viernes, 20 de febrero de 2015

Lover Defeated - Capítulo 35

Dos largos días después, Elvar estaba preparando algo de comida cuando lo sintió. La ola de necesidad se iba desvaneciendo antes de desaparecer por completo. Su necesidad había terminado.
Gracias a la Virgen Escriba.
Tenía el caso más grave huevos duros conocido por el hombre, a pesar de que había se había aliviado a sí mismo con regularidad, sólo para sobrevivir estando a su lado.
Se había mantenido en contacto con Payne y Manny, asegurándoles que su hija estaba bien y que la llevaría a casa pronto. 
Lo primero que vio cuando regresó a la habitación, fue su sonrisa de alivio.
- Se acabó.
- Lo sé.
- ¿Eso es comida?
- Lo es.
- Te amo.
- Como yo te amo a ti, cara. Ahora déjame darte de comer.
Se aseguró de que estaba bien llena y saciada antes de comer lo que quedaba.
Caro.
- ¿Hmm?
- ¿Te duchas conmigo?
Captó su olor y gimió.
- Demasiado pronto. Es demasiado pronto.
- No lo es. Mi necesidad ha terminado.
- Sí, pero...
- Pero nada. Has respetado mis deseos, incluso cuando no llegué a expresarlos. Ahora que no hay riesgo, tengo que mostrarte lo agradecida que estoy.
Se levantó de la cama, completamente recuperada y tiró de él hacia la ducha. En un santiamén lo desnudó y empujó bajo el agua. Elvar observó fascinado mientras ella se deshizo de su ropa interior y se unió a él, presionando sus pechos desnudos contra su torso.
- Jodeeeer.
Su cuerpo mojado frotando el suyo era más de lo que podía soportar, por lo que la levantó con facilidad y la empaló sobre él.
- Siiii.
Ella siseó ante la intrusión y comenzó a mover sus caderas con urgencia. Él asumió el control rápidamente, haciendo que se corriera sobre su polla, cuatro veces. Cuando le toco a él, salió de ella, cubriendo su vientre con su semilla.
Hope presionó su frente contra la de él, jadeando.
- ¿Y por qué hiciste eso?
- Te lo dije. Es demasiado pronto, todavía hay un pequeño riesgo. No voy a ignorarlo.
- De acuerdo. ¿Cuándo es seguro de nuevo?
- Mañana.
Ella gimió.
- ¿En serio?
- Sí.
- Ok, está bien.
Él la soltó a petición de ella y la observó mientras se puso de rodillas.
- Supongo que tendré que encontrar otras maneras de complacerte hasta entonces...
Y santa mierda, joder si lo hizo. Pasaron el resto del día haciendo el amor y descansando, simplemente feliz de estar juntos.
Caro.
- ¿Sí?
- Gracias.
- ¿Por?
- Por cuidar de mí.
Cara, no necesitas darme las gracias por eso. Tú eres mi shellan. Siempre voy a cuidar de ti. Siempre.
Ella suspiró.
- ¿Podemos quedarnos aquí para siempre?
- Sabes que no. La mansión es mucho más segura. Y echarías de menos a tu familia.
- Puede ser.
- Hasta a Vishous.
Ella resopló.
- Vamos, vístete.
- ¿Por qué?
- Porque vamos a regresar, y vamos a hablar con él.
Al caer la noche se dirigieron a la mansión en un cómodo silencio.
- Elvar, ¿tú te acuerdas?
- ¿Si me acuerdo de qué?
- ¿De qué pasó durante la pelea? No me acuerdo de nada.
- Vagamente. Recuerdo que había un montón de ellos. Recuerdo que mate a unos pocos y que ¿tú resultaste herida? No estoy seguro. Lo siguiente que recuerdo es despertarme jadeando por aire en la clínica. Contigo brillando junto a mí.
Sonrió un poco.
- No puedo evitar preguntarme quien nos encontró. ¿Qué pasó?
- Es probable que los Hermanos, estaban patrullando. Pero no importa, estamos bien. Eso es lo que importa.
- Sí. Yo eh... Siento lo de Sophira. Sé que era tu... amiga.
- Gracias. Todavía no puedo creer que trató de matarme. Supongo que la Glymera realmente me odia ¿eh?.
Hope bufó.
- Ellos odian a todos los de la Hermandad, a pesar de que nos necesitan para encargarnos de los lessers. Odian a cualquier persona que en sus ojos no es lo suficientemente bueno. Idiotas.
Llegaron a la mansión y le tendió la mano mientras caminaban. Todo el mundo les dio la bienvenida de manera cálida, incluso Butch, aunque Vishous no estaba por ningún lado.
El macho dio a Elvar una palmada en la espalda, el apodo ripper saliendo como rippah debido al acento de Boston del poli.
- Hey Butch.
- Te estás convirtiendo en una leyenda, mi hombre.
Elvar frunció el ceño.
- Ah, no estoy seguro de lo que quieres decir. No me acuerdo de lo que pasó.
- Hollywood no ha dejado de contar la historia. Salvaste a Hope y te cargaste a un montón de lessers, todo con un disparo de bala en el pulmón. Eres el puto amo, tío.
Hope lo miró.
- Estoy impresionada.
- Venid, Blax vino a visitar a Mariah y Hollywood se lo está contando todo ahora.
Entraron en la sala de juegos sin ser vistos y escucharon.
- Así que pilla esto, ¿vale? El destripador pierde la puta cabeza por ese civil muerto y se marcha a toda hostia, Dios sabe a dónde. Hope corre detrás de él, así que nos quedamos atrás, ya sabes, dándoles un poco de espacio. Después de un tiempo, no vuelven, así que vamos en busca de ellos. Ya sabes, podrían estar follando como monos, o podrían estar en apuros.
Rhage se detiene, abre un tootsie pop y lo muerde antes de continuar.
- Así que, al llegar, vemos a Hope tumbada en el suelo, sangrando por una herida en el estómago, pero escucha esto, no podemos llegar a ella, porque el destripador está matando. Literalmente. Rápido como un puto rayo, te lo juro, iba de un lesser a otro...
Rhage se levantó, sobresaltado, haciendo movimientos de cortar.
- ...abriéndolos en canal, uno por uno. Todas sus tripas derramándose. Y cuando termina con todos ellos, lo primero que hace es morderse la muñeca y alimentar a su hembra, antes de mirarnos y desvanecer. Arrasó. Estaba completamente exhausto. Doce putos lessers en menos de 5 minutos, tío. Y una herida de bala. Te digo...es tío ¡es una le-yen-da!
- Sí que lo es.
Hope sonrió con orgullo. Ahora que sabía toda la historia, ella estaba muy impresionada. Rhage sonrió ampliamente y se acercó a abrazarla. Cuando la soltó, atrapó a Elvar en un abrazo de oso.
- ¡Ripper!
- Hey Rhage.
- Puedes llamarme Hollywood.
- Lo haré.
Blaxton se acercó entonces, y a pesar de que el macho había alimentado a Hope en el pasado, era su mejor amigo. Se abrazaron pero Elvar necesitaba dejar algo muy claro.
- Si alguna vez la vuelves a alimentar, te arranco las pelotas.
La profunda risa de Blaxton retumbó por todo el vestíbulo, y así sin más, todo estaba arreglado entre ellos.

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