lunes, 2 de febrero de 2015

Lover Defeated - Capítulo 26

Elvar tenía que tenerla. Tenía que reclamarla. Hacerla suya. Su hembra. Sólo suya.
Había regresado a la habitación después de haber pasado algún tiempo con los chicos, porque le habían dicho que Butch estaba de camino con Vix.
Había querido decírselo a Hope y cuando había llamado a su puerta, no lo habían escuchado, así que había abierto y oído...
No podía ni siquiera pensar en ello. Ahora no.
Tenía que hacerla suya de nuevo.
Hope se mordió el labio inferior, sus colmillos clavándose en la piel sensible. Ella no se movió. Sabia hembra. Elvar levantó los brazos para quitarse la camisa por la cabeza.
- En la cama, a cuatro patas. Desnuda. Ahora.
Ella levantó una ceja, pero obedeció.
No perdió tiempo en desnudarse.
Podía oler su excitación y joder si eso no lo tenía más duro por ella.
Tanto dormir le había hecho descuidar su hembra. Tocaba recuperar el tiempo perdido.
- Abre las piernas, cara.
Gruñó satisfecho al verla obedecer. Su sexo ya estaba húmedo e hinchado para él. Se tumbó en la cama, colocando su cabeza entre sus piernas.
Justo donde quería estar. Le tocó los pliegues, necesitando comprobar lo mojada que estaba. Hope jadeó por encima de él, su cuerpo entero temblando de necesidad.
- ¿Por quién estas tan mojada, eh nena?
Ella hizo un ruido pero no respondió y él le dio una palmada en el trasero.
- Dime cara, ¿quién te tiene tan empapada, eh?
- ¡Tú! ¡Tú!
Le mordió el muslo juguetonamente.
- Di mi nombre, cara.
- Elvar, oh Dios, por favor. Por favor.
- Por favor, ¿qué?
- Por favor, Elvar, lámeme. Cómeme. Fóllame. Por favor, por favor.

Él gruñó y puso su boca sobre ella, haciéndola jadear. Gimiendo ante su sabor, chupó su clítoris. Quería darle tantos orgasmos que nunca volvería a recordar a ninguno de los machos que la habían alimentado en el pasado. Incluyendo su mejor amigo.
Sus jugos cubrían su lengua mientras  el lamía su núcleo empapado y no pasó mucho tiempo antes de que ella gritara su nombre.
Apenas era capaz de sostenerse a sí misma, y maulló suavemente cuando él siguió su asalto. Sus manos jugaban con esos hermosos pechos que se balanceaban libremente, debido a su postura. Maldita sea, también necesitaba tenerlos en su boca.
Se movió debajo de ella, para atrapar un pezón y chupar suavemente.
Hope agarró un puñado de su pelo y tiró de su cabeza hacia atrás para mirarlo.
- Caro, quiero tu polla y tus colmillos en mi interior. No me hagas rogar.
No tendría que hacerlo. Estaba más que feliz de complacerla.
Moviéndose para colocarse debajo de ella, él atrapo sus labios y la penetró, clavándose de lleno. Hope soltó sus labios para jadear y él aprovechó ese momento para morderla.
Clímax instantáneo.
Bombeó sus caderas mientras se alimentaba, disfrutando de la sensación de sus músculos vaginales contrayéndose a su alrededor. Su nombre era como un canto de sus labios y hubiera  gruñido si no se hubiera estado alimentando.
No estuvo seguro de cuánto tiempo había pasado hasta que finalmente fue capaz de dejarla ir, su cuerpo deliciosamente saciado encima de él. Le encantaba sentir su peso ahí.
Con su nariz, ella acarició su cuello y él los giró, para que ella estuviera encima de él.
Él era el único que la alimentaria a partir de ahora, nadie más podría sentir sus labios sobre su piel. Nunca más.
Ella. Era. Suya.

* - * - *

Hope no podía moverse aunque lo intentara. Estaba dolorida en todos los lugares correctos de todos los mimos que Elvar le había dedicado.
Había sido insaciable, y podía entender por qué.
Pero, joder.
- Yo quería ir a entrenar. Pero no puedo hacer que mis piernas funcionen.
- Bien.
Él la miró por debajo de sus largas pestañas y le acarició la cara. Rápidamente apartó la mano y ella supo por qué. Las cicatrices no se habían ido. Ella temía que las iba a tener para siempre. No es que a ella le importara. Ella lo amaba tal como era.
Y se lo diría.
Algún día.
Pronto.
- Preferiría que no bajaras al túnel. No mientras él esté aquí.
- Él no me asusta.
- Lo sé. Pero la mera idea de que pueda estar cerca de ti... no creo que pueda controlarme. Quiero matarlo.
- No lo harás.
- ¿No lo haré?
- No, porque yo no quiero que lo hagas. Él ya no es el macho que solía ser, ha tenido su merecido. Además, gracias a él, ahora nos tenemos el uno al otro, ¿no? Así que todo salió bien.
Elvar gruñó un poco y la atrajo hacia sí para darle un beso.
- Vamos a olvidarnos de él y concentrémonos en lo que dijo Wrath. Elvar, ¡él quiere que salgamos a luchar!
- Yo todavía no soy lo suficientemente bueno.
- Y una mierda.
- Cara, necesite 30 horas de sueño para recuperarme el otro día.
- Elvar, eso fue después de horas de entrenamiento con los guerreros de la Hermandad, seguido de una cirugía extenuante.
- Sí, pero...
- No quiero oírlo. La forma en que luchaste contra ese lesser, en aquel garaje, esto fuiste tú. Eres un guerrero. Un soldado. Y mi hellren.
Sonrió.
- Y créeme, yo no estaría contigo si fueras un debilucho. Eres todo macho y masculino y eso es lo que me gusta de ti. Te quiero tal y como eres.
Ella abrió mucho los ojos cuando las palabras salieron de su boca.
Su sonrisa socarrona no ayudó.
Gimiendo, enterró el rostro en su pecho y trató de ignorar su risa.
Elvar le beso la sien, aun riéndose y puso sus brazos alrededor de ella. Estaba siendo un macho de valía ignorando lo que ella había dicho.
- Duérmete, cara. Es de día y necesitamos descansar. Podemos seguir nuestra discusión, mañana.
Con un último beso en la frente, él se quedó dormido. Escuchó como su respiración se hizo más profunda.

Ella no podía dormir, así que se levantó de la cama. Aun le temblaban las piernas un poco.
Un chocolate caliente la ayudaría a conciliar el sueño.
Pero en lugar de llamar a un Doggen, ella se vistió. El hecho de que ella había elegido ropa de entrenamiento en lugar de pijama y una bata, no significaba nada.
De verdad de la buena.
Excepto que cuando llegó al vestíbulo y no había nadie alrededor...
La curiosidad mató al gato. O eso es lo que se decía.

Ella metió el código para entrar en el túnel y fue sorprendentemente decepcionada. Ella habría esperado... algo. Quizás no una señal de neón diciendo Vix está aquí, con una flecha intermitente, pero al menos un guardia o algo así.
Caminando hacia el gimnasio, trató de pensar donde podría estar metido. Pero había tantas puertas, que era imposible de adivinar.
Ella estaba a punto de entrar en el gimnasio cuando se le ocurrió.
¿Cómo de tonta podía llegar a ser?
Todo el mundo estaba dormido porque era de día. Su hellren estaba arriba, confiando en que ella no hiciera nada estúpido. Y sin embargo, aquí estaba ella.
Porque quería echar un vistazo al macho que la había atacado.
Estúpida, estúpida, estúpida.
Se abrió una puerta en algún lugar y no pudo moverse. Ella sólo tenía que darse la vuelta para encontrarse cara a cara con...
Un doggen.


4 comentarios:

  1. Tiene instinto suicida o masoquista, o sino no lo la entiendo...

    ResponderEliminar
  2. Pero a donde vaaaa, con el chicarron que deja en la cama..... Hope vuelve a tu cama !!!!

    ResponderEliminar
  3. Pero a donde vaaaa, con el chicarron que deja en la cama..... Hope vuelve a tu cama !!!!

    ResponderEliminar
  4. esta chica si que esta loca.... esto va mas alla de la curiosidad.... y falta que Vix no este "tan" herido como se supone... y se desate otro infierno!!! ahhhhhh

    ResponderEliminar