viernes, 13 de febrero de 2015

Lover Defeated - Capítulo 31

Hope se sentó en las escaleras del vestíbulo. Quedaba media hora hasta el amanecer. No había señal de Elvar. La última cena había empezado y terminado. La comida enfriada en su habitación. No había comido, pero ella no tenía hambre. Oh, no. Ella estaba furiosa.
Había leído la nota de Vix.
Vishous me pidió que os separara, no sé por qué. No dejes que lo haga.
V no se encontraba en ninguna parte, por supuesto, así que, entre su tío y su hellren... ella estaba furiosa.
Más aún cuando vio a Elvar entrar, en plan mírame-soy-el-puto-amo.
- ¡Ripper!
- Amigo, ¡ha sido increíble!
- ¡11 tarros de lessers! ¡Vamos a necesitar más espacio en la Tumba!
Ella se levantó y los chicos se quedaron en silencio.
- ¡Cara!
Ella lo abofeteó con tanta fuerza que se lastimó la mano.
Su gruñido era suave. Peligroso. Pero él nunca le haría daño.
Hunter se movió para decir algo, pero ella lo detuvo.
- Ni una palabra. Esto es entre mi hellren y yo. No te metas.
Elvar trató de acercarse a ella, pero ella lo detuvo a el también.
- Apestas a lesser muerto. No te me acerques.
Se dio la vuelta y escuchó las risitas de los machos.
- Tío, yo prefiero enfrentarme a esos 11 lessers antes que a una Hope cabreada...
- Buena suerte tío. Fue un placer conocerte.
Ella sintió que él la seguía hasta su habitación. La mesa todavía estaba puesta. Las velas encendidas aún, medio quemadas. Y la comida, fría como el hielo.
- Joder cara... Yo lo...
- Como digas que lo sientes, te doy otra bofetada. Te lo pregunté antes de que te fueras. Dijiste que estarías aquí y no estabas. Me ha dolido.
- Hope, cara...
- No he terminado. ¿11 lessers, Elvar? ¿Tu solo? ¿En qué estabas pensando? ¿Estaban todos juntos, o en diferentes grupos? ¿Y si hubieras salido herido? ¡Se supone que hoy no tocaba luchar!
Una lágrima rodó por su rostro.
- Y ¿qué pasa con tus manos?
Maldita sea.
- Cara, por favor, no llores.
- ¡No estoy llorando! Joder. Yo nunca lloro. ¡Todo esto es tu culpa!
Ella se secó las lágrimas con rabia.
- Lo siento, cara.
- No.
Él se acercó más.
- Lo siento.
- Ya basta.
- Cara, lo siento.
Levantó las manos para tocar su rostro, pero estaban sangrientas de nuevo.
Hope levanto el brazo, mostrando la muñeca.
- Bebe.
- No me pienso alimentar de tu muñeca.
- Siempre y cuando escondas cosas de mí y seas tan imprudente, lo harás.
- No te escondo nada.
- Y una mierda. Mira, tenemos suficiente con V tratando de separarnos. No tienes por qué ayudarle en eso.
- ¿De qué demonios estás hablando?
- Nada. Si tú no hablas, yo tampoco.
Él agarró de la muñeca y la lamió, antes acercarla más a él y morder su cuello.
Maldito fuera, su decisión de permanecer enfadada con él se derritió como nieve ante el sol. No pudo evitarlo, suspiró contenta. A pesar de que olía a podrido y sus manos estaban dejando manchas de sangre por toda su ropa... no lo quería de ninguna otra manera.
Como si le importara.
El olor a podrido era la sangre de sus enemigos. ¿Y las manchas de sangre? Esa era su fuerza de vida.
Elvar la cogió en brazos y con ropa incluida, la puso bajo la ducha. Se quitaron sus ropas mojadas mutuamente, capa por capa.
- No creas que te vas a librar de hablar conmigo.
- De acuerdo, pero ahora mismo, necesito sentirte a mi alrededor, cara.

- * - * - * - * - * -

Elvar gimió contra su cuello cuando se corrió por quinta vez. Hope se estremeció bajo él, su octavo orgasmo, el más intenso de todos.
Estaban en la cama y no podía moverse. Ella lamió su piel sudorosa, su olor de vinculación saliendo de él libremente.
- No creas que esto significa que no vamos a hablar, caro.
Suspiró mientras se colocó a su lado para mirarla.
- ¿Qué quieres saber?
- ¿Saliste a propósito para luchar contra lessers esta noche?
Cerró los ojos.
- ¿La verdad?
- Siempre.
- Sí.
- ¿Por qué?
- Hope...
- ¿Por qué Elvar?
- Porque quiero ser un puto héroe ¿vale? Quiero ser tu héroe. Quiero ser digno de ti y cuando salga a luchar con los Hermanos, quiero que sepan que soy lo suficientemente bueno. Pero, sobre todo, más que nada, quiero ser lo suficientemente bueno para ti.
- Elvar, eres lo suficientemente bueno.
- Me paralicé.
- ¿Qué?
- Ayer. Me paralicé.
- Pero mataste a 7 de ellos.
- Sí, pero al principio, me quedé paralizado. No me podía mover. Simplemente me quede mirándolo, paralizado. ¿Qué hubiese pasado si Rhage o Blay hubiesen resultado heridos, por mi culpa?
- Así que saliste esta noche...
- Para ver si me paralizaba de nuevo.
- ¿Y?
Sonrió.
- No.
Hope le devolvió la sonrisa.
- ¿Alguna vez vas a decirme qué te hizo paralizarte, en primer lugar?
Se frotó la cara.
¿Lo vería como menos macho si se lo decía? Por supuesto que lo haría. Esta era Hope, hija de Payne, la única hembra en la Hermandad. Ella no toleraba debilidades.
Mierda.
- Elvar, puedes contármelo. No voy a pensar mal de ti.
- Sí que lo harás.
- No lo haré. Confía en mí.
Se levantó de la cama, se puso unos pantalones de chándal y empezó a caminar por la habitación.
- Antes de empezar... Cuando yo era sólo un...
Se detuvo, se pasó las manos por el pelo y la miró.
Sólo veía curiosidad. Nada de asco, nada de pena, nada de decepción en su rostro. Sólo curiosidad, y tal vez, sólo tal vez, un poco de amor. O tal vez eso era sólo una ilusión.
¡Mía!
Se sentó en la cama y tomó una de sus manos entre las suyas.
- Antes de unirme a las clases de la Hermandad, sólo era un civil. Un médico, si, pero un civil. Me dirigía a casa y de la nada, esos lessers aparecieron. Nunca los había visto antes. Ellos me arrinconaron en un callejón, amenazando con todas las cosas que estaban planeando hacerme, contándome todas las cosas horribles que le habían hecho a otros de nuestra raza. Me ah... digamos que V no mintió en lo que te dijo. Darius y Ahgony me encontraron, inconsciente y me salvaron. Después de eso me prometí a mí mismo que nunca dejaría que me dieran miedo otra vez. Si no hubieran aparecido D y Ahgs, me habrían matado, lo sé. Después de eso, le rogué a Tohrment que me dejara unirme a las clases, a pesar de que habían pasado unos cuantos años desde mi transición, no tengo sangre de guerrero en mí y las clases ya estaban bastante avanzadas. El resto, como se suele decir, es historia.
Hope se colocó a horcajadas sobre él y lo besó con fuerza.
- No es que me queje cara, pero, ¿a qué ha venido eso?

- Porque te ah... porque sí.

3 comentarios:

  1. Adoro los guantazos de despecho!!! Sigue pronto, mañana compruebo ;)

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  2. wowowow
    esta genial!!!

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  3. UUUUUUU!!
    Cuando le diga que lo quiere se va a morir del impacto.

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