessers cerca. Aparcaron detrás del Inferno y él frunció el ceño al mirar a Darius, pensando que este no era para nada donde se suponía que debían estar.
- Me parece que te vendría bien un trago o dos, hermano.
- No bebemos en el trabajo.
- Al diablo con eso. Estas hecho una mierda, así que me voy a tomar una copa, vamos a tener una charla agradable sobre qué demonios te está molestando y luego nos vamos de nuevo a cazar lessers.
Se bajaron del coche y fueron recibidos por los guardias mientras entraron al club.
Beber y luchar.
No era exactamente la mejor combi, pensó.

Pero como había dicho D, a la mierda. Él necesitaba a su amigo esta noche. Y los lessers todavía estarían allí mañana.

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