domingo, 20 de abril de 2014

Lover Adored - Capítulo 2

Ahgony se despertó nervioso y cansado. Mariah no se había ido hasta que habían escuchado como se acababa la fiesta abajo y todo el mundo se fue a sus habitaciones.
Él no le había contado nada a Mariah sobre sus planes de hablar con Rhage porque simplemente no sabía cómo iba a reaccionar el macho.
Y eso no le sentaba bien. Joder, lo estaba matando. Ellos se habían contado todo desde... siempre. Simplemente habían conectado.
Mejores amigos que estaban destinados a ser algo más.
Había oído las historias interminables sobre cómo Rhage y Mary la habían traído a la mansión después de haberla recogido en Safe Place. No se sabía mucho de su pasado o de donde venía, salvo que ella era medio humana, y sólo sabían esto debido a la ropa que llevaba puesta cuando algunos civiles la habían encontrado en medio de la nada. Al ver que la ropa que llevaba puesta tenia símbolos en la lengua antigua, habían llevado a la nena a Safe Place en lugar de un hospital humano. Después de buscar y buscar, Marissa no pudo encontrar a ningún familiar, y como sabía cuánto Rhage y Mary querían una cría propia, ella los había llamado y esa misma noche, se la habían llevado a casa.
Nunca habían ocultado el hecho de que ella fue adoptada, claro que tampoco tenían posibilidad alguna de ocultarlo. No cuando Hollywood era rubio, Mary tenía el pelo castaño y Mariah tenía una hermosa cabellera de color rojo oscuro...
Desde que podía recordar, habían sido amigos, y con ella siendo tan sólo unos años mayor, ella siempre lo había estado cuidando a él, como el pretrans delgaducho y pequeño que había sido.
Y entonces ella había pasado por su transición.
En cuanto la vio después, él había estado completamente asombrado con ella.
Sus grandes ojos verdes eran un contraste con su pelo rojo brillante, aún más brillante que el de Blaylock. Y Ahgony le encantó.
Sabía que la deseaba - la había reclamado como suya en cuanto la había visto después de la transición, aunque como pretrans, su cuerpo no había reaccionado aun.
Y entonces llego su propia transición.
Y joder.
La primera cosa que recordaba haber pensado era 'Mariah. Es. Mía.' Inmediatamente después de eso había pensado "Necesito chocolate. Y bacon. Y sexo. Con mi Mariah."
La Elegida de la que se había alimentado, había estado más que dispuesta, pero el no. Antes se helaría Dhunhd.
Mariah sería su primera y única hembra. Lo supo en aquel entonces, al igual que lo seguía sabiendo en este momento.
Para él, ella lo era todo. No existía nadie más.
Ahora sólo necesitaba hacer que Rhage lo viera.
Lo que sería jodidamente difícil debido a su posición como Ahstrux Nohtrum.
Tal vez debería hablar con Mary primero. Como psicóloga de la casa, ella sería capaz de ayudarlo a darle la noticia a su hellren, y quizás convencerlo.
Pero sería una cobardía hacer eso. Y el podía ser muchas cosas, menos un cobarde. Tenía que arreglar esto de macho a macho.
Rhage era un gran tipo. Por lo tanto, siempre que él fuera directo y honesto...
Ahgony ya sabía lo que quería decir, así que lo único que tenía que hacer era encontrar al Hermano y abrir su corazón.
Podía hacer eso.
Totalmente.
Tomó una larga ducha para quitarse el olor de Mariah de encima. Se vistió con rapidez y salió de su habitación.
Conociendo a Hollywood probablemente estaba en la cocina haciéndose algo de comer, incluso después de toda la comida que había sido devorada en la fiesta.
Yyyyyy sip, ahí estaba él, haciéndose dos sándwiches triples de pavo.
- Que pasa Aggie?
Hollywood insistía en llamarlo como sus padres habían hecho cuando él tenía como dos añitos. Pero ese era Rhage.
- Hey.
Rhage lo miró de arriba a abajo.
- ¿Qué pasa?
Abrió la boca cuando entraron Qhuinn y Blay.
- No os preocupéis por nosotros. Simplemente pillando algo de comer antes de ir a... eh, el gimnasio.
Ahgony miró a Rhage.
Los ojos de Qhuinn se fijaron en él, la curiosidad obvia en su mirada, mientras cogía una lata de nata montada.
¿Gimnasio? Ni de coña, estos dos iban a.... Whoa, para ese pensamiento ahí mismo.
Volvió a mirar a Rhage que habían dado un gran mordisco a uno de sus sándwiches.
Asintiendo con la cabeza, la giró una vez hacia la puerta de la biblioteca y cogió su plato. Ahgony lo siguió, ignorando el gemido que se escuchó detrás de él. Esos dos eran insaciables.
Ahgony cerró la puerta, encerrándolos juntos.
- ¿Te importa si como mientras dices lo que te preocupa?
- No uh...
- ¿Quieres un poco?
- No, gracias.
- Ok, dispara.
Ahgony esperó hasta que Rhage dio otro mordisco y tuvo la boca llena. Había preparado un discurso entero. Pero en lugar de eso, sólo le salieron tres palabras.
- Amo a Mariah.
Los ojos de Rhage brillaron blancos por un momento mientras trataba de no ahogarse con su sándwich.
- ¿Qué coño quieres decir, amas a mi hija?
- Yo la amo y quiero emparejarme con ella. Quiero hacerla feliz.
Rhage se limitó a mirarlo, los sándwiches olvidados.
- Ella lo sabe o está todo en tu cabeza.
- Ella lo sabe.
- La. Has. Tocado.
Rhage inhaló bruscamente, probablemente tratando de olfatear el olor de vinculación. No lo olería. Aun no, por lo menos.
- No como tú piensas Rhage. Nos amamos pero quiero que sea mi shellan antes... antes de... Pero, quiero tu aprobación, tu autorización, antes de preguntárselo.
- ¿Así que ella no sabe que estás aquí? ¿Hablando conmigo?
- No. No quise decírselo. Yo sé que ella necesita que tú apruebes esto, y por eso he venido a ti.
Rhage frunció el ceño.
- ¿Cuánto tiempo ah...? pensé que solo erais amigos. ¿Cuándo demonios ha pasado todo esto?
- Parece que hace una eternidad. Los dos somos lo suficientemente mayores y los dos sabemos que lo que sentimos es real. Sólo queremos estar juntos y con tu permiso, puedo pedirle que sea mi shel...
- Lo siento Ahgony.
- Ah... perdona ¿qué?
Rhage había utilizado su nombre completo, lo cual no podía ser bueno.
- No puedo permitirlo. Tú eres el Ahstrux Nohtrum de Darius ahora. No puedo dejar que mi chica se empareje a ti cuando tu vida está dedicada a D.
- Sólo cuando estamos fuera.
- Tu trabajo es proteger a D con tu vida. Tu vida, Ahgony. No voy a dejar que Mariah se siente en casa a la espera de escuchar la noticia de tu muerte porque has tenido que tomar una bala destinada a D.
- ¿No debería ser decisión de ella?
- Has venido a mí, por lo tanto, lo has hecho mi decisión.
Rhage suspiró y luego inhaló de nuevo.
- Si no te hubieras ofrecido voluntariamente para el trabajo, tal vez...
- ¿Tal vez? Esa hembra es mi vida. Si no puedo estar con ella... no tiene sentido. Nada lo tiene.
- ¿Te has vinculado a ella?
- Huéleme. Yo no he hecho nada con ella aun, pero sí, me lo estoy aguantando dentro.
- ¿Por qué?
- Por respeto. Mi padre me enseñó a hacer las cosas bien. De la manera correcta.
Él soltó un bufido.
- Y mira a dónde me ha llevado.
- Ahgony...
- ¿Qué haría falta para que lo apruebes? ¿Para qué des tu permiso?
- Yo... joder no lo sé. Si no fueras un Ahstrux Nohtrum...
O si ella estuviera embarazada, pensó Ahgony, tratando de calcular mentalmente cuando seria el siguiente periodo de necesidad de Mariah.
- Ni siquiera lo pienses, chico.
- Yo la quiero.
- Sí, te escuché las dos primeras veces. Y ahora mismo, eso no es suficiente.
De todas las maneras que Ahgony había pensado que esto iba a ir, desde luego, no era de esta manera.
- No voy a quedarme mirando como mi niña sufre. Ella se merece un macho que este ahí para ella.
- Entonces qué, ¿quieres que se empareje con algún tipo aristócramierda de la Glymera? Al diablo con eso Hollywood. Nadie la trataría mejor que yo, nadie la amaría más que yo. Nadie.
Salió de la biblioteca, sin dejar que Rhage respondiera.
Debería fugarse con Mariah, pensó. Pero la lágrima tatuada debajo de su ojo le recordó que eso sería traición. Wrath tendría su cabeza más pronto de lo que él pudiera decir lo siento. Gimió cuando vio Mariah hablar con Hope en el pasillo.

Ella nunca debía averiguar que había ido a ver a Rhage. Saber que no aprobaba su emparejamiento, la lastimaría más que nada en este mundo.

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