Rhage tardo 0,2 segundos en reaccionar. John estaba
justo con él, tenían que proteger a las hembras antes de ir a por el enemigo.
Ver el miedo en la cara de Lohrena hizo rugir al macho vinculado en él.
Asegurarse de la seguridad de su shellan.
Ir a por su enemigo.
Ese era su cometido, y en ese orden.
- Rhage, ve con los hermanos, yo me las llevo.
- Y una mierda.
John quería proteger a Kihara tanto como el a
Lohrena, pero no podía dejarla sin saber que estaba realmente a salvo.
Lohrena lo detuvo y cogió su cara, paralizándolo por
completo, a la espera de una orden, como era habitual.
- Ve con tus hermanos, estaré bien. Ellos te
necesitan más que yo, ahora mismo.
Rhage dudó, dividido entre la necesidad de proteger
al amor de su vida y el deber que tenía con la Hermandad.
- Rhage ¡vete!
Salió corriendo ante esa orden y se desmaterializó
justo fuera de la mansión.
Un anti.
Estaba fuera, solo por lo que podía sentir y tenía
una sonrisa de loco en el rostro. Los hermanos le rodearon pero el anti no
parecía querer luchar, cosa que era más que sospechosa.
¿Cómo coño había entrado?
Cuando vio a Rhage, su sonrisa se distorsiono aún
más.
- Rhage… Tengo un mensaje para ti, de tu Hermano.
Tienes algo que le pertenece. Una hembra llamada Lohrena. Es suya, y quiere que
se la devuelvas. Ahora.
*-*-*
Lohrena no sabía que estaba pasando, pero sabía que
tenía que seguir a John para ponerse a salvo.
Una brillante luz los cegó momentáneamente y John
palideció.
- Kihara, ve a la habitación. Quedaros allí, tengo
que salir a ayudar a Rha… a los Hermanos.
John salió corriendo y Kihara tiró de ella.
- Ven, estarán bien, tenemos que escondernos.
- Es Rhage. Algo le ha pasado a Rhage.
- Lohrena ven, él está bien.
Sacudió la cabeza, sabía que se tenía que proteger
que no debía distraer a los hermanos, a Rhage, pero si le pasaba algo… Se soltó
de Kihara sabiendo que posiblemente la estaba poniendo en peligro al dejarla
sola, pero ahora mismo, lo único que le importaba, era Rhage.
Salió de la casa y le costó creer lo que estaba
viendo. Era el tatuaje de Rhage, que había cobrado vida. Qué demonios…
Pero, ¿dónde estaba Rhage?
Los hermanos estaban esparcidos con la mirada puesta
en el dragón.
Una realización horrible se formó en su mente al
darse cuenta de que no era el tatuaje de Rhage… ese monstruo… ¡era Rhage!
- Por la Virgen Escriba…
El susurro debió de llegar a oídos de ese… bicho, ya
que se giró hacia ella y soltó un grito ensordecedor. Al girarse vio algo que
no había visto antes. ¡Un anti!
Éste la vio y sonrió.
- Hola Lohrena, traigo un mensaje de Murhder. Nalla,
volveremos a vernos pronto. Volveré a por ti.
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