Hope vio como Elvar se levantaba de donde acababa de
matar al lesser. Él estaba más caliente que el infierno para ella en este
momento. Se arrodilló y agarró el pie con cuidado.
- ¿Estás bien?
- Estoy bien, sólo esta torcido. No roto.
- Tengo que comprobarlo.
- Y tenemos que irnos. Ahora.
Se levantó de nuevo, mirando a su alrededor por
cualquier posible peligro.
- ¿Puedes desmaterializarte?
- Sí, vete. Te sigo.
Él desapareció y ella tomó una respiración profunda,
localizándolo con facilidad debido a su sangre en su sistema. Dejó que sus
moléculas volaran, reapareciendo junto a él, momentos más tarde, frente a una
hermosa casa.
Ella no lo dudó. Se abalanzo sobre él.
Cayeron en la hierba en una maraña de extremidades,
besando como si no hubiera un mañana. ¿Quién necesitaba aire cuando tenían
esto? Tiró suavemente de su pelo.
- Cara,
necesito follarte.
- Dios sí.
- Pero dentro. Primero toca una ducha, ¿recuerdas?
Ella gimió, pero se levantó con él. Tenía razón, por
supuesto.
- Bienvenida a mi humilde morada.
Él sonrió mientras sacaba una llave de debajo de una
maceta y abrió la puerta.
- Las damas primero.
- Gracias. Es increíble.
Él se encogió de hombros.
- Es una casa segura. No es tan especial.
Elvar cerró la puerta y encendió las luces.
- Estamos a salvo aquí. Y abastecidos, hay de todo. ¿Tienes
hambre?
Ella ronroneó suavemente.
- Oh, sí. Estoy muy hambrienta.
- Ok, ven, la cocina está justo aquí.
- ¿Elvar?
- ¿Sí?
- No tengo hambre de comida, precisamente.
Su fuerte inhalación la hizo sonreír y se lamió los
labios cuando Elvar se dio la vuelta para mirarla.
- ¿Ah sí? ¿Y de que tienes hambre, cara?
- Llévame a la ducha y te lo mostraré.
Su gruñido erótico acompañado por su olor de
vinculación la tenía empapada. La verdad
era que verle matar a ese lesser, una vez más en su defensa, termino de
derretir su corazón por este macho.
No había olvidado la forma en la que se había
congelado, y Hope le haría hablar de eso, pero no ahora.
La levantó con facilidad, obviamente pensando en su
pie, que todavía estaba un poco dolorido, pero ya curándose. Envolviendo sus
piernas alrededor de su cintura, ella lo miró a los ojos mientras subía por las
escaleras. Ni una sola vez desvió la mirada para ver a dónde iba.
Llegaron a un cuarto de baño de mármol negro, que
tenía una ducha enorme, tal y como a ella le gustaba. La sentó cuidadosamente
en la encimera y se limitó a mirarla.
- No tenemos por qué hacer esto. Todavía podemos
parar.
- Elvar, te deseo.
- No voy a ser capaz de guardármelo dentro esta vez.
- Pensé que habíamos quedado en que ese era el plan.
Vincularnos.
Presionó su frente contra la de ella mientras le
agarro la cabeza.
- No quiero obligarte. O hacerte sentir como no te
queda otra. Puedo lidiar con cualquier consecuencia...
- Elvar, caro,
si no estás dentro de mí pronto, voy a gritar.
Sonrió antes de presionar sus labios contra los de
ella. Comenzó lento y sensual. Nada como el beso salvaje de momentos antes. Era
gentil, sus pulgares acariciando su mandíbula como si ella fuera el tesoro más
preciado.
Ella agarró su camisa entre sus puños deseando, no, necesitando
que fuese más intenso. Lo necesitaba salvaje. Feral.
Necesitaba que fuese un macho vinculado y la
reclamara.
Su ronroneo necesitado hizo el truco. Pronto su mano
le tiraba del pelo, inclinándole la cabeza hacia atrás y empujando su lengua
más adentro. Sus colmillos largos se chocaban haciéndole gruñir con más fuerza.
- Ropa. Ahora.
- Lo mismo digo.
Se apartó y literalmente se arrancó la ropa de su
cuerpo. Hope estaba demasiado aturdida para desvestirse, pero el rápidamente se
encargó de eso, rasgando su camisa por la mitad y levantando su culo para
quitarle los pantalones vaqueros. Su ropa interior era lo único que quedaba y
él no dudó en destrozarla para exponer su cuerpo a su hambrienta mirada.
- Joder cara,
eres tan hermosa.
Sus manos vagaron sobre su musculoso pecho.
- Tu tampoco estas nada mal...
Ella lamió su cuello, justo sobre las pequeñas
heridas de las que se había alimentado antes y soltó un gruñido. Su olor de
vinculación estaba saliendo de su piel y ella casi podía saborearlo. Pronto,
eso sería parte de ella.
Sorprendentemente, la idea no la asustaba como
siempre lo solía hacer.
Hope puso sus brazos alrededor del cuello de Elvar y
él se acercó, rozando su entrada con su polla.
- Hazme tuya.
- ¿Estás…?
- Te juro por la Virgen que si vuelves a preguntar
si estoy segura, voy a patearte el culo.
Él se río de esto.
- Vale, vale. Sólo recuerda, te lo advertí.
* - * - * - *
La penetró fácilmente en un solo movimiento,
haciéndola jadear ante la plenitud.
- Joder.
Ya podía sentir su cómo su olor se convertía en una
parte de ella, poseyéndola de adentro hacia afuera. Y ni siquiera había
empezado a moverse aún.
Sus uñas le rasparon el cuello.
- Elvar, caro,
necesito que te muevas.
Le encantaba cómo cuando ella estaba fuera de
control, ella lo llamaba caro. Y
¿cómo no obedecer? Él flexionó sus caderas y comenzó a moverse a un ritmo
controlado, dentro y fuera, dentro y fuera, mirándola echar la cabeza hacia
atrás en éxtasis.
- Dulce María Madre de Dios...
Ella balbuceó cuando sus movimientos se hicieron más
urgentes, llenándola más profundo, más duro.
- Hope, cara,
mírame. Ojos en mí.
Ella obedeció al instante y él gimió, casi
eyaculando en el acto.
- Ahora eres mía cara.
Completamente mía.
- Sí. Dios, sí.
Hope se inclinó hacia delante y lo mordió con
fuerza, a pesar de haberse alimentado sólo unas horas antes.
- Oh mierda...
Tenía que dejar de moverse. Y así lo hizo, ganándose
un gruñido salvaje.
- Ni. Se. Te. Ocurra.
- Joder nena, es demasiado. Voy a hacerte daño.
Ella movió sus caderas.
- No lo harás.
- No estoy dispuesto a averiguarlo.
Ella sonrió con picardía.
- Oh. Sí que lo averiguaremos...
Su sangre le corría por la barbilla y también a
Elvar por su cuello y pecho ya que lo había soltado tan de repente, sin sellar
las heridas. Ella se inclinó y lamió su pezón, con la sangre resbalando por su
piel.
- Hope...
- Mejor empieza a moverte caro... te puedo torturar durante horas.
- Jodeeeer...
Tan delicioso como eso sonaba, tiró la cabeza hacia
atrás y se clavó en ella, hasta las pelotas. Salió lentamente, haciéndola
maullar desesperadamente por él, por su polla. No la dejaría al filo esta vez.
Ah, no.
La follarla tan duro y la haría correrse tantas
veces que ella no sería capaz de moverse mañana.
Elvar se clavó en ella una y otra vez, sabiendo que
probablemente era demasiado duro, pero incapaz de detenerse. La estaba reclamando.
Haciéndola suya. Adueñándose de ella.
Y ella estaba ahí con él, siguiéndole el ritmo.
- Oh dios Elvar, más duro. Sí. Sí ¡sí!
Ella se convirtió en líquido a su alrededor, su sexo
contrayéndose con el primero de sus orgasmos.
Joder sí.
Vio como ella se deshizo en sus brazos, temblando
mientras gemía su nombre una y otra vez.
Ella lo miró con los ojos brillantes.
- Tú… no has terminado la vinculación.
Él negó con la cabeza. Para vincularse con ella,
tendría que vaciarse dentro de ella. Algo qué iba a hacer. Pero no ahora.
- Aun no he terminado contigo.
- Oh.
Él se río entre dientes mientras la levantó con
facilidad, aun enterrado en su interior.
- Es hora de ducharse, cara.
Hope ronroneó cuando el movimiento lo enterró más
profundamente y luego gimió cuando el agua caía en cascada alrededor de ellos,
llevándose la sangre y la suciedad del día.
- ¿Elvar?
- ¿Qué pasa cara?
- ¿Te vinculas conmigo?
Hace calor aquí no? Por fiiin no sabes las ganas que tenia de que llegara este momento, viva el amor!!
ResponderEliminarOO!!
ResponderEliminarEsto subió el termostato!
Me muero x ver como reacciona la family jajajaja
ResponderEliminar:D